viernes, 30 de enero de 2009

Hijos de los Sueños

En los años treinta el antropólogo británico Pat Noone, explorando la isla de Malaca, se encontró con la tribu de los senoi.

Descubrió en ellos una forma de vida curiosamente pacífica y feliz: no se conocían casos de crímenes ni de violencia.

Noone se preguntó qué es lo que hacía a esta tribu tan diferente del resto.Y descubrió que lo que fundamentaba la cultura senoi era el ritual de compartir los sueños.

Cada mañana, las familias, formadas por un gran número de personas, se reunían para explicarse los unos a los otros sus sueños y discutirlos. En cuanto un niño había aprendido a hablar se le animaba a que contase sus sueños a los demás. De este modo, se iba familiarizando poco a poco con su mundo interior y con el de las personas que lo rodeaban.

El sueño es el momento en el que el sabio y el loco que están dentro de nosotros se cuentan sus secretos. Los senoi lo saben.

Creen que los personajes que aparecen en sus sueños son los espíritus de animales, plantas, árboles, montañas y ríos. Y piensan que haciéndose amigos de ellos podrán aprender cosas que nunca llegarán a conocer por medio de sus sentidos.

Si un niño sueña que es perseguido por un animal y se despierta aterrorizado, su padre le animará a que haga frente a su perseguidor en otro sueño. Si el animal es muy grande y el niño no se atreve a plantarle cara, le aconsejará que llame a sus hermanos o amigos para que le ayuden a luchar contra él en sus sueños.

Los senoi saben que del miedo se aprende mucho: pocas emociones activan tanto nuestra mente. Por eso, enseñan a sus hijos, cuando estos se van haciendo mayores, a que establezcan buenas relaciones con las figuras de sus sueños que en un primer momento les atemorizaban. Saben que lo mejor que les puede pasar es que sus objetos de temor acaben convirtiéndose en sus consejeros.

Los senoi utilizan sus sueños para perder el miedo al miedo, que es lo que realmente paraliza a los seres humanos.

Ellos sí que saben.

jueves, 29 de enero de 2009

El Entusiasmo

La palabra entusiasmo proviene del griego y significa tener un Dios dentro de sí.

La persona entusiasta o entusiasmada era aquella que era tomada por uno de los dioses, guiada por su fuerza y sabiduría, y por ese motivo podría transformar la naturaleza que lo rodea y hacer que ocurrieran cosas.

Sólo las personas entusiastas eran capaces de vencer los desafíos de lo cotidiano. Era necesario por lo tanto entusiasmarse para resolver los problemas que se presentaban y pasar a una nueva situación.

El entusiasmo no es una cualidad que se construye o que se desarrolla. Es un estado de fe, de afirmación de sí mismo.

La persona entusiasta es aquella que cree en su capacidad de transformar las cosas, cree en sí misma, cree en los demás, cree en la fuerza que tiene para transformar el mundo y su propia realidad. Está impulsada a actuar en el mundo, a transformarlo, movida por la fuerza y la certeza en sus acciones.

El entusiasmo es lo que da una nueva visión de la vida.

Entusiasmo es distinto del optimismo. Mucha gente confunde el optimismo con el entusiasmo. Optimismo significa creer que algo favorable va ocurrir, inclusive anhelar que ello ocurra, es ver el lado positivo de las cosas, es una postura amable ante los hechos que ocurren. En cambio el entusiasmo es acción y transformación, es la reconciliación entre uno mismo y los hechos, las cosas.

Solo hay una manera de ser entusiasta: actuando entusiasmadamente.

Si tuviéramos que esperar tener las condiciones ideales primero para luego entusiasmarnos, jamás nos entusiasmaríamos por algo, pues siempre tendríamos razones para no entusiasmarnos. No son "las cosas que van bien" lo que trae entusiasmo, es el entusiasmo que nos hace hacer bien las cosas. Hay personas que se quedan esperando que las condiciones mejoren, que llegue el éxito, que mejore su trabajo, que mejore su relación de pareja o de familia para luego entusiasmarse, la verdad es que jamás se entusiasmarán por algo.

Si creemos que es imposible entusiasmarnos por las condiciones actuales en las que nos toco vivir, lo más probable será que jamás saldremos de esa situación. Es necesario creer en uno mismo, en la capacidad de hacer, de transformarse y transformar la realidad que nos rodea. Dejar de un lado toda la negatividad, dejar de un lado todo el escepticismo, dejar de ser incrédulo y ser entusiasta con la vida, con quienes nos rodean y con uno mismo.

miércoles, 28 de enero de 2009

El futuro

El futuro no es resultado de elegir entre alternativas que nos ofrece el presente, sino un lugar que es creado, primero en la mente y la voluntad, y luego en la acción.

El futuro no es un lugar al que estamos dirigiéndonos, sino uno que estamos creando. No debemos encontrar caminos, sino trazarlos, y la acción de hacerlo cambia tanto al hacedor como al destino.

- John Schaar -

Pensamiento

“Algunos hombres ven las cosas como son y se preguntan ¿por qué?
Yo sueño con cosas que nunca fueron y me pregunto ¿por qué no?”

George Bernard Shaw.

Oportunidad y Esperanza

Más de una vez nos encontramos hablando de las oportunidades, como si se tratara de polen que flota en el aire. Si tenemos suerte, nuestra vida será "polinizada" y algo nuevo ocurrirá...

Esta visión de las oportunidades como "algo externo", que no depende de nosotros, la tenemos también con "la esperanza". Hablamos de depositar nuestra esperanza, de tener esperanza, o perder la esperanza... pero curiosamente nunca hablamos de "hacer esperanza"!

Los seres humanos tenemos una increíble habilidad para "generar" lo que necesitamos. Este don es tan precioso, como poco ejercitado. Es justamente cuando abandonamos la visión "causa-y-efecto" (basada en la urgencia y el corto plazo) y adoptamos un paradigma sistémico (amplio, inclusivo y duradero) que nuestra "fábrica" se echa a andar. Podemos generar oportunidades y esperanza, haciendo lo que sentimos que es correcto, más allá de la coyuntura.

¿Qué mejor oportunidad que la que uno construye, desde la profundidad de su ser? ¿Qué mayor esperanza, que aquella que refleja nuestra alma y no la manera en que vemos una situación?

Pensamiento

"Si no piensas en tu porvenir, no lo tendrás."

- John Kenneth Galbraith -

P.E.P. (Plan Emprendedor Personal)

Utilizando como herramienta la metodología de los Diálogos Apreciativos (http://appreciativeinquiry.cwru.edu/) se elabora un Plan Emprendedor Personal (P.E.P.) con una Visión de diez años. Para ello, se deberá transitar por las cuatro Fases que se describen a continuación:

I. PRIMERA FASE: DESCUBRIR

Se realiza un diálogo en parejas con el propósito de descubrir el potencial positivo del emprendedor que existe en cada individuo. Esto permite conocer qué es lo que funciona mejor en cada persona y lo que se debe preservar para llegar al futuro.

II. SEGUNDA FASE: DREAM (SOÑAR)

En esta Fase el participante debe visualizar su mayor potencial de emprendedor con un horizonte de diez años.

III. TERCERA FASE: DISEÑAR

Se trata de poder responder a la pregunta: ¿cómo será “mi” realidad comportamental como emprendedor? (conjunto de características conductuales que definen a un emprendedor).

Una vez que el sueño ha sido definido, se trata de crear un proceso mediante el cual la conducta elegida sea llevada a la realidad, para poder transitar hacia el sueño. Aquí es donde se debe hacer un claro análisis de las fortalezas con que se cuenta y de los que se podrían necesitar para implementar el Plan de Acción.

El modelo comportamental aquí definido, funciona también como “auxilio emocional” para los emprendedores, cuando se enfrentan a los diferentes escollos que se les van presentando.

IV. CUARTA FASE: DESTINO

La Fase final es una invitación a la acción inspirada en las fases previas de descubrimiento, deseo y diseño. Esta es la fase que se trabajará en las cosas que hay que hacer. La etapa de “Destino” se enfoca especialmente en compromisos personales de cosas que hay que llevar adelante. Implica el cambio, su estabilidad en el tiempo y el monitoreo del progreso. Es también conocida como “Obtención de Resultados”.

Pensamiento

“Hay una verdad elemental que concierne a todos los proyectos de iniciativa y cuya ignorancia hace fracasar infinidad de ideas y planes espléndidos: en el momento en el que uno se compromete definitivamente, entra la providencia. Cualquier cosa que quieras o sueñes que puedes hacer, comienza. La determinación tiene genio, poder y magia. Comienza ahora”.

Goethe

Es más fácil...

Es mucho más fácil desistir que insistir.

Es más fácil no hacer, que realizar algo.

Es más fácil entregarse a la derrota y rendirse, que empeñarse en la victoria.

Es más fácil encontrar que algo es imposible y simplemente no realizarlo, que considerarlo posible y trabajar en ello.

Así que cuando llega el final del año, cuentan las historias antiguas, el universo revisa la vida de cada persona.

A los que nunca trataron de hacer nada de distinto, el universo les da un año más de vida.

A los que fueron derrotados tratando de hacer algo diferente, el universo les da diez años más de vida, para que nuevamente traten de hacerlo.

A los que lograron lo imposible, el universo les da la inmortalidad, porque el sueño cuando está vivo, no nos deja morir.

Nada es imposible

"Todas las cosas son imposibles, mientras lo parecen."
(Concepción Arenal)

La buena suerte es una actitud

El español Alex Rovira, director de programas de educación ejecutiva de ESADE y co-autor del libro La buena suerte, habló sobre el tema que más conoce: la construcción de la buena suerte personal.

Entre los tópicos más destacados mencionados por este experto se encuentran los siguientes:

La construcción de la buena suerte es una construcción actitudinal.

Hay dos tipos de personas, las que quieren ser causa y las que quieren ser efecto.

La buena suerte es un lenguaje, una actitud.

La buena suerte depende de cómo se aprovecha un golpe de suerte. Todo depende de cómo se lo gestione.

Lo que creemos es lo que creamos. Todo cuanto nos rodea ha sido imaginado y creado por alguien.

La buena suerte no se encarna si no hacemos.

La actitud nos impulsa a crear algo.

Para gestionar la buena suerte y que juegue a favor de uno es necesario que se dominen los siguientes poderes:

1- Coraje: Es la conciencia mediante la cual uno se esfuerza y toma valor para concretar algo. Al miedo hay que convencerlo. El riesgo es la posibilidad de ganar, una oportunidad. La vida es una aventura o no es nada. El coraje es cambiar.

2- Responsabilidad: Soy parte del problema y parte de la solución. Hay que pensar conciente e inconcientemente cuál es la situación. Debemos ser optimistas, tener confianza en nosotros mismos, ser responsables de nuestra suerte.

3- Propósito: Es la voluntad y entrega para que un sueño se haga realidad. La buena suerte es un ejercicio de decencia. Victor Frankl dijo “cuando no podemos cambiar la situación a la que nos enfrentamos, el reto consiste en cambiarnos a nosotros mismos”.

4- Humildad: Buena o mala suerte… ¿Quién sabe? Esa es la humildad. Lo que nos puede parecer la mejor de las bendiciones puede ser un problema. Y lo que parece ser un problema puede ser algo positivo.

5- Confianza: Es muy difícil de construir pero fácil de romper. Vale la pena confiar en sí mismos para romper problemas y cruzar las barreras. Con confianza hay compromiso y responsabilidad. Aquellas empresas que tienen un alto nivel de confianza, triplican sus resultados. La confianza se aprende tanto como la resignación.

6- Amor: La buena suerte depende del amor. El amor moviliza a las personas que motivan a quienes los rodean. De él nace un coraje que permite desarrollar las capacidades de las personas. Hay que tener amor por uno mismo y por el prójimo.

7- Cooperación: Es la suma de todos los demás talentos. Es sumamente útil. La buena suerte es igual a la preparación multiplicada por la oportunidad.