miércoles, 14 de diciembre de 2011

El desafío de la productividad

http://www.emprendedoresnews.com/tips/el-desafio-de-la-productividad.html  

Productividad es el cociente monetizado entre producción y los recursos que la hacen posible. A más alto coeficiente mayor productividad. Se puede producir más que otros y ser menos productivo, por tener más recursos que los necesarios o por no saber cómo usarlos.
Un hachero llega a una maderera. El capataz le da un hacha. El hombre sale a talar y en un día corta 18 árboles. Quiere mejorar su desempeño. Se acuesta temprano y se levanta antes que nadie. A pesar de su empeño corta sólo 15. Al día siguiente se levantó decidido a mejorar. Sin embargo no llegó ni a la mitad.  El último día estuvo toda la tarde tratando de tirar su 2do árbol. El veía a otro hachero que tiraba 20 árboles en medio día. Inquieto consultó al capataz quien le preguntó: – ¿Cuándo afilaste  el hacha?  -No tuve tiempo, estuve muy ocupado cortando árboles.
El error es usar técnicas para mejorar la productividad como programas coyunturales y no como una estrategia que incorpore la mejora continua como cultura y  modo de vida.
La destrucción creativa.  Al exitoso le aparecen competidores que buscan imitarlo y superarlo. Para Darwin sobreviven quienes se adaptan al cambio. Schumpeter afirmó que el capitalismo es un método de sustitución de lo nuevo por lo viejo, donde los innovadores conquistar mercados, mejorando la calidad o el precio de los viejos productos.
Bill Gates a los 19 años vendió el sistema operativo DOS que hacía funcionar la PC  a IBM. No era un producto innovador; sino el rediseño del sistema que compró. El éxito fue combinar una idea creativa, curiosidad por aprender y habilidad para actuar. Cuando Dios creó al mundo dejó cosas sin terminar. En lugar del pan, la naturaleza da trigo; en vez de ladrillos la tierra  brinda arcilla. Nosotros debemos producir el pan y los ladrillos.
El creador innovador es el mejor imitador de Dios en la tierra y su socio en el proceso de la cocreación. No observa pasivamente, cree con  fe emprendedora que lo definitivo es momentáneo,  reconfigurable y virtual por excelencia. No viene del pasado, retrocede desde el futuro y convierte los sucesos en tareas que inventa para operar sobre la realidad. Someterse al pasado es renunciar al presente, sin enriquecerlo con la renovación. Sobrevive el que se destruye a sí mismo, cambiando antes de que lo supere un innovador.
Institucionalizar la productividad. Productividad es lograr más con lo que se tiene, es administrar el cambio, tomar conciencia, alentar, difundir, monitorear, asistir, compilar nuevas técnicas, transferir un éxito de un sector a otro. La productividad no se delega, su éxito depende de la participación. Efectividad es obtener  resultados, eficiencia es hacerlo con menores costos respetando la calidad y la cantidad. Calidad es cumplir las pautas: la  cantidad estipulada y puntualidad en los plazos. La calidad en el trabajo estimula el espíritu, inspira el crecimiento, el desarrollo personal y ayuda a alcanzar las metas.
Lo mejor y lo peor en materia de productividad
Mejor    Liderazgo
Participación  
Reconocimiento  
Comunicación
Orgullo 
Cooperación       
Metas comunes
Productividad  
                       
 PeorAnarquía
Egoísmo
Falta de apreciación
Incomunicación
Baja moral
Presión excesiva
Desorientación
Estancamiento
La ley 80/20.  La calidad mejora el desempeño porque hace producir sin defectos que luego habría que reparar. Controles estadísticos previos y no inspecciones, just in time, círculos de calidad son métodos de calidad,  que es la fuerza impulsora de la productividad.
Pareto descubrió que en cualquier área el 20% de los factores producen el 80% de los resultados. Hacer palanca sobre los mínimos vitales  permite lograr más en menos tiempo. Actuando así, una persona se hace más efectiva, productiva, competitiva y feliz.
No se trata usar la fuerza bruta, sino de deshacerse de lo inútil, ser más efectivo y evitar la ley de los rendimientos decrecientes. Son errores comunes creer que todos los clientes son iguales, que todo ingreso por ventas es bueno, que todos los empleados aportan el mismo valor, que todas las actividades son necesarias, que hay un equilibrio entre causa y efecto.
Actividades que hacen perder tiempo:
1. Cosas que otros quieren que usted haga   2. Cosas que siempre  hace igual
3. Cosas en las que no tiene habilidad          4. Cosas que no  disfruta
5. Cosas que siempre son interrumpidas       6. Cosas que le interesan a poca gente
7. Cosas que se demoran demasiado           8. Cosas en las que es mediocre o no confiable
9. Cosas que tienen un ciclo predecible        10. Contestar el teléfono y escribir mails
 Actividades que aportan mucho valor:
1. Cosas que promueven su misión personal 2. Cosas que siempre quiso hacer.
3. Cosas del 20% que aportan  el 80%          4. Innovaciones que lo hacen ser más eficiente
5. Cosas que le dicen que no podrá hacer      6. Cosas que otros hicieron con éxito
7. Cosas que usan su propia creatividad        8. Cosas que puede delegar con baja inversión
9. Cosas en las cuales su gente es excelente 10. Cosas que tiene que hacer ahora o nunca.
El principio de asociatividad.  Una disposición para agruparse existe desde los albores de la humanidad. Del trabajo común surgió la fabricación de herramientas y el trabajo organizado. De esa comunión nació el lenguaje, que perfeccionó al cerebro primitivo heredado del reptil y del mamífero. El trabajo en equipo construyó el lazo social y tuvo una función económica. Adam Smith asoció la productividad laboral y la división del trabajo:
Un obrero  adiestrado si trabaja solo, apenas  hace un alfiler al día. Pero dividida la tarea uno estira el alambre, otro lo endereza, uno lo corta en trozos iguales, un cuarto hace la punta. El trabajo se divide en  18 operaciones. Una pequeña fábrica producía 4.000 alfileres por obrero, 10 personas podían hacer cada día, más de 48.000 alfileres, cuya cantidad dividida entre 10 corresponde a 4.800 por persona. Hoy la diferencia es mayor, se pueden fabricar 800. 000 alfileres diarios,  con mayor productividad por hora de trabajo, ya  que la jornada laboral es más corta.
Dilemas de competitividad y productividad. La competencia se conecta con el país donde se vive. Si el estado de la cancha nacional es malo, tiene pozos o barro, no se puede competir con empresas extranjeras que operan en excelentes estadios.
Para ser competitivo internacionalmente y exportar hay que tener precios bajos y eso requiere productividad, es decir costos bajos. Muchas empresas buscan radicarse en países con bajos costos salariales. Por otro lado los salarios bajos generan tensiones sociales y las empresas también sufren en países baratos. China, por ejemplo, les copia los productos y luego los exporta, así que podríamos estar alimentando al enemigo.
Otro error es apreciar la moneda lo que favorece los productos importados, porque se reduce el costo de las importaciones y se encarece el costo de la producción nacional.
La solución es ser capaz de innovar, sin importar ideas y tecnología, para poder sacarle ventajas al resto. El mercado mundial es nuestro mercado local. Debemos competir no sólo con el competidor local sino con el internacional. La competitividad es un factor clave y para ello, sirve interpretar el mercado con planteos que creen ventajas competitivas.
La competitividad  no se mide por los recursos naturales, que son ventajas comparativas. Se pueden poseer riquezas naturales pero ser improductivos. La competitividad mide creatividad, apertura económica, solvencia, clima para los negocios, tecnología, etc.
Es difícil ser competitivo en países con alta corrupción, impuestos regresivos, leyes laborales desventajosas, tarifas y créditos caros e inseguridad jurídica.  Instituciones y políticas tienen un rol clave en la productividad si proveen incentivos para innovar y una eficiente asignación de recursos. Cuando el estado favorece a empresas improductivas estas producen más pero rebajan la productividad global de la economía.
Conocer la verdad. Hay gente que odia competir y compararse. Pero un ser competitivo se supera constantemente, rinde más, aumenta la creatividad, promueve su crecimiento y  autoestima y eso lo lleva a sentirse realizado.  Ser competitivo es la punta del iceberg. Lo que lo hace posible es saber lo que se  quiere y tener la valentía de luchar por eso.
El pez es el último en darse cuenta que el agua existe, ya que es su medio natural, ciertas costumbres generan  mediocridad.  Compararse a modelos de excelencia –benchmarking-  permite descubrir las mejores prácticas y hacerlas propias. El proceso implica: 1) ¿Qué mejorar? 2) ¿Cómo elegir el modelo? 3) ¿Cuál es la distancia?  4) ¿Cómo cerrar la brecha?
Elegir el modelo es crucial para comparar costos, tiempo y  calidad y lograr competitividad:
1) Aprender a administrar el tiempo y la mente. 2) Saber qué es lo valioso. 3) Tener objetivos claros, ser proactivo y no reactivo.4) Sostener un crecimiento personal continuo. 5)  Dominar técnicas de resolución de problemas y toma de decisiones. 6) Desarrollar la creatividad. 7) Saber influir y motivarse 8)  Conseguir que se hagan las cosas. 9) Saber delegar y controlar. 10) Capacitar a la gente. 11) Armar equipos competitivos.
Si la rutina domina se olvida de mejorar la capacidad, que no es cuestión de trabajar más sino mejor. El saber, el querer y la voluntad unidos a los métodos construyen la riqueza. Debemos aprender a cambiar. El aprendizaje facilita el adquirir y aplicar destrezas.
La capacitación nos permite afilar el hacha y superarnos en un viaje sin retorno. La educación es la industria pesada del país porque es la que fabrica ciudadanos.
La gestión de la innovación. El desafío de la productividad involucra individuos, empresas y países. Un escenario complejo es el de las Pymes, es difícil ser competitivo ante monstruos que dominan el mercado. Esa debilidad puede convertirse en fortaleza.
Goliat estaba tan confiado en su tamaño que David le pareció inofensivo y David sabía muy bien que podría pegarle porque Goliat era demasiado grande como para fallar el golpe.
Retcambio es un reto a lo obvio para obtener grandes resultados a través de una transformación intrapersonal, interpersonal, gerencial y organizacional. Es romper con el sentido común, para obtener el menos común de los resultados… un milagro.
Dentro de un país deben existir individuos y empresas competitivos, para crear la pirámide de la competitividad nacional en el mercado global. Un país no puede ser competitivo si sus individuos y empresas no lo son, no quieren serlo o no saben cómo.
Parte del éxito se conecta a la cultura que influye en la forma de pensar y de actuar. La competitividad global es un estadio ideal, que demanda formación y el compromiso desde la base. Un país es competitivo si todos los que lo integran lo son y se compenetran del desafío de retar al cambio. Para alcanzar competitividad es necesario trabajar desde abajo, son los individuos los que deben adquirir los compromisos y los retos para cambiar y mejorar. La innovación es la herramienta para conquistar mercados, pero a la vez la más riesgosa porque es una aventura a lo desconocido y un juego de azar. Einstein se equivocó al decir que Dios no juega a los dados. El futuro no existe, por eso debemos inventarlo.
Dr. Horacio Krell, CEO de ILVEM.  horaciokrell@ilvem.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario