martes, 14 de junio de 2016

El tamaño del cerebro

http://www.lavanguardia.com/natural/20160613/402472834348/cerebro-tamano-extincion.html
  • “En las condiciones actuales, ante el proceso de selección, un cerebro grande es negativo por un efecto indirecto: el coste de mantenimiento es muy alto”
El tamaño del cerebro: cómo lo que fue una ventaja evolutiva se ha convertido en un riesgo de extinción

“No sobrevive el más fuerte ni el más rápido, sino el que mejor se adapta a los cambios”, había postulado Charles Darwin en El origen de las especies. Y el cerebro tenía mucho que ver: un tamaño más grande permitió al hombre evolucionar y, aunque no tuviera ni garras, ni alas, ni fuerza ni velocidad, pudo sobrevivir y al final impuso su voluntad sobre el planeta.
Pero la velocidad con que se están modificando los ecosistemas revierte la moneda: tener un cerebro más grande, que era una ventaja evolutiva, ahora es una carga. Dicho de otra forma: los mamíferos que tienen un cerebro grande –en comparación a la masa muscular- tienen más posibilidades de extinción.
Un cerebro grande es negativo por un efecto indirecto: el coste de mantenimiento es muy alto, y no compensa a la especie”
ELOY REVILLA
Biólogo del CSIC
Esta es la conclusión a la que llegaron un grupo de científicos tras estudiar a más de 470 especies de mamíferos, y que publicaron su estudio en la revista Evolution. Un miembro de este equipo, Eloy Revilla, detalló a La Vanguardia que “en las condiciones actuales, ante el proceso de selección, un cerebro grande es negativo por un efecto indirecto: el coste de mantenimiento es muy alto, y no compensa a la especie”.
El cerebro es muy caro
Este científico, que trabaja para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en la estación biológica de Doñana, detalla el lastre que supone este órgano: “no es que los animales con mayor cerebro sean más perseguidos o respondan peor a los cambios ambientales. Lo que sucede es que es muy caro: en los humanos, representa el 2% de la masa corporal, pero consume el 20% de la energía”.
El punto es que esta energía que consume el cerebro no se puede ‘reciclar’ en otros órganos. Por ende los grandes mamíferos (desde el hombre al gorila, o desde un tigre a un elefante) tienen un desarrollo más dilatado, comparado con otras especies más pequeñas: se alarga el período de gestación, el destete se retrasa y el período de dependencia de la madre se estira más tiempo. Y por lógica, las camadas son más pequeñas.
Comparativa de tamaños de cerebros ( Frontiers in Neuroscience)
Comparativa de tamaños de cerebros ( Frontiers in Neuroscience) ()
Un ejemplo sencillo: una mujer necesita nueve meses para tener un hijo, y, en contadas ocasiones, puede dar luz a mellizos. Una perra requiere de unos 63 días para parir una camada de cinco a siete crías, y una coneja, tras 30 días de gestación, puede traer al mundo a 8 o 10 conejitos.
Esta idea también se puede extrapolar a las sociedades humanas si observamos sus niveles de vida: las que gozan de un alto bienestar, donde sus ancianos llegan a lo 80 años en muy buena forma, apenas tienen uno o dos hijos. Es lo que le sucede a muchos países de Europa occidental, donde en un futuro cercano habrá más viejos que niños. En cambio, en los países subdesarrollados con menor tasa de bienestar y con una esperanza de vida menor a los 60 años, hay una alta tasa de natalidad (y también altos índices de mortalidad infantil).
El ser humano y las consecuencias de sus acciones
Si bien hemos adaptado el planeta para considerarlo como nuestro hábitat óptimo, “los cambios que aplicamos son tan fuertes que vamos a cruzar los umbrales que pueden complicarnos la supervivencia de nuestra especie”
ELOY REVILLA
Biólogo del CSIC
La extinción vendrá por otras vías
El factor fundamental en la extinción, en estos momentos, es la pérdida del hábitat”, dice Revilla. “Esto reduce el tamaño poblacional, porque quedan poblaciones fragmentadas, que sufren de endogamia, la llegada de especies invasoras y la persecución”.
Frente a este panorama, en términos evolutivos, los animales con cerebro más grande tienen una capacidad de respuesta más lenta, o sea, no se reproducen con la velocidad suficiente para garantizar la supervivencia.
“Esto ha pasado con las diferentes extinciones masivas de la historia: los que desaparecen son los animales de mayor tamaño. Si eliminas al 90% de una especie con pocos ejemplares, se extingue. Si quitas el 90% de una especie que tiene muchos ejemplares, tiene un número suficiente para regenerarse y vivir en nuevas condiciones”, detalla el científico.
Comparativa de tamaños de cerebros | Frontiers in Neurosicence
Comparativa de tamaños de cerebros | Frontiers in Neurosicence ()
¿Y qué pasa con el ser humano?
Al ser el responsable de este desaguisado evolutivo, el hombre también debería sufrir las consecuencias de un mayor riesgo de extinción. Pero si bien hemos adaptado el planeta para considerarlo como nuestro hábitat óptimo, “los cambios que aplicamos son tan fuertes que vamos a cruzar los umbrales que pueden complicarnos la supervivencia de nuestra especie”, dice Revilla.
Para este científico, han sido tan drásticos y radicales los cambios del hombre que, ante una escala evolutiva, que cuenta con plazos de millones de años, no hay forma de revertir el proceso. La ventaja, entonces, está del lado de los mamíferos pequeños.

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