He leído el librito “La felicidad. Todo lo que debe saber al respecto y por qué no es lo más importante en la vida” (Pre-Textos), Wilhelm Schmid, uno de los divulgadores filosóficos con más éxito en Alemania.
El autor reflexiona sobre lo que la felicidad ha significado a través del tiempo y en distintas culturas, hasta llegar a lo que en la actualidad entendemos por ese término. Y lo que concluye es que:
- La felicidad es más que la suerte, la casualidad favorable o la coincidencia deseada: esperar que lo que deseas te caiga “de forma inesperada”. Lo esencial de la suerte es su no disponibilidad; sólo requiere paciencia, saber esperar a que ocurra algo y si no ocurre nada o no lo esperado, saber aceptarlo.
- La felicidad es más que el bienestar: que las cosas vayan bien, estar sano, divertirse, tener éxito…; es decir, maximizar el placer y minimizar o eliminar el dolor. Este tipo de felicidad, que está muy relacionada con los niveles de endorfinas de la persona, no dura mucho y está abocado al agotamiento.
- La felicidad superior es la plenitud: no surge de resaltar sólo la parte agradable de la vida, sino que abarca también la parte dolorosa y negativa, con la que debemos arreglárnoslas. Esta felicidad es más amplia y duradera, e incluye la infelicidad.
Pero, yendo más allá, Schmid dice que la felicidad no es lo más importante en la vida, lo más importante es el sentido, entendido como conexión, coherencia: “la urgencia por encontrar la ansiada felicidad puede servir como indicio de la desesperación que provoca [al hombre moderno] la privación de sentido”.
Los seres humanos consideramos que la sociedad moderna carece de sentido en todos sus ámbitos: la política, el trabajo, la propia vida… En cambio, la experiencia del sentido tiene como consecuencia la felicidad.
La felicidad a través del sentido de nuestras experiencias sensoriales: escuchar música, ver un paisaje, comer una delicia, acariciar… Un ejemplo claro de la pérdida de sentido actual es la progresiva disolución de los sentidos en el mundo técnico: nuestra vista pasa muchas horas ante pantallas; nuestro gusto y olfato se atrofian con fastfood; nuestro cuerpo deja de moverse usando coches, ascensores… Pero también la felicidad a través del sentido de nuestras relaciones: familiares, sociales, laborales…
Aquí nos interesan estas últimas. Siguiendo a Schmid, si la felicidad se obtiene dando sentido a las cosas, entendido como conexión y coherencia, ¿cómo podemos dar sentido al trabajo de las personas de nuestras organizaciones, contribuyendo a que sean más felices?
- Optimizando la conexión de cada persona con la organización: definiendo y mostrándole la cultura y valores, comunicándole los objetivos generales y los concretos asociados a su función y a sus tareas, haciéndola partícipe de la totalidad del proceso en el que interviene y de los resultados no sólo de sus tareas.
- Favoreciendo la conexión de cada persona con su(s) superior(es), delegándole tareas, dándole autonomía para desarrollarlas y exigiéndole responsabilidad sobre sus decisiones y, para ello, facilitándole la formación requerida, las herramientas adecuadas y motivándola y dándole confianza. Lo mismo habría que exigirle a la persona si fuera responsable, a su vez, de un equipo de personas.
- Facilitando y promoviendo la conexión y la colaboración entre los equipos, entre las personas de la organización (fomentando el trabajo en equipo y la co-creación) y con otras organizaciones (clientes, partners, proveedores…), aprovechando para ello las potencialidades de las herramientas 2.0 y de las redes sociales profesionales.
Trabajando sobre estos aspectos, estaremos contribuyendo a mejorar el compromiso de las personas, de acuerdo con el Modelo del Diamante del Compromiso de tatum, que concibe el compromiso como un concepto multidimensional, determinado por el vínculo con la cultura de la organización, con la función, con el jefe, con el equipo y con la relación contractual con la empresa.
La felicidad
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Autor: Wilhelm Schmid
Traducción: Carmen Plaza Blázquez
Traducción: Ana Rosa Calero Valera
Año reedición: 2010
ISBN: 978-84-92913-45-9
Nº de edición: 1ª
Encuadernación: Rústica
Formato: 17x11 cm
Páginas: 72
El filósofo del arte de la vida Wilhelm Schmid incorpora en su nuevo libro la diversidad de significados procedente de una observación detallada: la suerte, el bienestar, la plenitud, la felicidad de la infelicidad. Contra los profetas de la felicidad, que quieren complacer a todo el mundo con recetas baratas, Schmid hace valer la afirmación de que la felicidad sólo es un concepto representativo de la búsqueda más trascendental de “sentido”. Pero si el sentido ya no existe por sí mismo, surgirá la tarea de encontrarlo y reinventarlo.
Wilhelm Schmid es uno de los divulgadores filosóficos de más éxito en Alemania. Se dio a conocer tanto con sus textos científicos como con sus textos populares sobre el arte de vivir, la filosofía y la autoayuda. En 2002 Pre-Textos publicó uno de sus libros más destacados, En busca de un nuevo arte de vivir.
En el presente libro Wilhelm Schmid reflexiona sobre lo que determina nuestra felicidad, sobre lo que puede aportar la filosofía a esta cuestión y sobre lo que cada uno de nosotros es capaz de hacer al respecto. Se trata de la actitud mental que adoptamos frente a la vida; el arte de aceptar tanto los buenos momentos de ésta como los malos; y el reconocimiento del sentido y de las conexiones con todos los sentidos.
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