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La empresa Chimpancé
por Alberto Levy | 26 de Abril de 2010 |
El jueves 22 de abril viajé desde Buenos Aires a Nueva York y aproveché para releer un librito maravilloso de Maturana con Sima Nisis que se llama “Formación Humana y Capacitación”. Ellos dicen que el linaje que dio origen a lo humano y el linaje que dio origen a lo chimpancé deben haberse separado de un origen común hace no más de cinco a seis millones de años y que la comparación de los ácidos nucléicos de los chimpancés y los humanos muestra que difieren en menos de 2% (evidentemente, desde una postura evolucionista opuesta a la postura creacionista que sostenemos algunos humanos que tenemos la capacidad de creer en Dios).
El trabajo de Maturana y Nisis es un es un brillante estudio sobre Educación que, mientras lo repasaba en el avión, lo iba relacionando con las empresas que conocí en mi vida, comparándolas según sus vínculos internos, y pensé que las puedo clasificar en “Empresas Humanas” y “Empresas Chimpancé”. Esta nota la terminé de escribir este domingo feo del 25 de abril de 2010, en Tribeca, 310 Greenwich St., NY, NY, donde estamos viviendo (esperando que nazca Ilan Levy, mi primer nieto). Les voy a contar.
Para quienes no lo conocen (que seguramente son poquísimos), Humberto Maturana Romesín es profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Estudió medicina en esa misma universidad y biología en Inglaterra y Estados Unidos, y se doctoró en Harvard. Su interés como biólogo por la organización del ser vivo y del sistema nervioso lo llevaron a interesarse por el sistema social. Para los que nos dedicamos a la Ciencia de la Organización, sus libros son imprescindibles. En este caso lo acompaña Sima Nisis es experta en educación de la Universidad de Chile y profesora de hebreo y Biblia posgraduada en la Universidad Hebrea de Jerusalem
En este libro Maturana y Nisis comentan el libro “Política Chimpancé” de Frans de Waal, que es el resultado de un estudio de las comunidades de chimpancés en el que se demuestra que las relaciones interindividuales entre los infantes, jóvenes, adultos, machos y hembras de estas comunidades, cautivas o silvestres, se centran en una continua dinámica de dominación y sometimiento. Waals compara la conducta de los chimpancés con la conducta humana y recuerda que Aristóteles decía que el ser humano es un “animal político”.
Bueno, Maturana dice que no está de acuerdo y que, aunque los seres humanos modernos vivimos principalmente inmersos en la lucha política, no somos animales políticos sino animales colaboradores.
Comenta que en el ámbito del trabajo nos relacionamos en torno del tono emotivo fundamental o de la emoción fundamental que es la de la obligación, en el ámbito político en torno a las emociones del engaño y la manipulación y en el ámbito social en torno a las emociones de la confianza y el respeto mutuo.
Participamos en alianzas políticas, pero eso no es la característica principal de nuestra vida diaria. Todos hemos comprobado por experiencia que las interacciones con otros seres humanos basadas en alianzas políticas, en alianzas de intereses, son transitorias y, más importante todavía, no son confiables. La verdadera interacción cooperativa es el vivir y coexistir, el “inter-ser”, en base a la confianza mutua permanente y a la aceptación rigurosa de la legitimidad del otro.
Maturana llama a esta interacción humana “Dominio del Amor”. Las preocupaciones éticas, la responsabilidad y la libertad sólo existen en el dominio del amor. La preocupación por el otro no tiene fundamentos racionales, la preocupación ética no se funda en la razón, se funda en el amor.
Franz de Waal y muchos otros observadores sostienen que los chimpancés también cooperan. Cooperan en la agresión y allí participan en un vínculo de confianza mutua, pero estas alianzas circunstanciales mantienen el transfondo de la dominación y del sometimiento.
Como sabemos todos los que seguimos a Maturana desde hace mucho tiempo, él considera que los seres humanos existimos en el lenguaje, en conversaciones, y que, justamente, lo humano comienza a ser HUMANO cuando nuestro linaje comienza a conservar su vivir EN conversaciones. Que el vivir en conversaciones es lo que define lo humano, en un proceso histórico que, además de nuestra constitución genética, está caracterizado por un fluir de interacciones en medio de una dinámica sistémica.
En esta dinámica, el LENGUAJE es una manera de convivir “en coordinaciones de coordinaciones conductuales consensuales”, que requiere la cercanía de la coexistencia para que surja.
Maturana nos enseña que la Biología de la Intimidad creó las condiciones para la cooperación, abriendo el espacio para la expansión ilimitada de la inteligencia al crear la posibilidad de convivir en “una consensualidad recursiva infinita”. Todo esto lo sabemos, pero lo olvidamos en la ilusión de la omnipotencia cuando confundimos inteligencia con manipulación.
Maturana termina con el párrafo que les transcribo y que creo que me ayudó, por fin, a tener una buena concepción de qué significa ser líder, basada en la respuesta a la pregunta ¿qué mundo queremos vivir?, ya que esto determinará qué ámbito de vida crearemos para los demás, incluyendo a nuestros hijos.
“Único eres, ser humano, entre todos los animales terrestres, que puedes soltar tus certidumbres en cualquier momento y dejar que la biología del amor te guíe, o enajenarte en ellas destruyendo tu libertad reflexiva. Único eres, ser humano, que en la reflexión puedes ser responsable, libre y ético en tu vivir. Pero en esta unicidad tuya, eres una anomalía al menos en la bioesfera terrestre que cursa sin sentido en un devenir en el que reflexión, libertad y ética no entran hasta que tú apareces”.
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