"Si las preguntas no están bien
hechas, las respuestas serán malas." Esa consigna tan simple, tan elemental que
parecería ociosa y fuera de lugar en un recinto académico, y sin embargo sabia,
estuvo en la base de un par de días de reuniones de intelectuales y políticos
iberoamericanos en Brown University. ¿Cómo lograr un mundo mejor, empezando por
nuestras gentes, en un tiempo de la humanidad en que la tecnología ha destrozado
las viejas categorías de tiempo y espacio y hecho añicos muchas de las
estructuras burocráticas del pasado?
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