Es mucho más fácil desistir que insistir.
Es más fácil no hacer, que realizar algo.
Es más fácil entregarse a la derrota y rendirse, que empeñarse en la victoria.
Es más fácil encontrar que algo es imposible y simplemente no
realizarlo, que considerarlo posible y trabajar en ello.
Así que cuando llega el final del año, cuentan las historias antiguas,
el universo revisa la vida de cada persona.
A los que nunca trataron de hacer nada de distinto, el universo les da
un año más de vida.
A los que fueron derrotados tratando de hacer algo diferente, el
universo les da diez años más de vida, para que nuevamente traten de
hacerlo.
A los que lograron lo imposible, el universo les da la inmortalidad,
porque el sueño cuando está vivo, no nos deja morir.
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