martes, 14 de junio de 2016

La soledad enriquece nuestras vidas

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"La peor soledad es no estar a gusto con uno mismo" —Mark Twain

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Imagen: Pablo Basagoiti (clic sobre la imagen para más info.)
El ser humano es una criatura social. Necesitamos sentirnos conectados a otras personas para sobrevivir y prosperar.

Tener buenas relaciones sociales, tanto con amigos como con familiares, es el elemento que más influencia tiene en la percepción que tenemos de la calidad de nuestra vida. Buenas relaciones significa bienestar, felicidad.

Ni el dinero ni el estatus; ni siquiera la salud, llegan a tener el mismo peso sobre la calidad de nuestra vida como lo tienen los lazos que creamos con otros seres humanos.

No sólo necesitamos conexión emocional, también necesitamos conectar a nivel físico. Abrazos, besos, apretones de manos, palmadas en la espalda y si, en lo que estás pensando con sonrisa ladina también es muy importante, son una vitamina necesaria para nuestra alma. El contacto físico constante con otros seres estimula nuestro bienestar emocional.

Sin embargo, así como las relaciones son imprescindibles para nuestra supervivencia, también necesitamos disfrutar de momentos de soledad, de momentos de pausa dedicados a interactuar con nosotros mismos.

El gran psiquiatra británico Donald Winnicott afirmaba que la capacidad de sentirse cómodo en soledad es una señal de salud psicológica.

No obstante, hoy, donde los dispositivos móviles, las redes sociales e Internet son una presencia permanente en nuestras vidas, muchos de nosotros hemos perdido la capacidad de disfrutar de la soledad. No son pocos aquellos que incluso la temen.

Evitamos estar a solas, desconectados, con mayor determinación y vigor del que utilizamos para escapar de encuestadores con “pequeños” sondeos de 100 preguntas.

Salimos a pasear el perro sujetando con una mano la correa y con la otra ‘texteamos’. En el consultorio del médico, mientras esperamos ser atendidos, curioseamos en Facebook. Cuando conducimos aprovechamos para hacer llamadas o simplemente llevamos la radio encendida.

A pesar de nuestro rechazo, pasar tiempo en soledad nos brinda enormes beneficios.

La soledad estimula la creatividad, el mejor arte ha sido creado en soledad. Cuando estamos solos, sin algo que capture nuestra atención, nuestra mente tiende a vagar sin rumbo alguno, vamos como soñando despiertos. El profesor Jonathan Schooler de la Universidad de Santa Bárbara, afirma que el aburrimiento y el soñar despiertos son fuente de incubación de ideas creativas. Esa es la razón por la cual una cantidad sorprendente de creativos (pintores, músicos, escritores, filósofos…) acostumbran a dar paseos en solitario.

Estar a solas, en silencio, también nos conduce a un estado más reflexivo, creamos un espacio donde somos más conscientes de nosotros mismos. Podemos observar, como si fuéramos meros espectadores (evitando vernos arrastrados por ellos) los pensamientos que surgen en nuestro cerebro.

Ser conscientes de lo que ocurre en nuestra mente nos permite crear la pausa necesaria para responder en lugar de reaccionar, para tomar control de nuestras acciones y no vernos gobernados por ellas.

Disfrutar de estar a solas no significa ser un solitario. Pasar tiempo en familia y con amigos es de las actividades más placenteras en mi vida. No obstante yo necesito tiempo, todos los días, y si es posible varias horas, de soledad.

Por las mañanas acostumbro a levantarme temprano, antes de que el resto de la ‘tropa’ lo haga para disfrutar de un momentos de soledad. Es ahí cuando en lugar de fijar mi vista hacia afuera, la giro y la pongo a mirar hacia adentro, hacia mi alma, para conocerme, para investigarme. Para aceptarme.
“Un hombre únicamente puede ser él mismo mientras está solo, y si él no ama la soledad, tampoco amará la libertad, porque es cuando está solo cuando realmente es libre", afirmó el filósofo alemán Arthur Schopenhauer.
Yo creo que en nuestra hiperconectada sociedad es más necesario que nunca crear momentos de callada soledad. Una tranquila caminata, lavar los platos en silencio, disfrutar a solas de una taza de té, son momentos que pueden traer serenidad y belleza a nuestras vidas. Momentos para deleitarnos con nosotros mismos.

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