martes, 18 de octubre de 2011

Neuroeducación

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Hay seres con características superiores pero que no saben usarlas para mejorar su desempeño. Sin motivación, sin esfuerzo, y sin práctica poco se consigue. La educación enciclopedista que nos rige impide detectar el genio interior o aprender a gestionarlo.

El club Barcelona ofrece un ejemplo exitoso de cómo optimizar al genio que habita en cada uno, tal como afirma la reconocida teoría de las inteligencias múltiples.

Barcelona ofrece a los jóvenes un estilo de juego que aprenden, practican y mantienen desde las divisiones inferiores. Al llegar al fútbol profesional conocen el libreto de memoria y lo interpretan con los ojos cerrados. La educación a largo plazo y sistemática de las potencias naturales permite integrar y desarrollar al individuo en un todo coherente.

No se contrata a alguien por sus habilidades sino por como las aplica para satisfacer a los clientes. Sin algún tipo de conocimiento útil no se consigue un empleo decente.

La escuela de la vida. Aprender no se logra escuchando profesores sino de la experiencia, cometiendo y corrigiendo errores, informal e inconscientemente. Aprendemos naturalmente pero pretendemos enseñar artificialmente. El conocimiento sólo se pierde por muerte o accidente, es esencial para seguir vivo y para eso hay que ser capaz de gestionarlo.

Tenemos una anatomía y hábitos parecidos. La diferencia está en la capacidad de hacer, con ella no se nace se hace. El hacedor ejecuta lo que otros no quieren hacer, no son capaces de lograr o no les interesa. Se puede tener más talento natural, predisposición o facilidad pero las claves son la motivación, el entusiasmo, la perseverancia y la voluntad.

Hay un refrán que dice, “al que quiere celeste que le cueste“. Por eso resulta difícil desaprender lo aprendido, de tanto repetir se automatizan las conexiones neuronales. “No se tira un hábito por la ventana; debe salir por la escalera, escalón por escalón“.

Morir en vida. Se empieza a morir cuando se deja de aprender. Hasta una empresa es un ejemplo de aprendizaje, llegó hasta el presente porque aprendió a sobrevivir.

El futuro depende de eso. Lo que vendrá es predecible porque el hoy se parece al ayer.

Pueden suceder hechos nuevos, inéditos, inesperados para los que no se tenga respuesta. La razón es que esas organizaciones no aprendieron de sus errores o su memoria es muy débil.

De nuevo el conocimiento es la llave para los problemas y la barrera que impide avanzar si es que falta. Innovar es aprender a hacer algo nuevo, demanda horas de ejercicio o nada sucederá. No basta con saber, hay que saber hacer. Los americanos lo llaman know how.

Dios nos creó a su imagen y semejanza. Jobs fue su mejor imitador en la tierra. Mientras Julio Verne creó los libretos que concretaron las siguientes generaciones, Jobs ejecutó el futuro que imaginó y así el mundo, se enteró de lo que necesitaba. Jobs creó industrias de PC, películas, música, teléfonos, tablets, edición digital y una compañía perdurable.

Para Aristóteles, cada vida es un viaje desde la estación inicial de la posibilidad hasta la estación terminal donde se completa. Jobs no pensó en los que hacen los textos sino en los lectores a los que invitó a crear. Al transformar el mundo, demostró que podemos y nos tentó a imitarlo para alcanzar nuestra vocación. Su vida es un caso práctico de creatividad.

La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro de construir rutas neuronales a través de la educación y la experiencia. Nuestras 100.000 millones de neuronas en 5 sinapsis se pueden conectar en milésimas de segundo. Las que nunca participan se mueren.

Ego es el sustrato común que la educación reglada deposita en cada cerebro. Yo es su parte creativa. Para Einstein es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada. Hay cerebros que dejan de aprender porque pierden la curiosidad, crearon los hábitos que ahora los crean. Hay viejos jóvenes y jóvenes viejos. Verdi a los 85 años definió su longevidad creativa: -toda la vida busqué la perfección pero nunca la pude alcanzar-.

Pensamiento reproductivo o productivo. Ante los problemas reproducimos las soluciones del pasado. La educación provee conocimientos que evalúa con preguntas de memoria. Pero un problema es algo nuevo y la rigidez mental no ayuda a resolverlo.

IBM, basada en el pasado, creyó que no existía mercado para las PC. Entonces llegó Jobs un genio visionario con pensamiento productivo. Cuando en 1997 volvió a conducir Apple, cercana a la bancarrota, vio el potencial de su marca, tecnología y diseño. Explotó el diseño, revitalizó la marca, generó productos móviles que solucionaron problemas inventando el futuro. No se puede conducir un auto mirando por el espejo retrovisor.

Hace 25 años vio lo que hoy está pasando. Desarrolló productos portátiles de entretenimiento que dispararon el valor de las acciones de su compañía.

Redefinió el lenguaje corporativo de comunicación: calidad antes que rentabilidad, impecable atención al cliente y altos nivel de satisfacción. Creó PIXAR, el estudio de dibujos animados por computadora que cambió la forma de hacer largometrajes infantiles.

Con el lanzamiento iPod, el ecosistema Apple y la tienda digital iTunes logró que los usuarios pagaran por descargar contenidos en vez de piratearlos. Las discográficas se sumaron, dado que el 73% del mercado de reproductores digitales de música son iPod.

Marketing personal. Steve Jobs desarrolló la imagen del hombre que se hizo a sí mismo, sin cumplir los cánones de Wall Street: no mostraba preocupación por los balances.

Su trayectoria se equipara con la Henry Ford en la industria automotriz o Conrad Hilton el creador del concepto de hotelería cinco estrellas. La clave más poderosa fue su estilo: no trabajó por dinero; sino que lo hizo tan bien hasta lograr que le pagaran por eso.

El cerebro de los grandes genios es muy parecido al cerebro común. El caso más notable fue el de Einstein quien donó su cerebro a la humanidad para descubrir el secreto.

No se notó ninguna diferencia de hardware lo importante era el software con el que lo hacía funcionar. El cuerpo calloso que conecta los hemisferios cerebrales reflejaba un tránsito intenso de su pensamiento, del hemisferio racional y dominante al emocional y creativo.

Einstein definió la locura como hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes y dijo que la imaginación es más importante que el conocimiento.

Un error es la discrepancia entre lo que es y lo que debería ser. Se detecta en la acción, el que no hace no se equivoca pero tampoco aprende. El hombre es el animal que choca dos veces con la misma piedra. Error repetido es error malo. El error bueno surge haciendo algo nuevo. Edison inventó la lámpara eléctrica porque no repitió los 999 errores previos.

Pareto advirtió que el 20% de los factores provocan el 80% de los resultados. El error es no darse cuenta y darle igual importancia a todo. Eso lleva a correr detrás de lo urgente y no de lo importante. El feedback con la realidad impide que el error se convierta en hábito

Neuroeducación. Las personas geniales son la causa compartida entre su genio y las condiciones sociales que permitieron su despegue. Se necesita un cambio educativo que provoque una reorganización de la sociedad para que, los que no tienen esas ventajas, tengan oportunidades y un punto de partida más equitativo para llegar al éxito.

Bill Gates tuvo a su favor el número mágico para volverse muy bueno: 10 mil horas de práctica. El éxito no se logra porque uno es bueno, la práctica es la que lo consigue.

Hay eventos que permitieron a Bill llegar antes de abandonar Harvard y armar su propia empresa. Fue a una escuela secundaria privada con una terminal de computadoras en un momento en el cual pocas tenían Internet. Su casa estaba cerca de la Universidad de Washington y así tuvo acceso a una más compleja. Cuando Harvard lo aburrió decidió retirarse sin obtener su título de ingeniero. Gates es brillante, pero los golpes de suerte lo ayudaron. Había otros chicos tan brillantes como él. Es el deber del Estado nivelarlos. Como dijo Pasteur el azar sólo favorece a las mentes preparadas.

Los chicos asiáticos estudian más horas que los occidentales, condición básica para rendir en matemáticas. Su herencia cultural de trabajo duro deriva del cultivo de arroz. Según reza el proverbio chino: Nadie que se levanta antes del amanecer durante 360 días al año deja de hacer a su familia rica.

En Occidente, las vacaciones son parte de la cultura. Los niños pobres aprenden más que sus pares ricos, pero sin ir a clase, decaen por falta de estímulos. Una escuela marginal del Bronx al aumentar el 60% las horas de clase mejoró tanto el rendimiento que el 80% ingresó a la universidad. El programa se extiende ahora a todo EE.UU.

El tiempo libre es para divertirse, crear y soñar, pero debe aplicarse a descubrir al genio interior para salir del círculo de pobreza acumulando 10.000 horas de práctica. Dijo Don Quijote No hay un hombre que sea más que otro sino que hace más que otro“. El hábito hace al monje. La educación es la industria pesada de un país porque fabrica ciudadanos.

Dr. Horacio Krell Director de Ilvem, contacto horaciokrell@ilvem.com

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