jueves, 13 de diciembre de 2012

firme en tus objetivos y flexible en tus estrategias

http://www.franciscoalcaide.com/2012/12/mantente-firme-en-tus-objetivos-y.html 

El otro día dejé un post con el título: Sueña en grande, empieza pequeño, actúa ahora. Era una frase de Robin S. Sharma y que desde mi punto de vista es una buena filosofía de vida.

Hoy os quiero dejar otra frase, en este caso de Anthony Robbins (@tonnyrobbins), autor de Poder sin límites, que debe servir de referencia a cualquier persona y que es para enmarcar en el escritorio: «Mantente firme en tus objetivos y flexible en tus estrategias».

Ambas frases forma parte de un libro que probablemente lleve por título «Aprendiendo de los mejores», que publicaré con Alienta Editorial (@alienta), con Roger Domingo (@rogerdomingo) como Director Editorial, y del que os hablé hace algún tiempo en el post ¿Qué nos pueden enseñar los mejores?

Pero centrándonos en la frase de Anthony Robbins, en el post 10 rasgos que definen a las personas que consiguen resultados, señalábamos que el primero de ellos era: Son personas que tienen claro lo que quieren. Allí apuntábamos:
La principal causa por la que la gente no consigue lo que quiere es que no sabe lo que quiere. Muchas personas funcionan por inercia, dejándose llevar, en piloto automático; y como decía Séneca: «No hay buen viento para quien no sabe a dónde va». Cuanto más concretas, detalladas y específicas son nuestras metas, más fáciles de conseguir, porque entonces se pueden alinear todos los recursos, concentrar todas las energías y diseñar todas la acciones hacia ese fin. De otro modo, cuando las metas son difusas, uno anda pegando tiros por aquí y allá y las fuerzas andan demasiado dispersas.
Esa es la primera derivada de la ecuación. Pero no es la única, existe una segunda derivada muy importante a tener en cuenta. Y es que ninguna biografía, ni en lo profesional, ni en lo personal, ni en lo empresarial, es una línea recta, y está plagada de errores, fracasos, rechazos, periodos de sequía, bajones... No pienses que el plan que diseñaste se cumplirá. Nunca ocurre. Todo suele ir más lento. Se suele decir, medio en broma medio en serio, que planificar es el arte de prever lo que no va a ocurrir. Ironía, pero cierto. Hay mucho de cierto.

En esos momentos duros, cuando todo tiembla alrededor, cuando todo se pone feo, cuando la desolación y la desesperación ante la falta de resultados hacen acto de presencia, lo más habitual es poner punto final a la aventura.

Muchas veces se saca la conclusión errónea de que como algo no está funcionando, no puede funcionar.  Y entonces se abandona. También porque es lo más fácil, lo más cómodo, lo que alivia más tensiones. En esta vida nadie fracasa, sólo hay gente que se da por vencida.

Lo hemos dicho muchas veces y lo volvemos a repetir: la cuestión no es si algo es o no posible, sino simplemente cómo conseguirlo. La cuestión casi nunca es el qué sino el cómo. Todo está al alcance de uno, pero para descubrir cómo llegar a destino a veces hay que intentar mil y una maneras de alcanzar la cima.

Cómo habrá momentos emocionales nada fáciles, es muy importante, no perder jamás de vista el objetivo, el sueño, la meta. Los momentos difíciles se superan mejor cuando las convicciones y los deseos son más fuertes. Una cosa es decir que se desea algo y otra diferente es desearlo ardientemente (ver post Desear no es ‘decir’ lo que se quiere sino ‘sentir’ lo que se quiere). Mucha gente dice que quiere cosas que en realidad no desea. Cuando lo que se desea, se desea de verdad, es mucho más fácil aguantar las embestidas. El sueño a alcanzar es más fuerte que el dolor a soportar. Es el faro que alumbra a lo lejos del horizonte y permite seguir navegando hacia el puerto añorado. Por tanto, la recomendación es clara: «Mantente firme en tus objetivos y flexible en tus estrategias». No desistas, sólo sigue buscando alternativas para llegar allí donde quieres.

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