domingo, 14 de abril de 2013

Steve Jobs O Un Asshole Genial

http://www.claseejecutiva.cl/blog/2013/04/steve-jobs-o-un-asshole-genial/ 

Detestable o mala onda es una traducción demasiado suave para esta palabra. Pero se puede tener defectos, lo importante es desarrollar algún talento singular.

LOS DEFECTOS DE JOBS

Uno de los aspectos que hace más interesante y emocionante el libro “Steve Jobs” de Walter Isaacson es que incluye descripciones detalladas de los defectos de Jobs de acuerdo con los que lo conocieron.
Su juventud fue lejos de ejemplar. Lo probó todo: marihuana, hachís, LSD, ácido, etc. Pudiendo ingresar a la estatal Berkeley o a Stanford donde podía conseguir una beca, presionó a sus asalariados padres adoptivos para que lo matricularan en una de las universidades más caras de los EE.UU., Reed College.
Reed era conocida en aquellos años porque los alumnos vivían en un estilo hippie de espíritu libre. Luego abandonó la universidad cuando se dio cuenta de que, a pesar de la onda hippie de Reed, debía asistir a clases y estudiar algunos cursos mínimos.
A los 20 años estafó a su futuro socio en Apple. El fundador de Atari le encargó diseñar un juego y le ofreció un bono por cada chip menos que 50 que el juego utilizara. Wozniak se emocionó cuando Jobs le pidió ayuda y le ofreció dividirse en dos los ingresos. Jobs le dijo a Wozniak que tenían que hacer en cuatro días el trabajo y con los menos chips posibles.
El trabajo en realidad equivalía a varios meses de un ingeniero normal. Estuvieron cuatro días sin dormir y lo lograron usando solo 45 chips. Muchos años más tarde Wozniak se enteraría de que Jobs le había dado la mitad del salario base y se había quedado con el 100% del bono.
Bastante pronto después de fundar Apple a los 22 años, se transformó crecientemente en un tirano que criticaba a su gente durísimamente, diciéndoles, por ejemplo: “Tu diseño es una mierda”. Además, estaba el tema de la higiene: no se bañaba ni usaba desodorante. Tenía la teoría de que su dieta vegetariana lo hacía inodoro, y no había quien lo convenciera de que esta teoría no funcionaba, al menos en su caso.
A los 23 años, la misma edad que tenían sus padres biológicos cuando lo tuvieron y lo dieron en adopción, él tuvo y negó la existencia de su hija Lisa. Solo un año después del nacimiento de Lisa, Jobs aceptó tomarse un test de ADN para verificar su paternidad.
Se le criticaba a Jobs que era lo opuesto a leal, que abandonaba a su gente cercana. Por ejemplo, la apertura de Apple en la bolsa en 1980 convirtió en millonarios a alrededor de 300 personas que tenían opciones de la compañía por haber participado en su fundación.
Daniel Kottke, amigo del alma de Jobs en la universidad que también trabajaba en Apple, quedó impactado por la frialdad con que Jobs decidió no incluirlo entre los que recibieron opciones. Esto terminó definitivamente la amistad entre ambos.
Se desquiciaba cuando le copiaban. “Confié en ti y ahora nos estás robando”, le gritó a Bill Gates cuando se enteró del desarrollo de Windows. De Google se expresaba de forma similar: “Estoy dispuesto a ir a una guerra termonuclear, voy a destruir Android porque es un producto robado”.
Sin embargo, Jobs, quien citaba el dicho de Picasso “los buenos artistas copian, los grandiosos roban”, era descarado a la hora de robar buenas ideas. La idea de hacer computadores con interfaz gráfica, que también adoptó Microsoft, no la inventó Jobs sino que la copió a Xerox.
A sus empleados, muchas veces les decía que sus ideas eran pésimas, para luego usarlas como propias. Se incluía como coautor de las mayorías de las patentes tecnológicas que postulaba Apple.
Su comportamiento frente a su gente era lo opuesto a lo que entienden los especialistas como un buen líder. Distorsionaba la realidad e imponía exigencias de cumplimiento de metas imposibles sin importar su efecto en las personas. Provocaba conflictos organizacionales inconducentes. Junto con ser muy sensible emocionalmente, tenía la capacidad de herir profundamente a la gente, y la ejercía.
Con las personas, al igual como en muchas otras cosas, era un extremista, binario, blanco o negro. Alguien podía ser un iluminado o un imbécil, una de dos. Las preguntas a los postulantes a Apple podían ser brutales: ¿Eres virgen? ¿Cuántas veces has tomado LSD?
La lista de defectos de Steve Jobs incluida en el libro es larga y en muchas dimensiones: que no usaba patente en su auto, el que estacionaba en lugares reservados para lisiados, y suma y sigue.
Jobs era un asshole. Detestable o mala onda es una traducción demasiado suave para esta palabra. Les recomiendo leer el best seller “The No Asshole Rule” del brillante profesor del Departamento de Management Science and Engineering de Stanford, Robert Sutton.
Un asshole es alguien que es especialmente eficiente en aprovechar cualquier encuentro contigo para liquidarte la onda, para dejarte con sentimiento de menoscabo, desanimado y sin energía. Hay demasiados assholes dando vueltas en las organizaciones destruyendo lugares de trabajo que podrían ser civilizados.
El impacto de los assholes es devastador porque de acuerdo a las investigaciones se requieren cinco interacciones positivas para recuperar la energía y felicidad perdidas con una sola interacción negativa con un asshole.
Se requieren cinco interacciones positivas para recuperar la energía y felicidad perdidas con una sola interacción negativa con un asshole.

LOS TALENTOS DE JOBS

A pesar de sus defectos, comparto la conclusión de Walter Isaacson de que el legado de Steve Jobs es inmenso y que la historia lo colocará en un panteón inmediatamente junto con Edison y Ford.
¿Cómo una persona con tantos defectos pudo hacer un aporte tan grande a la humanidad? La respuesta no es que los defectos al final no eran tales. Tampoco que sus actos condenables fueran necesarios o le ayudaran a ser exitoso. La respuesta es que Jobs tenía también talentos y virtudes extraordinarias, los que compensaban con creces sus defectos.
.. De Twitter
Peter Drucker recomienda concentrarse en las fortalezas, transformando talentos destacados en talentos extraordinarios. Recomienda no perder mucho tiempo tratando de mejorar áreas débiles, porque es mucho más importante tener algún talento destacado que no tener defectos.
En Chile no estamos en sintonía con la visión de Drucker. En muchos ámbitos, incluido el empresarial, se prefieren personas equilibradas, supuestamente sin debilidades, frente a aquellos que tienen talentos muy destacados, pero incorrectos en algún aspecto. De una lista de aspirantes a un cargo ejecutivo no se seleccionan los más talentosos, sino los sin peros. Tenemos que empezar a ser mucho más tolerantes con la imperfección humana, porque la dura es que los que aportan no son los sin defectos, sino los que han desarrollado algún talento.
¿Cuáles eran esos talentos extraordinarios de Jobs que hacían que sus defectos pasaran a ser relativamente irrelevantes a la hora de juzgarlo globalmente? Como decía Bill Gates, el talento de Jobs no era ser un gran ingeniero ni saber programar muy bien. Sus talentos no eran técnicos.
Texto guía sin costo para los matriculados
Mi planteamiento es que Jobs fue el más grande estratega de negocios de nuestra era. Por eso recomiendo entusiastamente leer Steve Jobs, de Walter Isaacson.
Este libro, que es sobre estrategia en vivo, aborda múltiples dilemas de negocios y describe muy amenamente cómo los vivieron Jobs y los que lo rodeaban. El domingo continuaré elaborando sobre Jobs como estratega.
Hasta el próximo domingo.
Este curso se dicta con la colaboración de Pedro Silva, director de la carrera de Ingeniería Civil Industrial de la U. del Desarrollo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario