http://www.pilarjerico.com/lo-esencial-es-invisible
En
una encuesta realizada hace años en Francia, el 89% de los
participantes reconocieron que el hombre necesitaba encontrar un sentido
a su vida y es probable que actualmente nos enfrentemos a un vacío
existencial. Para evitarlo, lo rellenamos con aquello que después
tememos perder, ya sea juventud, belleza, una casa envidiable o un
puesto de prestigio. En definitiva, creemos que nuestra identidad y
nuestra valía personal dependen del tener, que no del ser. Y ese es el
origen de nuestros miedos. Difícilmente
podremos perder lo que somos, pero sí lo que poseemos; y, sin lugar a
dudas, perder la juventud es ley de vida. Quizá nos hemos empeñado en
buscar la felicidad donde no se encuentra. Si pensamos en quiénes han
sido relevantes para nosotros, no destacaremos a los más atractivos,
sino a los que nos han querido tal y como somos, con nuestros defectos y
nuestras arrugas. Aquellos que nos han hecho sentirnos importantes y
únicos. Antoine de Saint-exupèry, autor de El principito, lo resumía del
siguiente modo: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Y qué razón
tenía. La auténtica belleza no puede verse y todos podemos aspirar a
ella, independientemente del cuerpo que tengamos. En la medida en que
sepamos aceptarnos, reconocer nuestros límites, asumir que no podemos
luchar contra el tiempo y, lo que es más importante, aprendamos a
querernos tal y como somos, seremos más felices.
Pilar Jericó es directora general de Be-up y escritora.
Publicado en El País, 12/12/11
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