Autor: Iván Marnet
La forma en la que una compañía se enfrenta a su desarrollo de negocio y sus productos, poco a poco se está revolucionando. Design Thinking o “Pensamiento de Diseño” (es difícil encontrar una traducción correcta al Castellano) es una práctica cada día más habitual dentro de las grandes empresas.
Se trata de un proceso por el cual, la estrategia para desarrollar productos o servicios se basa en enfrentar los problemas de gestión y de desarrollo de negocio desde el mismo enfoque en el que un diseñador enfrenta y resuelve problemas de diseño, entendiendo diseño como el diseño creativo y no como la belleza en sí.
Es por esto, por lo que técnicas como el pensamiento abductivo (que siempre ha formado parte de los procesos creativos) son clave para que los responsables de tomar decisiones no limiten su imaginación a lo puramente lógico, y creen multitud de ideas (por absurdas que parezcan) para encontrar soluciones.
Victor Lombardi en su blog hace una buena definición de lo que es Design Thinking:
- Colaborativo: trabajar en colaboración, el diseñador aislado no suele existir.
- Abductivo: contrario a los métodos inductivos, fomentar la creatividad con ideas espontáneas para encontrar mejores soluciones a los problemas.
- Experimental: hacer prototipos y plantear diferentes hipótesis. Testar e iterar para saber que es lo que funciona y que es lo que no.
- Personal: considerar el contexto y las personas implicadas (y no solo los usuarios o clientes)
- Integrador: observar desde una perspectiva global teniendo en cuenta todas las posibles implicaciones.
- Interpretar: hacer suposiciones para identificar los problemas y ver las posibles soluciones.
El ejemplo que más ha sonado últimamente es Procter & Gamble, que ha introducido el Design Thinking para resolver sus problemas de negocio. Un buen ejemplo de ello es www.olayforyou.com que pretende guiar al cliente a través de la inmensa gama de productos de Olay mediante un cuestionario basado en escenarios. Finalmente recomienda los productos que se deben usar en función de los hábitos y características de la persona y además sugiere una rutina a medida para usarlos correctamente.
El espíritu del Design Thinking cuando se aplica al diseño de modelos de negocio o estrategias empresariales no dista mucho del concepto de experiencia de usuario, ya que se trata básicamente de eso, adaptar el negocio o la estrategia de la empresa a las necesidades de sus usuario o clientes.
El Design Thinking, por lo tanto, se puede utilizar para resolver un amplio abanico de problemas a la hora de tomar decisiones estratégicas sobre productos o servicios.
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