martes, 11 de diciembre de 2012

“Para que las cosas cambien fuera, primero han de cambiar dentro”

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“Para que las cosas cambien fuera, primero han de cambiar dentro” 

El cirujano, escritor y conferenciante Mario Alonso Puig (Madrid, 1955) es una rara avis en un mundo donde es difícil encontrar divulgadores plenamente humanistas. Durante 26 años, Alonso ejercitó la actividad quirúrgica, pero un día decidió dejar la medicina y dedicarse por completo a dar charlas y escribir libros. Tal como ha explicado a El Confidencial, antes de una conferencia que se celebró ayer en la Fundación Rafael del Pino, su paso de la actividad médica a la enseñanza multidisciplinar no ocurrió de un día para otro: “Antes de entrar en la facultad de Medicina quedé muy impactado por un libro escrito por el profesor Pedro Laín Entralgo, un extraordinario médico y un magnífico humanista, que se llamaba La relación médico-enfermo. En aquellas páginas descubrí el poder de la comunicación para generar salud o enfermedad. En consecuencia empecé a buscar qué había detrás de esto, aplicando a mis enfermos lo que fui aprendiendo a lo largo de muchos años. Ellos fueron los que me dijeron que lo extendiera a más personas. Les hice caso y empecé a moverme fuera del ámbito hospitalario. Aquello empezó a tomar su propio ritmo, me fié de la vida y la vida me trajo hasta aquí”.
Alonso es hoy uno de los más reconocidos expertos en temas de liderazgo, comunicación y gestión del estrés, materias que, desde el estallido de la crisis económica en 2008, se han vuelto más demandadas que nunca. En su nuevo libro, La respuesta (Plataforma Actual), Alonso presta especial atención a los jóvenes, quizás el grupo de edad menos interesado por lo que puede contar pero, en su opinión, el que más necesita sus consejos: “La respuesta es una propuesta para que las personas reflexionen sobre lo que de verdad puede dar orientación y sentido a sus vidas. Cuando nosotros perdemos valores y perdemos referencias, automáticamente empezamos a experimentar ansiedad. Hay mucha gente joven que se encuentra en esa situación”.
Un conflicto generacional que no lleva a nada
No cabe duda de que los jóvenes están sufriendo con especial virulencia el estallido de la crisis. Más de la mitad de los españoles menores de 25 años está en paro (un 52,34%). Tal como apunta Alonso, se trata de un colectivo que “se encuentra en una situación de especial complejidad”, y al que le faltan unas referencias que los adultos no han sabido aportar.
El origen de toda prosperidad es la generosidadLo cierto es que nadie parece preocuparse por unos jóvenes a los que se les pone muy fácilmente la etiqueta de vagos, perezosos o despreocupados. Un lugar común que, según afirma Puig, no conduce a ningún resultado positivo: “Creo que cuando se aumenta el estrés y la tensión en una cultura, las personas nos afianzamos más en modos rígidos de pensar, porque en el fondo es lo que nos da seguridad. Como hoy en día hay tanta tensión, y las personas experimentan un nivel tan alto de ansiedad, que se refuercen estas ideas fijas y muchas veces ‘no-reales’ es una consecuencia bastante lógica. Yo creo que las personas jóvenes tienen muchísimo que aportar, lo mismo que las personas que tienen más juventud acumulada. Al final, de las situaciones más complejas solo se sale si estamos unidos y solo se sale si nos ocupamos unos de otros. Por eso creo que hay que apartar todas estas diferencias, todo aquello que nos separa, y fijarnos un poco más en lo que nos une. ¿Y qué es lo que nos une? Todos tenemos ilusiones, inquietudes, preocupaciones y luchas internas. Nos une nuestra humanidad”.
Para el cirujano, el camino para mejorar como individuos y como sociedad pasa por apostar por lo colectivo, por compartir nuestra sabiduría. En su opinión, “el origen de todos los desastres que como seres humanos hemos experimentados está en el egocentrismo absoluto”. Un egoísmo que sigue dominando muchas esferas de la vida pública, “con tremenda frecuencia”, y que debemos eliminar si queremos seguir progresando.
Para inspirar a los demás, hemos de ser coherentes entre lo que decimos y lo que hacemosPara Alonso, “el origen de toda prosperidad es la generosidad”, y los pequeños actos de generosidad que unos tenemos con otros “son absolutamente revolucionarios en su potencial transformador”. En su opinión, no conseguiremos cambiar la sociedad, ni salir de la crisis que estamos viviendo a todos los niveles, si no cambiamos primero nuestra actitud individual: “Para que las cosas cambien fuera, primero tenemos que cambiar dentro. Para que nosotros podamos convertirnos en personas que inspiren a los demás, primero tenemos que buscar una coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Lo que no podemos pretender es que si pensamos y sentimos de una manera, seamos capaces de trasmitir algo que es radicalmente diferente.Hoy en día solo mueve el ejemplo. El ejemplo es lo que da confianza, la coherencia es lo que da confianza, la integridad es lo que da confianza… Por eso tenemos que hacer todos un gran trabajo interior. Por eso el liderazgo no es un cargo, es una forma de ser en la vida. Muchas personas que hoy en día tienen una enorme responsabilidad, y cuyas decisiones tienen un enorme alcance, no están movidas por un ideal común, están movidas única y exclusivamente por intereses particulares que disfrazan para que tengan un aspecto distinto”.
Una cuestión de perseverancia
Se ha hablado largo y tendido de la ausencia de líderes que nos inspiren en una situación como la actual. Alonso reconoce que está costando que estos aparezcan en el ámbito de la política, pero está convencido de que el verdadero liderazgo puede surgir en cada uno de nosotros. Y depende de la actitud con la que afrontemos los problemas. “Cuando las personas nos topamos con muros en la vida”, explica Alonso a modo de metáfora, “fundamentalmente hay tres tipos de actitud, entendiendo la actitud como el modo en que nos relacionamos con algo. La primera es ver el muro y tirar la toalla. La segunda es ver el muro y, a pesar de eso, intentar encontrar un camino, pero dejarlo a medias. La tercera actitud es la de aquellas personas que saben lo importante y lo trascendente que es encontrar una salida. Y no paran”.
Cundo estás comprometido de verdad, el cerebro opera de una manera radicalmente distintaEsta actitud, según Puig, no solo resulta inspiradora, además hace que nuestro cerebro funcione mejor: “Hoy sabemos, en base a la experiencia, y entendemos a nivel neurocientífico como ocurre, que cuando existe un compromiso de verdad, cuando existe ilusión, cuando existe fe, cuando creemos que vamos a encontrar un camino aunque no tengamos evidencias, el cerebro opera de una manera radicalmente distinta. El cerebro no soporta el sufrimiento y tiene que encontrar una salida. Si nosotros abandonamos, si huimos, ya le hemos dado una salida, no tiene que buscar más; pero si tenemos suficiente compromiso para seguir insistiendo, él no tiene más remedio que encontrar una salida”.
¿Cómo puedes encontrar la salida, el espacio para traspasar el muro? “Solo si se te abren dos ventanas”, responde el cirujano, “la de la inteligencia y la de la creatividad. Por eso sabemos de personas que ante situaciones muy complejas, ante las que muchos otros seres humanos habían abandonado, persistieron y, de repente, encontraron una solución. Vieron ese muro desde una perspectiva que les ayudó a encontrar un camino que nadie podía ver”.
El conformismo es, en definitiva, el peor enemigo del individuo y la sociedad, pues no ayuda a avanzar y hace que los problemas sean mayores. Pero está fuertemente instalado en el imaginario colectivo. Basta, como hace el propio Alonso, con pensar en el refranero: “Muchas veces preferimos el mal conocido que el bien por conocer. Preferimos pájaro en mano que ciento volando. Esta inercia, este aferrarnos a nuestra zona de confort, el no estar decidido a probar cosas que no hemos hecho antes, nos retiene. No al nivel de nuestros talentos, sino al nivel de nuestras creencias. Decía el filósofo español Ortega y Gasset que las ideas las tenemos, pero en las creencias estamos. En las creencias vivimos. No cabe duda que el camino hoy en día no es sencillo, pero las personas que van a encontrarlo, sea en España, Alemania o China, van a ser personas que van a seguir manteniendo su confianza, su determinación, su serenidad y su ilusión, en medio de la tormenta”. 

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