jueves, 28 de enero de 2010

4D, Descubrir: "el poder está dentro de mí"

Descubrir:
Comienza con una pregunta poderosa para conectarte con el corazón positivo y realzar la posibilidad de un aprendizaje transformacional para un cambio positivo. F. J. Barret y Ronald. E. Fry.
Descubrir:
Sacar a luz lo positivo y dador de vida que subyace en lo mejor del pasado en las historias que se dialogan. F. J. Barret y Ronald. E. Fry.
Descubrir:
"¿Porqué invocar el pasado para cambiar el futuro?, ayer ya pasó, aprende de él y sigue adelante". Jack Welch
El poder está dentro de mí:
"El descubrimiento más grande de mi generación es que los seres humanos pueden cambiar sus vidas modificando sus actitudes mentales". William James

miércoles, 27 de enero de 2010

Encontrar sentido en la incertidumbre

CHARLES HANDY
Encontrar sentido en la incertidumbre

Los tiempos que estamos viviendo son muy confusos, porque muchas de las cosas que daban forma a nuestra vida están desapareciendo. Las instituciones en que nos basábamos, especialmente la organización del trabajo, ya no son tan seguras o tan ciertas.
En primer lugar, las organizaciones de trabajo están desapareciendo muy rápidamente en los últimos tiempos. Un tercio de las 500 compañías de la revista Fortune han desaparecido siete años después de su publicación. En segundo lugar, aunque sobrevivan como instituciones, no van a proporcionarnos el tipo de vida que nuestros padres nos hicieron esperar. Si dirigimos la mirada hacia otras instituciones -la ley, las estructuras políticas, la monarquía- encontramos que también ellas están siendo cuestionadas. Son ídolos con pies de barro; descubrimos que están guiadas por meros mortales. Por tanto, es comprensible que nos sintamos muy inseguros en lo referente al futuro.
Para poder alcanzar cierto sentido de cohesión, creo que, utilizando al máximo nuestras mejores habilidades, debemos tratar de descubrir cómo va a ser el futuro. Eso es lo que voy a intentar hacer. Quiero convencer a la gente de que hay, al fin y al cabo, algún sentido en todo el enorme sin sentido que nos rodea.
El conjunto parece ser caótico, pero caos tal vez no sea la palabra justa para describirlo.
Desde el punto de vista de la ciencia, el caos no es caótico. De hecho, el caos explica que hay una estructura subyacente en todas las cosas y que existen razones para que se produzcan determinadas situaciones. Pero también hay espacios en las razones, por lo cual se puede realmente actuar en el resultado final de las cosas. Y es eso lo que encuentro tan tremendamente apasionante en medio de toda esta incertidumbre, incluso anarquía, en que nos hallamos inmersos. Porque esto significa que el futuro no está previamente ordenado, ni siquiera en la ciencia-, lo cual significa que un pequeño movimiento de las alas de una mariposa, o yo mismo haciendo algo, puede hacer que el mundo cambie un poquito.
Hasta cierto punto, soy algo pesimista sobre el futuro porque lo percibo como tiempos difíciles. Pero muy en el fondo me siento optimista porque lo percibo como una época de grandes oportunidades para muchos individuos que nunca pensaron que podrían influir en el mundo.

Paradojas
Si vamos a intentar encontrar algún sentido en toda esta confusión que nos rodea, debemos hallar la manera de organizarla en nuestra mente para empezar a entender lo que realmente está sucediendo en el mundo e intentar hacer algo al respecto.
Mi manera de llevarlo a cabo es aceptar que no existen respuestas simples o correctas a la vida, que está llena de contradicciones y sorpresas y que de hecho está llena de paradojas. Pero si podemos aprender a entender y aceptar estas paradojas, creo que podemos llegar a encontrar un sendero a través de ellas, podremos convivir con ellas y
manejarlas.
Esto es especialmente necesario cuando los tiempos se vuelven más turbulentos, porque en esos momentos el mundo se vuelve todavía más complejo y difícil de entender. De hecho, en cualquier parte adonde dirijamos la mirada, la paradoja parece ser la compañera del progreso económico.
Lo que la paradoja me hace pensar es que dos pensamientos opuestos pueden ser ciertos al mismo tiempo. Por ejemplo, uno puede estar enamorado de una persona, la cual, en determinados momentos, le puede desagradar. Puede desear al mismo tiempo la continuidad y el cambio y tenerlos ambos. Lo que debemos hacer es aprender a equilibrar los opuestos.
Es como montar en un columpio. Uno tiene que saber que para que el columpio funcione, tiene que haber una sucesión de movimientos ascendentes y movimientos descendentes y que ambos opuestos son necesarios para conseguir que el columpio se mueva, un juego en que el movimiento y la emoción se producen por el equilibrio entre contrarios, porque es inevitable que la vida esté llena de paradojas. Creo que la clave para el progreso, e incluso para sobrevivir en la vida y tener éxito, es darse cuenta de que las contradicciones pueden coexistir, y aprender a vivir con ellas.
Por ejemplo, yo sostengo que las organizaciones tienen que ser centralizadas y descentralizadas al mismo tiempo. Deben ser globales y locales al mismo tiempo.
Diferenciadas e integradas. Muy ajustadas y sueltas. Tienen que hacer planes a largo plazo y, sin embargo, seguir siendo flexibles. Sus trabajadores deben ser más autónomos pero, por otra parte, estar integrados en un equipo. Pero el hecho es que no podemos dejar que todo esto confunda a la gente. Debemos encontrar la manera de vivir y trabajar con este tipo de contradicciones para reconciliar los opuestos en vez de vernos obligados a elegir entre ellos.
No creo que la mayoría de las personas puedan manejar la paradoja con facilidad, por lo cual tendremos que intentar hacer la vida más simple para entenderlo. La primera medida que podría tomarse sería conseguir que las personas se diesen cuenta de que existe la paradoja y de que la solución no es sencilla. No existe un camino fácil hacia la gloria y la felicidad en
la vida. Pero, por otra parte, necesitamos dar cierta estructura a las cosas para que sea más fácil aprender a manejar la paradoja.

El principio de la rosquilla
Yo utilizo lo que llamo “el principio de la rosquilla”, que dice que la vida es como una rosquilla invertida, en la cual el agujero está en el exterior y la masa en el centro. En la visión del mundo que conlleva este principio, el centro está fijo, y en ese espacio limitado a su alrededor es donde podemos hacer la diferencia. El centro nos da ese poco de seguridad y
certeza que todos necesitamos, mientras que el espacio nos proporciona la flexibilidad necesaria para montar el columpio.
Así podemos ver, por ejemplo, que hay algunas actividades centrales en toda organización -los puestos esenciales y las personas necesarias para llevarlos a cabo-, pero alrededor de este centro tiene que haber un espacio abierto lleno de trabajadores y de proveedores flexibles.
Conocemos muchas organizaciones muy novedosas que no tienen una rosquilla completa. Son esencialmente redes que tienen un pequeño centro de gente clave que les proporcionan una competencia central durable, y una serie de asociaciones con organizaciones aliadas, proveedores y trabajadores de jornada parcial, profesionales independientes y clientes que les dan la flexibilidad necesaria para sobrevivir en un mundo caótico.
El tema estratégico para las organizaciones del siglo XXI, será poner en el espacio alrededor de éste. Por ejemplo, una organización tiene que ser lo suficientemente pequeña como para ser humana y flexible, pero al mismo tiempo, en determinadas áreas, tiene que ser grande, porque necesita cierto nivel que ofrecer al mercado, un nivel de investigación o un alcance mundial/global. Esta es la razón por la cual por todas partes vemos organizaciones luchando con la necesidad de descentralizar y de centralizar al mismo tiempo.
Esta idea en sí no es nueva en absoluto. De hecho, desde Aristóteles hemos estado experimentando con el mismo principio en política; es lo que llamamos federalismo. En el federalismo siempre hay un centro fuerte pero se deja un espacio considerable para decisiones locales. Está centralizado en ciertos aspectos y descentralizado en otros. Es grande, y al mismo tiempo, pequeño. Está regulado en algunos aspectos y carece de regulación en otros. Por ello podríamos decir que se trata del principio de la rosquilla llevado a la práctica, si exceptuamos el hecho de que el federalismo está constituido por una variedad de rosquillas con una gran diversidad de tamaños y formas en una construcción multipolar.

* Charles Handy. Irlandés. Es el pensador en Administración más influyente del viejo continente. Fundó la London Business School. Escribió varios libros, entre ellos La Edad de la Paradoja, La Edad de la Insensatez y Los Nuevos Alquimistas - Cómo la gente visionaria hace algo a partir de la nada.
Fuente: The Newfield Network

La nota máxima

Benjamin Zander, director de la orquesta filarmónica de Boston, USA,
comenta que solo acepta alumnos con nota máxima.
Dice:
"Vengo a mi clase, al comienzo del año, con 40 alumnos más o menos en
el aula, y les digo:
- Su nota es A (máxima). Esta es tu nota para todo el año, solo hay una condición para eso: en las primeras dos semanas, tienes que escribir una carta para mí con fecha del final del curso. Arriba, pongan la fecha, después digan "Querido Señor Zander, obtuve mi nota A porque…". Hay que describir quienes se volverán ustedes al final de ese curso.
Ellos van y escriban sobre quienes se volverán, o podrían volverse, así que cuando vuelvo a encontrarme con ellos, la persona a quien enseño es la persona a quien ellos describieron en la carta.
Como ven, solo acepto estudiantes con nota máxima."

Descubrir: "sacar a luz lo positivo y dador de vida que subyace en lo mejor del pasado en las historias que se dialogan". F. J. Barret y Ronald. E. Fr

Nicholas Negroponte Como crear una cultura de ideas

http://www.emprendedoresnews.com/notaR/como_crear_una_cultura_de_ideas-3291-1.html
Nicholas Negroponte
Como crear una cultura de ideas
Nicholas Negroponte sostiene que la experiencia está sobrevaluada. Para construir una nación de innovadores, deberíamos concentrarnos en la juventud, la diversidad y la colaboración.

La innovación es ineficiente. Muy a menudo es indisciplinada, contrariante e iconoclasta, se nutre de confusión y contradicción. En síntesis, ser innovador se opone a lo que casi todos los padres quieren para sus hijos, lo que los CEO pretenden para sus empresas y los presidentes para sus países. Los innovadores son un dolor de cabeza.

Sin embargo, sin innovación estamos condenados –por aburrimiento y monotonía– a la decadencia. ¿Qué hace que la innovación surja y de dónde vienen las nuevas ideas? Las respuestas básicas –brindar un buen sistema de educación, alentar diferentes puntos de vista y promover la colaboración– pueden no ser sorprendentes. Más aún, la habilidad para llevar adelante estos criterios le ha sido muy útil a Estados Unidos. Sin embargo, ciertas
cosas –la naturaleza de la educación superior, entre ellas– tendrán que cambiar para asegurarse una fuente perpetua de ideas nuevas.

Uno de los principios de un buen sistema de innovación es la diversidad. En cierta forma, cuanto más fuerte es la cultura (nacional, institucional o generacional, entre otras), menos probable es que albergue el pensamiento innovador.

Las creencias comunes y profundamente arraigadas, las normas generales, los estándares de comportamiento y performance son enemigos de las nuevas ideas. Es muy poco probable que cualquier sociedad que se enorgullezca de ser armoniosa y homogénea catalice el pensamiento idiosincrásico. La represión de la innovación no necesita ser abierta. Puede ser simplemente un acuerdo tácito entre la gente y un confort pleno con el statu quo.

En contraste, una cultura heterogénea cultiva la innovación por propia virtud de la gente, que ve las cosas desde diferentes puntos de vista. Estados Unidos (conocido como crisol de culturas) es visto por muchos como un país sin cultura (con “c” mayúscula o minúscula). En los rankings de estudiantes de países industrializados, los de las escuelas secundarias de Estados Unidos aparecen, en el mejor de los casos, como alumnos promedio en lectura, matemáticas y ciencias. Y, lamentablemente, la nación no tiene rivales en crímenes con armas entre la gente joven. Sin embargo, Estados Unidos ha obtenido casi un tercio de todos los premios Nobel y producido una cantidad inigualable de innovaciones –desde la automatización industrial hasta circuitos integrados y encadenamiento de genes– que son la columna vertebral del crecimiento económico mundial.

Encuentro dos razones para esto. Una, es que no estigmatizamos a aquellos que han intentando algo y no han tenido éxito. De hecho, es más probable que muchos capitalistas de riesgo inviertan en alguien que ha fallado con una startup previa, que en alguien que está lanzando su primera compañía. La desilusión real ocurre cuando la gente no aprende de sus errores.

La otra razón es que estamos particularmente dispuestos a escuchar a los jóvenes. En muchas culturas la edad tiene mucho peso. La experiencia es premiada por sobre la imaginación y el respeto puede ser demasiado deferente. En algunas culturas, la gente obtiene sus puestos de trabajo sobre la base de su edad, creando un ambiente sedentario y sofocante para los jóvenes. ¿Recuerda el dicho:

“Los chicos deben ser vistos pero no escuchados”?. Bien, observe el crecimiento económico creado por “chicos” como Bill Gates y Michael Dell, por nombrar sólo a dos.

Esa es la buena noticia. Pero cuando se trata de educar a nuestra juventud tenemos que hacerlo mejor. Me preocupa especialmente la educación temprana, que puede tener –y a menudo lo tiene– un efecto profundamente negativo en la creatividad. En la carrera por comprender qué es lo que los chicos aprenden somos muy entusiastas para celebrar sus éxitos, pero lo que es más fascinante es lo que hacen mal. Incluso debería prestársele más atención al concepto de “mal”. Aunque el viento no esté hecho de hojas que se agitan, como creen algunos chicos, la teoría es lo suficientemente profunda y no debería ser descartada. De hecho, desmontar conceptos erróneos es una de las mejores formas de encontrar ideas nuevas. El proceso es semejante a la corrección de un programa de computación y no tiene casi nada que ver con la ejercitación repetitiva y la práctica (que se está convirtiendo una vez más en la piedra fundamental de la educación).

Nuestro mayor desafío en la estimulación de una cultura creativa es encontrar la forma de alentar distintos puntos de vista. Por ejemplo, en ingeniería muchos callejones sin salida han sido resueltos por personas que no eran ingenieros. Esto ocurre simplemente porque la perspectiva es más importante que el coeficiente intelectual. La ironía es que la perspectiva no hará ingresar a los chicos en la universidad ni tampoco los ayudará a que tengan éxito allí. La academia recompensa la profundidad.

El conocimiento es desarrollado por expertos que trabajan con sus pares. Los departamentos y laboratorios se concentran en campos y subcampos, agregando o quitando dominios cada tanto. Los títulos de grado, sin mencionar el tiempo de ejercicio en un cargo, dependen del descubrimiento de verdades e ideas brillantes en áreas limitadas.

Para cultivar nuevas ideas necesitamos fomentar el riesgo. Esto es particularmente difícil en la mitad de la carrera profesional y, a menudo, se opone a la revisión de los pares y a los mecanismos para avances en la corporación.

El antídoto para tal canalización y compartimentación está en ser interdisciplinario. Los laboratorios y proyectos interdisciplinarios surgieron en los años ‘60 para tratar grandes problemas que abarcaban las fronteras de las ciencias físicas y sociales, la ingeniería y las artes.

La idea era unificar cuerpos de conocimiento complementarios para tratar temas que trasciendan cualquier conjunto de habilidades. Recientemente, sin embargo, la gente se ha dado cuenta de que los enfoques interdisciplinarios pueden ser de enorme valor para problemas muy pequeños y que también estimulan la creatividad. Al maximizar las diferencias de antecedentes, cultura y edad, entre otras, aumentamos las posibilidades de que los resultados no sean los que habíamos imaginado.

Para cultivar nuevas ideas se necesitan dos ingredientes adicionales. Ambos están relacionados con maximizar la “serendipity”, o suerte para hallar cosas valiosas por casualidad.

Primero, necesitamos fomentar el riesgo. Esto es particularmente difícil en la mitad de la carrera profesional y, a menudo, se opone a la revisión de los pares y a los mecanismos para avances en la corporación. Esto ocurre porque el riesgo en sí puede verse bastante estúpido. Las personas que lo hacen están expuestas al fracaso y al ridículo y, por lo tanto, deben encontrar confianza y apoyo dentro de su propio ambiente.

El segundo ingrediente es fomentar la apertura y el compartir ideas –una banalidad casi imposible de lograr–. En la cúspide de la “burbuja digital”, ser abierto en cuanto a las ideas era especialmente difícil para los científicos en computación, porque se veía que los ricos obtenían sus fortunas precisamente por no compartir sus ideas. Los estudiantes las escondían hasta después de graduarse. Mientras una persona guardaba sus cartas en la manga, otra hacía lo mismo; como resultado, muchos laboratorios de investigación declinaban su valor y efectividad. En este aspecto, gracias a Dios, la burbuja ha reventado.

No hace muchos años, los laboratorios Bell llevaron a cabo tantas investigaciones que fácilmente podrían haber albergado programas de muy alto riesgo, incluyendo el llamado pensamiento “blue-sky”, que condujo a la teoría de la información y al descubrimiento de la radiación residual de las microondas cósmicas. Pero el mundo se benefició con los resultados de su trabajo.

Hoy, Bell es una sombra de lo que fue, subdividida varias veces debido a la separación de AT&T en 1984 y la posterior división en Lucent, NCR y la casa matriz. Mientras la economía flaquea y las compañías recortan sus gastos, algunos de estos primeros recortes se hacen en programas de investigación de alto riesgo o de final abierto. Aun cuando el presupuesto para investigación no se reduce, la naturaleza de los proyectos se inclina más hacia el desarrollo que a lo realmente innovador. Si la tendencia continúa, eventualmente sufriremos un déficit de ideas nuevas. Ya hoy, cada vez menos corporaciones se concentran en desarrollarlas. Y la formación de startups está casi paralizada.

Hoy más que antes, en la nueva “nueva economía” la innovación y la investigación necesitarán ser albergadas en esos lugares donde hay agendas paralelas y múltiples medios de apoyo. Las universidades, apropiadamente reinventadas para ser interdisciplinarias, pueden ajustarse a este perfil porque su otra “línea de producto”, además de la investigación, es la gente. Cuando se combinan la investigación y el aprendizaje, se pueden tomar riesgos más grandes y la generación de ideas puede ser menos eficiente. En este momento, sólo unas pocas universidades de Estados Unidos constituyen estas “universidades de investigación”. Es necesario que más de ellas se conviertan en instituciones de este tipo, y las del resto del mundo deberán hacer lo mismo.

Sin innovación estamos condenados –por aburrimiento y monotonía– a la decadencia.

La industria puede tercerizar la investigación básica, como lo hace con muchas otras operaciones. Eso significa que la innovación tiene que convertirse en un fenómeno precompetitivo –algo que Japón entendió a principios de los ‘80 cuando su ministro de Comercio Internacional e Industria (hoy ministro de Economía, Comercio e Industria) financió la colaboración de las compañías japonesas en robótica, inteligencia artificial y producción de semiconductores–. Aunque este enfoque no siempre funciona, puede ser más efectivo que lo que suponen la mayoría de las compañías. Los costos son compartidos, se fomentan diferentes puntos de vista y la innovación tiene una oportunidad de supervivencia, incluso en los peores momentos económicos.

La habilidad para dar grandes saltos de pensamiento es un denominador común entre los generadores de ideas innovadoras. Generalmente, esta habilidad reside en la gente con backgrounds muy amplios, mentes multidisciplinarias y un vasto espectro de experiencias. La influencia familiar, los modelos a seguir, los viajes y vivir en diversos lugares son contribuyentes obvios, como también lo son los sistemas de educación, las formas en las que las culturas valoran la juventud y las perspectivas. Como sociedad, podemos moldear algunos de estos factores y otros no. La clave para asegurar un flujo de grandes ideas es aceptar estas verdades complicadas sobre el origen de las ideas, continuar recompensando la innovación y celebrar las tecnologías emergentes.

* Nicholas Negroponte. Fundador y director desde 1985 del MIT Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts, el laboratorio más importante de estudios e investigación de formas de comunicación. Su libro Ser digital se tradujo a doce idiomas y fue un best seller en Estados Unidos y Europa
Fuente: Alta Gerencia / Technology Review

martes, 26 de enero de 2010

Descubrir:

Comienza con una pregunta poderosa para conectarte con el corazón positivo y realzar la posibilidad de un aprendizaje transformacional para un cambio positivo. F. J. Barret y Ronald. E. Fry.

lunes, 25 de enero de 2010

"Todas las cosas son imposibles, mientras lo parecen." (Concepción Arenal)

El proceso de las 4 D

El proceso de las 4 D: Descubrir, Dream (Desear), Diseño y Destino, provee una coreografía de indagación y dialogo entre múltiples actores que resultan en habilidades expandidas, deseos y compromisos para cooperar por el bien común. Este proceso de las 4 D comienza con la co - indagación hacia lo mejor del pasado, de manera de descubrir el corazón positivo del sistema humano. Esta renovada conexión con las más sólidas fortalezas del sistema permite Soñar (Dream) atrevida y confiadamente sobre el futuro preferido. Con ideales compartidos en la cabeza y las fortalezas del sistema a mano, los miembros luego pueden diseñar iniciativas, cambios y nuevas estructuras para moverse hacia una visión compartida de su futuro preferido. Esta co - construcción de emprendimientos cooperativos comienza un nuevo camino de aprendizaje, improvisación y apreciación que puede regenerarse a sí mismo. La construcción y la expansión de capacidades no tiene límites. F. Barret y R. Fry

domingo, 24 de enero de 2010

La consciencia es el mayor enigma de la ciencia y la filosofía

http://www.tendencias21.net/La-consciencia-es-el-mayor-enigma-de-la-ciencia-y-la-filosofia_a4026.html?preaction=nl&id=77656&idnl=62247&

La consciencia es el mayor enigma de la ciencia y la filosofía
Estamos lejos de comprender el salto cualitativo que supone pasar de la actividad neuronal del cerebro a la experiencia consciente

La consciencia no es un fenómeno todo-o-nada, sino que existen diversos niveles de consciencia. Y la transición de la inconsciencia a la consciencia no es simplemente un cambio de una inactividad a una actividad neuronal, sino que supone un cambio en lo que hacen las neuronas, cambio que hoy por hoy es desconocido. El dualismo que subyace a algunas de las teorías sobre la consciencia plantea la cuestión de cómo superarlo, ya que este dualismo no ha podido aclarar cómo es posible que un ente inmaterial pueda interaccionar con la materia que es el cerebro. Estamos lejos de comprender el salto cualitativo que supone pasar de la actividad neuronal del cerebro a la experiencia subjetiva de la consciencia. Por Francisco J. Rubia.


Epictura.
La consciencia es un enigma, probablemente el mayor enigma tanto en filosofía como en ciencia. Las cuestiones fundamentales que plantea son: ¿qué es la consciencia? ¿de dónde procede? y ¿para qué sirve?

El filósofo australiano David J. Chalmers distingue entre los “problemas fáciles” y el “problema duro o difícil” (hard problem) de la consciencia. Los problemas fáciles tratan la consciencia como una facultad mental más y analizan temas como la discriminación entre estímulos sensoriales, la integración de la información para guiar el comportamiento o la verbalización de estados internos, cómo se integran los datos sensoriales con la experiencia del pasado, cómo focalizamos la atención o lo que distingue el estado de vigilia del sueño. Pero el “problema difícil” de la consciencia es saber cómo los procesos físicos cerebrales dan lugar a la consciencia, cómo las descargas de millones de neuronas pueden producir la experiencia consciente, la experiencia subjetiva.

Si ser consciente implica la existencia de un “yo” y este yo, como nos dice la neurociencia, es una ficción, ¿qué consecuencias tendría este hecho para la consciencia? Por otra parte, ¿existe un solo yo? El psicólogo estadounidense William James planteó la existencia de al menos tres yos diferentes: un yo material, otro social y un tercero espiritual. Además, los enfermos con cerebro escindido han mostrado que pueden surgir tras la separación del cuerpo calloso dos yos distintos.

El psicólogo californiano Michael Gazzaniga dice que el hemisferio izquierdo es dominante para la mayoría de las funciones cognoscitivas, como la resolución de problemas, mientras que el hemisferio derecho es muy deficiente para resolver problemas difíciles. El resultado de muchos años de investigación sobre el cerebro hendido le hace concluir que el hemisferio derecho tiene una experiencia consciente muy diferente de la exacta y literal del hemisferio izquierdo.

Aunque ambos son conscientes, la consciencia del cerebro izquierdo supera con mucho a la del derecho. ¿Cuál sería pues el sustrato neuronal que hace surgir estos dos tipos de consciencia en los hemisferios cerebrales? Existe un “vacío explicativo”, como dice el filósofo de Harvard, Joseph Levine, entre las funciones cerebrales y la experiencia subjetiva.

La cuestión fundamental es, pues: ¿cómo podemos superar el abismo que separa lo objetivo y lo subjetivo, el cerebro y la experiencia consciente? Es un planteamiento muy parecido al planteamiento tradicional cuerpo/alma o mente/cerebro, que han discutido los filósofos desde hace más de 2.000 años. Y aún siguen discutiendo.

Otra cuestión que se plantea es la siguiente: si un sistema, como el cerebro, puede resolver problemas y procesar información de manera inconsciente, ¿para qué sirve la consciencia?

Algunos filósofos afirman que cuando comprendamos suficientemente bien el funcionamiento del cerebro, el concepto de consciencia se disipará del mismo modo que se disipó el concepto del flogisto una vez que se comprendió el proceso de la oxidación. El flogisto era un hipotético constituyente volátil de todas las sustancias combustibles que, según se creía, se liberaba en forma de llama durante la combustión.

Sir Charles Sherrington, premio Nobel de Medicina y Fisiología del año 1932, era de la opinión que la consciencia era científicamente inexplicable. Y el psicólogo Stephen Pinker, de la Universidad de Harvard, piensa que puede que podamos entender la mayoría de los detalles de cómo funciona la mente, pero la consciencia puede permanecer oculta. También el filósofo británico Colin McGinn opina que el problema es demasiado difícil para nuestras mentes limitadas, añadiendo que estamos cerrados cognoscitivamente ante ese problema. Afortunadamente, no todos los científicos y filósofos piensan lo mismo.

Definición de consciencia

La consciencia es un concepto que entendemos intuitivamente, pero que es difícil o imposible de describir adecuadamente en palabras. Se puede decir que consciencia es el estado subjetivo de apercibir algo, sea dentro o fuera de nosotros mismos.

No existe ninguna definición consensuada de la consciencia. Pero consciencia significa experiencia subjetiva, o sea, lo opuesto a objetividad. En algunos escritos la consciencia es considerada sinónimo de mente. Pero la mente incluye procesos mentales inconscientes, y puede definirse como el funcionamiento del cerebro para procesar información y controlar la acción de manera flexible y adaptativa.

La consciencia tiene contenidos, pero aunque pueda tener una enorme variedad de contenidos no puede tener muchos al mismo tiempo. La consciencia no es un fenómeno pasivo como respuesta a estímulos, sino un proceso activo de interpretación y construcción de datos externos y de la memoria relacionándolos entre sí.

Se ha equiparado la consciencia a la vigilia, pero estar despierto no es lo mismo que ser consciente de algo en el sentido de apercibirse de algo. En el sueño podemos apercibir imágenes mentales visuales o auditivas.

Los actos voluntarios y la toma de decisiones son aspectos importantes de la experiencia consciente. Por ello, uno de los significados más comunes de consciencia es que es un sistema de control ejecutivo que supervisa y coordina las actividades del organismo.

Para el profesor de psicología de la Universidad de Princeton, Philip Johnson-Laird, el cerebro es un sistema organizado jerárquicamente que procesa información en paralelo y cuyo nivel más alto que controla la conducta corresponde a la consciencia, aunque interacciona con varios subsistemas inconscientes.

Se ha considerado a la consciencia íntimamente relacionada con la memoria operativa, la atención y el procesamiento controlado. La memoria operativa es importante para la solución de problemas, la toma de decisiones y la iniciación de la acción. La relación con la atención es clara: prestar atención a algo es ser consciente de ese algo. El ejemplo más clásico de atención selectiva es el conocido como “efecto cocktail party”, por el que seleccionamos información interesante en medio de un gran ruido de fondo.

También se ha considerado la consciencia como sinónimo de auto-consciencia. Pero como se puede ser consciente de muchas cosas que no son la propia persona, hoy se estima que la auto-consciencia es una forma especial de la consciencia.

Todo el mundo sabe lo que es consciencia, dicen el fallecido premio Nobel Francis Crick y su colaborador alemán Christof Koch, pero mientras sepamos tan poco de ella, lo mejor es no dar ninguna definición que pueda inducir a errores o que sea restrictiva, o ambas cosas a la vez.

En la bibliografía anglosajona se utilizan dos palabras distintas que en español se suelen traducir por consciencia. La primera es “awareness”, que yo traduzco por apercepción; la segunda es "consciousness" que se traduce por consciencia. Esta diferenciación es importante, ya que existe la expresión en inglés “unconscious awareness” que se traduciría por “apercepción inconsciente”, lo que sería imposible si la palabra “awareness” se tradujese por consciencia, como suele hacerse.

Algunos autores definen la apercepción como un estado en el que tenemos acceso a cierta información que puede usarse para controlar la conducta. La consciencia está siempre acompañada de apercepción, pero la apercepción no tiene por qué estar acompañada por consciencia.

Se pueden distinguir dos tipos de consciencia. La consciencia primaria, que es la experiencia directa de percepciones, sensaciones, pensamientos y contenidos de la memoria, así como imágenes, ensueños y sueños diurnos. La consciencia reflexiva es la experiencia consciente per se. Este tipo de consciencia es necesaria para la auto-consciencia, que implica darse cuenta de ser un individuo único, separado de los demás, con una historia y un futuro personales. La consciencia reflexiva incluye el proceso de integración, o sea, de observar la propia mente y sus funciones; con otras palabras: conocer que se conoce. En realidad, la experiencia consciente en el humano adulto normal implica tanto la consciencia primaria como la consciencia reflexiva.

Características de la consciencia

William James, padre de la psicología norteamericana, en sus Principios de Psicología describió cinco características de alto nivel de la consciencia que aún siguen vigentes. Son las siguientes:

1) Subjetividad: Todos los pensamientos son subjetivos, pertenecen a un individuo y son sólo conocidos por ese individuo
2) Cambio: Dentro de la consciencia de cada persona, el pensamiento está siempre cambiando
3) Intencionalidad: La consciencia es siempre de algo, apunta siempre a algo
4) Continuidad: James utilizó siempre la expresión “curso de la consciencia” para dar a entender que la consciencia parece ser siempre algo continuo
5) Selectividad: Aquí James se refirió a la presencia de la atención selectiva, o sea que en cada momento somos conscientes de sólo una parte de todos los estímulos

A pesar de la enorme variedad de percepciones y pensamientos de naturaleza siempre cambiante, tenemos la impresión de que nuestra consciencia es algo unificado y continuo. Esta sensación de unidad de la consciencia algunos autores la consideran una ilusión.

Algunas teorías sobre la consciencia

Al igual que entre los filósofos post-cartesianos había diversas teorías, como la teoría del doble aspecto de Spinoza, el ocasionalismo de Malebranche, el paralelismo de Leibniz y su doctrina de la armonía preestablecida, hoy existen diversas teorías de la consciencia.

La teoría “clásica” ha sido la postulada por el psicólogo norteamericano William James en el siglo XIX. Para James, la consciencia es una secuencia de estados mentales conscientes, siendo cada uno de estos estados la experiencia de algún contenido concreto. James pensaba también que la consciencia tiene que haber tenido un propósito evolutivo, por lo que trataba la consciencia como una función y no como una entidad.

En el siglo XVIII el biólogo suizo Charles Bonnet intentó resolver el dilema introduciendo el llamado “epifenomenalismo”, una idea que después asumió también el biólogo británico Thomas Huxley. El epifenomenalismo acepta que la mente y el cuerpo están hechos de diferentes sustancias, pero la mente no tiene influencia sobre el cuerpo, aunque está causada por el cerebro. Los sucesos mentales son productos accesorios de los sucesos materiales.

La teoría basada en un dualismo cartesiano postula que la mente, alma o espíritu es inmaterial y la autoconsciencia, como propiedad de esa mente, está separada del cerebro que es físico e inconsciente. Esta teoría ha sido mantenida por Karl Popper y John Eccles; con este último yo colaboré en la Universidad del Estado de Nueva York en Buffalo en su periodo tardío de laboratorio en 1975. El problema que plantea esta teoría es que no explica cómo se produce la experiencia subjetiva, ni tampoco cómo funciona la interacción entre un ente inmaterial y otro material.

Otra teoría es la sostenida por Stuart Hameroff y Roger Penrose que supone que los microtúbulos, que se encuentran en toda célula nerviosa, están designados para permitir la coherencia cuántica y las conexiones cuánticas en todo el cerebro. La dificultad es que no explica cómo surge la experiencia subjetiva por lo que muchos autores concluyen que la teoría cuántica de la consciencia sustituye un misterio por otro. Penrose es también de la opinión que el fenómeno de la vida mental requiere un conocimiento de la física que aún no tenemos.

Superveniencia

El filósofo coreano Jaegwon Kim utiliza el término “superveniencia” (supervenience) para expresar el hecho de que un ámbito o dominio está determinado por otro. Por ejemplo, las propiedades biológicas supervienen o son supervenientes a las propiedades físicas, porque las propiedades biológicas de un sistema están determinadas por sus propiedades físicas. En una tabla de madera, por ejemplo, la madera superviene a las moléculas y las moléculas supervienen a los átomos. Lo mental sería, pues, superveniente a lo físico. La mente sería al cerebro como el rayo a las partículas cargadas eléctricamente.

Los electrones tienen masa y rotación, pero la electricidad tiene potencial e intensidad. Los componentes químicos tienen densidad y conductividad, mientras que los organismos biológicos tienen crecimiento y reproducción. A cada nivel hay propiedades distintas, propiedades “emergentes”. Sin embargo, la superveniencia no explica por qué y cómo la mente emerge del cerebro.

Los neurobiólogos Gerald Edelman, premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1972 por sus trabajos sobre el sistema inmunológico, y Giulio Tononi, proponen que la consciencia emerge cuando grandes grupos de neuronas forman un núcleo dinámico en el cerebro con conexiones que forman bucles entre la corteza y el tálamo. A estas conexiones Edelman les llama “mapas de reentrada”, parecido a lo que el psicólogo británico Nicholas Humphrey denomina “bucles de realimentación reverberantes sensoriales”. La idea en ambos es que el cerebro se refiere a sí mismo y esto es lo que desencadena la consciencia.

La alternativa al dualismo es el monismo que plantea que el cuerpo y la mente están hechos de la misma sustancia. Los idealistas piensan que todo es mental, los materialistas que todo es material. El filósofo Spinoza pensaba que sólo existía una sustancia y que la sustancia tenía dos propiedades: que era consciente y que tenía extensión.

Un ejemplo típico de la postura materialista es la sostenida por el filósofo francés Julien Offroy de LaMettrie que en su obra L’Homme machine (El hombre máquina) decía que la mente es una máquina hecha de materia y que el pensamiento era un proceso material.

Y el filósofo británico Bertrand Russell pensaba que lo mental y lo físico son diferentes formas de conocer la misma cosa, la primera por la consciencia y la segunda por los sentidos. La consciencia nos da un conocimiento directo, inmediato, de lo que hay en el cerebro, mientras que los sentidos pueden observar (posiblemente ayudado por instrumentos) lo que hay en el cerebro. La consciencia es, básicamente, otro sentido, un sentido que, en vez de percibir colores, olores o sonidos, percibe la verdadera naturaleza del cerebro.

Dudas sobre lo mental

El materialismo eliminativo es la doctrina que postula que los estados mentales no existen, o, al menos, que la terminología es equivocada y debería abandonarse. Tanto el filósofo alemán Paul Feyerabend como el filósofo norteamericano Richard Rorty niegan la existencia de lo mental. Lo mental no es más que un mito. Y el neurocientífico norteamericano Paul Churchland dice que lo mental es el sujeto de la “psicología popular”, y la psicología popular no es una ciencia. Adscribimos estados mentales a los individuos, pero en realidad sólo existen procesos cerebrales.

El filósofo estadounidense John Searle piensa que la consciencia no puede reducirse a los procesos neuronales que la causan, pero que la consciencia es una característica biológica del cerebro. Searle ataca tanto al dualismo como al materialismo diciendo que la división del mundo en materia y mente es arbitraria y contraproducente. En su opinión tenemos que tener en cuenta que la consciencia está causada por procesos cerebrales, pero no puede ser reducida a esos procesos porque es un fenómeno de “primera persona”, o subjetivo, mientras que los procesos cerebrales son fenómenos de “tercera persona”, es decir objetivos.

El psicólogo norteamericano Julian Jaynes estudió los documentos históricos, arqueológicos y biológicos de civilizaciones antiguas, llegando a la conclusión que hace unos 3000 años los humanos no tenían aún consciencia. Dependían aún, como otros primates, de reacciones aprendidas. Los individuos de civilizaciones desarrolladas antes de los 1000 años a.C. (en Asiria, Babilonia, Mesopotamia, Egipto) no eran verdaderamente conscientes. Libros antiguos, como la Ilíada o la Biblia fueron compuestos por personas no conscientes que no distinguían entre los sucesos reales y los imaginarios. Los personajes de esos libros actuaban inconscientemente tomando decisiones confiando en voces, en alucinaciones. Según este psicólogo la consciencia apareció en la Odisea y en las partes más recientes de la Biblia, hará unos 3000 años. Lógicamente, estas afirmaciones han sido muy discutidas.

El antropólogo británico Kenneth Oakley planteó que existirían tres niveles de consciencia que corresponderían a tres capas evolutivas del cerebro: la apercepción, controlada por las regiones más antiguas del cerebro y relacionada sólo con el condicionamiento; la consciencia, controlada por la corteza cerebral y el hipocampo y relacionada con la representación interna del mundo; y, finalmente, la auto-consciencia, dependiente de las regiones más modernas de la corteza cerebral y relacionada con la representación interna de la propia representación interna.

El lingüista sueco Peter Gardenfors ve en el lenguaje el último estadio en el proceso que lleva a la consciencia humana. Piensa que primero estuvieron las sensaciones, luego la atención, las emociones, la memoria, los pensamientos, la planificación, el yo, el libre albedrío y, finalmente, el lenguaje. La mayoría de estas facultades no son únicas en los humanos, ya que la mayoría de los mamíferos tienen emociones e incluso pensamientos. Los chimpancés llegan hasta la planificación, pero sólo los humanos tienen consciencia de sí mismos y lenguaje. Todos los animales tienen un cierto grado de consciencia, pero sólo mamíferos y aves tienen corteza que les permite representaciones separadas de la realidad por lo que pueden adivinar y planificar. Los pensamientos son representaciones internas del mundo, lo que permite a los animales que los tienen separarse del mundo inmediato, pudiendo crear más de un curso posible de acción.

Red de funciones cognitivas

El yo sería para Gardenfors un fenómeno emergente, una propiedad que surge de una red de funciones cognoscitivas relacionadas entre sí. El lenguaje, como último estadio en el ser humano requiere una representación interna sofisticada, que son los símbolos. Las representaciones de otros animales no están suficientemente separadas de la realidad exterior.

Nicholas Humphrey dice que ser consciente es tener sensaciones, como algo opuesto a las percepciones. Los animales desarrollaron dos formas de representación de la interacción entre el cuerpo y el entorno: unas cargadas de afecto que son las sensaciones y otras neutrales con respecto a los afectos que son las percepciones. Para Humphrey tenemos un “ojo interior” que se comporta como cualquier otro sentido, menos en el hecho de que su objeto es el propio cerebro. La consciencia me permite percibir el estado de mi cerebro.

El neurofisiólogo norteamericano William Calvin propuso la teoría llamada “darwinismo mental”. Según esta teoría, lo mismo que el sistema inmunológico y la evolución de las especies están impulsados por la selección natural, la vida mental también lo está. Los pensamientos se producen inconscientemente y el proceso darwiniano elige los mejores. Para Calvin, lo que pensamos está siempre en función de la acción; los pensamientos son sólo movimientos que no han sido aún realizados.

El psicólogo estadounidense Marcel Kinsbourne cree que la consciencia no es un producto de la actividad neural, sino la actividad neural misma. El cerebro no genera consciencia, sino que es consciente, por lo que no es necesario buscar una región que genere consciencia; no es la región lo que importa, sino el estado del circuito; cualquier región del cerebro puede ser consciente si sus circuitos están en un estado apropiado.

El matemático danés Tor Norretranders piensa que la consciencia no contiene casi ninguna información. La mayoría de los procesos mentales nunca alcanzan la consciencia. El cerebro descarta cantidades ingentes de información antes de que tenga lugar la consciencia, aunque esta información descartada tenga influencia sobre nuestra conducta. Esto significa que la consciencia trata sobre todo de lo que ocurre dentro de nosotros y no fuera. Los datos sensoriales se procesan de acuerdo con estructuras cerebrales y se comparan con los contenidos de la memoria, volviendo a ser procesados, y luego surge una sensación consciente. En esta sensación poco queda de los datos sensoriales originales. Nunca podemos experimentar los datos sensoriales originales, sino que experimentamos sólo los productos terminados. Con otras palabras: nuestro cerebro conoce mucho más de lo que conoce la consciencia.

Con esto no agotamos todas las teorías existentes sobre la consciencia, pero he elegido las que me parecieron más relevantes. Como vemos, hay opiniones para todos los gustos.

Origen y evolución de la consciencia

¿Cómo surge la consciencia en un individuo y cómo surgió en la evolución? Todos creemos que los humanos no nacen con consciencia y que la vida, como fenómeno natural no fue originalmente consciente. Existe, pues, un problema ontogenético, de cuándo surge la consciencia en un individuo, y un problema filogenético, de cuándo surgió la consciencia de la materia, si fue repentinamente en una especie determinada o por el desarrollo de ciertas estructuras cerebrales. La auto-consciencia surge en el niño en la segunda mitad del segundo año de vida, y depende de la memoria episódica y de la capacidad para la consciencia reflexiva.

Ya mencionamos que el psicólogo norteamericano Julian Jaynes piensa que surgió muy recientemente en el ser humano, en la época homérica. Por el contrario el neurofisiólogo australiano John Eccles pensaba que surgió con el neocórtex de los mamíferos y la bióloga norteamericana Lynn Margulis es de la opinión que la consciencia es una propiedad tan antigua como la vida de organismos unicelulares simples, hace miles de millones de años. Otros científicos piensan que la consciencia surgió por la necesidad de comunicación con otros individuos, es decir, que fue cercana al lenguaje. El filósofo austriaco Karl Popper decía que la consciencia emerge con el lenguaje, tanto ontogenética como filogenéticamente.

El psicólogo británico Nicholas Humphrey coincide con la opinión de que la función de la consciencia es la de interacción social con otras consciencias. La consciencia aporta a los humanos un modelo explicativo de su propia conducta y esta facultad es útil para la supervivencia; con otras palabras: los mejores psicólogos son los que mejor sobreviven. Al entender la propia mente, entienden también la mente de los demás y eso supone una ventaja evolutiva importante.

Sin embargo, la consciencia difícilmente contribuye a la supervivencia. Muchas veces nos deprimimos cuando pensamos en cosas futuras, como la vejez o la muerte. La consciencia muy a menudo resulta en una menor determinación y perseverancia. Visto así, no parece que sea el producto de una evolución darwiniana porque realmente lo que hace es debilitar nuestro sistema de supervivencia en esos casos.

El lingüista estadounidense Merlin Donald planteó que la mente moderna con pensamiento simbólico surgió de una forma de inteligencia no simbólica por absorción gradual de sistemas nuevos de representación. La mente humana se desarrolló en cuatro estadios que coinciden con los estadios de crecimiento cognoscitivo en humanos modernos. Los homínidos más antiguos estaban limitados a representaciones episódicas del conocimiento. La memoria episódica era útil para aprender asociaciones estímulo-respuesta, pero no podía recuperar memorias independientemente de las señales del entorno, es decir, no podía pensar. Estos seres episódicos vivían sus vidas totalmente en el presente.

El Homo erectus desarrolló un sistema “mimético” de representación. La mente podía recuperar memorias independientemente del entorno y era capaz de re-describir la experiencia. La mente tiene una representación del mundo y es capaz de adaptarse continuamente a los nuevos conocimientos. Estas representaciones permitían al individuo comunicar sus intenciones y deseos. En este estadio existía una especie de memoria colectiva. En el tercer estadio, el Homo sapiens adquirió el lenguaje y, por consiguiente, la capacidad de construir relatos y formar mitos que representan modelos integrados del mundo por los que los individuos podían generalizar y predecir acontecimientos. El lenguaje permitió contar historias en grupo.

Hace unos 50.000 años los humanos comenzaron a almacenar contenidos de memoria en el mundo exterior en vez de en sus cerebros (pinturas rupestres, figuras, calendarios, etc.). Finalmente, con la escritura, hará unos 10.000 años, los humanos modernos alcanzaron capacidades representativas simbólicas y la lógica. Es la mente “teórica”.

En otro orden de cosas se estima que existen unos 10.000 millones de células corticales en el hombre moderno, de los que 1.000 millones estarían en relación con el cuerpo. Así que 8.900 millones se utilizarían para procesos internos y para las conexiones con otras neuronas del sistema. Se estima que el cerebro del Australopiteco tendría 3.500 millones de neuronas por encima de las relacionadas con el cuerpo, comparadas con los 2.000 millones del gorila y los 2.400 millones del chimpancé.

El Homo habilis tendría unos 4.500 millones de interneuronas y el Homo erectus 7.000. Respecto al volumen, el Australopiteco tenía un cerebro de 500 c.c. frente a los 450 c.c. del gorila. El Homo habilis tenía unos 700 c.c., el Homo erectus unos 950-1050 c.c. y el Homo sapiens 1.350 c.c. Sin embargo, parece que el número de células no es determinante. El lingüista y neurólogo alemán Eric Lenneberg dice que el cambio más importante durante la expansión cerebral fue la interconexión entre las células.

Urracas tratando de quitarse la marca que se han visto en el espejo. Oliver Wrobel. PlosBiology.
Urracas tratando de quitarse la marca que se han visto en el espejo. Oliver Wrobel. PlosBiology.
Conciencia compartida

Aparte de nuestras experiencias cotidianas existen informes procedentes de estadios cognoscitivos que sugieren que los seres humanos no somos los únicos animales que tienen consciencia. Quizá seamos los únicos que somos conscientes de que somos conscientes, y, desde luego, los únicos que podemos informar de nuestro estado consciente mediante el lenguaje sintáctico.

Parece evidente que la consciencia surge sobre el sustrato biológico del sistema nervioso y, por tanto, es un estado adquirido a lo largo de la evolución. Se suele distinguir entre una consciencia sensorial, llamada también “consciencia primaria”, probablemente común a muchos animales, y una consciencia llamada metacognición o “consciencia de nivel superior”, única en el hombre.

Desde luego, si reconocerse en un espejo es señal de auto-consciencia, las ballenas, los delfines, los elefantes, los chimpancés, los gorilas, los orangutanes y los tamarinos poseen autoconsciencia. A favor de la presencia de consciencia en los mamíferos está el hecho de que todos poseen un sistema tálamo-cortical altamente desarrollado.

Informes sobre rendimientos considerables de la memoria en algunas aves, el aprendizaje vocal y la reproducción de lo aprendido, así como la discriminación en tareas difíciles, hace pensar que la consciencia surge en las aves, probablemente de manera independiente de los mamíferos. En la solución de problemas que parecen requerir habilidades cognoscitivas de alto nivel destacan también los cuervos que son capaces de utilizar herramientas de distinto tamaño y longitud de acuerdo con la dificultad de la tarea para obtener alimentos.

Se ha llegado incluso a plantear niveles muy simples de consciencia en cefalópodos, tales como los pulpos y las sepias a los que se le reconoce una capacidad cognoscitiva muy elevada en la discriminación de objetos, en atención y en memoria.

¿Cuándo surge, pues, la consciencia? El problema cuando intentamos saber si otros animales son conscientes es que los organismos no humanos no pueden hablar. Estamos convencidos de que pueden sentir placer y dolor, pero no podemos saber si son conscientes de esos sentimientos. Entre los humanos también los niños pequeños no pueden hablar, aunque también estamos convencidos de que pueden tener sentimientos como nosotros.

No obstante, ha habido controversias sobre si los bebés son capaces de sentir como los adultos. La circunsición suele realizarse sin anestesia y generalmente a los bebés se les prescribe dosis post-operativas de analgésicos inferiores a las que se utilizan para el adulto. Se les puede preguntar cuando se hacen mayores, pero existe lo que Freud llamó la amnesia infantil, algo que según él se producía porque los contenidos de la memoria estaban reprimidos. Explorando esa amnesia se ha podido comprobar que los bebés tienen una buena memoria a largo plazo y que esa información no sufre en la transición entre la vida pre-verbal y la verbal. Pero no podemos saber si en la vida pre-verbal el bebé tiene consciencia de esa memoria, ya que el recuerdo utiliza el lenguaje.

Por todo ello se ha sugerido que los bebés que aún no han aprendido a hablar no tienen recuerdos conscientes, mientras que los bebés parlantes sí los tienen. Que el lenguaje juegue un papel crítico en este proceso lo indica que las niñas, que suelen aprender antes a hablar que los niños, tienen recuerdos más antiguos de su niñez.

Se ha propuesto la existencia de dos tipos de memoria. El primer sistema operaría a lo largo de toda la vida y no puede accederse a él intencionalmente; el segundo sistema dependería del lenguaje y puede accederse a él intencionalmente. Otros autores han planteado que la memoria autobiográfica se desarrolla cuando lo hace el concepto del yo o de sí mismo. Los niños comienzan a utilizar la palabra ‘yo’ y ‘mi’ poco antes de los dos años de edad y ‘tú’ uno o dos meses después. Se calcula que el concepto del yo surge, pues entre los 18 y los 24 meses de edad. En resumen: que el acceso consciente al sistema autobiográfico que depende del hipocampo coincide con el desarrollo del lenguaje y con el desarrollo del concepto de sí mismo.

Correlatos neurales de la consciencia

Cuerpo y cerebro son observables por terceros. Pero la mente sólo es accesible por el que la posee. Los pesimistas niegan la posibilidad de salvar esa distancia. Sólo podremos describir los correlatos de estados mentales, pero no cómo esos correlatos generan la consciencia, el sentido del yo. Otros argumentan que es absurdo llevar a cabo una investigación sobre la mente que es el instrumento que se emplea en la búsqueda de la solución del problema.

Algunos científicos han abordado la prometedora tarea de buscar los correlatos neuronales específicos de la consciencia. Los diversos autores proponen diferentes estructuras del cerebro para el asiento de la consciencia, estructuras como los núcleos talámicos intralaminares, el núcleo reticular, la formación reticular mesencefálica, la red intracortical tangencial de las capas I y II y los bucles tálamo-corticales.

Para Francis Crick y Christof Koch la mejor manera de abordar el tema de la consciencia es concentrarse en encontrar sus correlatos neuronales y las funciones cerebrales que dan lugar a las experiencias conscientes.

Edelman y Tononi piensan que el sustrato neuronal de la consciencia comprende grandes poblaciones de neuronas – en especial las del sistema tálamo-cortical – que se encuentran ampliamente distribuidas por todo el cerebro. Por otro lado, ningún área concreta y única del cerebro es responsable de la experiencia consciente.

Las únicas lesiones cerebrales localizadas que tienen como resultado la pérdida de la consciencia son las que suelen afectar al llamado sistema reticular de activación, situado en las porciones superiores del tronco cerebral (las regiones superiores de la protuberancia y el mesencéfalo) hasta el hipotálamo posterior, los llamados núcleos talámicos intralaminares y reticulares y el cerebro basal anterior. Su actividad es esencial para el mantenimiento del estado de la consciencia. Se supone que no genera consciencia por sí mismo.

En seres humanos se han identificado varios correlatos de la consciencia, como el bucle tálamo-cortical, un EEG característico de ondas frecuentes y de baja amplitud que va de 12-70 Hz y la formación reticular mesencefálica. Se ha propuesto que la descarga sincrónica de neuronas corticales, con una frecuencia de 40 Hz, también conocida como oscilación gamma, sea el correlato neural de la consciencia y sirva para unir la actividad de diversas áreas corticales, en relación con un mismo objeto. Pero estudios recientes en sujetos anestesiados han podido mostrar que la frecuencia de 40 Hz puede existir sin consciencia.

Se ha postulado que las células piramidales de la capa V y VI de la corteza, cuyos axones proyectan fuera de la corteza, serían responsables de la consciencia visual.

Los neurocientíficos británicos Karl Friston y Richard Frackowiak mostraron que las áreas que disminuyeron su actividad cuando una actividad motriz es aprendida son la corteza prefrontal y el área motriz suplementaria, lo que puede indicar que estas regiones cerebrales están implicadas en la producción de consciencia. La corteza prefrontal se sabe que está implicada en la toma de decisiones y el AMS es uno de los lugares implicados en la iniciación de la acción. Las regiones que participan en el control inconsciente de la actividad motriz son probablemente la corteza parietal posterior y el cerebelo. Es sorprendente la cantidad de corteza cerebral que puede perderse sin que el individuo pierda la consciencia.

El neurocirujano norteamericano Joseph Bogen tenía dos pacientes que tras una operación habían conservado sólo el hemisferio derecho. Perdieron las funciones sensoriales y motoras de la parte derecha del cuerpo y casi toda la capacidad de hablar, pero los sujetos estaban conscientes y respondían apropiadamente a los estímulos.

Consciencia ocasional

El nivel de consciencia se regula por el Sistema Activador Reticular Ascendente, descubierto por Moruzzi y Magoun en 1949 y que es la formación reticular que se extiende por el bulbo, la protuberancia y el mesencéfalo. Las neuronas necesitan mantener un nivel de actividad determinado. La formación reticular actúa no sólo modificando el nivel de actividad, sino también modulando las entradas y salidas, sobre todo las que salen de la médula espinal. Podemos modular los niveles de consciencia alterando la actividad de la formación reticular probablemente desde la corteza prefrontal. Estas estructuras son necesarias, pero no suficientes para la consciencia. Se necesita también la actividad de neuronas corticales.

El núcleo reticular del tálamo funciona como un interruptor para la consciencia. Cuando el nivel de activación del tronco del encéfalo disminuye, los circuitos tálamo-corticales comienzan a oscilar. Este ritmo sincrónico contribuye a la pérdida global de consciencia como ocurre en el sueño no REM. En el EEG se ven los husos característicos del sueño y las ondas lentas. A este fenómeno se le ha llamado “sincronización del EEG”.

Cuatro neurotransmisores juegan un papel en la función cerebral: el sistema noradrenérgico del locus coeruleus, el sistema serotoninérgico de los núcleos del rafe, el sistema dopaminérgico del mesencéfalo y el sistema histaminérgico del hipotálamo. La noradrenalina y la histamina están implicadas en la vigilia, la alerta y la atención; la serotonina en frenar la acción motora, ayudándola para que sea estímulo- y situación- específica; la dopamina apoyando y facilitando el movimiento, la emoción positiva y el pensamiento.

En la visión hay una vía que va desde la retina a la corteza visual primaria, pasando por el núcleo geniculado lateral. Esa vía no implica consciencia. En la corteza visual primaria, la información se dirige luego a las áreas corticales donde está representado el movimiento y a otras donde se representa el color; de ahí pasa la información a células que reconocen los objetos en la corteza asociativa temporal inferior, donde la información se hace consciente.

La cuestión es: ¿cómo se explica que unas descargas neuronales de una región asociativa de la corteza pueda ir acompañadas de consciencia y otras no? Gerald Edelman piensa que esa pregunta puede contestarse con lo que él llama “darwinismo neural”, que trata sobre la cooperación y competición entre grandes grupos de neuronas; las que salen triunfantes de esta competición serían las que van acompañadas de consciencia. A esto Edelman le llamó la “hipótesis del núcleo dinámico”.

Se sabe asimismo que la vía visual dorsal, que va desde el área visual primaria hacia la corteza asociativa parietal, también llamada la vía del “dónde”, que es capaz de localizar los objetos en el espacio, es inconsciente, mientras que la vía ventral que se dirige a las áreas asociativas temporales, llamada vía del “qué” es consciente. Las proyecciones de la corteza parietal a las áreas premotoras son inconscientes, mientras que las proyecciones de corteza parietal a la corteza prefrontal están relacionadas con la consciencia.

Experimentos realizados por Benjamín Libet mostraron que era necesario estimular la corteza somestésica con un tren de impulsos de al menos medio segundo para producir una experiencia consciente. Libet llamó a este fenómeno la “adecuación neural para la consciencia”. Este hecho significa que la consciencia tiene que estar mucho más atrás en el tiempo que los sucesos del mundo real y, por tanto, tiene que ser inútil para responder a un mundo que se mueve rápidamente.

La consciencia no es un fenómeno todo-o-nada, sino que existen diversos niveles de consciencia. Y la transición de la inconsciencia a la consciencia no es simplemente un cambio de una inactividad a una actividad neuronal, sino que supone un cambio en lo que hacen las neuronas, cambio que hoy por hoy es desconocido.

Todos estos resultados indican que la consciencia es un producto de la actividad cerebral, pero que muchas de las actividades de las neuronas cerebrales no van acompañadas de consciencia.

¿Máquinas con consciencia?

¿Puede crearse consciencia en una máquina? Los ordenadores pueden resolver problemas que los humanos encuentran difíciles, como la comprobación de teoremas, pero tienen enormes dificultades en tareas fáciles para los humanos, como el reconocimiento de objetos y la manipulación de los mismos.

En 1997 el mejor jugador del mundo de ajedrez, Gary Kasparov fue vencido por “Deep Blue”, un ordenador IBM. El ordenador era capaz de calcular 200 millones de posiciones de las fichas del ajedrez por segundo, mientras que Kasparov sólo podía procesar tres o cuatro posiciones. Además, el ordenador no estaba sometido a emociones o a estrés. La pregunta que se plantea es la siguiente: si Kasparov es considerado un ser inteligente, ¿por qué no podemos darle a Deep Blue la misma consideración?

Uno de los ataques más relevantes a la idea de que la IA podría desarrollar una mente ha sido la llamada Habitación China del filósofo estadounidense John Searle, un “Gedankenexperiment” en el que una persona en una habitación recibe caracteres chinos, los procesa siguiendo una serie de reglas, saca los resultados correctos sin entender lo que significan.

Aunque muchas actividades y acciones complejas pueden realizarse de manera inconsciente, actividades más dinámicas e interactivas, como el diálogo interpersonal, sólo puede llevarse a cabo de manera consciente.

Ahora mismo, en Internet, hay unidos cientos de millones de ordenadores, y el ancho de banda de las conexiones crece cada año. Algunas personas afirman que si Internet sigue creciendo llegará a un tamaño en el que inevitablemente se volverá consciente.

En los últimos 50 años la densidad de empaquetamiento de transistores en los circuitos integrados se dobla aproximadamente cada dos años. Esta tasa de crecimiento exponencial, llamada la ley de Moore, se espera que continúe durante una década o dos, lo que supone un aumento del rendimiento y una disminución de los costes. Se ha calculado que en el año 2019 un ordenador típico de mesa tendrá la capacidad del cerebro humano y costará sólo unos 1000 dólares. Y se calcula que el año 2029 se podrá construir una máquina que pase el test de Touring.

En 1950 Alan Touring planteó la respuesta a la pregunta: “¿Pueden pensar las máquinas?”. El test que lleva su nombre se aprobaría si durante 5 minutos la máquina podría responder de tal manera que el interrogador no pudiese distinguirla de un ser humano. Supongo que se necesitará más que pasar el test de Touring para que una máquina genere consciencia.

Conclusiones

El dualismo que subyace a algunas de las teorías sobre la consciencia plantea una cuestión importante, a saber cómo superarlo, ya que a lo largo de la historia de la filosofía este dualismo no ha podido aclarar cómo es posible que un ente inmaterial pueda interaccionar con la materia que es el cerebro. Por tanto, entiendo que la superación de esta visión dualista ha ayudado mucho a la neurociencia para plantearse el estudio de las funciones mentales, considerando éstas como el producto de la actividad cerebral.

Ahora bien, la cuestión no es tan fácil, ya que considero imposible liberarse completamente del pensamiento o la visión dualista. Y pienso que es imposible porque supongo que esta forma de pensamiento en antinomias o antítesis podría bien ser una categoría más de nuestra mente con la que analizamos el mundo. Estoy convencido de que nuestro pensamiento lógico-analista es dualista, nos hace ver el mundo en antinomias o conceptos contrarios.

Todos tenemos la impresión de que nuestra experiencia consciente subjetiva es algo distinto del mundo físico que nos rodea y, si el cerebro pertenece a ese mundo físico, como es el caso, nos resulta muy sencillo separar la actividad cerebral de las experiencias subjetivas. De ahí que el pensamiento dualista sea común a mitos y religiones, a la filosofía y a la ciencia.

Me hace pensar en una predisposición genética que denomino “pensamiento dualista”, aunque ya previamente el psiquiatra de Pensilvania Eugene D’Aquili, fallecido en 1998, lo llamó “operador binario”, una estructura, módulo o dispositivo neural que estaría localizado en el lóbulo parietal inferior izquierdo. El neuropsicólogo ruso Alejandro Luria tuvo un paciente con una lesión en esa región cerebral y el sujeto no podía ya distinguir entre los conceptos contradictorios, como arriba/abajo, delante/detrás o antes y después. Había perdido la visión dualista del mundo que nos caracteriza.

Si esto es cierto, entonces el dualismo que parecemos percibir en la naturaleza no es tal, sino simplemente que nuestro cerebro lo percibe así, pero que no existe en la naturaleza, en el mundo exterior.

A mi entender, esta manera de ver el problema de la consciencia dificulta enormemente su solución. En otro lugar he argumentado que la experiencia mística, producida no sólo espontáneamente, sino provocada experimentalmente por estimulación de ciertas regiones del cerebro, es una experiencia en la que una de sus características es la anulación de la visión dualista, o sea, la desaparición del yo frente al mundo, uniéndose el sujeto con la naturaleza, el vacío o Dios.

Este hecho nos está diciendo, en mi opinión, que la visión dualista no es la única posible con la que el cerebro se enfrenta a la realidad exterior. Pero también nos dice que el cerebro es capaz de generar experiencias espirituales, es decir, que considerar a este órgano como materia, simplemente, no sería correcto. Más bien habría que hablar de algo así como “espiriteria”, o sea la contracción de espíritu y materia.

Esto quiere decir que los conceptos “materialismo”, “espiritualismo”, no son otra cosa que “dualismos cojos” en el sentido que de la partición dualista de una totalidad eligen solamente una parte.

En cualquier caso, espero que haya quedado claro que estamos aún lejos de comprender el salto cualitativo que supone pasar de la actividad neuronal del cerebro a la experiencia subjetiva de la consciencia. Aquellos que opinan que este es un enigma insoluble y que nunca llegaremos a encontrar una solución deberían considerar los enormes avances que ha experimentado la neurociencia, sobre todo en la segunda mitad del siglo pasado, y deberían asimismo pensar que en ciencia la palabra “nunca” no debe utilizarse. Por mi parte, considero que es posible que sea el resultado de una visión dualista que habría que superar.



Conferencia pronunciada por el Prof. F. J. Rubia en la Real Academia Nacional de Medicina el 12 de enero de 2010, con motivo de la inauguración del curso académico. Este texto se publicó originalmente en el blog Neurociencias del autor en Tendencias21. Francisco J. Rubia Vila es Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, y también lo fue de la Universidad Ludwig Maximillian de Munich, así como Consejero Científico de dicha Universidad.

Cinco emociones que no sabía que tenía

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1225329


Psicología / Sentimientos tan universales como la alegría o la tristeza
Cinco emociones que no sabía que tenía
La ciencia estudia cuál es la funcionalidad del orgullo, la gratitud o lo que llaman elevación, que están presentes en todas las culturas.

Juana Libedinsky
New Scientist

LONDRES.- ¿Puede nombrar seis emociones básicas? Realice un tanteo entre sus amigos y le garantizamos que no encontrará consenso. Sin embargo, los psicólogos coinciden: alegría, tristeza, enojo, miedo, sorpresa y aversión.

Estas son las seis grandes emociones, literalmente, las que todo el mundo exhibe con las mismas dramáticas y características expresiones faciales. Ellas han sido objeto de profundas investigaciones durante más de medio siglo y aun más, debido al papel que han jugado en nuestra supervivencia como especie.

Sin embargo, los tiempos han cambiado. Nuestros ancestros pueden haber tenido la necesidad cotidiana de temer a sus predadores, enojo para conquistar al adversario o repugnancia para evitar enfermedades, pero vivimos en un mundo más sutil, en el cual otras emociones han aparecido.

Hoy, son muchas las contendientes. La avaricia, la vergüenza, el aburrimiento, la depresión, los celos y el amor, por ejemplo, pueden representar a la era moderna.

Aun así, hoy algunas emociones más oscuras pueden ser cada vez más relevantes.

Aquí exploramos cinco de ellas, cualquiera de las cuales puede ser promovida a una categoría cercana a las seis grandes emociones.
ANIMO EN ASCENSO
Elevación

En medio de la crisis económica del año pasado, el discurso inaugural de Barack Obama fue poderoso e inspirador. Algunos de sus partidarios, al escucharlo, habrán tenido lágrimas en sus ojos, una sensación de hormigueo en la nuca y un cálido sentimiento en el pecho como si se estuviera abriendo a un desborde de amor y de esperanza. Este sentimiento es lo que Jonathan Haidt de la universidad de Virginia, Charlottesville, etiquetó como "elevación".

Parece ser un sentimiento universal: ha sido documentado en Japón, la India, los EE.UU. y en los territorios palestinos. Eso la coloca en la misma liga que las seis grandes emociones, siempre y cuando tenga también un propósito. Si las emociones son para cumplir un papel como asistentes de la supervivencia, deben motivar actividades que nos ayuden en la lucha. Entonces, ¿para qué sirve la elevación?

La idea de Haidt nació de la sensación de ahogo que a menudo describe la gente al experimentar la elevación. Esto indica que el nervio vago está involucrado, ya que es el responsable de estimular la garganta y los músculos del cuello. La activación del nervio vago también está ligada a la liberación de la hormona llamada oxitocina, la que genera sensaciones de calidez y de calma, de la clase que se asocia con la elevación.

Pero contrariamente a las seis grandes emociones, no tiene una característica expresión facial. Si se aprecia el contexto, se puede detectar que los rasgos se suavizan levemente, dice Haidt. A veces, las cejas se elevan como si la persona estuviera triste.
LA EMOCION CURIOSA
Interés

La cabeza se inclina hacia un lado, el habla se acelera y los músculos de su frente y de alrededor de los ojos se contraen mientras uno está absorto en aprender una sonata con el fagot, en comprender la termodinámica del universo o quizá sólo en ojear una colección de estampillas. El interés puede ser más difícil de identificar que el miedo o la alegría, pero igualmente posee una de las características de una emoción básica, su propia expresión facial.

El interés parece también tener una finalidad. El psicólogo Paul Silvia, de la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, cree que motiva a la gente a aprender ?no por dinero ni para un examen?, sino para sí misma, para incrementar el propio conocimiento y sólo porque se desea. Esto podría explicar por qué el interés tiene importancia en el mundo moderno. Puede ser visto como la contrapartida del miedo y de la ansiedad que rodea a las experiencias desconocidas. Sin el interés nos alejaríamos de las cosas nuevas y complicadas porque tienden a ponernos nerviosos.

"Esto tiene sentido si pensamos en términos de historia evolutiva, ya que las situaciones desconocidas a menudo pueden ser peligrosas ?asegura Silvia?. Pero en el mundo moderno, sería desastroso porque no podríamos crecer intelectualmente."

Un criterio que algunos psicólogos utilizan para definir una emoción básica es que debe estar asociada a una aberración o una patología. El exceso de miedo, por ejemplo, genera pánico o ansiedad crónica. Igualmente demasiado interés da como resultado conductas repetitivas, abrumadoras y compulsivas.
ESTIMULA LAS REACCIONES
Gratitud

Antes que satisfacer los más estrictos criterios de las emociones, la gratitud tiene sus propias formas de manifestarse, por lo que su expresión facial tiene todavía que ser identificada a pesar de que es fácil especular lo que puede involucrar: una sonrisa, quizás un gesto con la cabeza. Sin embargo, todavía se deben realizar estudios sobre culturas no occidentales.

Como todas las emociones que merecen ese nombre, la gratitud nos motiva a actuar: hace que queramos reconocer y retribuir una amabilidad o un gesto cordial. Así la gratitud podría, simplemente, asegurar un mecanismo de recompensa, pero una nueva investigación sugiere que puede ser más que eso.

Sara Algoe, de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapell Hill, Estados Unidos, encontró que la gratitud hace que las parejas que conviven se sientan mejor conectadas. Ella sostiene que los gestos verdaderamente amables nos ayudan a encontrar a los individuos que realmente nos "atrapan".

El sentimiento de gratitud es una señal de que deberíamos conocerlos mejor, ya que ellos son los que probablemente estarán allí para nosotros en el futuro. Por eso, una vez que se está en una relación romántica, los sentimientos de gratitud sirven como pequeño recordatorio de lo buena que es nuestra pareja.

La gratitud a largo plazo, afirma Algoe, está allí para ayudarnos a promover un ciclo positivo de dar y de recibir, y crea una espiral ascendente de satisfacción en la relación.
EMOCION CON DOS CARAS
Orgullo

El orgullo ha sido llamado el más mortal de los siete pecados capitales. Sin embargo, puede también ser noble. Todos conocemos el satisfactorio sentimiento de logro y de autoestima que proviene de haber realizado algo bien. Por eso Jessica Tracy, de la Universidad de Columbia Británica, Canadá, distingue entre lo que ella llama "orgullo desmesurado" y "auténtico orgullo".

Ambos tipos hacen que la gente incline la cabeza hacia atrás, separen sus brazos del cuerpo y traten de mirar lo más lejos posible. Pero contrariamente a las emociones básicas, el rostro sólo juega un papel pequeño: sólo una suave sonrisa que lo atraviesa. Tracy lo considera una emoción básica: lo encontró, incluso, en personas ciegas de nacimiento, lo que indica que es innato.

Entonces, cuál es el objetivo del orgullo. En general, cuando la gente ve expresarse al orgullo lo asocia con un estatus alto. De esa manera, éste nos motiva a hacer las cosas bien para ganar respeto. Existen dos maneras de hacerlo, lo que quizás explique los costados secundarios del orgullo.

El estatus puede adquirir dos formas, asegura el antropólogo Joe Henrich, de la Universidad de Columbia Británica. El primero se basa en el dominio: los individuos más fuertes son reverenciados porque pueden dominar o matar a otros. El segundo tipo de estatus tiene que ver con el prestigio. En este caso, el respeto y el poder se ganan a través del conocimiento o de la habilidad. "Esto se ajusta a los dos tipos de orgullo ?afirma Tracy?. Uno está asociado con la agresión y la extrema confianza, mientras que el otro motiva el trabajo duro y el altruismo.
ALIADA DEL CAMBIO
Confusión

Es un sentimiento que todos nosotros hemos experimentado, pero es difícil de describir. Dachter Keltner, de la Universidad de California, Estados Unidos, sugiere que es "el sentimiento de que el entorno nos está dando información insuficiente o contradictoria". Pero, ¿es la confusión realmente una emoción?Para algunos psicólogos la idea es escandalosa. Otros describen la confusión como la más marginal de las emociones. Igualmente, Silvia piensa que hay buenas razones para considerarla una emoción básica porque es tan fácil de identificar. Se frunce el ceño, los ojos se cierran, se puede incluso morder el labio, uno reconoce la confusión cuando la ve. De hecho, un estudio encontró que era la segunda expresión más reconocible diariamente, sólo superada por la alegría.Y ¿para qué sirve la confusión? Es una emoción basada en el conocimiento, de la misma familia del interés y de la sorpresa, dice Silvia. El cree que es la forma que tiene nuestro cerebro para decirnos que la forma en que estamos pensando acerca de las cosas no está funcionando, que nuestro modelo mental del mundo es imperfecto e inadecuado. A veces, esto nos hará retroceder, pero también puede motivarnos para prestar atención o para cambiar nuestra estrategia de aprendizaje.Otra idea es que una expresión facial de confusión alerta a los otros para ayudar a la persona confundida. De ser así, la confusión sirve para brindar un nuevo conocimiento y para alentar las relaciones sociales, lo que hace de ella, quizá, la emoción perfecta del siglo XXI.

Traducción de María Elena Rey

sábado, 23 de enero de 2010

Gabo: un "Hijo de los Sueños"

A comienzos de agosto de 1966, Gabriel Garía Márquez acompañó a Mercedes su esposa, a la Oficina de Correos, para enviar a Buenos Aires el manuscrito terminado de Cien Años de Soledad. Parecían dos sobrevivientes de una catástrofe. El paquete contenía 492 páginas mecanografiadas, por lo que el encargado de correos debía cobrarles ochenta y dos pesos. Ellos posesían sólo cincuenta pesos, por lo que el mismo Gabo fue quitando hojas al libro, como si fueran fetas de un jamón, hasta completar los cincuenta pesos y entonces enviar sólo la primera parte. El matrimonio regresó a su hogar y lograron empeñaron el secador de cabellos, la licuadora y la estufa. Con el dinero obtenido, lograron enviar la segunda parte de la obra.

Esta vez, al salir del Correo, Mercedes se detuvo y encaró a su esposo:

"Oye Gabo, ahora lo único que falta es que la novela sea mala"

Content curator, Intermediario del conocimiento: nueva profesión para la web 3.0

http://www.dreig.eu/caparazon/2010/01/09/content-curator-web-3/

Content curator, Intermediario del conocimiento: nueva profesión para la web 3.0

Sería repetitivo decir hoy que el conocimiento ya no es poder, que es el acceso al mismo, que son las competencias asociadas a la recuperación y gestión creativa del mismo las que nos empoderan.

Preferiría repetir la metáfora que escuchaba y amplío de David James Clark en Online Educa Berlín 2009 y que identifica a los Millennials (esos nativos digitales cuya competencia innata se pone en duda) con los hijos de Sócrates: El modelo de la academia de Platón, en el que los maestros enseñan contenidos y los estudiantes los reciben debe evolucionar al de Sócrates, cuya autoimpuesta labor es ayudar (no enseñar) a aprender de forma crítica, a analizar la información distribuida y fluida.

Añadiría que algo parecido, a tenor de un mismo aumento en el sentido crítico, de inteligencia autónoma, ocurre hoy en la evolución hacia un enfoque de Entornos personales en la web que, como en el momento histórico anterior, confía cada vez más en la inteligencia, la capacidad de análisis crítico del prosumidor y aprendiz a lo largo de toda la vida.

Sea como sea, parece que cosas como la tutoría, la ayuda en la personalización, la conducción, la guía en la construcción e interpretación del alud de referentes informativos y formativos que nos son tan familiares en educación, podrían estar definiendo una nueva necesidad también en el ámbito de los Social Media durante a que podríamos llamar su etapa de consolidación o generalización de su uso.


Web contextual

Veíamos el otro día cómo vamos hacia una web “hiperanalizada”, a una sociedad, en cierto modo, infinitamente más controlada. Leemos constantemente, también, sobre nuevas formas de Web contextual, de Web personalizada, algoritmos o variables (geográficas, sociales), bajo las que filtrar la sobreinformación y crear microuniversos de conocimiento que aún puedan ser vividos como entornos seguros.

Lo comentaba recientemente David Armano y lo hemos visto aquí con frecuencia. Desde una Web social, diversa y abundante nos dirigimos a escenarios mucho más exclusivos, a una web cada vez más filtrada a través de nuevas posibilidades y criterios. En un escenario de economía de la atención, con contenidos generados por el usuario y redes sociales generando millones de actualizaciones diarias, son precisos algoritmos o distintos sistemas para un mismo objetivo: el filtraje de la información.

Hablamos ya de ello aquí. Recordar solo cómo la geolocalización, que permite filtrar según el contexto geográfico la información que nos llegue es una de las posibilidades o derivaciones de la Web contextual. Otra, la que nos ofrecen lectores de feeds avanzados o inteligentes como Feedly se basa en el análisis de nuestro comportamiento, en lo que antes ha captado nuestra atención o valido nuestra recomendación. La tercera, próxima al concepto de Redes Personales de Aprendizaje es el filtraje, la web contextual social.

Facebook connect, Google Social Search se basan en la posibilidad de proporcionar experiencias de usuario más seguras, menos caóticas, sociales en el sentido más duro de la palabra, mediante un componente esencial de conformismo o conformidad con lo que el grupo de amigos considere interesante.


Nuevas necesidades para Organizaciones

Tendencia a la personalización, necesidad de recibir la información adecuada (más relevante) en cada momento y para cada situación son necesidades nuevas para la empresa – organización que quiere mantenerse inteligente. No se trata, en este caso, de filtrar lo que es o no relevante con la intención de aliviar la sensación de caos subjetivo, sino de seguir siendo competitivos en una sociedad global, cada vez más compleja, cambiante y dependiente del conocimiento.

Leeremos sobre herramientas, métodos para definir estos “Universos profesionales seguros de conocimiento” (trabajo en algunas interesantes iniciativas al respecto que comentaremos), adaptaciones de la idea, la metodología de los PLE (Entornos Personales de Aprendizaje), los PLN (Redes Personales de Aprendizaje), más allá de la educación, a la gestión del conocimiento en organizaciones.

Pero lo nuevo e importante, que ha motivado este post, es que veremos surgir también nuevos roles profesionales para la web. Si decíamos hace un tiempo que el Community Manager (llámese también dinamizador, e-moderador o, en aquel que cumple en algunos casos las funciones del tradicional maestro) iba a ser una nueva profesión y con la personalización como característica esencial de la web que nos viene, creo que es hora de presentar, también en el contexto lationamericano, una nueva demanda:


Content Curators (Intermediarios críticos del conocimiento)


No es imprescindible pensar al community manager y al “curator” como figuras aisladas. Como veréis, pueden ser funciones compatibles y sobretodo trabajar de forma coordinada.

El término se atribuye en el ámbito del marketing a Rohit Bhargava, aunque desde la educación hace tiempo que se habla y se trabaja a partir de las características o funciones de este tipo de figura. De hecho, el rol es explícito en textos de Siemens y Downes y ha sido parte esencial de su propio modus operandi como “maestros” de Conectivismo (acabo de terminar un Seminario en este sentido y podría reconocerme también en el rol de Curator de los primeros contenidos).

Dinamizador de contenidos si su punto de partida es el conocimiento generado por la propia comunidad o algo parecido al Comisario digital, al broker del conocimiento que describía Freire (Juan cita a su vez a Grant McCracken, Curator: meme in motion, Steve Rubel, conThe Digital Curator in Your Future)

Términos posiblemente distintos para cada sector profesional, si nos centramos en la web, si de lo que se trata es de escuchar y recentralizar la conversación que naturalmente es distribuida entorno a temas específicos, Intermediario crítico del conocimiento, podría un buen nombre para la nueva figura.

Una primera definición sería la de que serían profesionales, internos o externos, especialmente implicados con el conocimiento y que asesorarán sobre la información más relevante en el sector.

Parece que resulta más coherente con la evolución de la web pensarlos de forma externa, desde la perspectiva (al estilo Cloud Computing) de X (cualquier cosa) as a service, de ofrecer servicios integrales desde la nube más que aplicaciones necesitadas de memoria y mantenimiento local. Su tarea tiene dos vertientes claramente diferenciadas (lo cual, repito, no significa que no pueda cubrirlas una sola persona):

-La formación en Competencias digitales de manejo de la información (el dominio de herramientas concretas para la generación y mantenimiento de PLEs puede ser importante en este sentido)
-El profundo conocimiento de la especialidad.


De forma más genérica podríamos decir que un Content Curator, un Intermediario crítico del conocimiento es alguien que busca, agrupa y comparte de forma contínua (recordemos la Real time web que vivimos) lo más relevante (separa el grano de la paja) en su ámbito de especialización.

A diferencia de otras profesiones (creador, por ejemplo), su objetivo fundamental es mantener la relevancia de la información que fluye libre o apoyada en herramientas concretas para la creación de entornos informacionales. Como valor competitivo, el de mantener, en última instancia, “a la última” a la empresa / organización que le forme o contrate, en cuanto al conocimiento que ahora es vital para su supervivencia.

Trabajo en distintos proyectos al respecto y hablaré de todo ello para el Seminario Gestió del coneixement en Acció, en el programa Compartim el 22 de febrero de 2010 (tenéis más información aquí), sobre cómo Configurar entornos personales de aprendizaje para colectivos profesionales, así que seguiremos hablando de la que muchos consideramos es una de las tendencias más importantes este 2010 en la web (en Social Media, en e-learning o educación apoyada en la web, en Periodismo digital, etc…)


(La imagen del Thumbnail corresponde a una iniciativa en The National Research Council of Canada PLE Project de la que hablamos con Stephen Downes hace unas semanas, que creo que será también relevante este año y que será objeto de un próximo post.)

viernes, 22 de enero de 2010

Corintios 1:13

Corintios 1:13

Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe.

Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios - el saber más elevado -, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta amor nada soy.

Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve.

El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo.

No se alegra de lo injusto, sino que se goza de la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.

El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado. Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías son también algo muy limitado; y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá.

22 de enero del 2009 - 22 de enero del 2010

Hoy es el primer cumpleaños de Hijos de los Sueños, nacido en Facebook y pocos días después en este blog. A todos los seguidores, gracias!!

jueves, 21 de enero de 2010

El autocontrol es una actitud contagiosa

http://www.tendencias21.net/El-autocontrol-es-una-actitud-contagiosa,-senala-una-investigacion_a3998.html?preaction=nl&id=77656&idnl=61797&

El autocontrol es una actitud contagiosa, señala una investigación
El contagio puede ser aprovechado para mejorar, pero no justifica nuestras acciones

El autocontrol -o la ausencia de él- resulta contagioso, señalan los resultados de una investigación realizada por científicos de la Universidad de Georgia, en Estados Unidos. Cinco estudios a este respecto constataron que las personas que veían a otras ejercer el autocontrol, pensaban en amigos con un buen autocontrol e, incluso, veían el nombre de estos amigos durante unos milisegundos en la pantalla de un ordenador, eran capaces de autocontrolarse mejor que antes. En sentido contrario, los resultados fueron similares: se constató que el poco autocontrol también se contagia. Por Yaiza Martínez.
El autocontrol -o la ausencia de él- resulta contagioso, señalan los resultados de una serie de estudios realizados por científicos de la Universidad de Georgia (UGA), en Estados Unidos.

Estas investigaciones revelaron que las personas que ven o piensan en alguien con un buen autocontrol se vuelven más propensas a autocontrolarse. Asimismo, se constató que esto también funciona en sentido contrario: las personas con escaso autocontrol contagian fácilmente a los demás con su actitud.

El efecto contagioso del autocontrol es tan poderoso que, según los científicos, el mero hecho de ver el nombre de una persona con un buen o un escaso autocontrol en una pantalla, durante sólo 10 milisegundos, cambió el comportamiento de los participantes en los estudios.

Buscar relaciones sociales positivas

La directora de la presente investigación, la profesora de psicología de la UGA, Michelle vanDellen, señala que lo más importante de estos resultados es que revela que la elección de influencias sociales positivas puede mejorar nuestro autocontrol y que, a la inversa, cuando mostramos autocontrol podemos ayudar a otras personas a autocontrolarse.

La gente tiende a imitar el comportamiento de aquéllos que le rodean, y se sabe que costumbres como fumar, consumir drogas, e incluso características como la obesidad tienden a expandirse a través de las redes sociales.

Sin embargo, el estudio de vanDellen es el primero que demuestra que el autocontrol también es un comportamiento contagioso.

Los científicos afirman que esta capacidad de contagio del autocontrol puede ser aprovechada, por ejemplo, pensando en alguien que tenga un buen autocontrol si queremos que nuestro propio autocontrol se fortalezca para conseguir objetivos económicos, profesionales o de cualquier tipo.

Cinco estudios

Según informa la UGA en un comunicado, el descubrimiento realizado por vanDellen es el resultado de cinco estudios individuales, llevados a cabo durante dos años con Rick Hoyle, especialista de la Universidad de Duke.

En el primer estudio, los investigadores pidieron a 36 voluntarios asignados al azar que pensaran en un amigo que tuviera un buen o un mal autocontrol.

Aquéllos que pensaron en el amigo con un buen autocontrol persistieron en una tarea que se les encomendó, comúnmente utilizada para medir el autocontrol, mientras que aquéllos que pensaron en un amigo con un autocontrol bajo desistieron antes en esta misma tarea.

En un segundo estudio, 71 voluntarios miraron en primer lugar a otras personas ejerciendo el autocontrol, en una tarea que consistía en elegir una zanahoria de un plato en lugar de una galleta situada en un plato cercano. Otros voluntarios miraron a personas que se comieron la galleta en lugar de las zanahorias.

En los tests realizados posteriormente para comprobar el autocontrol de ambos grupos de voluntarios, la capacidad de autocontrolarse fue mayor entre los voluntarios del primer grupo.

Autocontrol subliminal

En un tercer estudio, 42 voluntarios fueron aleatoriamente escogidos para que hicieran una lista de amigos con un autocontrol alto o bajo. Después, fueron sometidos a un test informático que medía su propio autocontrol y, posteriormente, en la pantalla del ordenador se les aparecieron las imágenes de los nombres de los amigos de sus listas, sólo durante 10 milisegundos (un periodo de tiempo en el que es imposible leer una palabra, pero en el que el cerebro capta los nombres de manera subliminal).

Aquéllos a los que se les mostró el nombre de sus amigos con buen autocontrol puntuaron más alto que antes en el test informático sobre el autocontrol, mientras que aquéllos que vieron el nombre de personas con un autocontrol bajo puntuaron más bajo que previamente, en ese mismo test.

En un cuarto estudio, se pidió a 112 voluntarios que escribieran sobre un amigo con un buen autocontrol, un autocontrol escaso o sobre un amigo moderadamente extrovertido (para el grupo de comparación).

En un test posterior sobre autocontrol, aquéllos que habían escrito sobre amigos con un buen autocontrol fueron los que más rindieron, mientras que los que habían escrito sobre amigos con un autocontrol escaso rindieron peor. El grupo de control o de comparación puntuó entre estos otros dos grupos.

Responsabilidad personal

Por último, en un quinto estudio con 117 voluntarios, los investigadores descubrieron que las personas que escribieron sobre amigos con un autocontrol alto fueron más rápidas que las personas de otros grupos identificando palabras relacionadas con el autocontrol, como logro, disciplina o esfuerzo.

VanDellen señala que el autocontrol sería contagioso porque estar en contacto con gente con un buen o un mal autocontrol influye en nuestro nivel de accesibilidad a pensamientos propios sobre nuestro autocontrol.

El efecto de estas influencias, según la investigadora, puede ser el de modificar algunas actitudes, como ir o no al gimnasio después de un largo día de trabajo o comer o no algo que nos pueda engordar.

Sin embargo, estas influencias nunca serían tan fuertes como para que podamos culpar a otros de nuestra capacidad o no de autocontrolarnos en ciertas situaciones. Los científicos han detallado sus investigaciones en el Personality and Social Psychology Bulletin.


Sábado 16 Enero 2010
Yaiza Martínez

Sé suficiente sabio para reconocer tus errores. Suficientemente humilde para reconocer tu grandeza, y suficientemente inteligente como mostrarla.

Sé suficiente sabio para reconocer tus errores. Suficientemente humilde para reconocer tu grandeza, y suficientemente inteligente como mostrarla.

miércoles, 20 de enero de 2010

"Believe in yourself, and in your dream"

"Believe in yourself, and in your dream. No matter how impossible things may seem. Mountains fall and seas divide, before the one who in his stride; takes a hard road day by day, removing obstacles in his way. Believe in yourself, and in your dream, no matter how impossible things may seem." (Samantha ~admin)

"Confort y desarrollo"

"Estamos confortables entre las personas que piensan como nosotros, pero nos desarrollamos cuando estamos entre las personas que piensan diferente a nosotros." Frank A Clarks

"En estos días..

"En estos días de gran desconcierto sólo logro hacer mi oficio, es decir cuidar las palabras que circulan. Que la tragedia de Nueva York haya tenido un peso en el orden simbólico, lo han dicho todos. Es típico de cada acción terrorista transformar las vidas humanas también en "mensaje", o sea matar para enviar una señal. Y si los aviones secuestrados se hubieran estrellado en dos rascacielos de Oklahoma produciendo el mismo número de víctimas el mundo no habría sufrido el mismo shock. Es decir que los símbolos "pesan" y entre ellos las palabras con las cuales buscamos definir (o provocar) los eventos " -Umberto Eco –

martes, 19 de enero de 2010

Perseverar

"Para perseverar pese a los obstáculos, lo aconsejable es dejar de imaginar las razones por las cuales algo puede no funcionar y pensar en todas las formas en que sí puede hacerlo." Daniel Goleman

Potenciando la creatividad personal

Potenciando la creatividad personal

http://homepage.mac.com/penagoscorzo/creatividad_2000/creatividad2.html

Mihaly Csickszentmihalyi

Doy por supuesto que cada persona tiene, potencial-mente, toda la energía psíquica necesaria para llevar una vida creativa. Sin embargo, hay cuatro tipos principales de obstáculos que impiden a muchos alcanzar ese potencial. Unos estamos agotados por exigencias excesivas, con lo cual de entrada nos resulta difícil apoderarnos de nuestra energía psíquica y activarla. Otros nos distraemos fácilmente y tenemos dificultad de aprender la manera de proteger y canalizar la energía que tenemos. El siguiente problema es la pereza, o la falta de disciplina para controlar el flujo de energía. Y finalmente, el último obstáculo es no saber que hacer con la energía que uno tiene. Cómo evitar estos obstáculos y liberar la energía es lo que me propongo.

Curiosidad e interés

Desde el punto de vista del uso creativo de la energía mental, quizás la diferencia más fundamental entre las personas radica en la cantidad de atención liberada que a éstas les queda para ocuparse de la novedad.
El primer paso hacia una vida más creativa es el cultivo de la curiosidad y el interés, es decir, la asignación de atención a las cosas por sí mismas... ¿cómo cultivar el interés y la curiosidad, suponiendo que se tenga el deseo de hacerlo?

o Intenta que cada día te sorprenda algo.
o Intenta sorprender al menos a una persona cada día.
o Pon por escrito cada día lo que te ha sorprendido y en que has sorprendido a los demás.
o Cuando algo haga saltar una chispa de interés, préstale atención.

Cultivar el fluir en la vida cotidiana

Cuando no hay ninguna fuerza exterior que nos exige concentrarnos, la mente empieza a perder atención. ¿Cómo podemos aprender de nuevo a disfrutar con la curiosidad, de manera que la búsqueda de nuevas experiencias y nuevos conocimientos se sostenga a sí misma?

o Despiértate por la mañana con una meta concreta que te ilusione. Recuerda que levantarse por la mañana es un privilegio no una rutina.

o Si haces algo bien, se vuelve agradable. Cuantas más actividades hacemos con excelencia y estilo, más intrínsecamente gratificante se vuelve la vida.
Hay una meta destreza que conviene dominar: la que consiste en convertir cualquier actividad en una ocasión de fluir.

o Para seguir disfrutando algo, necesitas incrementar su complejidad.

Hábitos de firmeza

Las personas de mucho éxito y productivas desarrollan hábitos de disciplina que les permiten realizar tareas en apariencia imposibles.
¿Qué puedes hacer para crear hábitos que hagan posible controlar la atención, de manera que pueda estar abierta y receptiva, o centrada y dirigida, dependiendo de lo que requieran tus objetivos globales?

o Hazte cargo de tu horario. Es posible que el horario que estás siguiendo no sea el mejor para tus propósitos. Tenemos que prestar atención a cómo se ajusta el horario que seguimos a nuestros estado interiores: cuándo nos sentimos mejor comiendo, durmiendo, trabajando, etcétera. Una vez que hallamos determinado los ritmos ideales, podemos empezar la tarea de modificar las cosas para poder hacerlas cuando sea más oportuno. El tiempo es más flexible de lo que la mayoría de nosotros pensamos.

o Saca tiempo para la reflexión y la relajación. El ajetreo constante no es una buena norma para la creatividad. Ni la tensión constante, ni la monotonía son un contexto demasiado bueno para la creatividad.

o Modela tu espacio. Es importante vivir en un lugar que no consuma mucha energía potencial, bien adormeciendo los sentidos en un falso sentimiento de seguridad, bien forzándonos a luchar contra un entorno intolerable.La idea es proporcionar un entorno neutral que no perturbe el flujo de la conciencia con distracciones. Lo que cuenta es qué solución te permite utilizarla atención más eficazmente. El tipo de objetos con que llenas tu espacio también ayuda o dificulta la distribución de las energías creativas.

o Descubre lo que te gusta y lo que no te gusta en la vida.

o Empieza a hacer más aquello que te gusta, y menos aquello que no te gusta. Lo más importante es asegurarte de que gastas tu energía psíquica de tal manera que reporta los rendimientos más altos desde el punto de vista de la calidad de la experiencia.

Rasgos Internos

El siguiente paso después de aprender a liberar la energía creativa del asombro y el temor reverencial, y después de aprender a protegerla controlando el tiempo, el espacio y la actividades interiorizar en tu personalidad el mayor número posible de estas estructuras de apoyo.

o Cultiva lo que te falta. Lo que debe mantenerte en el intento es saber que, al experimentar el mundo desde una perspectiva muy diferente, enriquecerás considerablemente tu vida.

o Pasa con frecuencia de la apertura al aislamiento. Toda persona que quiera realizar plenamente la potencialidad de lo que es ser hombre, y que quiera tomar parte en la evolución de la conciencia, puede aspirar a una personalidad más compleja. Para conseguirlo, necesitamos explorar y fortalecer aquellos rasgos de los que ahora carecemos, aprender a pasar de la apertura a la disciplina, dentro de un contexto de curiosidad y temor reverencial ante el milagro de la vida. La noción de complejidad añade un estrato más profundo de comprensión de por qué es importante conseguir esto. Al expresar plenamente las tendencias de que somos capaces, nos convertimos en parte de la energía creadora del futuro.

o Aspira a la complejidad

La aplicación de la energía creativa

También es útil considerar qué clase de actividades mentales facilitan soluciones novedosas a los problemas del campo de la vida diaria.

Localización del problema.

Las personas creativas están constantemente sorprendidas. No creen entender lo que sucede a su alrededor, ni tampoco suponen que lo entienden los demás. Cuestionan lo obvio; no por espíritu de contradicción sino porque ven las insuficiencias de las explicaciones admitidas. Detectan los problemas antes de que su percepción se generalice y son capaces de determinar cuáles son.

o Encuentra una manera de expresar lo que te mueve. Los problemas creativos por lo general surgen de parcelas de la vida que son importantes para la persona.

o Mira los problemas desde tantos puntos de vista como sea posible.

o Imagina las consecuencias del problema. Una vez que le has dado la formulación, puedes comenzar a estudiar posibles soluciones.

o Poner en práctica la solución. Resolver problemas de forma creativa exige continua experimentación y revisión.

Pensamiento divergente.

o Produce tantas ideas como puedas.
o Ten tantas ideas diferentes como puedas.
o Intenta tener ideas improbables.

Escoger un campo especial.

Si la creatividad consiste en cambiar un campo particular, la creatividad personal consiste en cambiar el campo de la vida personal. Si no aprendes a ser creativo en tu vida personal, las probabilidades de contribuir a la cultura bajan más cerca aún de cero. Y lo que realmente importa, en última instancia, no es si tu nombre ha quedado unido a un descubrimiento reconocido, sino si has vivido una vida plena y creativa.