viernes, 30 de septiembre de 2016
LA FUERZA DE LA MENTE
http://www.lavanguardia.com/deportes/20161001/41699700591/ave-fenix-zanardi.html
Ave fénix, Zanardi
- ¿Cómo se rehace la mente del deportista que perdió ambas piernas en un accidente?
Cómo podrías renacer
sin antes haber quedado
reducido a ceniza
Friedrich Nietzsche
La doctora Anna Gilabert (36) tenía 19 años. Le gustaba la danza. Había jugado al baloncesto en el colegio y esquiaba con mucha frecuencia. Viajaba en un coche, de acompañante, sentada atrás. El coche se salió de la vía y se estrelló. La doctora Gilabert sufrió una lesión medular.
Se quedó en la silla de ruedas.
Ocurrió el 20 de diciembre de 1999. ¿Cómo va a olvidar esa fecha?
Pasó tres meses ingresada en el hospital Vall d’Hebron, en Barcelona. Luego, en la rehabilitación ambulatoria, ponía el oído. Le gustaba escuchar las historias de otros. Conversaba con ellos en las salas de espera. Se cruzó con un joven en silla de ruedas que practicaba el atletismo paralímpico.
–Hasta entonces, yo no lo había practicado nunca –me cuenta la doctora.
Estamos en una sala del Institut Guttmann, en Badalona. Es un lugar amplio y silencioso. Las montañas de Badalona asoman tras las generosas cristaleras.
La doctora trata el tema con una desenvoltura pedagógica. Es doctora en Psicología. Tiene un máster en Psicoterapia Familiar por la UAB y otro en Rehabilitación Neuropsicológica y Estimulación Cognitiva por el Institut Guttmann. Una eminencia en la materia. Ha tratado a cientos de pacientes y se ha estudiado a sí misma. Su marido también es médico en Guttmann.
Vuelta atrás, al año 2000.
Tras escuchar a aquel joven atleta paralímpico, la doctora había decidido sumergirse en el mundo del atletismo. Pronto aparecía en las pistas de Granollers, base de entrenamiento de un grupo.
–No había pasado un año cuando ya viajaba al medio maratón de Oita, en Japón. Es uno de los más importantes del mundo en silla de ruedas –me dice–. Aquel fue un punto de inflexión. Éramos un grupo de viaje, pero al fin y al cabo iba sola. Vi que podía adaptarme a mi nueva situación, comprobar que era autónoma. Podía desenvolverme en la habitación y en el vuelo...
Diez meses más tarde se estrellaba Alex Zanardi. Había sido piloto de F-1 para Williams, Jordan, Minardi y Lotus. Aquella época ya había pasado. Ahora disputaba carreras de la F-Cart, hoy las IndyCar Series. Disputaba el GP de Lausitzring (Alemania), cerca de Berlín. Estaba en la vuelta 143, de entre 154. Salía de boxes cuando
le arrolló Alex Tagliani, que iba a 320 km/h.
le arrolló Alex Tagliani, que iba a 320 km/h.
Zanardi salvó la vida pero perdió ambas piernas.
Conserva un pensamiento de su vida anterior:
“Antes del accidente, más de una vez me había preguntado qué haría si me pasaba algo así. La respuesta era que me suicidaría. Sin embargo, cuando me ocurrió, el suicidio no me pasó por la cabeza. Estaba feliz porque estaba vivo”.
–En la primera fase del shock, uno no acaba de ser consciente de los cambios que se le vienen encima –me dice la doctora–. Se entra en una situación totalmente nueva. Nadie cree que le va a suceder algo así. Se producen muchas reacciones: incredulidad, tristeza, rabia. Se avanza en un proceso de asimilación y duelo que desemboca en la aceptación y la adaptación a las nuevas circunstancias.
Tres meses después de su accidente, Alex Zanardi conseguía ponerse en pie sobre unas prótesis especiales.
Aquel fue un acto público.
Caminando, fue a abrazarse a Michael Schumacher. El alemán, siete veces campeón del mundo de F-1, sigue hoy peleando por la vida. Hace dos años se salió de pistas mientras esquiaba en Méribel (Francia). Se golpeó en la cabeza y sufrió una lesión cerebral hasta ahora irreversible.
Zanardi decidió reconstruirse. Tenía herramientas: su personalidad de base. El entorno. Y el instinto de superación, el mismo que le había convertido en un piloto de primera línea.
–En el momento inicial, estos pacientes tienen especiales dificultades –dice la doctora–. Para ellos, el golpe es particularmente duro: el cuerpo lo es todo. Y el deporte es una obsesión. Lo viven muy mal. Pero tras el proceso de adaptación, entonces avanzan con gran facilidad: están muy trabajados. Y son capaces de plantearse muy pronto retos que otros nunca se plantearían.
Diez años más tarde, Zanardi ganaba el maratón de Nueva York en la categoría de ciclismo de mano. En el 2012 lograba dos oros en los Paralímpicos de Londres. Y este verano recibía otras dos medallas en Río.
–Al final, ¿la mente te permite salir adelante? –pregunto a la doctora.
–Esta es una montaña rusa de muchos años. Ni uno ni dos. Puedes adaptarte desde un punto de vista práctico. Pero a nivel emocional, en lo nuclear, no es tan sencillo.
–¿Se sale? –le insisto.
–Las subidas y las bajadas van perdiendo intensidad. Aunque no puedes olvidar que tu propia identidad se ha visto alterada.
–Y usted, ¿hace deporte a diario?
–Esquío, eso sobre todo. Y hago hand bike, menos de lo que quisiera.
–¿Y eso?
–Mi hijo, que me coge tiempo. Se llama Martí. Por cierto, tengo que dejarle, dentro de un rato me reúno con su tutora. Tiene tres años, está en P3. Estamos empezando.
Sí, la vida sigue.
En busca de las semejanzas
http://notasaprendiz.weebly.com/blog/en-busca-de-las-semejanzas
"No estamos tan lejos, los dos vemos la misma luna"
Esta mañana iba yo corriendo y de repente pude escuchar la música que salía de un coche estacionado.
Lo que sonaba era algo semejante a un rap. Se oía una voz que parecía mas bien estar hablando en lugar de cantando, y había un poco de música de fondo.
Como pasé rápido junto al coche, no porque esté muy en forma sino porque era una bajada, no pude enterarme sobre qué trataba la canción. Pero si alcancé a ver que dentro del auto una chica prestaba completa atención a su letra. Estaba absorta.
Debo confesar, con vergüenza, que mi reacción inicial fue un poco desdeñosa. Claramente la chica estaba muy interesada en lo que estaba escuchando, y a mi me pareció difícil de creer que ese tipo de música tenga mensajes tan profundos que requieran ese grado de atención.
Tontos prejuicios prejuicios los míos.
Por fortuna, en fracciones de segundo surgió en mi mente otro pensamiento, uno más amable y fraternal.
En lugar de pensar en las diferencias me fijé en las semejanzas. Ella, como yo hago con los libros, estaba buscando entendimiento, deseaba claridad. Como yo, buscaba respuestas donde cree que las puede encontrar.
De inmediato surgió en mí un sentimiento de camaradería; estábamos unidos por nuestra incertidumbre.
La realidad es que todos andamos un poco perdidos. Esto de vivir es a veces enredado y las respuestas a todas nuestras dudas no se hayan en el fondo de una caja de cereal. Así que buscamos por donde podemos.
Pero no es sobre nuestras dudas existenciales sobre lo que me quiero detener, es sobre la bendita manía que tenemos los seres humanos de andar juzgándonos y comparándonos los unos a los otros. Como hice al principio con aquella entusiasta del rap.
Miramos a un lado y decimos: “esa está más gorda que yo” y ahhh… una brisa tibia acaricia a nuestra alma. O, “a mi vecino lo acaban de nombrar en un puestazo”; mier*a. “Vaya novio más bueno y encantador se consiguió la tonta esa”, arrrgg.
Lo que sonaba era algo semejante a un rap. Se oía una voz que parecía mas bien estar hablando en lugar de cantando, y había un poco de música de fondo.
Como pasé rápido junto al coche, no porque esté muy en forma sino porque era una bajada, no pude enterarme sobre qué trataba la canción. Pero si alcancé a ver que dentro del auto una chica prestaba completa atención a su letra. Estaba absorta.
Debo confesar, con vergüenza, que mi reacción inicial fue un poco desdeñosa. Claramente la chica estaba muy interesada en lo que estaba escuchando, y a mi me pareció difícil de creer que ese tipo de música tenga mensajes tan profundos que requieran ese grado de atención.
Tontos prejuicios prejuicios los míos.
Por fortuna, en fracciones de segundo surgió en mi mente otro pensamiento, uno más amable y fraternal.
En lugar de pensar en las diferencias me fijé en las semejanzas. Ella, como yo hago con los libros, estaba buscando entendimiento, deseaba claridad. Como yo, buscaba respuestas donde cree que las puede encontrar.
De inmediato surgió en mí un sentimiento de camaradería; estábamos unidos por nuestra incertidumbre.
La realidad es que todos andamos un poco perdidos. Esto de vivir es a veces enredado y las respuestas a todas nuestras dudas no se hayan en el fondo de una caja de cereal. Así que buscamos por donde podemos.
Pero no es sobre nuestras dudas existenciales sobre lo que me quiero detener, es sobre la bendita manía que tenemos los seres humanos de andar juzgándonos y comparándonos los unos a los otros. Como hice al principio con aquella entusiasta del rap.
Miramos a un lado y decimos: “esa está más gorda que yo” y ahhh… una brisa tibia acaricia a nuestra alma. O, “a mi vecino lo acaban de nombrar en un puestazo”; mier*a. “Vaya novio más bueno y encantador se consiguió la tonta esa”, arrrgg.
Comparamos de todo: inteligencia, atractivo físico, riqueza, posesiones, logros, comportamiento de los hijos, éxito…
Este es un hábito mental perjudicial, y nos conduce a sentimientos malsanos: egoísmo, avaricia, celos, inseguridad, ansiedad o excesivo orgullo.
Ahora bien, ¿cómo podemos abandonar ese mal hábito? Aplicando la fórmula contraria. Cuando te sorprendas fijandote en las diferencias, juzgándote a ti y a los demás, piensa en su lugar en las semejanzas. Las primeras producen sentimientos de alejamiento y las segundas de confraternidad, compasión y afinidad.
Son muchas más las cosas que nos unen que nuestras diferencias. Todos los seres humanos compartimos las mismas necesidades: amor, conexión, seguridad, libertad, etc.
Todos, aunque nos empeñemos en aparentar lo contrario, libramos dentro de nosotros tremendas luchas; estamos llenos de inseguridades, miedos, vergüenzas y muchas otras cosas más.
Así que vernos los unos a los otros con ojos compasivos es más apropiado que vernos con ojos competitivos.
Este es un hábito mental perjudicial, y nos conduce a sentimientos malsanos: egoísmo, avaricia, celos, inseguridad, ansiedad o excesivo orgullo.
Ahora bien, ¿cómo podemos abandonar ese mal hábito? Aplicando la fórmula contraria. Cuando te sorprendas fijandote en las diferencias, juzgándote a ti y a los demás, piensa en su lugar en las semejanzas. Las primeras producen sentimientos de alejamiento y las segundas de confraternidad, compasión y afinidad.
Son muchas más las cosas que nos unen que nuestras diferencias. Todos los seres humanos compartimos las mismas necesidades: amor, conexión, seguridad, libertad, etc.
Todos, aunque nos empeñemos en aparentar lo contrario, libramos dentro de nosotros tremendas luchas; estamos llenos de inseguridades, miedos, vergüenzas y muchas otras cosas más.
Así que vernos los unos a los otros con ojos compasivos es más apropiado que vernos con ojos competitivos.
Merecimiento y Competencia: claves de la Autoestima
https://mariamikhailova.com/2016/09/29/claves-basicas-de-la-autoestima-merecimiento-y-competencia/
Hoy quiero ayudarte a no perder tu tiempo. En el tema que muchos autores consideran como el más importante para la salud psicológica existe una ingente cantidad de libros, artículos, programas, talleres y ejercicios.
Hoy tengo el placer de contar en mi blog con una de mis primeras clientes de mentoring, Bea Álvarez, psicóloga, coach y master en trastornos alimentarios. El tema de la autoestima es uno de los pilares de su método para mejorar tu relación con la comida, dejar de darte atracones y comer emocionalmente, pues lo que ella promueve no es adelgazar para llegar a estándares socialmente establecidos, sino encontrar tu peso natural, amarte tal cual eres, sentirte bien con tu cuerpo y vivir de manera coherente tu vida. Me encanta su enfoque, por eso disfruté tanto trabajando en su proyecto profesional. Y hoy Bea nos trae un artículo imprescindible. Estoy aprendiendo muchísimo con este post y espero que tú también lo hagas.
Hoy quiero ayudarte a no perder tu tiempo. En el tema que muchos autores consideran como el más importante para la salud psicológica existe una ingente cantidad de libros, artículos, programas, talleres y ejercicios.
La popularización del tema de la autoestima ocurrida en los años noventa del pasado siglo fue maravillosa, porque trajo a primera línea un tema de vital importancia para la sensación interior de bienestar.
Por contra, produjo una proliferación de métodos y ejercicios, muchos de los cuales poseen una dudosa eficacia.
Si deseas fortalecer tu autoestima debes elegir con buen criterio el tipo de ejercicios que vas a realizar, es decir, elegir aquellos que realmente funcionen.
Veamos, basándonos en la investigación, cuáles son los componentes de la autoestima, y, de acuerdo a ello, qué tipo de ejercicios son eficaces para fortalecerla.
Pero antes, me gustaría hablar acerca de por qué es tan importante que trabajes en fortalecer tu autoestima.
Al fin y al cabo, no es una tarea sencilla; si deseas lograr resultados tendrás que emplearte a fondo dedicándole tiempo y energías. Tiene que haber buenos motivos para hacer esto.
En el terreno en que más me muevo, el de los trastornos alimentarios, el sobrepeso y la obesidad, hay muy buenos motivos, pues existe una estrecha relación entre una autoestima fuerte y una buena relación con la comida.
Veamos otros motivos.
Porqué es importante que trabajes en tu autoestima
- La autoestima es una necesidad básica. El primer y más importante motivo para trabajar en tu autoestima, si ésta es deficitaria, es que es una necesidad básica del ser humano. No es un capricho, una opción, algo que puedo elegir hacer para simplemente sentirme mejor. Te des cuenta o no, al ser una necesidad, haces un montón de cosas dirigidas a preservar tu autoestima y a aumentarla.
- Determina en gran medida tu sensación interior de bienestar y paz. Puedes odiar a otra persona, una actividad o un lugar. De todo esto puedes encontrar descanso y formas de alejarte. Pero si no te caes bien a ti misma, si te desagradas, la sensación de malestar es tan continua (y tan dolorosa, al fin y a cabo se trata de ti, no de algo o alguien ajeno) que es difícil de soportar.
- Es la mejor base para que se desarrolle tu vida. Si te aprecias, si te sientes a gusto en tu piel, aparece una sensación básica y estable de bienestar. Esto no quiere decir que siempre vayas a estar feliz y contenta. Quiere decir que sobre esa sensación de sentirte bien contigo se va a soportar todo: las alegrías, las penas, los enfados, las frustraciones, los logros, los fracasos, la crítica ajena, los aciertos, la pérdida, el miedo, el amor... Esa sensación de: "Estoy bien como estoy" , "Soy buena persona", "Me acepto a mí misma" , "Me gusto" , es la base estable sobre la que se desarrollará todo lo demás, incluidos el crecimiento y el cambio (porque aunque te gustes y te aceptes en términos generales, habrá aspectos concretos de ti que desees cambiar).
- Es posible que vivas orientada hacia los logros en lugar de hacia tu realización personal. Esto está relacionado con el hecho comentado más arriba de que la autoestima es una necesidad básica. Como expliqué, las personas con autoestima baja, se den cuenta o no, hacen un montón de cosas para subirla. Una de las estrategias más frecuentes es la de conseguir éxitos, logros. En la mente de la persona está lo siguiente: "Si consigo ascender en mi trabajo, si consigo ganar más dinero, si consigo un cuerpo 10, si consigo adelgazar, si consigo entrar en tal círculo social, si consigo ser una gran jugadora de tenis, si consigo tener una gran casa, si consigo... entonces me sentiré bien conmigo". Es el típico caso de la persona que logra grandes éxitos a nivel profesional pero nunca está satisfecha y tiene que conseguir otro... y otro; es la necesidad compulsiva del éxito. Pero, ¿y si no tuvieras que luchar para sentirte bien contigo, porque eso ya lo tuvieras? Entonces ya no desarrollarías actividades para obtener a la desesperada un poco de afecto (propio o ajeno), las harías tranquilamente dirigiéndote a tu realización personal; no conseguir, no lograr en este caso, es desagradable y frustrante, pero no es una catástrofe.
Hay muchos más motivos para realizar este fortalecimiento de tu autoestima, y sobre todo, están los más importantes, tus propios motivos. Es esencial que antes de iniciar este trabajo reflexiones sobre ellos, pues serán tu sustento cuando un día no te apetezca realizar los ejercicios, o te parezca que no hay avance y desees abandonar o te aburras.
Cuáles son los componentes de la autoestima
Chris Mruk realizó a mediados de los años noventa del siglo pasado un estudio basándose en todo lo que se había escrito hasta ese momento sobre autoestima desde la Psicología.
En este estudio extrajo y definió, entre otras cosas, la estructura fundamental de la autoestima.
Los dos componentes básicos de la autoestima son el merecimiento y la competencia:
- Merecimiento: el merecimiento se basa en recibir. Se inicia con la acogida que se te hace al llegar a este mundo; si fuiste deseada, si se te miraba, si en los ojos de los demás percibías alegría al verte, si eras fuente de enriquecimiento, si eras aceptada, si se te atendía y respetaba, si se cubrían tus necesidades y se te ponían límites, si te sentías cuidada. Si, sobre todo durante los primeros años de vida (aunque también después), se te transmite con fuerza que mereces ser querida y eres querida, desarrollarás este aspecto de tu autoestima. Llegarás a sentir que eres merecedora de vivir, de recibir amor y respeto, de todo lo bueno que consigas y de todo lo bueno que te llegue. Esto es crecer con una sensación de merecimiento. Si te sientes querida por ser quien eres, sin más, durante la infancia y adolescencia, llegas a quererte por ser quien eres y te independizas de la necesidad de aceptación ajena; te lo dieron cuando era necesario y ya no lo necesitas en la etapa adulta porque ya te lo puedes dar tu. Si nunca lo recibiste ni lo recibes en algún momento, seguirás buscando ese amor y aceptación ajenos durante toda la vida; esto genera una dependencia de los demás que no te beneficia.
- Competencia: la competencia se desarrolla un poco más tarde que el merecimiento, aunque he leído autores que indican que se inicia ya desde el llanto y la succión, otros hablan de los 2-3 años, y otros indican que se inicia hacia los 5-6 años. Sea como sea, no se desarrolla, como el merecimiento, sobre lo que hacen o nos proporcionan los demás, si no que se construye sobre la experiencia de ser eficaz. ¿Qué se me da bien? ¿Qué consigo? ¿ Cómo influyo sobre lo que ocurre y sobre los demás? Si desde los primeros años vas descubriendo que se te da muy bien dibujar, o hacer circuitos de trenes; que apruebas en el colegio, o sacas buenas notas; que eres buena al baloncesto, o patinando, o jugando al ajedrez; que cuando estás con tu grupo de amigas y amigos influyes, si lo deseas, en la decisión de a qué se juega; si ves que ya te puedes vestir solo, que sabes atarte los zapatos, que tu madre te da dinero y vas solo a comprar el pan. Si tus padres te dan responsabilidades adecuadas a tus capacidades y puedes comprobar que puedes hacer determinadas cosas por ti misma; cuando te hacen notar las cosas que se te dan bien; cuando favorecen tu independencia. Cuando todo esto va sucediendo durante los primeros años (y también después), vas generando una sensación de competencia, de que eres capaz de desenvolverte en el mundo, una sensación de confianza en ti misma.
Todo esto cuando eres niño; pero ¿y si llegas a mayor y tienes una deficiente autoestima? Ahí es cuando entra en juego el fortalecimiento de la autoestima. Las principales técnicas para dicho fortalecimiento se basan en el aumento del merecimiento y/o de la competencia.
Cuáles son los ejercicios más eficaces para fortalecer la autoestima
No pretendo ni podría ser exhaustiva en este apartado. En la orientación en que me muevo existen muchísimos ejercicios y en otras orientaciones psicológicas, otras formas de trabajarla.
Pero las directrices que te voy a ofrecer serán una buena guía para elegir tus ejercicios de autoestima y tener mayor seguridad de que te funcionarán; para, como te decía al principio del post, no perder el tiempo dedicando esfuerzos a ejercicios que no te darán resultado.
Las personas con baja autoestima no siempre presentan déficit en ambos componentes. Se puede tener un alto sentimiento de competencia y la sensación de no ser merecedora; o un alto merecimiento y baja competencia.
1# Fortalecer la autoestima a través del merecimiento
Si lo que necesitas es fortalecer el merecimiento busca ejercicios:
a) Que incrementen el feedback positivo
El feedback ajeno, es decir, lo que nos dicen otras personas acerca de quiénes somos y lo que hacemos, es el que de manera natural establece nuestra autoestima.
Si queremos tomar las riendas de nuestra autoestima, tenemos que ocuparnos de recibir feedbacks positivos y realistas.
¿Cuáles son las fuentes de este tipo de feedback? Puedes obtenerlo de la relación conpersonas positivas, respetuosas y aceptantes; esto puede parecer obvio, y obvio que no elegimos estar con personas que no nos tratan bien... pero la realidad es que a veces estamos con personas que nos tratan de manera poco respetuosa, que nos tratan mal, y que por nuestra historia personal seguimos enredados en tales relaciones.
Recibirás también este tipo de feedback si participas en un grupo de autoestima o recibes terapia.
Y lo más importante, puedes obtenerlo de ti misma.
Este tipo de ejercicios básicamente buscan que generes consciencia de todas tus características positivas, que saques a la luz tus virtudes y fortalezas. Si tienes un bajo sentido de merecimiento probablemente no tienes un diálogo interno en el cuál te hables de tus cualidades, de tus logros, de tus esfuerzos moviéndote hacia aquello que valoras. Seguramente no te refuerzas por todo esto.
Este tipo de ejercicios pueden consistir en simples listados de cualidades y logros, hasta descripciones más exhaustivas de tus aspectos positivos, recreándote en ellos.
Algo importante para que esta técnica funcione es la repetición y la credibilidad.
Es decir, ir incluyendo características que realmente te creas de ti, y leer la lista o descripción a diario durante varias semanas.
Es un ejercicio muy agradable y si se realiza con constancia generalmente el resultado es muy positivo.
Para realizar este feedback positivo encuentro muy útil un ejercicio descrito en el libro :"Autoestima" de McKay y Fanning. Es el ejercicio descrito en el capítulo 4, llamado:Autoevaluación precisa.
b) Que te ayuden a realizar Reestructuración Cognitiva
Los ejercicios de reestructuración cognitiva se utilizan aquí para deshacer los patrones irracionales de pensamiento asociados con la conducta auto-derrotista. Además, esta técnica se utiliza para impedir que se lleven a término las profecías auto-cumplidas.
El pensamiento distorsionado lleva a conductas poco beneficiosas y a percibirse de modo negativo. Si se corrigen los errores cognitivos, la forma de percibirse a una misma, las emociones y la forma de comportarse cambian.
Existen diferentes formas de realizar la Reestructuración Cognitiva. Podemos seguir para ello por ejemplo a David Burns o Albert Ellis.
David Burns describe las distorsiones cognitivas y cómo modificarlas en su libro: "Sentirse bien".
2# Fortalecer la autoestima a través de la competencia
Si lo que necesitas es fortalecer la competencia busca ejercicios que:
a) Ayuden a incrementar la capacidad para manejar retos vitales con mayor efectividad
El instrumento simple más poderoso para este fin es probablemente la Técnica de Resolución de Problemas. Aplicar esta técnica incrementa el número de éxito en situaciones muy variadas, tanto rutinarias como excepcionales, que forman parte inevitable de la vida.
b) Ayuden a manejar los errores
Los errores son inevitables, una gran fuente de aprendizaje y también, una fuente de sufrimiento y baja autoestima si no se saben procesar adecuadamente. Los errores mal interpretados pueden hacerte sentir realmente muy incompetente.
Para que los errores sean de utilidad y no dañen nuestro interior, es importante aprender ainterpretarlos como un componente natural y valioso de la vida, que nos ayuda a progresar y que forma parte inevitable de cualquier aprendizaje.
- ¿Cuáles son las emociones más útiles que te pueden despertar los errores?
Tus emociones tras un error serán útiles si son emociones de desagrado, fastidio, motivación para aprender, aceptación, deseo de cambio...
- ¿Cuáles son las emociones más inútiles que te pueden despertar los errores?
Tus emociones tras un error serán inútiles si son emociones de depresión, sentimientos de derrota, parálisis, apatía, desgana, culpa intensa...
Puedes utilizar las emociones que sientes tras cometer errores como un indicativo de si tu forma de interpretar los errores te ayuda a conseguir tus objetivos y a mantener tu autoestima a buen nivel, o por el contrario te está perjudicando.
Existen muchísimos más ejercicios, técnicas y formas de cuidar e incrementar tu autoestima; esta es solo una brevísima guía que espero te haya sido de utilidad.
Si realmente tienes carencias en cuanto a tu autoestima mi consejo es que inicies esta tarea de fortalecerla, el resultado vale la pena.
Un abrazo, quiérete mucho.
Todos tenemos tiempo… ¡No hay excusas!
Hagamos lo que hagamos, todos tenemos la misma cantidad de tiempo para hacer lo que tenemos que y debemos hacer; ¿estás haciendo lo necesario para sacar el máximo provecho posible a cada minuto de tu existencia?
Un momento de la vida
“Uno llega a un momento de la vida en que de la gente que ha conocido son más los muertos que los vivos. Y la mente se niega a aceptar otras fisonomías, otras expresiones: en todas las caras nuevas que encuentra, imprime los viejos calcos, para cada una encuentra la máscara que más se adapta”. Italo Calvino
Maneras de mejorar la confianza en nosotros mismos
https://brujulacuidador.com/2016/09/26/5-maneras-de-mejorar-la-confianza-en-nosotros-mismos/
La confianza en uno mismo no es una cualidad que despierta un día porque sí y por sí misma, sino que se construye con el tiempo y requiere trabajo. Los sentimientos de indignidad, las humillaciones o los miedos a los que todos, unos más y otros menos, nos vemos sometidos desde la infancia no nos lo ponen fácil. Pero nunca es tarde para empezar a construir, aunque haya que poner la primera piedra.
La clave para mejorar la confianza en uno mismo es saber que no es algo que se pueda aprender, como un conjunto de reglas, sino que se construye de un estado mental. Este estado mental pasa por pensar en positivo, practicar, formarse, conocerse y hablar con los demás, entre otras cosas.
Cree en ti como un ser original
Compararnos con los demás solo lleva a la erosión de la confianza en uno mismo. En el fondo, es absurdo compararse, porque cada uno somos de una manera. En vez de perder el tiempo en compararte con otros y compadecerte, empléalo en explotar tus facultades, en desarrollar tus habilidades y en cumplir con tus propósitos.
No eres igual que los demás. No necesitas serlo. Con lo que tienes es suficiente, tiene que ser suficiente, porque es lo que tienes. Lamentarte por no ser de otra manera solo menoscabará tu autoestima. En vez de eso, busca dentro de ti tus fortalezas. Las tienes, pero no las has explorado porque has pasado demasiado tiempo lamentándote.
Recuerda quién eres, lo que has pasado y lo que te hace especial. Al conocer a tu verdadero yo, la persona que está debajo de la fachada renacerá.
Deja atrás el dolor del pasado
El pasado, ¿pasado está? No siempre. El pasado solo queda atrás cuando eres capaz de perdonar y perdonarte, cuando eres capaz de aprovechar las experiencias dolorosas para aprender y para hacerte fuerte. Las experiencias dolorosas del pasado son las que te han convertido en quien eres hoy.Siéntete orgulloso de tus cicatrices, porque son tu fuerza.
A veces la carga de recuerdos y traiciones pasadas pesa sobre nosotros y los efectos de los errores cometidos nos hacen sentir culpables. En vez de arrastrar todo este dolor, elige perdonar y dejar atrás a todo estos. Mira hacia delante, vive el presente y céntrate en tu siguiente punto de destino.
Todo lo que te ha pasado son las lecciones que debes poner en la base para tu crecimiento, para crear un nuevo nivel de pensamiento y ser más fuerte y más maduro. No cargues con ellos, úsalo para crecer, para apoyarte.
Vence el miedo a salir de tu zona de confort
Salir de la zona de confort es algo arriesgado y, por lo tanto, puede dar miedo. Pero es ahí fuera donde ampliarás tus horizontes y donde descubrirás un mundo lleno de posibilidades que desconocías hasta ahora. Pero tienes que salir para verlo.
Dar este primer paso, aunque sea pequeño, te ayudará a conocerte mejor, a explorar tus verdaderas capacidades y a superar la primera y verdadera barrera: tú mismo. Tus límites están donde tu los pones.
Solo se puede ganar confianza en uno mismo haciendo lo que más se teme. Cuando te enfrentas a esos miedos te das cuenta de que tus temores no son más que un producto traicionero de tu mente. Y cuando lo haces te sientes poderoso, con capacidad para hacer mucho más.
Tú eres mucho más que tu pasado o tus títulos
Quién eres no viene definido por tu pasado, por tu apellido o por tus títulos. Puede que eso le importe a muchos de los que están a tu alrededor, pero tú eres mucho más que eso. Tú no te defines por eso. Forma parte de ti, por supuesto, pero hay muchas más cosas que completan tu verdadero yo.
Para aumentar la confianza en ti mismo tienes que reconocerte, encontrarte y decidir apostar por ti. Descubrirte provocará en ti una profunda transformación. Empezarás a actuar de otra manera, más consciente y más enfocada.
Ese conocimiento te permitirá también encontrar tus vulnerabilidades. Enfrenta tus debilidades con amor para darles un sentido, que no es otro que mostrarte el camino para mejorar y crecer.
Vive la vida bajo tus propios valores
Tu espíritu muere lentamente cuando vives contradiciendo tus propios valores. Tu vida es tuya y, por lo tanto, eres responsable de ella. Si te dejas llevar por lo que te marcan desde fuera y no eres fiel a ti mismo dejas de ser libre, te sometes y pierdes la confianza, puesto que te dejas llevar.
Si estás en una situación o en una relación que no te gusta, recuerda que eso no es más que el resultado de tus decisiones. Recuerda también que estas preparado para elegir un camino mejor por ti mismo, aunque pueda parecer imposible de romper el patrón.
Pero si replanteas la situación y la filtras a través de tus valores, verás cómo tu confianza florece como resultado de tu tenacidad y fuerza mental. Tus valores son mucho más fuertes que las imposiciones externas y que las convenciones sociales. Si nadie vive por ti, nadie puede decidir por ti. Por lo tanto, repasa tus valores y encuéntrate a ti mismo.
La confianza en sí crece cuando dirigimos nuestra propia vida, cuando somos los conductores en lugar de los pasajeros. Tomar decisiones sobre la base de lo que es correcto para ti te ayudará a superar las dificultades inevitables. Esto también hará crecer tu confianza en ti mismo.
Eva María Rodríguez
Si piensas...
"Si piensas que estás vencido, lo estás; Si piensas que no te atreves, no lo harás; Si piensas que no puedes, no lo lograrás; porque en el mundo encontrarás que el éxito comienza con la voluntad del hombre; todo está en su estado mental; porque muchas carreras se han perdido antes de haberse corrido; y muchos cobardes han fracasado antes de haber su trabajo empezado; piensa en grande y tus hechos crecerán; piensa en pequeño y quedarás atrás; piensa que puedes y podrás; todo está en el estado mental; si piensas que estás aventajado, lo estás; tienes que pensar bien para elevarte; tienes que estar seguro de ti mismo antes de intentar ganar un premio; la batalla de la vida no siempre la gana el hombre más fuerte, o el más ligero; porque, tarde o temprano, el hombre que gana es aquel que cree que puede hacerlo". Arnold Palmer
Sin límites
http://notasaprendiz.weebly.com/blog/sin-limites
"Muchos de nuestros sueños en un primer momento parecen imposibles, luego parecen improbables, y después, cuando convocamos a nuestra voluntad, pronto se vuelven inevitables" --Christopher Reeve
Muchos de nosotros tenemos sueños secretos aplazados o, peor aún, abandonados de forma definitiva.
Algunos desearíamos escribir un libro, o ser cantantes; o quizá tu sueño sea cambiar de profesión, viajar por el mundo, contribuir con el bienestar de muchas personas…
Sin embargo cuando comparamos ese gran anhelo con nuestra situación actual, cuando comprendemos lo lejos que estamos; los recursos, los conocimientos y las habilidades que nos hacen falta; nos decimos: “es imposible”.
Y no, no es imposible, o para suavizarlo un poco: casi nunca es imposible. Nuestro error radica en que evaluamos la situación con un marco temporal inadecuado. Observamos nuestro gran sueño con lentes de corto alcance.
Cuando vemos todo lo que nos hace falta, y entendemos que no podemos eliminar esas carencias en cuestión de semanas, meses, o cuando mucho un año, es cuando nos parece inalcanzable.
Pero si nos ponemos los lentes para ver de lejos. Si dejamos de pensar en semanas y meses, y consideramos plazos mucho más amplios: lustros, décadas; lo imposible se convierte en probable. Los límites desaparecen.
La realidad es que si estamos dispuestos a trabajar durante años para adquirir las habilidades necesarias para llevar a cabo nuestro sueño, nuestras opciones de triunfo se multiplican de manera espectacular.
Cada uno de nosotros podemos ser muy buenos en cualquier cosa que nos propongamos. No mañana. Ni pasado. Tampoco en seis meses. Pero quizá en cinco años sí, y en diez seguro que seras un mega crack.
Yo me imagino que tu, al igual que yo, tienes planes de permanecer por el vecindario los próximos diez años. Entonces, ¿por qué no darle una oportunidad a ese gran sueño? ¿Por qué no empezar a trabajar desde ahora para que la próxima década sea una llena de satisfacciones y logros? La mejor de tu vida.
Y no importa la edad que tengas. Si tienes 20, 40, 60 u 80, que mas da. Siempre hay tiempo para hacer realidad nuestros sueños.
Hace unos meses leí la historia de una señora de 80 años que se apasionó por la dinastía ptolemaica, debido a su interés empezó a investigar y a leer cuanto pudo encontrar sobre el tema. A los 90 años la diligente anciana era una gran autoridad mundial en esa dinastía, y era invitada con frecuencia a dar charlas y conferencias.
La cuestión es creer que es posible, y después trabajar para que sea una realidad. Convicción y acción son la fórmula secreta del éxito. De tu éxito.
Algunos desearíamos escribir un libro, o ser cantantes; o quizá tu sueño sea cambiar de profesión, viajar por el mundo, contribuir con el bienestar de muchas personas…
Sin embargo cuando comparamos ese gran anhelo con nuestra situación actual, cuando comprendemos lo lejos que estamos; los recursos, los conocimientos y las habilidades que nos hacen falta; nos decimos: “es imposible”.
Y no, no es imposible, o para suavizarlo un poco: casi nunca es imposible. Nuestro error radica en que evaluamos la situación con un marco temporal inadecuado. Observamos nuestro gran sueño con lentes de corto alcance.
Cuando vemos todo lo que nos hace falta, y entendemos que no podemos eliminar esas carencias en cuestión de semanas, meses, o cuando mucho un año, es cuando nos parece inalcanzable.
Pero si nos ponemos los lentes para ver de lejos. Si dejamos de pensar en semanas y meses, y consideramos plazos mucho más amplios: lustros, décadas; lo imposible se convierte en probable. Los límites desaparecen.
La realidad es que si estamos dispuestos a trabajar durante años para adquirir las habilidades necesarias para llevar a cabo nuestro sueño, nuestras opciones de triunfo se multiplican de manera espectacular.
Cada uno de nosotros podemos ser muy buenos en cualquier cosa que nos propongamos. No mañana. Ni pasado. Tampoco en seis meses. Pero quizá en cinco años sí, y en diez seguro que seras un mega crack.
Yo me imagino que tu, al igual que yo, tienes planes de permanecer por el vecindario los próximos diez años. Entonces, ¿por qué no darle una oportunidad a ese gran sueño? ¿Por qué no empezar a trabajar desde ahora para que la próxima década sea una llena de satisfacciones y logros? La mejor de tu vida.
Y no importa la edad que tengas. Si tienes 20, 40, 60 u 80, que mas da. Siempre hay tiempo para hacer realidad nuestros sueños.
Hace unos meses leí la historia de una señora de 80 años que se apasionó por la dinastía ptolemaica, debido a su interés empezó a investigar y a leer cuanto pudo encontrar sobre el tema. A los 90 años la diligente anciana era una gran autoridad mundial en esa dinastía, y era invitada con frecuencia a dar charlas y conferencias.
La cuestión es creer que es posible, y después trabajar para que sea una realidad. Convicción y acción son la fórmula secreta del éxito. De tu éxito.