“Identificar las prioridades”

http://www.emprendedoresnews.com/tips/gurues/identificar-las-prioridades.html

El valor, más que el análisis, es lo que dicta las reglas verdaderamente importantes para la identificación de prioridades. Entre el futuro y el pasado elijan aquel; enfoquen las oportunidades más que los problemas; escojan su propia dirección en vez de subir al vagón equivocado y siempre apunten alto. Este apuntar alto es lo que hará la diferencia; más que algo seguro o fácil de hacer.

Peter Drucker.


¿No habrá una mejor manera de hacer esto?

http://www.nomaspalidas.com/%C2%BFno-habra-una-mejor-manera-de-hacer-esto/

No Mas Palidas   ¿No habrá una mejor manera de hacer esto?

En la presentación del libro “1611-2011 Mutaciones y aggiornamentos en la economía y cultura del Uruguay”, su autor, el querido Carlos Maggi, leyó esta historia en la presentación de su libro

“Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota:

Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de Física, pese a que éste afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolutamente acertada.

Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo. Leo la pregunta del examen y decía: «Demuestre cómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro».

El estudiante había respondido: «Lleva el barómetro a la azotea del edificio y átale una cuerda muy larga. Descuélgalo hasta la base del edificio, marca y mide. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio».

Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de sus de estudios, obtener una nota más alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel.

Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de Física. Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contesto que tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara.

En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: «Toma el barómetro y déjalo caer al suelo desde la azotea del edificio, calcula el tiempo de caída con un cronómetro. Después se aplica la formula altura = 0,5 por g por T al cuadrado. Y así obtendremos la altura del edificio». En este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota más alta.

Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. «Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, tomas el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio».

Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? «Sí, contestó; éste es un procedimiento muy básico para medir un edificio, pero también sirve. En este método, tomas el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando en la pared la altura del barómetro y cuentas el número de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el número de marcas que has hecho y ya tienes la altura. Éste es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quieres es un procedimiento más sofisticado, puedes atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Dado que cuando el barómetro está a la altura de la azotea la velocidad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad, al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla formula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio.

En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su período de precesión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras. Probablemente, siguió, la mejor sea tomar el barómetro y golpear con él la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo».

En este momento de la conversación, le pregunté si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares). Evidentemente, dijo que la conocía, pero que durante sus estudios sus profesores habían intentado enseñarle a pensar”.

El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica. Al margen del personaje, lo divertido y curioso de la anécdota, lo esencial de esta historia, es que le habían enseñado a pensar”.

Carlos Maggi ha sido uno de los uruguayos que con más inteligencia ha hablado sobre estos temas, que son fundamentales en la actitud de mejora continua.

“Controle su destino o alguien lo hará por usted”, es el título de uno de los libros sobre el trabajo de Jack Welch. Las personas con actitud de mejora continua buscan controlar su vida, controlar su destino. Y para lograrlo se preguntan, ¿No habrá una mejor manera de hacer esto?


"Toda adicción busca aliviar un dolor psíquico oculto"

http://matosas.typepad.com/competir_con_la_mente/2011/08/toda-adicci%C3%B3n-busca-aliviar-un-dolor-ps%C3%ADquico-oculto.html

« Poder, se puede |

Manuel Mas-Bagà, psiquiatra especialista en adicciones

Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet

"Toda adicción busca aliviar un dolor psíquico oculto"

30/08/2011 - Tengo 55 años. Nací y vivo en Barcelona. Soy psiquiatra, y me especialicé en Yale en adicciones. Dirijo una red de centros de salud mental. Estoy casado y tengo tres hijos, de 19 a 13 años. Voto a CiU. Soy católico practicante. España es el país con mayor consumo de cocaína.

Foto: Maite Cruz

Toxicomanías

La adicción de un familiar llevó al doctor Mas-Bagà a especializarse en adicciones, que empiezan arruinando los estudios y acaban hipotecando la vida: "A más consumo de drogas, menos salud mental", sentencia Mas-Bagà, que dirige los centros de asistencia terapéutica CAT Barcelona (www.cat-barcelona.com), para internamientos y tratamientos con las técnicas cognitivas del doctor Albert Ellis, su maestro. Me informa de que ya ingresan chavales de 14 años adictos al alcohol, y de que la ludopatía informática crece. En su día organizó la campaña La Maria no t'estima, para camisetas, con jóvenes creadores. Hoy lamenta que no haya apuestas sociales más intensas contra las toxicomanías.

A qué es adicto usted?

A nada. Aunque, con lo bien que juega el Barça...

¿Dónde traza la raya entre afición y adicción?

Si una conducta compromete el resto de tus actividades, es adictiva: es adicto quien, por obtener una recompensa a corto plazo, hipoteca su vida a largo plazo.

¿Cómo hago para no pasar esa raya?

Procura que tus placeres sean múltiples y combina los que te recompensan a corto plazo con los que lo hacen a largo plazo.

El alcohol recompensa rápido, ¿no?

Sí. Desinhibe, envalentona... Al ser legal y accesible, es la adicción más común.

¿Qué hace de alguien un adicto?

Se combinan factores genéticos, temperamentales, biográficos, ambientales... El adicto encuentra alivio en su adicción.

¿Alivio a qué?

A una baja autoestima, ansiedad, angustia, vergüenza... La conducta compulsiva es la punta del iceberg: debajo hay oculto un trauma, una fragilidad. La adicción opera como analgésico de ese dolor psíquico oculto.

¿Cuántos tipos de adicciones hay?

Al alcohol, al tabaco, a la cocaína...

¿Crece aquí la adicción a la cocaína?

Sí, España es el país del mundo con mayor consumo de cocaína: el 18,5% de los jóvenes de 18 años dice haber tomado cocaína en los últimos doce meses. En la última década, la prevalencia de consumo entre estudiantes de secundaria se ha cuadruplicado.

¿Y qué sabemos de los porros?

Que un 37% de los jóvenes de entre 14 y 18 años dice haber consumido cannabis durante los últimos doce meses.

Con sólo 14 añitos...

El 10% de los estudiantes de 14 años asegura haber consumido cannabis en los últimos 30 días. El número de escolares que lo consumen se ha duplicado en el último decenio. Es la droga ilegal más consumida aquí.

¿Con qué consecuencias?

Fracaso escolar, que en España es de un escandaloso 30%: el cannabis merma memoria y concentración. Es difícil estudiar así... Hemos sido demasiado tolerantes, recuerde a Tierno Galván clamando: "¡Colocaos!".

Hace muchos años, eso ha cambiado...

Todavía hay mucha coñita en los medios, como dando a entender que emporrarse es enrollado. ¡Y es muy peligroso! A menor edad del que fuma porros, más riesgo de un brote psicótico, esquizoide o bipolar.

¿Por qué?

Porque el córtex prefrontal del cerebro no deja de formarse hasta los 20 años, y el cannabis lo interfiere. ¡Y es el área que controla los impulsos y la toma de decisiones!

Los jóvenes son más vulnerables a la adicción, entonces.

El 15% de los jóvenes se emborracha una vez al mes..., y el consumo de alcohol ¡multiplica por nueve el riesgo de consumir cocaína!

¿Y qué se sabe de las pastillas?

Cada día aparece una droga de diseño nueva. ¡Cada día! Destruyendo neuronas...

¿Cómo afrontamos esto?

Con información en la escuela. Y el concurso de la familia. Y ayuda sanitaria. El adicto no es consciente de su enfermedad: hay que cortar esa conducta, ayudarle a ser consciente, y aplicar un tratamiento que combine farmacopea y técnicas cognitivas.

¿Y despenalizar sustancias?

No. Aumentaría el consumo.

Es responsabilidad de cada uno.

Pero hemos de proteger a la población más frágil, que en esto son los jóvenes.

¿Qué otras adicciones trata usted?

Adicción al sexo, a la comida, a las compras, a la televisión, al bingo, a las tragaperras, a los videojuegos, a las redes sociales, al porno por internet, al juego por internet...

¿Una nueva versión de la ludopatía?

Sí. La ludopatía es la más cara de las adicciones. He tratado a personas que se han arruinado en una partida de póquer: ¡200 millones en una noche! Son todo conductas analgésicas para aliviar un dolor psíquico.

Que usted intenta detectar y restañar.

Pero lo primero ¡es enseñar a los padres a poner límites al hijo!, a imponerle un "se acabó el videojuego", "se acabó internet".

Tomo nota.

El chaval se hace la ilusión de tener muchos amigos a medida que los agrega en Facebook. No critico las redes sociales, sí que sustituyan el trato directo con el exterior.

El adicto apela a su libertad personal.

¡Que es justamente lo que pierde! Se trata de que tu voluntad domine tu conducta, no de que una conducta domine tu voluntad.

¿Qué más se pierde con la adicción?

Expresa baja tolerancia a la frustración. ¡Muscula tus abdominales psíquicos! ¡Que no te tumbe la primera adversidad que se te cruce! La adicción devora abdominales...

¿Qué hacer, en suma?

Aprender a encajar que si te rechazan..., ¡eso no es el fin del mundo! Procurarte endorfinas placenteras mediante el ejercicio físico. Y, claro, evitar la tentación.

¿Usted bebe?

Si salgo a cenar, una copita. A mi hijo le prometí un buen premio si aguantaba hasta los 18 años sin beber alcohol. ¡Y lo logró!

¿Los padres podemos influir en los hijos, o poco podemos hacer?

La de los padres ¡es la influencia más importante! Y los modelos públicos: Pep Guardiola, por ejemplo, ejemplifica los valores del esfuerzo, el sacrificio, la excelencia...

¿Y cuál es el premio a todo eso?

Sacarle más jugo a tu vida.



Neuroimaginación

http://www.emprendedoresnews.com/tips/canjes/neuroimaginacion.html

Las ideas ya no son lo que eran cuando se hacían famosas a través de frases como “el fin de las ideologías, “el medio es el mensaje”, “el fin de la historia” o “dios ha muerto”. Prevalecen las ideas monetarias mientras que las formas avanzadas del pensamiento conviven con las supersticiones, hambre, drogas, corrupción y consumismo.

El sabio fue desplazado por el experto ante tanta especialización. El que sólo tiene un martillo apunta siempre al clavo. Google permite acceder al saber al instante pero la paradoja es que no hay tiempo para ir más allá de los hechos. Nietzche decía que no hay hechos sino interpretaciones, como ideas que daban sentido y explicaban el mundo. Hoy ya no se piensa en cómo mejorar al hombre y a la sociedad.

Las redes sociales se dedican a lo trivial o imitar a ricos y famosos. Según la ley de Gresham la mala moneda desplaza a la buena, ahora lo superfluo se destaca. La prioridad es obtener respuestas rápidas, por eso se busca copiar y pegar antes que inventar o crear. Einstein creía que la imaginación es más importante que el conocimiento.

Predomina la información, no el intento de fabricar ideas para los problemas. La distracción sustituye al pensamiento, se valora lo que produce dinero y cambia el modo de vivir pero no el de pensar y sentir.

Bullying: La violencia social. La Unesco informó que 51% de los niños en 16 países latinoamericanos son víctimas de robos, amenazas o golpes de sus compañeros, que empeoran su rendimiento.

El subdesarrollo educativo y la baja calidad de formación, traen consecuencias socioeconómicas. La verdadera industria pesada de la sociedad es la educación, porque es la que fabrica ciudadanos. Educar no es dictar materias, es preparar para la vida, desarrollar la capacidad de hallar el rumbo, con flexibilidad y apertura, es decir creativamente.

La literatura y las ideas. La literatura crea ciudadanos libres. Sin lenguaje no hay ideas, pero la educación prioriza como motor del progreso, a la especialización. Es el árbol que tapa al bosque, que es la pertenencia del hombre al tejido social.

En la literatura nos reconocemos como iguales, comprendemos la riqueza de la diversidad y la trama de relaciones que nos vincula. Esta creación humana artificial perduró por siglos, mezclando lenguaje e imaginación. Acudimos a ella porque la realidad no nos basta. La novela existe gracias a la lectura, que es experiencia compartida. El buen lector sabe que la novela es una mezcla de imaginación, eventos y referencias al mundo real.

Somos lo que somos por lo que leemos. El que no lee habla mucho y dice poco, tiene una limitación intelectual y de horizonte imaginario, ya que los conceptos que explican la realidad no existen sin la palabra.

Los manuales científicos no mejoran la capacidad expresiva. Sus autores, suelen ser literariamente incultos. Hablar bien es disponer de la expresión para pensar, enseñar, aprender, dialogar, soñar y sentir.

La TV da prioridad a la imagen y degrada la lengua. Un programa literario es el modo de llamarlo aburrido. Por el contrario la literatura cuestiona, alimenta espíritus rebeldes y rechaza esa vida injusta. Sin literatura no existe el espíritu crítico y libre que motoriza los cambios.
Porque la vida es un sueño. Al suspender la cronología la literatura nos hace ciudadanos de lugares sin tiempo, más felices y lúcidos que en la rutinaria y limitada vida real. Esta vida soñada es mucho mejor.

La literatura afirma que el mundo está mal hecho, que mienten los que gobiernan, que con imaginación y la palabra se lo puede reinventar.
Una sociedad democrática necesita unir el mundo y los deseos. Con la terquedad de los sueños, avanzó la civilización, movilizando el espíritu, la imaginación y la sensibilidad contra la mediocridad. Sin eso viviríamos en un estado primitivo, sin ciencia ni tecnología. Para este espíritu que desacata la vida como es, la literatura fue su combustible.
Conócete a ti mismo. Sin lectura no existirían los adjetivos que describen la condición humana. El empeño del Caballero de la Triste Figura en ver gigantes por molinos era protestar contra las miserias de este mundo e intentar cambiarlo. Los ideales, no serían valores respetables sin encarnarse en el Quijote Los grandes escritores nos llevan a mundos de fantasía que abren nuestros ojos al descubrimiento.

“Borgeano” es despegarse de la realidad y acceder a una fantástica construcción mental, laberíntica, cuya singularidad no nos es extraña, porque reconocemos verdades íntimas de nuestra personalidad.

“Kafkiano, es sentirnos inermes ante maquinarias opresoras y destructivas como las iglesias intolerantes o las burocracias asfixiantes. Sin novelas no experimentaríamos la impotencia ante esos poderes.
“Orwelliano” alude a la angustia que generan las dictaduras del siglo XX, las más crueles de la historia, en su control de los actos y los sueños. Orwell describe un amo que combina terror y tecnología, sin libertad, espontaneidad e igualdad en una colmena de robots.

La realidad existe, lo que vale es la percepción. La irrealidad de la literatura es un vehículo del saber que descubre la violencia escondida en nuestro ser, aguardando el momento para imponer su ley, que acabaría con la convivencia y acaso con la existencia humana.

La literatura descubrió nuestro potencial autodestructor. Un mundo animal sería ciego a la motivación de la conducta, al conformismo ante el orden establecido. Los instintos llevarían a luchar por sobrevivir, a temer lo desconocido, a satisfacer sólo la necesidad física. No habría lugar para el espíritu, sino para la monotonía, para la sensación de que la vida es lo que es, que así será siempre y que nada podrá cambiarla.
Los medios monopolizan el tiempo que arrebatan. Pueden llevar a un mundo donde leer sea un recuerdo, una práctica anacrónica en las catacumbas de la civilización realizada por minorías neuróticas. Un mundo así sería una humanidad de robots que renunció a la libertad.
Depende de nuestra visión y voluntad el evitarla. Que triunfen la imaginación y la insatisfacción, que nos llevan tener vidas más ricas.

Construimos el cerebro. La lectura de la realidad como motor de la civilización y la cultura es un producto de la mente. Los genes nos brindan instintos y reacciones, el alimento es la experiencia. La capacidad de leer no fue incorporada a la herencia por la selección natural: el tallado del alfabeto en el cerebro es la victoria de la mente y del espíritu sobre la materia. Saber leer es el propulsor del aprendizaje de segunda mano. Newton dijo: “No soy un genio, estoy parado sobre la espalda de gigantes”. La lectura aprovecha la experiencia ajena.

Sin ella aprenderíamos a los golpes. La paradoja es que sabiendo leer casi no leemos ¿Estaremos perdiendo los valores humanos?

Neuroimaginación. Entre 1990-2000 la ciencia pudo escanear al cerebro mientras piensa. El hemisferio izquierdo procesa la palabra el derecho es la sede de la imaginación. Un cable de fibras neuronales permite que trabajen en equipo. De allí a la gimnasia mental neuróbica – el entrenamiento de las neuronas- hay un solo paso.

El pensador solitario tiene límites. Para Pascal el corazón tiene razones que la razón no entiende. Hoy la inteligencia se perfecciona con la tecnología. La inteligencia social es la faz externa de la emocional.

La escuela atrasa y las redes sociales no crean capital social ni intelectual. Atraen consumidores pero no a los creadores de valor. Brain storming fue ideado por Osborn hace 60 años para crear ideas en grupo sin someterlas al sabotaje de la crítica. La agenda moderna no deja tiempo para reuniones pero el Web storming permite conectarse las 24 horas. Community managers son líderes digitales que administran comunidades de interés y alteran el orden causal porque su deseo es la causa. El sistema educativo falla porque no enseña a potenciar el deseo, por eso el hombre sigue siendo la cenicienta el siglo en que, paradójicamente, florecen las neurociencias.

Llegamos a un momento disruptivo donde de lo que hagamos surgirá un mundo mejor o la consolidación de una pirámide en la que los dueños del poder, desde la cima, agiganten las desigualdades.

La neuroimaginación es el camino para que la neuroplasticidad – la capacidad que tiene el cerebro de autoformatearse con la educación y la experiencia- aplique la palanca de Arquímedes que puede mover al mundo sobre los pocos vitales de la ley 80/20 de Pareto, según la cual el 20% de los factores producen el 80% de los resultados.

Vivimos en un analfabetismo funcional caracterizado porque aun los que saben leer no leen. Se necesita volver a la primera tecnología, la generadora de las demás. El poder del hombre está ligado a la lectura.
Hoy la ecuación hombre-tiempo ya no cierra. El crecimiento exponencial de la información supera a sus destrezas lectoras. Como el tiempo no es modificable la solución es trabajar sobre uno mismo.

El hombre no es fuerte cómo los animales poderosos, no nada bajo el agua como el pez, no vuela como el pájaro, ni puede cambiar de colores como el camaleón, requiere de sus padres para sobrevivir; y sin embargo dominó al planeta. Ese poder lo obtuvo por su capacidad de comunicación que ninguna especie pudo imitar. Con la invención del lenguaje verbal logró compartir ideas, teorías, conocimientos, miedos y esperanzas. El hombre es el único ser que pudo grabar el alfabeto en su cerebro (nunca se pudo entrenar a un animal para que lea). Su valor se refleja en la frase de Borges: “no somos lo que somos por lo que escribimos, somos lo que somos por lo que leemos“.

Dr. Horacio Krell Director de Ilvem, contacto horaciokrell@ilvem.com


4D, Dream, Soñar el futuro:

"Sí es cierto que sin objetivos somos como un barco de vela sin rumbo... pero tal vez los sueños son el viento y las metas son las velas. Sueños y velas juntos proveen la combinación perfecta". Alicia Castillo

El factor C: el futuro es de la sensibilidad social.

http://www.dreig.eu/caparazon/2011/08/28/factor-c-sensibilidad-social/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+caparazon+%28caparazon%29


Sobre inteligencia colectiva, colaboración, etc., hay que estar atentos al Centro de inteligencia colectiva del MIT, instituto creado para entender cómo se desarrolla esta nueva y prometedora posibilidad para el ser humano.

Quería presentaros hoy una investigación reciente que aporta nuevas claves sobre el tema de la Inteligencia colectiva, para las que la competencia individual parece ser un valor en alza.

Pues bien, en grupos pequeños, cuando hablamos de trabajo colaborativo, se investiga alrededor de un “factor C”´como elemento estadístico que pueda predecir la efectividad de un grupo en la resolución de determinadas tareas, más allá de la inteligencia individual de sus miembros.

Y parece que el factor C, elemento importante en la construcción de la llamada “actitud 2.0”, depende de la sensibilidad social y la voluntad de dejar a todos/as hablar por igual.

Malone desde el MIT, con Anita Woolley lo describían en 2010: Todo el mundo habla de cómo las mujeres poseen mejores habilidades relacionales, que influyen en cómo colaboran en equipos, titulares como el de este post confirman estereotipos importantes en la cultura occidental…y resulta que sí, que la sensibilidad social es el ingrediente esencial del factor C y correlaciona positivamente con el sexo femenino de los participantes. No se trata tanto de la presencia de mujeres como de la medida en que se ponen en funcionamiento en los grupos esta habilidad en particular.

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Los resultados de la investigación indican que sorprendentemente muchas variables de sentido común, como la cohesión del grupo, la motivación y la satisfacción, no parecen importar demasiado. Por contra, los elementos que definían el factor C eran:

  • Altos niveles de sensibilidad social entre los miembros del grupo.
  • Altos niveles de cosas compartidas, de comunicación.
  • La presencia de más mujeres.

Una explicación más profunda indica que hacer que todo el mundo participe o por lo menos permitirles la oportunidad de compartir son elementos clave para potenciar la inteligencia colectiva. También que en el MIT estudiaban no solo el habla sino también formas de comunicación no verbal, los signos sobre cómo se sentía la gente al ser escuchada también. Por último, la sensibilidad social como se mide en estos experimentos es similar a la empatía, la interpretación de cómo se sienten los demás en base a pequeñas claves. Como curiosidad, existe un test en inglés, “Reading the Mind In the Eyes Test”que podemos hacer online y que parece medirla.

En fin… nada que nos sorprenda demasiado si pensamos en que parece este tipo de cualidades están vinculadas al hemisferio derecho, es cultural pero no biológicamente predominante en las mujeres y que son las que algunos autores determinan como más adaptativas para la sociedad red.

Nos sirve lo que ya decíamos:

Lo decía Daniel Pink en The Whole new mind, que debemos reinvindicar el uso del hemisferio derecho de nuestros cerebros para la humanidad, que la evolución que siempre describimos a menudo hacia la sociedad creativa (de la que también hablaba Richard Florida), derivará en un ser humano más completo, menos determinado por características tradicionalmente vinculadas a hombres o mujeres, superando, hombres y mujeres, limitaciones de género.

Ese es el sentido en el que creo que debemos trabajar, también como vemos en el caso de que queramos optimizar el trabajo colaborativo: en la construcción de un ser humano menos determinado por constricciones culturales y más completo.

Imágenes: Deseo en Tenerife, Mejores tiempos, mejores lugares


Las alas de la vida: sobre la muerte (y la vida)

http://www.franciscoalcaide.com/2011/08/las-alas-de-la-vida-sobre-la-muerte-y.html

El capítulo 1 de Fast Good Management (se puede leer entero) está dedicado a la Adversidad y lleva por título: ¿Quién sabe lo que los problemas pueden hacer por ti? Allí hablábamos de Nick Vujicic, Liu Wei y Albert Casals; tres personas que han pasado por circunstancias muy extraordinarias y han sabido afrontarlas con voluntad y extraer un sentido a su situación. Y es que como decía Hellen Keller: "El mundo está lleno de sufrimiento, pero rebosa de personas que lo han vencido y en su lucha descubrieron algo valioso".

Sin embargo, no hace falta acudir a ejemplos tan extremos como los citados. Muchas personas paceden enfermedades degenerativas que no tienen solución y que les van consumiendo poco a poco. Sólo caben cuidados paliativos que alivien el dolor hasta la muerte (hablaremos pronto de ella en un post). También eso forma parte de la vida. A menudo se oculta y se tapa. Hay que saber vivir y hay que saber morir. A esto último no nos enseñan (aunque a lo primero tampoco).

Por eso hoy os quiero hablar de Las alas de la vida (2006), una película-documental de Antoni Canet. El médico Carlos Cristos, que a sus 47 años padece una enfermedad terminal del sistema nervioso, invita a su amigo y director de cine para que filme su lucha por la dignidad en el vivir y en el morir, sin dramatismo y "si es posible con una sonrisa"; una invitación a transitar juntos por el complejo escenario creado entre los umbrales de la vida y la muerte. Unidos de la mano, enfermedad y película se fusionan para reflexionar junto con su familia, sus amigos, sus compañeros, médicos y científicos, sobre las viviencias y los grandes temas asociados al final de la vida. El último tramo del camino se ha transitado como Carlos (el médico, paciente y comunicador) ha querido: mirando a la muerte a la cara, con serenidad.

Os dejo la primera parte (Parte 1/9) para que la podáis ver y el resto de los links para que lo podáis seguir:



* Hoy en Libros de Management (@librosdemanagem) puedes asomarte y ver: Los 20 libros imprescindibles de Álex Rovira.

Hemisferio derecho del cerebro, garantía de éxito

http://mba.americaeconomia.com/articulos/reportajes/hemisferio-derecho-del-cerebro-garantia-de-exito

Según el escritor estadounidense, Daniel Pink, las personas dotadas de habilidades empáticas y pensamientos más amplios son fuertes candidatas a satisfacer las demandas del mercado.

Autor: Wharton University

El cambio tal vez sea la única constante, pero es también el eterno desafío para los educadores que buscan preparar a los estudiantes para el futuro. Si el mundo está siempre en constante cambio, ¿qué deberían enseñar los profesores? ¿Qué deberían hacer las escuelas para preparar a la próxima generación para los cambios drásticos que están transformando la forma en que vive y trabaja el mundo? ¿Es satisfactorio el currículo actual?

El ritmo actual y la naturaleza del cambio requiere un giro en la manera de pensar acerca de la educación, dijo Daniel Pink, autor de "Una mente totalmente nueva" y "Las aventuras de Johnny Bunko", durante la charla inaugural del reciente simposio de Wharton sobre la evolución del aprendizaje. En un mundo en que el empleo puede emigrar hacia el exterior, tareas diversas se pueden automatizar y el ritmo frenético de la tecnología convierte en obsoleta incluso la innovación del año anterior, los estudiantes de hoy en día tendrán que aprender cómo pensar de forma diferente que sus padres para sobrevivir y prosperar.

La anterior generación, los estudiantes seguían la siguiente fórmula: sacar buenas notas, ir a la facultad y utilizar la educación recibida para conseguir un buen empleo, dijo Pink. A quién tenía buenas aptitudes para el lenguaje se le aconsejaba hacer derecho, los que eran buenos en matemáticas o en ciencias se les incentivaba a hacer ingeniería o medicina.

“Esas fueron las instrucciones que yo recibí. Ésas son las reglas que se transmitieron a los niños de clase media de las economías avanzadas”, observó Pink. “Así era cómo funcionaba el mundo. Nuestro sistema educativo había sido pensado de esa forma (...) Se estructuró para producir capacidades de ese tipo, generadoras de habilidades propias de abogados, ingenieros y contables. En mi opinión, esas habilidades continúan siendo importantes hoy en día, sin embargo en menor grado. Hay un conjunto diferente de habilidades más importantes actualmente”, agregó.

Según el especialista, para hacer frente a los desafíos actuales, lo que cuenta no es sólo lo que se aprende, sino también cómo se aprende. En otras palabras: "¿estamos desarrollando el hemisferio derecho o izquierdo del cerebro? El lado izquierdo trabaja específicamente con el raciocinio lineal, lógico y analítico. El hemisferio derecho es responsable de tareas más amplias y de carácter no verbal, por ejemplo, el procesamiento de tareas de golpe, y no en secuencia, la interpretación de expresiones faciales y el énfasis en la síntesis en detrimento del análisis. Para lidiar con los desafíos del mundo del mañana, tendremos que usar más el lado derecho del cerebro", expresó Pink.

“Antiguamente, las habilidades consideradas más importantes para cualquier profesión de cuello blanco estaban asociadas, por norma, al hemisferio izquierdo (...) responsable de las habilidades lógicas, lineales, secuenciales, analíticas -para ser insertadas en una hoja de cálculo, y que buscaban la respuesta correcta pura y simplemente”, dijo el experto. Esas habilidades continúan siendo necesarias, “pero ya no son suficientes. Para mí, las habilidades que más importan en la economía actual están asociadas a la capacidad artística, a la empatía, a la inventiva y al pensamiento de amplio enfoque”.

Para el experto, las habilidades que más importan en la economía actual están asociadas a la capacidad artística e inventiva.

Pink resumió su teoría llamando la atención sobre tres impulsores de cambios en el mundo actual: Asia, automatización y abundancia.

Por “Asia”, Pink entiende el movimiento de puestos de trabajo hacia el exterior, a países como China e India. La primera ola fue el sector de fabricación, en que el empleo salía de EE.UU. en dirección a las economías asiáticas de mano de obra barata. Ahora, incluso el sector de servicios -que mucha gente no creía que pudiera ser subcontratado- está comenzando a mover sus actividades a India, donde ingenieros de software, analistas financieros y otros profesionales creativos y capacitados gestionan proyectos antes reservados a profesionales mejor remunerados de EE.UU.

El número de empleos del sector de servicios subcontratados en India continúa siendo pequeño en comparación con la controversia generada por él, afirmó Pink. “Pero, aunque la subcontratación sea objeto de una atención exagerada a corto plazo, está subestimada a largo plazo”, dijo.

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Rutina: Sentencia de muerte. El tipo de trabajo más subcontratado tiene como característica la rutina, dijo el escritor. “La rutina es una sentencia de muerte sobre las economías del mundo actual. Todo trabajo rutinario está desapareciendo de EEUU y de todas las economías avanzadas”, añadió.

Pink clasificó como rutina cualquier “trabajo que pueda ser reducido a un guión, a una hoja de cálculo o fórmula, a una serie de pasos con respuestas específicas. Si pudiéramos anotar los pasos, y si ellos tuvieran respuestas específicas, se trata de un tipo de trabajo sin valor. Ese tipo de trabajo emigra hacia donde pueda ser realizado de la forma más barata”.

Finalmente, la abundancia cada vez mayor de bienes materiales ha dado origen a otro conjunto de desafíos que requiere el uso de un raciocinio de carácter total, de amplio enfoque, propio del hemisferio derecho. “En un mundo de abundancia, saturado de cosas (...) hay ventaja económica siempre que se ofrece a las personas algo nuevo”, dijo Pink. Ya no basta con mejorar el producto existente, el valor económico verdadero está en la invención.

El autor observó que muchas de las habilidades del hemisferio derecho, como, por ejemplo, el ingenio para el diseño, para contar historias, la capacidad de síntesis, empatía y reconocimiento de patrones, son difíciles de subcontratar. Por lo tanto, las personas dotadas de habilidades bastante acentuadas como esas son fuertes candidatas a la satisfacción de las necesidades del mercado.

Incluso las profesiones que tradicionalmente han usado siempre las habilidades del lado derecho del cerebro requieren ahora también habilidades propias del hemisferio izquierdo, dijo Pink. Las empresas que necesitan ingenieros informan que quieren personas con habilidades de ingeniería que sean capaces de innovar, comunicar y de prosperar en un ambiente multicultural. Es preciso también que hagan su trabajo de forma apasionada, entre otras cosas. “Habilidades cognitivas de ese tipo no son desarrolladas a través de tests de múltiple elección. No son actividades rutinarias”.

Pero continúa existiendo una laguna entre lo que es necesario en el mundo laboral y lo que se enseña en las escuelas. En un estudio que comparó las actitudes de los directores de escuelas de negocios y los empresarios, por ejemplo, los directores definieron la creatividad como algo asociado a la resolución “de problemas”, mientras que los potenciales empleadores la definieron como “identificación de problemas”.

“Se trata de un desfase”, dijo Pink. “Piense en los problemas que encontramos en las escuelas. Son definidos con precisión, pertenecen a una disciplina específica y tienen sólo una respuesta. Piense ahora en un problema que usted haya tenido en el trabajo (...) Probablemente fuera de carácter multidisciplinar, es casi cierto también que apenas fue definido, tenía varias respuestas y ninguna de ellas era perfecta”.

Es posible que las escuelas tengan que desarrollar nuevos criterios de medición y metodologías que lleven al aula un volumen mayor de aprendizaje específico del lado derecho del cerebro, dijo Pink. Las profesiones que potencian el lado izquierdo también pueden beneficiarse de la introducción de un mayor volumen de capacidades del lado derecho del cerebro.


Leticia Britos y la búsqueda de la creatividad perdida

http://mba.americaeconomia.com/articulos/reportajes/leticia-britos-y-la-busqueda-de-la-creatividad-perdida

Esta bioquímica uruguaya, especialista en innovación de la U. de Stanford, conversó con AméricaEconomía acerca de las maneras a través de las cuales las organizaciones y las personas podemos recobrar un viejo y a veces perdido don de infancia: la mente abierta.

Autor: Daniela Arce

Nos reunimos con la experta de innovación de la U. de Stanford y profesora del Stanford Technology Ventures Program, la uruguaya Leticia Britos, quien dio la charla Do Future en la U. Católica de Chile.

Su tema: El Diseño de Pensamiento o Design Thinking, una herramienta que busca afrontar y resolver problemas a través del conocimiento de la experiencia de clientes y usuarios. La oferta de valor: un método que invoca procesos creativos que bien gestionados pueden conducir hacia la bienaventurada y esquiva innovación.

¿Cuál es el aporte del Design Thinking?

Esta especialidad. además de generar ideas -como podría ser a través de un brainstorming- busca generar empatías y entender las perspectivas de la persona para quien se está solucionando un problema, identificándolos y comprendiéndolos de mejor modo. No sólo aquellos que son evidentes, sino también aquellos que están latentes.

Entonces, a partir de la empatía, definimos los problemas, para luego generar ideas de solución y utilizar la metodología de prototipado rápido para hacer avanzar esas ideas y que sean tangibles. Al final se testean con los usuarios y se modifican para que sigan evolucionando.

Este método nos permite desarrollar una serie de formas de pensar que crean nuevas mentalidades. No es un proceso lineal, sino que permite desarrollar cierta filosofía de resolución de problemas en forma creativa y que se puede aplicar virtualmente a muchos procesos.

Esto puede ser aplicado en el desarrollo de productos y experiencias de cara de un usuario o cliente, pero también en cómo pensamos y repensamos los procesos organizativos de una empresa.

¿Es posible aprender a ser más creativo?

Todos necesitamos darnos cuenta que la creatividad no es algo con lo que nacemos o no, sino que es algo que debemos ejercitar como hacemos con otras cosas. Creo que más que aprender ser creativo, es encontrar los espacios y estrategias para ayudarnos a continuar siéndolo.

Nacemos siendo creativos, los niños son muy creativos, pero la sociedad, el ámbito escolar no favorece el que esta creatividad se mantenga. En algunas personas la creatividad por causas varias sobrevive hasta su adultez y en otros casos no es así. Debemos fomentar que se encuentren las condiciones para que estudiantes, ejecutivos y profesores sean creativos, junto con promover la confianza en que pueden desarrollar la creatividad.

Esta uruguaya, bioquímica de formación inicial, es especialista en Design Thinking.

¿De qué manera la educación formal frena la creatividad?

La mayoría de las estrategias educativas tienden a la convergencia, hacia una solución única. Así aprendemos que los problemas tienen una sola solución y que el profesor es su único poseedor. Entonces, los alumnos intentan encontrarla. Ese el juego: una vez que se encuentra una solución, el partido se acaba.

Los sistemas educativos deberían plantear más problemas que tengan múltiples soluciones, para así permitir que las personas desarrollen estrategias para ver muchas alternativas posibles, para que tengan un pensamiento divergente y creativo, y no sólo analítico.

¿Existe un perfil de personas más creativas?

Hay demasiada variabilidad como para tener perfiles muy definidos. Por ejemplo, la creatividad tiene que ver con las experiencias personales, más allá de las disciplinas. También se necesita la voluntad de ir más lejos del propio quehacer y colaborar con gente de otras áreas. En general encontramos creatividad en ambientes de diversidad de opiniones y conocimientos.

Por eso, en la Escuela de Diseño de Standford decimos que queremos formar a personas en forma de T. Es decir, con un eje vertical de profundidad disciplinar y en otro eje horizontal, con capacidades, herramientas y voluntades para interactuar con otras disciplinas.

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¿Qué puede hacer alguien por sí mismo más allá de las atmósferas en que se desempeñan, las que pueden fomentar o no la creatividad?

Hay que experimentar un poco con la propia capacidad de generar ideas y tomarlo de manera disciplinada. Por ejemplo,cambiar de espacios, analizando cuáles fomentan en cada uno más la generación de ideas. Intentar cambiar el punto de vista, pensando, por ejemplo, en cómo resolvería un niño de cinco años un problema. Tratar de practicar distintas técnicas, como preguntarse cómo se combinarían dos ideas aparentemente opuestas. Y finalmente, identificar los problemas que enfrentamos y cómo los podríamos resolver más allá de lo obvio. Hay que forzarse a buscar más de una solución.

¿Se le está dando mayor importancia a ser creativo?

Gente de las más diversas carreras reconocen la necesidad de formarse en creatividad, y muchos gestores se están preguntando cómo fomentarla dentro de sus organizaciones.

¿Cómo ve a América Latina en estos aspectos en comparación con EE.UU.?

En materia de creatividad, hay gran heterogeneidad al interior de todos los países. En EE.UU. por ejemplo hay muchos colegios que tienen la voluntad de encontrar las formas de fomentar la creatividad como un aspecto valioso en la educación, otras no encuentran la manera, no tienen la voluntad de buscar o no le ven el valor.

No podría responder por todos los países de la región, pero sí lo puedo hacer por los de Sudamérica, pues soy uruguaya y he trabajado con colegas de países vecinos, y estimo que la situación es muy similar a la de EE.UU.

¿Se llevando a cabo en la región alguna iniciativa novedosa para fomentar la creatividad?

Sí. One Laptop per Child, por ejemplo, es un programa que se ha implementando con gran éxito en Uruguay, donde se demostró que era posible desarrollarlo. Esto respondió a los detractores, quienes no confiaban en la iniciativa, bajo la premisa de que era cara de implementar, y riesgoso, pues los niños siempre pueden romper los computadores y no había claridad de que los profesores pudieran capacitarse correctamente.

Hoy, todos los niños de la educación pública elemental o básica y ahora el primer año de liceo o secundaria, tienen su computadora propia. Se han atacado y solucionado los problemas técnicos y de implementación, y se está trabajando en la formación de profesores.

¿Cuáles son los beneficios de ese programa?

Los niños al tener su computador, cambian de paradigma. Ellos enseñan a los profesores, padres y abuelos a usar ciertos elementos que ellos descubren por sí mismos y que a los adultos les cuesta descubrir. Es algo que he visto: se cambia el rol de los alumnos, pues se dan cuenta que tiene cosas para enseñar, y que pueden instruir y aprender de por vida. Es así como debería ser.

¿Qué pueden hacer las B-School en la formación de postgrado para promover la creatividad?

En mi universidad, Stanford, por ejemplo, se está apoyando que los estudiantes de las escuelas de negocios tomen cursos en la escuela de diseño. De este modo, se promueve que personas de distintas disciplinas trabajen juntos en encontrar un lenguaje común y resolver problemas complejos.

Esto ha ayudado a superar ciertas carencias, porque definitivamente la diversidad -tanto de disciplinas como de experiencias- fomenta la innovación y la creatividad. Es el caso de Silicon Valley o Tokio, pues son lugares de encuentro de muchas culturas, lo que permite una fluidez de ideas que lleva a mayores innovaciones.


4D, Dream, Soñar el futuro:

"El inconsciente tiene mucho más presencia en mi vida que en la de las personas que me rodean ... lo curioso es que suelo ser un ser analítico, más racional que místico, más controlado que reactivo...
Miro las cosas en el entorno cotidiano y suelo ver aquellas que ya no están en su presencia física, pero que quedarán para siempre en el vasto mundo de la memoria . Otras veces, la mayoría, veo lo que aún no es, pero que tiene todas las condiciones para llegar a serlo ...Viajo en el tiempo hacia adelante, incluso más del que pueda llegar a vivir. Generalmente ocurre cuando planto un árbol, aunque también al escribir algo, al dar un consejo o lamentablemente al contemplar acciones irreparables. Esa presencia del inconsciente en momentos no "autorizados", me ha ayudado a sobrellevar cosas bastantes pesadas y negativas ... Pero últimamente me han convertido en alguien esquizofrénico, desatendiendo realidades de mi entorno inmediato recluido en este mundo imaginario, casi de manera egoísta ...Incluso me sorprende que pueda estar aquí, haciendo este tipo de comentario, a personas que ni siquiera conozco, y de las cuales ni siquiera imagino qué pueda recibir, si es que hay algo que recibir, como también si es que hay algo que pueda aportar ...". J. C. G. L.

Dibujando la creatividad dialogada entre Eduard Punset y Sir Ken Robinson, via redes.

http://dibujariointeligente.blogspot.com/2011/08/dibujando-la-creatividad-dialogada.html

Después de ver el vídeo del programa Redes de Televisión Española, me enganché un poco más si cabe con estos dos grandes de la búsqueda. Eduard Punset y Sir Ken Robinson.
En este episodio nº89, el diálogo esta centrado en el desarrollo de la creatividad. El punto de partida es que todos somos creativos y ese es un gran reto.
Formular buenas preguntas, responder con puntería, de eso se trata al hablar de temas como la creatividad, la innovación , la educación y sobre todo la vida. Estos dos son muy buenos comunicando estas tesis. Geniales ejemplos con tintes de story telling y ganas de lanzarse a ponerlo todo en practica. No se puede pedir más.
Dejo este diálogo abierto a comentarios que enriquezcan lo que transmite el vídeo. Aconsejo verlo y pensarlo si ayuda con mi resumen visual.
¿Crees en la creatividad como algo universal?
¿Está en ella la vía de la felicidad y el desarrollo personal?







Un saludo

“Debemos tener la visión de Einstein sobre la crisis”

http://www.expansion.com/2011/08/29/entorno/1314652005.html

Javier Uriarte Monereo, director general de comercialización de Endesa, insiste en que hay que buscar el lado positivo y abandonar la idea de fatalidad y pesimismo con la que la solemos adornar la palabra crisis.

“¡Esta es la parte que más me gusta! Donde dice: Es la crisis donde aflora lo mejor de cada uno”. Cuando a Javier Uriarte Monereo, director general de comercialización de Endesa, le preguntan si la crisis económica en España ha obligado a la compañía a cambiar de estrategia comercial, insiste en que hay que buscar el lado positivo y abandonar la idea de fatalidad y pesimismo con la que la solemos adornar la palabra crisis.

Y para eso, Uriarte recuerda unas palabras que se atribuyen a Albert Einstein, el Premio Nobel de Física y padre de la Teoría de la Relatividad. “No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo”, comenta el responsable comercial de Endesa, que sigue recitando unas palabras que ahora parecen mágicas y que están de plena actualidad.

“La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países –quizás en esto Einstein fue excesivo, sonríe Uriarte–, porque la crisis trae progresos”. Es en ella donde nace la “inventiva, los descubrimientos, y las grandes estrategias, y quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar, superado”. Para Uriarte, “la verdadera crisis es la crisis de la incompetencia”.

Para este experto del sector energético, en el mercado eléctrico la crisis económica, de la que todo el mundo habla, no ha supuesto mayor reto en términos de márketing o comerciales que lo que supusieron “otras crisis” dentro del sector. “La liberalización, que se inició en 1998, ya supuso un reto, y después vino otro paso en la liberalización del mercado en 2009”.

Si se entiende por crisis la ruptura con un mercado establecido, regulado y relativamente cómodo, los procesos de liberalización también han supuesto crisis para las eléctricas, reflexiona Uriarte, que insiste en que la crisis, sea del formato que sea, “lo único que hace es que tengamos que trabajar más”.

Más que desde un punto de vista puramente de precio, Uriarte concibe la adaptación a los nuevos entornos comerciales como una cuestión de “servicios y relación con el cliente”. La energía, a diferencia de otros productos, es un servicio continuado, donde importa “la calidad, la garantía, la atención al usuario”.

Y para ello, es importante desarrollar sistemas técnicos que permitan atender a los clientes, hacerles un seguimiento, ampliar la cartera de productos y servicios para ajustarse a sus necesidades. “Nosotros hemos hecho en un año hasta 500 millones de operaciones de cliente”, explica Uriarte. Por operaciones se refiere a emisión de facturas, atención de consultas y reclamaciones, o cualquier otro acto que implique una relación directa con el usuario.

El cliente, en la cúspide
No en vano, estos conceptos, que colocan al cliente en la cúspide, se han convertido en una auténtica obsesión para Endesa. “A nivel interno, estamos empeñados en difundir esos conceptos entre nuestros empleados, para que sean conscientes de la importancia”.

Desde hace tiempo, Endesa ha puesto en marcha una iniciativa interna que resume la importancia que da ahora al cliente. Monitoriza los niveles de satisfacción de los clientes, y de calidad de los servicios, y los resultados, se muestran en grandes carteles en el interior de las oficinas del grupo, con indicaciones sobre el punto en el que se encuentra, cuánto se ha avanzado, y hacia donde se quiere llegar.

“Los carteles están diseminados por todo el edificio” dice orgulloso Uriarte mostrando uno de cómo Endesa se va superando a sí misma. “Así los ven todos los empleados, porque todos se tienen que implicar”.

Actitud azul
“Reto”. “Superación”. “Actitud”. “Trabajo”. “Personas”. Ahora, estas son palabras clave en Endesa, una compañía que en los dos últimos años ha logrado renovar su imagen y dejar ya muy atrás aquella percepción de monopolio anquilosado que tradicionalmente tenían las eléctricas para muchos usuarios.

“El patrocinio de las escaladas de la alpinista Edurne Pasabán, la campaña del Click, o el acuerdo con la liga de baloncesto casan ahora muy bien con lo que es Endesa” explica Uriarte, un directivo para el que lo importante, en esta, o en cualquier crisis, “debe ser trabajar duro”.

Y no depende tanto de las horas que se dediquen al trabajo, sino de planteártelo todo como “un reto”, y con “una actitud positiva”. Actitud Azul. Este es uno de los eslóganes que Endesa empezó a lucir hace algunos meses en su publicidad.

Y Actitud Azul, según explican en Endesa, “es hacer que las cosas sean posibles”. Y hacerlas teniendo en cuenta la nueva realidad comercial de la compañía, un grupo que ofrece distintos tipos de energía. “Luz, gas y personas”, recuerda Uriarte.


Lo que creemos ser

http://alcione.cl/wp2/?p=359

Nuestro sentido de lo que somos determina cuáles han de ser nuestras necesidades y las cosas a las cuales les atribuiremos importancia en la vida; y todo aquello que nos parezca importante tendrá el poder de perturbarnos e irritarnos. Esto se puede utilizar como criterio para descubrir hasta qué punto nos conocemos a nosotros mismos. Lo que nos importa no es necesariamente lo que expresamos ni aquello en lo cual creemos, sino aquello que se manifiesta como serio e importante a través de nuestros actos y de nuestras reacciones. Entonces conviene preguntarnos: “Cuáles son las cosas que me irritan y me alteran?” Si las nimiedades tienen el poder para molestarnos, entonces eso es exactamente lo que creemos ser: un ser insignificante. Esa será nuestra noción inconsciente. Cuáles son las cosas insignificantes? En última instancia, todas las cosas son insignificantes, porque todas las cosas son transitorias.

Podemos decir, “sé que soy un espíritu inmortal”, o “estoy cansado de este mundo de locos y lo único que deseo es paz”, hasta cuando suena el teléfono. Malas noticias: hubo un colapso de la bolsa de valores; se dañó el negocio; se robaron el automóvil; llegó la suegra; se canceló el viaje; se canceló el contrato; el compañero se ha ido; piden más dinero; dicen que es culpa nuestra. Entonces se levanta en nuestro interior una oleada de ira o ansiedad. La voz se torna dura: “no soporto más esto”.

Acusamos, culpamos, atacamos, nos defendemos o nos justificamos, y todo eso sucede en piloto automático. Obviamente hay algo más importante para nosotros que la paz interior que pedíamos hace un momento, y tampoco somos ya un espíritu inmortal. El negocio, el dinero, el contrato, la pérdida o la amenaza de pérdida son más importantes. Para quién? Para el espíritu inmortal que dijimos ser? No, para mí. Para ese pequeño yo que busca la seguridad o la realización en cosas transitorias y que se enoja o se pone nervioso cuando no las encuentra. Bueno, por lo menos ahora sabemos quiénes creemos ser realmente.

Si la paz es realmente lo que deseamos, debemos elegir la paz. Si la paz fuera más importante para nosotros que todo lo demás y si supiéramos de verdad que somos espíritu en lugar de un pequeño yo, no reaccionaríamos sino que nos mantendríamos totalmente alertas frente a situaciones o personas difíciles. Aceptaríamos inmediatamente la situación y nos haríamos uno con ella en lugar de separarnos de ella. Entonces, a partir del estado de alerta, vendría la reacción. Sería una reacción proveniente de lo que somos (consciencia) y no de lo que creemos ser (el pequeño yo). Sería entonces una respuesta poderosa y eficaz que no convertiría a la persona o a la situación en enemiga.

El mundo siempre se encarga de que no nos engañemos durante mucho tiempo acerca de lo que pensamos ser, mostrándonos las cosas que realmente nos importan. La forma como reaccionamos ante las personas y las situaciones, especialmente en los momentos difíciles, es el mejor indicador del conocimiento real que tenemos de nosotros mismos.

Mientras más limitada y más egotista sea nuestra idea de nosotros mismos, más atención prestaremos y más reaccionaremos ante las limitaciones del ego y ante la inconsciencia de los demás. Los “defectos” que vemos en los otros se convierten, para nosotros, en su identidad. Eso significa que veremos solamente el ego en los demás, reforzando así el nuestro. En lugar de mirar “más allá” del ego de los demás, fijamos nuestra atención en él. Quién ve el ego? Nuestro ego.

Las personas que viven en estado profundo de inconsciencia experimentan el ego viendo su reflejo en los demás. Cuando reconocemos que aquellas cosas de los demás que nos producen una reacción son también nuestras (y a veces sólo nuestras), comenzamos a tomar consciencia de nuestro propio ego. En esa etapa es probable que también nos demos cuenta que les hacíamos a los demás lo que pensábamos que ellos nos hacían a nosotros. Dejamos de considerarnos víctimas.

Puesto que no somos el ego, el hecho de tomar consciencia de él no significa que sepamos lo que somos: sólo reconocemos lo que no somos. Pero es gracias a ese conocimiento de lo que no somos que logramos eliminar el mayor obstáculo para llegar a conocernos realmente.

Nadie puede decirnos lo que somos. Sería apenas otro concepto más, incapaz de cambiarnos. No hace falta una creencia para saber lo que somos. En efecto, todas las creencias son obstáculos. Ni siquiera necesitamos alcanzar la realización, porque ya somos lo que somos. Pero sin la realización nuestro ser no puede proyectar su luminosidad sobre el mundo. Permanece en el ámbito de lo no manifiesto, es decir, en nuestro verdadero hogar. Entonces somos como la persona que finge ser pobre mientras tiene un millón de dólares en su cuenta bancaria, con lo cual el potencial de su fortuna jamás se manifiesta.

Conocernos o saber sobre nosotros

A veces quizás no queramos saber lo que somos por miedo a descubrirlo. Muchas personas abrigan el temor secreto de ser malas. Pero no seremos nada de lo que averigüemos sobre nosotros. Nada que podamos saber sobre nosotros es nuestra esencia.

Mientras algunas personas no desean saber quiénes son por temor, otras tienen una curiosidad insaciable acerca de sí mismas y desean saber más y más. Podemos sentir tal fascinación por lo que somos, que pasamos años acudiendo al psicoanalista para esculcar todos los aspectos de nuestra infancia, descubrir los temores y deseos secretos y levantar capa tras capa de complejidad en la constitución de nuestra personalidad y de nuestro carácter.

Después de 10 años, el terapeuta podría cansarse de nosotros y de nuestra historia y dictaminar que nuestro análisis está completo. Quizás nos despache con una historia clínica de 5.000 páginas. “Esto es todo sobre usted. Esto es lo que usted es”. Pero camino a casa con los papeles bajo el brazo, la satisfacción inicial de saber finalmente lo que somos da paso rápidamente a una sensación de vacío y a la sospecha de que debe haber algo más. Y por supuesto qué hay, quizás no en los términos cuantitativos de los hechos, sino en la dimensión cualitativa de la profundidad.

No hay nada de malo con el psicoanálisis ni con tratar de develar el pasado, siempre y cuando no confundamos el hecho de saber sobre nosotros con el hecho de conocernos a nosotros mismos. La historia clínica de 5.000 páginas sobre nosotros es el contenido de la mente condicionada por el pasado. Todo aquello que averigüemos con el psicoanálisis o la observación propia es acerca de nosotros. No es lo que somos. Es contenido, no esencia. Ir más allá del ego implica salirnos del contenido. Conocernos a nosotros mismos es ser nosotros mismos y, para ello debemos dejar de identificarnos con el contenido.

La mayoría de las personas se definen a sí mismas a través del contenido de su vida. Todo lo que percibimos, experimentamos, pensamos o sentimos es contenido. El contenido es lo que absorbe por completo la atención de la mayoría de la gente y es aquello con lo cual se identifican. Cuando pensamos o decimos, “mi vida”, no nos referimos a la vida que somos sino a la vida que tenemos, o parecemos tener. Nos referimos al contenido: la edad, la salud, las relaciones, las finanzas, la situación laboral y de vida, y también el estado mental y emocional. Las circunstancias internas y externas de la vida, el pasado y el futuro, pertenecen al plano del contenido al igual que los sucesos, es decir, todo aquello que acontece.

Pero qué más hay aparte del contenido? Aquello que nos permite ser, el espacio interior de la consciencia.

El ego y el momento presente

La relación más importante y primordial de la vida es la relación con el Ahora, o mejor aún, con cualquiera que sea la forma que adopte el Ahora, es decir, lo que es o lo que sucede. Si la relación con el Ahora es disfuncional, esa disfunción se reflejará en todas las relaciones y en todas las situaciones de la vida. El ego podría definirse sencillamente como una relación disfuncional con el momento presente. Es en este momento cuando podemos decidir la clase de relación que deseamos tener con el momento presente.

Una vez que hemos alcanzado un cierto nivel de consciencia, es decir, de Presencia (y si está leyendo esto es porque seguramente es su caso) estamos en capacidad de decidir qué clase de relación deseamos tener con el momento presente. Deseo que éste momento sea mi amigo o mi enemigo? El momento presente es inseparable de la vida, de tal manera que nuestra decisión se refiere realmente a la clase de relación que deseamos tener con la vida. Una vez tomada la decisión de ser amigos con el momento presente, nos toca dar el primer paso: mostrarnos amigables con él, acogerlo independientemente de su forma de presentarse. Y no tardaremos en ver los resultados. La vida se torna amable con nosotros. La gente nos ayuda y las circunstancias cooperan. Pero es una decisión que debemos tomar una y otra vez, hasta que aprendemos a vivir naturalmente de esa manera.

Con la decisión de hacer amistad con el momento presente viene el fin del ego. El ego no puede nunca estar en consonancia con el momento presente, es decir, en consonancia con la vida, puesto que su propia naturaleza lo induce a resistir, menospreciar o hacer caso omiso del Ahora. El ego se nutre del tiempo. Mientras más fuerte el ego, mayor es el tiempo durante el cual controla nuestra vida. Casi todos nuestros pensamientos entonces se refieren al pasado o al futuro y el sentido de lo que somos depende del pasado, donde encuentra una identidad, o del futuro donde busca su realización. El temor, la ansiedad, la expectativa, el remordimiento, la culpa, y la ira son disfunciones del estado de la consciencia atrapada en el tiempo.

El ego trata el momento presente de tres maneras: como un medio para una finalidad, como un obstáculo, o como un enemigo. Analicemos una a la vez, de tal manera que cuando ese patrón se apodere de usted, pueda reconocerlo y decidir nuevamente.

En el mejor de los casos, el ego ve en el momento presente un medio para cumplir una finalidad. Sirve para llevarnos a algún momento en el futuro considerado más importante. Pero el futuro nunca llega salvo como momento presente y, por tanto, nunca es más que un pensamiento en la cabeza. En otras palabras, nunca estamos totalmente aquí porque siempre estamos ocupados tratando de llegar a algún otro lugar.

Cuando este patrón se acentúa, lo cual suele suceder, el momento presente es visto o tratado como si fuera un obstáculo a superar. Es allí donde surgen la impaciencia, la frustración y el estrés y, en nuestra cultura, esa es la realidad cotidiana, el estado normal de muchas personas. La Vida, la cual ocurre ahora, es vista como un “problema”, y todos habitamos en un mundo lleno de problemas que debemos resolver para ser felices, sentirnos realizados o comenzar realmente a vivir (o por lo menos eso creemos). El problema está en que, por cada problema que resolvemos aparece uno nuevo. Mientras veamos un obstáculo en el momento presente, los problemas no tendrán fin. “Seré lo que deseas que sea”, dice la Vida o el Ahora. “Te trataré como tú me trates. Si me ves como un problema, eso seré para ti. Si me tratas como a un obstáculo, seré un obstáculo”.

En el peor de los casos, y esto también es muy común, el momento presente es visto como un enemigo. Cuando odiamos lo que hacemos, nos quejamos de nuestro entorno, maldecimos de las cosas que suceden o han sucedido; o cuando nuestro diálogo interno está lleno de lo que deberíamos o no deberíamos hacer, de acusaciones y señalamientos, entonces nos peleamos con lo que es, con aquello que de todas maneras ya es como es. Convertimos a la Vida en nuestra enemiga y ella nos dice, “si lo que quieres es guerra, guerra tendrás”. La realidad externa, la cual es siempre el espejo de nuestro estado interior, se experimenta como algo hostil.

Una pregunta crucial que debemos hacernos con frecuencia es cuál es mi relación con el momento presente? Después debemos estar alertas para descubrir la respuesta. Trato el Ahora apenas como un medio para llegar a una finalidad? Lo veo como un obstáculo? Lo estoy convirtiendo en enemigo? Puesto que el momento presente es lo único que tendremos, puesto que la vida es inseparable del Ahora, lo que la pregunta significa realmente es, cuál es mi relación con la vida? Esta pregunta es una forma excelente de desenmascarar al ego y de entrar en el estado de Presencia. Aunque la verdad absoluta no está encarnada en la pregunta (puesto que yo y el momento presente somos uno), es una guía importante hacia el camino correcto. Hágase esa pregunta con frecuencia, hasta que ya no la necesite.

Cómo trascender una relación disfuncional con el momento presente? Lo más importante es reconocerla en nosotros mismos, en nuestros pensamientos y en nuestros actos. Estamos en el presente en el momento mismo en que notamos que nuestra relación con el Ahora es disfuncional. Ver equivale al afloramiento de la Presencia. Tan pronto como vemos la disfunción, ésta comienza a desvanecerse. Algunas personas se ríen cuando ven esto. Con el reconocimiento viene el poder de elegir: la posibilidad de decirle “sí” al Ahora y de aceptarlo como amigo.

Eliminar el tiempo

No podemos fijarnos la meta de liberarnos del ego y dar los pasos necesarios para alcanzarla en un futuro. Lo único que obtenemos es mayor insatisfacción, más conflictos internos, porque siempre nos parecerá que nunca llegamos, que nunca “alcanzamos” ese estado. Cuando fijamos para el futuro la meta de liberarnos del ego, nos damos más tiempo y, más tiempo significa más ego. Examine con cuidado si su búsqueda espiritual es una forma disfrazada de ego. Hasta tratar de deshacernos del “yo” puede ser una forma de quererlo, más aún si la fijamos como una meta para el futuro. Darse más tiempo es precisamente eso: darle más tiempo al “yo”. El tiempo, es decir, el pasado y el futuro, es lo que alimenta y empuja al yo falso fabricado por la mente, y el tiempo vive en la mente. No es algo que exista objetivamente en “alguna parte”. Si bien es una estructura mental necesaria para la percepción sensorial, indispensable para efectos prácticos, es el mayor obstáculo para llegar a conocernos. El tiempo es la dimensión horizontal de la vida, la capa superficial de la realidad. Y está además la dimensión vertical de la profundidad, accesible solamente a través del portal del momento presente.

Entonces, en lugar de sumar más tiempo, debemos eliminarlo. Eliminar al tiempo de la consciencia es eliminar al ego, es la única práctica verdaderamente espiritual.

Claro está que cuando hablamos de eliminar el tiempo no nos referimos al tiempo del reloj, el cual representa el uso del tiempo para efectos prácticos como fijar una cita o planear un viaje. Sería casi imposible funcionar en este mundo sin el tiempo del reloj. A lo que nos referimos es a la eliminación del tiempo psicológico, la preocupación constante de la mente egotista con el pasado y el futuro, y su reticencia a ser una con la vida viviendo en consonancia con la existencia inevitable del momento presente.

Cada vez que en lugar de decirle “no” a la vida le damos un “sí, cada vez que permitimos que el momento presente sea como es, disolvemos el tiempo y también el ego. Para sobrevivir, el ego debe dar más importancia al tiempo (pasado y futuro) que al momento presente. El ego no soporta la amistad con el momento presente, salvo por breves momentos, lo suficiente para obtener lo que desea. Pero no hay nada que satisfaga al ego durante mucho tiempo. Mientras controle nuestras vidas, nos hará infelices de dos maneras. Una, al no obtener lo que deseamos y la otra al obtener lo que deseamos.

Todo aquello que es o que sucede es la forma adoptada por el Ahora. Mientras nos resistamos internamente, la forma, es decir el mundo, se convertirá en una barrera impenetrable que nos separará de lo que somos más allá de la forma, de la Vida única sin forma que somos. Cuando damos un “sí” interior a la forma adoptada por el Ahora, esa forma se convierte en la puerta hacia la dimensión de lo sin forma. La separación entre Dios y el mundo se disuelve.

Cuando reaccionamos contra la forma que la vida adopta en este momento, cuando tratamos al Ahora como un medio, un obstáculo o un enemigo, fortalecemos nuestra propia identidad en la forma: el ego. De allí la reactividad del ego. Qué es reactividad? Es la adicción a la reacción. Mientras más reactivos somos, más nos enredamos con la forma. Mientras más identificados con la forma, más fuerte es el ego. Entonces nuestro Ser a duras penas logra proyectar su luminosidad a través de la forma.

Cuando no oponemos resistencia a la forma, aquello que está más allá de ella en nuestro interior emerge como una Presencia que lo abarca todo, un poder silencioso mucho más grande que la breve identidad con la forma, mucho más grande que la persona. Es nuestra esencia más profunda que no tiene parangón en el mundo de la forma.

Más allá de la limitación

A toda persona le llega el momento en que busca crecer y expandirse en el nivel de la forma. Es cuando nos esforzamos por superar una limitación como una debilidad física o un apuro económico, cuando adquirimos nuevas destrezas y conocimiento, cuando aplicamos nuestra creatividad para traer algo nuevo al mundo a fin de mejorar la vida, tanto la nuestra como la de los demás. Podría tratarse de una pieza musical o una obra de arte, un libro, un servicio, una función que realizamos, una empresa u organización a la cual contribuimos o de la cual somos los creadores.

Cuando estamos presentes, cuando nuestra atención está totalmente en el Ahora, la Presencia penetra en lo que hacemos y lo transforma. Imprime calidad y poder a nuestras obras. Estamos presentes cuando lo que hacemos no es principalmente un medio para conseguir un fin (dinero, prestigio, ganancia) sino que es una fuente de realización en sí misma, caracterizada por la alegría y la energía. Y claro está que no podemos estar presentes si no estamos en amable armonía con el momento presente. He ahí la base de la acción eficaz sin tinte de negatividad.

La forma es limitación. Estamos aquí no solamente para experimentar la limitación sino para crecer en la consciencia trascendiendo la limitación. Algunas limitaciones se pueden superar en el plano externo. Habrá otras con las cuales debemos aprender a vivir y que solamente se pueden superar internamente. Todo el mundo tropieza con ellas tarde o temprano. Podemos, o bien quedarnos atrapados en esas limitaciones a causa de las reacciones del ego, experimentando una infelicidad intensa, o bien elevarnos por encima de ellas internamente, entregándonos incondicionalmente a lo que es. Eso es lo que ellas nos enseñan.

El estado consciente de renunciación abre la dimensión vertical de la vida, la dimensión de la profundidad. Entonces, algo se proyecta sobre el mundo desde esa dimensión: algo de valor infinito que, de otra manera, no se habría manifestado. Algunas personas que se entregan ante la limitación severa se convierten en sanadores o maestros espirituales. Otras trabajan desinteresadamente para mitigar el sufrimiento humano o traer algún don de su creatividad al mundo.

La alegría de ser

La infelicidad y la negatividad son una enfermedad en nuestro planeta. Lo que la contaminación es al plano externo, es la negatividad al plano interno. Está en todas partes, no solamente en los lugares donde las personas no tienen lo suficiente, sino todavía más donde la gente tiene más de la cuenta. No es sorprendente?

No. El mundo desarrollado está más profundamente identificado con la forma, más atrapado en el ego. Las personas creen que su felicidad depende de lo que les sucede, es decir, que depende de la forma. No se dan cuenta de que los sucesos son lo más inestable del universo porque cambian constantemente. Ven el momento presente empañado por algo que ha sucedido y que no debió suceder, o como una deficiencia porque algo que debió suceder no sucedió. Entonces pasan por alto la perfección profunda, inherente a la vida misma, una perfección que ya existe y está más allá de lo que sucede o no sucede, más allá de la forma. Debemos aceptar el momento presente y hallar la perfección que es más profunda que cualquier forma, y que está libre del efecto del tiempo.

La alegría de Ser, la única felicidad verdadera, no se puede lograr a través de la forma, es decir, de las posesiones, los logros, las personas o los sucesos. Esa alegría nunca llega sino que emana de la dimensión sin forma que reside en nuestro interior, de la consciencia misma y, por tanto, es una con nuestra esencia.

La disminución del ego

El ego siempre está en guardia contra cualquier posibilidad de verse disminuido. Los mecanismos de reparación se activan automáticamente para restablecer la forma mental del “yo”. Cuando alguien me culpa o me critica, el ego lo interpreta como una disminución del yo y trata inmediatamente de reparar esa disminución mediante la justificación, la defensa o la culpa. El que la otra persona tenga la razón o no lo tiene sin cuidado. El ego está mucho más interesado en su conservación que en la verdad. Es la conservación de la forma psicológica del “yo”. Algo tan normal como responder a gritos al conductor que nos insulta es un mecanismo automático e inconsciente de reparación del ego. Uno de los mecanismos de reparación más comunes es la ira, la cual infla al ego enormemente, aunque por un breve período. Todos los mecanismos de reparación son perfectamente lógicos para el ego, aunque son disfuncionales en la realidad. Los más extremos son la violencia física y el auto engaño expresado en fantasías de grandeza.

Una práctica espiritual muy poderosa consiste en permitir la disminución del ego cuando sucede, sin tratar de restaurarlo. Le recomiendo hacer el experimento de vez en cuando. Por ejemplo, cuando alguien lo critique, lo culpe o lo ofenda, en lugar de replicar y defenderse inmediatamente, no haga nada. Permita que su amor propio se quede disminuido y tome consciencia de lo que siente en su interior. Es probable que se sienta incómodo durante algunos segundos, como si se hubiera empequeñecido. Después sentirá que se amplía su espacio interno y que está intensamente vivo. No habrá menguado en lo absoluto. En realidad se habrá expandido.

Entonces quizás reconozca algo asombroso: cuando se sienta disminuido de alguna manera y se abstenga de reaccionar, no sólo externamente sino también internamente, se dará cuenta de que nada ha menguado realmente, que al ser “menos” se convierte en más. Cuando opta por no defender o fortalecer su forma, deja de identificarse con ella, con su imagen mental. Al ser menos (a los ojos del ego), en efecto se produce una expansión y se genera el espacio para que el Ser pueda manifestarse. El verdadero poder, lo que usted es más allá de la forma, podrá brillar a través de la forma aparentemente debilitada. Fue lo que quiso decir Cristo con su frase, “Niégate a ti mismo” o “Presenta la otra mejilla”.

Claro está que eso no significa invitar al abuso o convertirse en víctima de las personas inconscientes. Algunas veces será necesario exigirle al otro con mucha firmeza que “tenga cuidado”.

Pero las palabras tendrán el poder que se obtiene cuando no hay defensividad del ego, cuando están privadas de la fuerza de la reacción. De ser necesario, podremos dar un “no” firme y contundente, pero un “no de alta calidad” carente de toda negatividad.

Cuando nos sentimos satisfechos de no ser nadie en particular, contentos con no sobresalir, entramos en consonancia con el poder del universo. Lo que parece debilidad para el ego es en realidad la única fortaleza verdadera. La verdad del espíritu es diametralmente opuesta a los valores de nuestra cultura contemporánea y la forma como ésta condiciona el comportamiento de las personas.

En lugar de tratar de ser una montaña, enseña el Tao Te Ching, “seamos el valle del universo”… De esta forma, volvemos a la unicidad y “todas las cosas llegarán”.

Asimismo enseñó Cristo en una de sus parábolas, “Cuando te inviten, siéntate en el lugar más humilde de manera que, cuando llegue tu anfitrión, pueda invitarte a ocupar un mejor lugar. Entonces serás honrado en presencia de todos los que comparten la mesa contigo. Porque aquel que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado”.

Otro aspecto de esta práctica es abstenerse de fortalecer el yo evitando alardear, o querer sobresalir, ser especial, dejar una impresión o exigir atención. Puede implicar abstenerse de expresar una opinión cuando todos los demás expresan la suya. Ensaye a hacerlo para ver cómo se siente.

Así como somos por fuera somos por dentro

Al mirar las estrellas en el firmamento despejado podemos reconocer fácilmente una verdad a la vez totalmente simple y extraordinariamente profunda. Qué es lo que vemos? La luna, los planetas, las estrellas, la banda luminosa de la vía láctea, quizás un cometa o hasta la vecina galaxia de Andrómeda a dos millones de años luz de distancia. Es correcto. Pero si simplificamos todavía más, qué vemos? Objetos flotando en el espacio. Entonces de qué consta el universo? De objetos y espacio.



Cuando no enmudecemos totalmente al mirar el firmamento en una noche despejada es porque no estamos mirando realmente y no tenemos consciencia de la totalidad de lo que hay en él. Probablemente estemos mirando solamente los objetos y tratando de identificarlos.

Si alguna vez se sintió sobrecogido al mirar el espacio, si experimentó una sensación de reverencia ante ese misterio incomprensible, es porque renunció por un momento a su deseo de explicar y asignar nombres y tomó consciencia no solamente de los objetos del espacio sino de la profundidad infinita del espacio mismo. Seguramente logró tranquilizarse lo suficiente para tomar nota de la inmensidad en la cual existen esos mundos incontables. La sensación sobrecogedora no se deriva del hecho de que haya miles de millones de mundos, sino del reconocimiento de la profundidad que los alberga a todos.

Claro está que no podemos ver, ni oír, ni tocar, ni oler el espacio. Entonces cómo sabemos tan siquiera si existe? Esta pregunta aparentemente lógica contiene un error fundamental. La esencia del espacio es el vacío, de tal manera que no “existe” en el sentido normal de la palabra. Sólo las cosas, las formas, existen. El hecho mismo de designarlo con el nombre de espacio puede ser engañoso porque, al nombrarlo, lo convertimos en objeto.

Digámoslo de esta manera: hay algo dentro de nosotros que tiene afinidad con el espacio; es por eso que podemos tomar consciencia de él. Consciencia de él? Esto tampoco es completamente cierto porque cómo podemos tomar consciencia del espacio si no hay nada de lo cual tomar consciencia?

La respuesta es a la vez simple y profunda. Cuando tenemos consciencia del espacio realmente no tenemos consciencia de nada, salvo de la consciencia misma, del espacio interior. El universo toma consciencia de sí mismo a través de nosotros!

Cuando el ojo no encuentra nada para ver, la nada se percibe como espacio. Cuando el oído no encuentra nada para oír, el vacío se percibe como quietud. Cuando los sentidos, diseñados para percibir la forma, se tropiezan con la ausencia de la forma, la consciencia sin forma que está detrás de la percepción y de la cual emana toda percepción, toda experiencia posible, ya no se oculta detrás de la forma. Cuando contemplamos la profundidad inconmensurable del espacio o escuchamos el silencio en las primeras horas del amanecer, algo resuena dentro de nosotros como en una especie de reconocimiento.

Entonces sentimos que la vasta profundidad del espacio es nuestra propia profundidad y reconocemos que esa quietud maravillosa es nuestra más profunda esencia, más profunda que cualquiera de las cosas que conforman el contenido de nuestra vida.

Los Upanishads, las antiguas escrituras de la India, apuntan hacia la misma verdad con estas palabras:
“Aquello que el ojo no puede ver, pero que hace posible que el ojo vea: sabed que no es otro que Brahma, el Espíritu, y no lo que la gente adora aquí. Aquello que no puede oírse con los oídos, pero que hace posible que el oído oiga: sabed que no es otro que Brahma, el Espíritu, y no lo que la gente adora aquí… Aquello que no puede pensarse con la mente, pero que hace posible que la mente piense: sabed que no es otro que Brahma, El espíritu, y no lo que la gente adora aquí”.’

La escritura dice que Dios es consciencia sin forma y la esencia de lo que somos. Todo lo demás es forma, “lo que la gente adora aquí”.

La realidad dual del universo, la cual consta de cosas y espacio (objetos y vacío), es también la nuestra. Una vida humana sana equilibrada y fructífera es una danza entre dos dimensiones que conforman la realidad: la forma y el espacio. La mayoría de las personas están tan identificadas con la dimensión de la forma, con las percepciones de los sentidos, los pensamientos y las emociones, que carecen de la otra mitad vital. Su identificación con la forma las mantiene atrapadas en el ego.

Lo que vemos, oímos, sentimos, palpamos o pensamos es solamente la mitad de la realidad, por así decirlo. Es la forma. Cristo hablaba en sus enseñanzas del mundo”, mientras que la otra dimensión es el “reino de los cielos o la vida eterna”.

De la misma manera que el espacio hace posible que todas las cosas existan y de la misma manera que sin el silencio no habría sonido, no existiríamos sin la dimensión vital sin forma que constituye la esencia de lo que somos. Podríamos hablar de “Dios” si no hubiéramos abusado tanto de la palabra. Pero prefiero hablar del Ser previo a la existencia. La existencia es forma, contenido, “lo que sucede”. La existencia es el escenario de la vida; el Ser es el telón de fondo, por así decirlo.

La enfermedad colectiva de la humanidad radica en que las personas están tan inmersas en los sucesos, tan hipnotizadas por el mundo de las formas fluctuantes, tan absortas en el contenido de sus vidas, que han olvidado la esencia, aquello que está más allá del contenido, de la forma y del pensamiento. Están tan sumidas en el tiempo que han olvidado la eternidad, la cual es su origen, su hogar y su destino. La eternidad es la realidad viviente de lo que somos.

Eckhart Tolle

Extractado por Julián Alvarez de
Una Nueva Tierra.-Grupo Editorial Norma.