Algunos estudios sugieren que ver deporte ejercita los músculos. (Corbis)
Rocío Mayoral
09/01/2012
(06:00h)
Hace unos días, veía una competición deportiva junto a unos
‘expertos’ y uno de ellos dijo a su mujer, que siempre le acompaña al
estadio: “¿Y tú que sabes? No entiendes. Nunca has jugado”. Está claro que esa persona no conoce que la ciencia sí avala la opinión de ella….¿Y qué dice la ciencia? Pues que para saber y mejorar en un deporte no es sólo necesaria la practica… También se aprende observando. O al menos eso señalan los estudios más recientes.
Una investigación con neuroimágenes realizada por J. Decety, profesor de neurociencias en la Universidad de Chicago ha demostrado que las regiones cerebrales necesarias para el aprendizaje motor se activan solo con observar una acción o imaginar un movimiento. Además concluyó que estas áreas que activa el cerebro son las mismas que cuando realmente se ejecuta la acción. Así que desde un punto de vista cerebral un ejercicio físico se aprende igual cuando lo practicamos y cuando lo observamos. Interesante resultado.
Y esto ¿por qué sucede? A través de numerosos estudios hemos sabido que al observar una acción el cerebro tiende a imitarla espontáneamente. Esto explica por qué a veces nos sorprendemos copiando movimientos que hacen otros. Cuando movemos la boca al dar de comer a un bebé o cuando ‘damos pases’ o ‘corremos’ mientras vemos un partido y acabamos agotados; claro que al cansancio ayudan la emoción y la tensión por el resultado.
Y sabemos que al imitar una acción, aunque sea mentalmente, el cerebro la entrena y la fija igual que si la practicásemos realmente. Así que es cierto. Las horas dedicadas a ver deporte ayudan no sólo a saber más. En muchos casos también a jugar mejor. Parece entonces que la ciencia avala la opinión de la mujer “del experto futbolero”… aunque no haya jugado nunca.
Ejercicio mental
Pero ¿y si además de observar nos ejercitamos mentalmente en la práctica motriz?, ¿podría mejorarse también el desempeño deportivo y las habilidades físicas mediante la ejercitación mental? Pues parece que sí. A este respecto, la investigación ha aportado datos sorprendentes.
Aunque parezca increíble la práctica mental produce efectos perceptibles en la mejora de las destrezas físicas. En un estudio realizado por el Dr. Ranganathan, de la Cleveland Clinic Foundation, se demostró que el entrenamiento mental puede mejorar la fuerza muscular y la velocidad de movimiento. 30 individuos imaginaron la máxima flexión posible en uno de sus bíceps. Tras 12 semanas de práctica incrementaron en un 13,5 % su fuerza muscular y conservaron este aumento de fuerza varios meses después de interrumpir el ejercicio mental. Increíble. ¿Podrían abrir estos resultados nuevos horizontes en la práctica deportiva?
Otras investigaciones han demostrado que el entrenamiento mental prolongado puede originar importantes cambios fisiológicos. Algunas de ellas confirman que personas que practicaron mentalmente ejercicios con las piernas incrementaban su ritmo cardiaco y respiratorio como si realmente efectuaran esos movimientos.
Estos estudios son relevantes sobre todo para el mundo del entrenamiento deportivo. A raíz de sus resultados muchos métodos pueden ser avalados. Otros debieran ser enfocados con una óptica diferente. Claro que la práctica es imprescindible en el deporte. De eso no hay duda. Pero la investigación ha demostrado algo crucial: que la observación, el entrenamiento mental y la visualización de la práctica también lo son y que mejoran de manera objetiva la competencia deportiva. Quizás ésta sea una mala noticia para aquellos a los que no les gustan las charlas tácticas porque la investigación refrenda la importancia de visualizar la estrategia, desplazamientos, fallos… Pizarra, proyectores…y silla son fundamentales. Un entrenamiento eficaz debiera mover primero el cerebro, después los músculos... La ciencia lo avala.
Este conocimiento también podría tener implicaciones de cara a otras destrezas físicas más allá del deporte, como el baile, teatro… Quizás incluso en pintura y el dibujo. También debieran extraerse derivaciones en educación. Aprender partiendo de la observación es más fácil que hacerlo a partir de descripciones verbales por precisas y detalladas que éstas sean.
A raíz de resultados como los presentados hoy en día también se investiga acerca de cómo la ejercitación en formación de imágenes mentales podría ser útil en personas mayores. V. Ranganathan realiza estudios para confirmar la eficacia del entrenamiento mental en el mantenimiento de la fuerza muscular en ancianos y llegar a utilizar los resultados en pacientes víctimas de accidentes cerebrovasculares o con afectación de la médula espinal.
A través de estudios como éstos queda abierto un interesante campo de investigación en busca de aplicaciones cada vez más prácticas. Algunas conclusiones parecen increíbles. Sobre todo aquellas que hablan de cambios musculares y fisiológicos tras la práctica mental. Pero de desarrollar algún músculo mediante la visualización pasiva frente a la tele la ciencia no dice nada… de momento. Adelgazar o desarrollar un cuerpo como el de Nadal sin movernos del sillón parece que todavía queda lejos. Quizás en un futuro…
No hay comentarios:
Publicar un comentario