Muchos emprendedores se empeñan en buscar ideas absolutamente revolucionarias que no tienen futuro. En cambio, funciona mucho mejor que alguien tome una idea ya existente, la mejore y sin transformarla demasiado la ejecute bien.
Cuando el empresario austríaco Dietrich Mateschitz probó en Tailandia una bebida dulzona y con un alto contenido en cafeína, se fue inmediatamente a solicitar una licencia internacional para comercializar el producto. Acababa de inventar el segmento de las bebidas energéticas que hoy lidera su marca: Red Bull.
Oportunidades como ésta sólo se dan una vez en la vida, y no todos saben aprovecharlas. Al fin y al cabo, Mateschitz no fue el primero en probar la bebida que lo ha hecho millonario. Todo su mérito se reduce a haber sido el primero en convertirla en una oportunidad de negocio. Ésta no tiene por qué ser una idea revolucionaria o un nicho de mercado casi oculto. Hay excelentes ideas delante de nosotros, fáciles de encontrar si se sabe buscar en el lugar adecuado.
Tanto si se trata de empresas que buscan nuevos nichos de mercado como de emprendedores a la caza de una idea para su negocio, el éxito de la búsqueda es una simple cuestión de actitud. En las grandes empresas, las oportunidades pueden surgir creando un departamento de desarrollo de negocio, pero en las pequeñas esa misión recae directamente en el propietario. Como en el caso Red Bull, la realidad es casi siempre el punto de inspiración de quienes han encontrado su propia oportunidad.
Fuente: Emprendedores.es
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