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Neurotécnicas para los que tienen reloj y nunca tienen tiempo.
Según
la Declaración Universal de los Derechos Humanos tenemos derecho al
tiempo libre para gozar de actividades que faciliten el desarrollo, como
recreación, descanso, formación, vida social y tiempo creativo. El buen
uso del tiempo no suele ser la regla sino la excepción. Sin ese valioso
recurso se precipitan el estrés, la ansiedad y la depresión.
En
la Grecia antigua los filósofos definían al tiempo libre como el que
dedicaban a reflexionar sobre la vida, la ciencia y la política. Hoy el mismo concepto abarca momentos asociados a la noche, eventos culturales y sociales, a la práctica de algún deporte, etc.
Este tiempo es discrecional, a diferencia del tiempo reglado,
y varía de persona a persona según la percepción de lo que es divertido
o placentero. Si no lleva impresa una identidad y un sentido se torna
aburrido. Para algunos estudiar no es tiempo libre, para otros sí.
En
esencia es el que nos permite crecer, aprender, descansar y recuperar
fuerzas; en definitiva enriquecernos. Aumenta en los fines de semana o
vacaciones, momentos ideales para abrirse a nuevas aficiones, leer o
hacer planes en familia o con amigos.
Su triple objetivo es el
descanso, la diversión y el desarrollo. Hay que evitar la pérdida de
este bien siempre escaso que se obtiene trabajando con esfuerzo en la
semana. Administrar el tiempo no es un don natural con el que nacimos:
debemos aprenderlo.
Neurotiming y performance. La
ley de los rendimientos decrecientes nos afecta. El cansancio crea
productividad marginal declinante. El estrés estimula pero se convierte
en distrés al superar cierto límite. Cualquier actividad puede ser
estresante, Aristóteles decía que la virtud está en el término medio. Los
esclavos acarreaban piedras por el desierto. Hoy las presiones afectan
la salud y el bienestar. La tecnología es como el grillete medieval.
Estar conectados on line impide
tener esas pausas reparadoras y tan necesarias. Podemos cerrar los ojos
pero no las orejas. Esto impide lograr el tiempo libre para renovarnos y
cargar las pilas. La conectividad eleva el nivel hormonal y responder
con cafeína, alcohol y otras drogas impide que actúen las endorfinas,
los remedios que produce el mismo cerebro.
Durante el sueño el
hemisferio izquierdo dominante descansa e irrumpe el derecho con nuevas
ideas. La cama, el baño y el colectivo son los lugares de las mejores
ideas. Dar o darse el tiempo para el relax y para romper con la
autocrítica por no hacer nada es comprender el error de una cultura que
nos hace muy duros con nosotros mismos.
Dos hacheros trabajaban
duro. Uno cortaba 8 árboles por día en 8 horas, el otro cortaba 6 y
trabajaba 12. Es que el primero aprovechaba el tiempo libre para afilar
el hacha.
Hipotecar el tiempo libre futuro. El
tiempo libre decrece en los que ganan menos, que suelen ser los que no
estudiaron. La educación privada es cara y muchos jóvenes no estudian ni
trabajan. En los disturbios estudiantiles de Chile la juventud advirtió
que está perdiendo la esperanza. Los NINI son también SINSIN: sin
oportunidades y sin trabajo. Chile es el país de la OCDE con mayor
desigualdad en la distribución de la riqueza. El 15% de la población
acumula el 51% de los ingresos. Para estudiar los alumnos toman créditos
que pagan durante 15 años, luego de graduarse. Países como Finlandia
resolvieron el problema de la equidad haciendo de la educación y la
igualdad de oportunidades políticas de estado. Todos reciben igual
educación sin importar su cuna. Ahora es urgente tratar el tema la
calidad. Entre los indignados españoles abundan los profesionales sin
trabajo.
El sano egoísmo. El tiempo libre es
esencial psicológica y biológicamente. Es preciso estar bien con uno
mismo para estar bien con los demás. No solo de pan vive el hombre. Si
la relación carga-beneficio es negativa empeoramos. Si es positiva el
efecto es inverso. No controlar el tiempo rebaja la calidad de vida,
provoca alteraciones del sueño, nerviosismo, ansiedad, melancolía,
depresión, dolores, palpitaciones, acidez gástrica, alteraciones
digestivas, dolores de columna. Desarrollar proyectos personales y
emociones positivas, el humor, el juego, la diversión, los amigos y la
familia son los antídotos.
A quién no le gustaría no ir mañana al
trabajo sin tener que dar excusas. La mayoría carece de tiempo libre y
muchos que lo tienen no saben disfrutarlo. El Barómetro de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina
midió el tiempo libre en 5.862 adultos. 6 de cada 10 dicen tener poco o
nada de tiempo libre y el 30% asegura que no puede disfrutarlo. Se
trabaja demasiado: 10 horas diarias más 2 horas de viaje. La mujer debe
atender también las tareas del hogar. La carencia es mayor en individuos
con edades económicamente productivas.
Está bien visto estar ocupado.
La falta de tiempo libre incluye a los que no tienen otra alternativa
que trabajar mucho para subsistir y a los que pudiendo trabajar menos
prefieren no hacerlo. Tener mucho tiempo libre no está bien visto, la
vida activa es un valor sobredimensionado. Para los encuestados queda
bien tener mucho que hacer.
A mayor nivel socioeconómico se puede
tener menos tiempo libre o autoexplotarse por situaciones de pobreza y
empleos improductivos. En la clase media el multiempleo es el motor de
progreso, una elección y una motivación familiarmente valorada. Otros no
pueden estar sin hacer nada. De cualquier modo alejarse de amigos y
familia, es foco de tensiones.
Un espacio para el tiempo.
Antes que Euclides lo inventara el espacio era inseparable de la
materia. Euclides inventó el concepto de espacio abstracto. Su geometría
inspiró a los científicos posteriores, en especial a Einstein.
El espacio vale más si está vacío, pero existe el horror al vacío. Aristóteles creía que la naturaleza lo aborrecía. Muchos no descansan hasta completarlo. Por siglos se retrasó la idea de Demócrito que los átomos se mueven en el vacío hasta que Einstein mostró que es el substrato de lo real, no su rival y una forma de solucionar los problemas energéticos.
LaoTse dijo que se
agujerean puertas y ventanas para hacer la casa, y la nada es lo que
más sirve. En lo que tiene ser está el interés, pero en el no ser está
la utilidad. Para los orientales el vacío es la realidad profunda, occidente tardó mucho tiempo en descubrirlo.
El vacío matemático. Cero
viene de vacío, de la ausencia de la cantidad que muestra la presencia
de una ausencia. Esa operación mental se produjo en India. Mientras
tanto Occidente lo despreciaba. Todo está lleno de vacío. Los átomos
fabricaron las estrellas, que al explotar los liberaron para formar la
materia. El temor al vacío deriva del miedo a la muerte. Por eso
corremos para llenarlo y está mal visto tener tiempo libre. Ese algo que
es nada tiene energía y genera cosas con partículas subatómicas de
signos opuestos. En el vacío el espacio se recrea. Detrás del efecto
está la causa que lo genera.
Llenar el vacío. Lo que no se usa se pierde ¿Para qué tener lo que no usamos? Sin vacío de tiempo libre no conoceríamos gente, ni cambiaríamos de trabajo. Llenándolo
con basura no habrá prosperidad. Es preciso el vacío para que la
novedad llegue. Sin vacío la mente no crea. El vacío atrae lo que se
desea. Cargarse con cosas inútiles lo clausura. Los bienes deben
circular. Guardar no es administrar que es conseguir, es justificar la
inacción, el creer que mañana algo faltará y no sabremos cómo cubrir
nuestras necesidades.
Necesitamos concebir el mundo como una
torta muy grande a repartir y formas diferentes de hacerla crecer, que
nadie es imprescindible, que lo mejor está siempre por venir. No hay que creer en que “esto es lo que hay”, “así son las cosas”, “lo que te toca vivir”. Hay que quedarse con lo que se anhela, sin miedo a despegarse de personas, cosas, ideas, trabajos, y lugares. No hay nada estático, todo va y viene. Algunos se asustan, pero en la dificultad aflora el talento. La historia la escriben los que ven en el vacío la imagen de lo que serán.
La
autoestima -el amor por uno mismo- llena el vacío del alma, nos mejora y
atrae personas y recursos valiosos. Implica cumplir las promesas. La
rebaja de autoestima la confirma una voz interior que nos recrimina por
el autoengaño. Hay que aceptarse para luego progresar adoptando los
hábitos de las personas altamente efectivas. Lo que se acumula, las
relaciones muertas, los afectos dormidos, los odios vivientes; son
costos de oportunidad. En términos económicos espacios y tiempos mal
ocupados que clausuran alternativas mejores.
El vacío no se llena
porque el universo está en continua expansión. Llenemos el vacío con
ideas valiosas. Son las buenas ideas, que no ocupan espacio, las que
conducen a un futuro mejor. Mahatma Ghandi lo dijo: “rico no es el que más tiene sino el que menos necesita”.
Slow Down. Es
aprender a avanzar despacio para llegar antes, cambiar el “Time is
money” y “Más es mejor”, por el de hacer las cosas lentamente y bien.
Estrés, cerebro quemado, fatiga crónica y depresión derivan de la sobre
estimulación y de la sobre agenda. Los cultores de la marcha lenta no se
detienen, hacen todo al ritmo correcto. Trabajar para vivir es el lema.
Reivindican la cultura local, la biodiversidad y el buen uso de la
tecnología.
Hace tiempo me escribía un argentino que vive en Suecia: Una
regla es que cualquier proyecto aquí demora 2 años, aunque sea
brillante. La urgencia no surte efecto, los suecos debaten, se reúnen y
trabajan con Slow Down. Esto da resultados, conjugan madurez con
tecnología. Suecia tiene 2 millones de habitantes y Estocolmo
500.000. Volvo, la empresa en que trabajo, fabrica motores para los
cohetes de la NASA. No conozco un pueblo, que posea más cultura
colectiva. Cuando llegué, un colega que me acercó a la Volvo dejó el
auto muy lejos de la entrada. Le pregunté por qué dejaba el auto allí
y me dijo: Como llegamos temprano tenemos tiempo para caminar, y quien
llega tarde encontrará así un lugar cercano. Fue suficiente para que yo
revisara todos mis conceptos.
El tiempo es el recurso más democrático. Disponemos
de 24 horas diarias pero la ecuación hombre tiempo ya no cierra. Esto
sugiere que hay que priorizar los valores de familia, amistad, tiempo
libre, el presente concreto al abstracto, la simpleza de vivir en un
ambiente alegre y hacer mejor lo que se sabe hacer. Dejar de correr para
terminar en el mismo lugar, para morir después de un infarto, olvidando
de vivir en el tiempo real que es el presente. Todo nos invita a vivir
acelerados, las marcas presentan su temporada de invierno en verano, la
ciudad no duerma para fomentar el consumo. Proliferan la obesidad, la
felicidad aplazada para obtener ese placer futuro que nunca se alcanza.
Slow
Down lucha contra la tiranía del reloj. Es vivir con modestia y pensar
con grandeza consumir menos, tomar conciencia que los horarios extremos
amenazan la salud, la familia y las relaciones ¿Es necesario vivir
acelerado y ganar dinero para no gozar del presente?
Educar la mente. Vivir
a mil desconecta los sentidos de la conciencia, la tensión mata, la
creatividad muere. Se corre sin dominar los métodos facilitadores de la
acción. Los que saben administrar su tiempo logran una capacidad plena.
Valorizan la lectura y las ideas, caminan más, cocinan recetas de
principio a fin, relatan cuentos a sus hijos, practican deportes, pasan
más tiempo con amigos.
John Lennon dijo una vez que la vida es lo que pasa mientras seguimos haciendo planes. Neurotiming es la estrategia para que la vida no se nos escape sin que la podamos vivir.
Dr. Horacio Krell Director de Ilvem, contacto horaciokrell@ilvem.com
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