viernes, 10 de junio de 2016

"Tú necesitas ayuda y los demás también necesitan ayuda. Tenéis que hacer más que aceptar la generosidad de los demás. A menudo, tenéis que ir y pedirla. Hasta que estés tan dispuesto a pedir ayuda como a darla, sólo estás resolviendo la mitad de la ecuación"

http://www.franciscoalcaide.com/2016/06/uno-de-los-secretos-para-llegar-lejos.html

Uno de los secretos para llegar lejos

Pedir ayuda no es ser débil, sino justo todo lo contrario, escribíamos hace tiempo en El peligro de la autosuficiencia. Allí explicábamos cómo la gente ‘ganadora’ pide ayuda cuando lo necesita y avanza en la vida; la gente con mentalidad ‘perdedora’ se refugia en su orgullo y queda estancada.

Nadie quiere dar la sensación de ser un flojo. Y esa es la sensación que tiene mucha gente al pedir ayuda. Sin embargo, la vida, a menudo, es paradójica, lo que parece no es. Y curiosamente las personas con autoestima más elevada son las que hacen muchas cosas que otros esconden o no hacen por inseguridad. Pedir ayuda, consejo, colaboración, dirección, contraste... sólo es propio de personalidades fuertes; de aquellas que tienen claro (muy claro) que avanzar exige estrechar lazos y buscar otras manos.

Como dice Keith Ferrazzi (@keithferrazzi) en su libro Nunca comas solo:
«Tú necesitas ayuda y los demás también necesitan ayuda. Tenéis que hacer más que aceptar la generosidad de los demás. A menudo, tenéis que ir y pedirla. Hasta que estés tan dispuesto a pedir ayuda como a darla, sólo estás resolviendo la mitad de la ecuación».
No puedes llegar a todo, ni hacerlo todo, ni conseguirlo todo. Sólo estás muy limitado, uno llega hasta donde llega, pero no más. La solución es obvia: PEDIR. En la obra Los principios del éxito de Jack Canfield se recogen las palabras del filántropo Percy Ross:

«Tiene que pedir. En mi opinión, pedir es el secreto más potente y olvidado
para alcanzar el éxito y la felicidad». 

La gente tiene tanto miedo a pedir porque tiene miedo al rechazo, y eso hiere el orgullo (sentirse importante) de la persona. Pero hay otra forma de verlo si tu enfoque diferente. Ya hemos dicho muchas veces que nuestra actitud tiene el poder de transformar cualquier acontecimiento. Una buena actitud te permite aprovecharte y sacar partido de cualquier situación. Una buena actitud lo cambia todo.

Sin duda alguna, para avanzar en la vida hay que arriesgar: hay que atreverse a buscar socios, hay que atreverse a buscar financiación, hay que atreverse a salir a la calle y vender, hay que atreverse a pedir ayuda... Y cuando uno se atreve a hacer todas esas cosas, muchas veces a uno le dan calabazas. Para poder tener éxito es necesario aprender a manejar el rechazo. El rechazo es parte normal de la vida. La gente que no acepta ser rechazada nunca logra nada. Un ‘no’ no es nada personal, no tiene que ver contigo, simplemente que la gente puede tener otras prioridades, o no tener tiempo para atenderte o que simplemente no le gustas a esa persona en concreto. Siempre habrá ocasiones en que nos van a decir ‘No’. No pasa nada. No le des más vueltas y llama a la siguiente puerta que alguna acaba abriéndose. Además, ¿cuál es el riesgo de que te digan ‘No’? Quedarse como uno estaba, o sea, ningún riesgo. Con otras palabras:

Para tener éxito, rechaza el rechazo.

El empresario Kike Sarasola (@sarasolakike), fundador de Room Mate Hotels, decía en una entrevista a raíz de la publicación de su libro Más ideas y menos másters: «El ‘no’ ya lo tienes, a mí me han dado veinte mil. Pero cuatro personas me dijeron ‘sí’ y ahora son mis cuatro socios». 

Sobre esta misma cuestión, hace apenas unos días Robert Kiyosaki (@therealkiyosaki), personaje incluido enAprendiendo de los mejores (Alienta, 9ª edición) contaba la siguiente historia:
«Cuando era un joven que trabajaba en Xerox, todavía recuerdo a mi primer cliente en Waikiki. Después de pasar una hora tratando de juntar valor suficiente para llamar a la puerta, finalmente entré para ver al propietario de una pequeña tienda de baratijas turísticas. Era un señor mayor que había visto a vendedores aprendices como yo durante años. Luego de tartamudear y sudar mientras le decía los argumentos de venta que memoricé sobre los beneficios de las fotocopiadoras Xerox, todo lo que hizo fue reírse de mí. “Hijo,” dijo, “Eres el peor que he visto en mi vida. Pero sigue adelante, porque si puedes superar tus miedos, tu mundo será muy brillante. Si renuncias, puede que termines como yo, sentado detrás de un mostrador 14 horas al día, 7 días a la semana, los 365 días del año, esperando que los turistas vengan. Yo espero aquí porque tengo demasiado miedo de salir y hacer lo que estás haciendo. Supera tus miedos y tu mundo se hará más pequeño cada año.” Al día de hoy, todavía le doy las gracias a ese viejo sabio».
No obstante, pedir también tiene su parte ciencia. No es lo mismo pedir de una manera que de otra. En Tu futuro es HOY (Alienta, 2ª edición) dejamos algunos tips:

1. Pide con claridad. Es importante ser preciso: decir lo que se quiere de manera clara ahorra tiempo y energía a la otra parte que sabrá cómo actuar. Las vaguedades generan inefectividad.

2. Pide con confianza. No dudes a la hora de pedir porque das la sensación de que pides algo que no te mereces. Si te decides a pedir, pide sin timidez.

3. Pide con consistencia. No todo sale bien, ni mucho menos a la primera. Hay gente que no puede o no querrá ayudarte. Otros no te contestarán o te darán largas. No pasa nada. No renuncies. Insiste.

4. Pide con sinceridad. Con el corazón, que de verdad pides lo que pides porque es bueno para ti, porque lo necesitas, que no es un mero capricho.

5. Pide sin comprometer. Hay que saber cuándo es oportuno pedir y cuándo no; y eso suele ser cuando puede comprometer a la otra parte.

6. Pide facilitando las cosas. Si es posible ofrece diferentes alternativas para que la otra parte tenga más opciones y no se vea en un callejón sin salida.

7. Pide dando previamente. No pidas sólo cuando lo necesitas, preocúpate antes por dar. Si das, recibirás cuando llegue el momento. La vida es un flujo de dar y recibir constante. Como apunta el propio Keith Ferrazzi:
«Hacer un favor no es una obligación, es una oportunidad. Cuantas más personas ayudes, más personas te ayudarán y más ayuda tendrás para poder ayudar a otros».
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* Hoy te dejo el artículo El factor crítico de éxito de los ganadores, publicado en el portal de negocios Sintea.

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