Me resulta sintomática la cara con que me miran mis alumnos cuando les propongo ejercicios en los que deben contarme las razones por las cuales se ven muy contentos en un día de Fin de Año porque han alcanzado todas las metas que se habían fijado para ese año.
Puede que ello suceda porque deban ponerse a pensar metas anuales, tema que no estaba en sus planes inmediatos. Pero la razón fundamental que le adjudico a dichas expresiones, incluso a algunas de risa y de miradas pícaras, es que desconocen que “si desean cambiar un sistema humano hoy, primero cambien su futuro”, ya que este principio sugiere que el vehículo más potente para transformar los sistemas humanos es nuestra proyección de una imagen futura. Por lo expuesto, les sugiero a los muchos jóvenes emprendedores que perciben tener un “bichito en su interior”, que para lograr ser lo que desean, deben preguntarse cómo serán dentro de diez años: piensen dónde estarán en ese momento y con quiénes, cuál será su aspecto, su entorno, qué harán a lo largo del día o de una semana normal y corriente. Evoquen la imagen y formen parte de ella. Expláyense libremente en la descripción de esa visión de sí mismos, y graben bien sus impresiones.
Esta forma de visualización ideal del futuro es una forma poderosa para establecer las condiciones reales de transformar sus propios futuros.
Históricamente, hemos usado el hemisferio izquierdo, el lógico.
Aliento a los emprendedores a desarrollar la imaginación y la visualización utilizando el hemisferio derecho, el de las imágenes, la intuición, la imaginación y la creatividad. No nos olvidemos que Albert Einstein, por ejemplo, descubrió la Teoría de la Relatividad nada más y nada menos que visualizándose viajando en un rayo de luz.
En línea con lo anterior, todo aprendizaje requiere de mucha práctica y es el ensayo mental el que amplía las oportunidades de ejercitar las competencias de liderazgo. Este es un proceso que comienza a partir de un minucioso examen de cada uno y del grupo al que pertenece, buscando consonancia entre las expectativas individuales con los sueños de todos los individuos del grupo, pudiendo esbozar una imagen futura conjunta.
Pensando nuevamente en Einstein, sería muy bueno que siempre tengamos presente aquella expresión que decía que “la mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un sirviente fiel. Hemos creado una
sociedad que honra al sirviente y ha olvidado el regalo”. Aprendamos a utilizar el regalo!.
Puede que ello suceda porque deban ponerse a pensar metas anuales, tema que no estaba en sus planes inmediatos. Pero la razón fundamental que le adjudico a dichas expresiones, incluso a algunas de risa y de miradas pícaras, es que desconocen que “si desean cambiar un sistema humano hoy, primero cambien su futuro”, ya que este principio sugiere que el vehículo más potente para transformar los sistemas humanos es nuestra proyección de una imagen futura. Por lo expuesto, les sugiero a los muchos jóvenes emprendedores que perciben tener un “bichito en su interior”, que para lograr ser lo que desean, deben preguntarse cómo serán dentro de diez años: piensen dónde estarán en ese momento y con quiénes, cuál será su aspecto, su entorno, qué harán a lo largo del día o de una semana normal y corriente. Evoquen la imagen y formen parte de ella. Expláyense libremente en la descripción de esa visión de sí mismos, y graben bien sus impresiones.
Esta forma de visualización ideal del futuro es una forma poderosa para establecer las condiciones reales de transformar sus propios futuros.
Históricamente, hemos usado el hemisferio izquierdo, el lógico.
Aliento a los emprendedores a desarrollar la imaginación y la visualización utilizando el hemisferio derecho, el de las imágenes, la intuición, la imaginación y la creatividad. No nos olvidemos que Albert Einstein, por ejemplo, descubrió la Teoría de la Relatividad nada más y nada menos que visualizándose viajando en un rayo de luz.
En línea con lo anterior, todo aprendizaje requiere de mucha práctica y es el ensayo mental el que amplía las oportunidades de ejercitar las competencias de liderazgo. Este es un proceso que comienza a partir de un minucioso examen de cada uno y del grupo al que pertenece, buscando consonancia entre las expectativas individuales con los sueños de todos los individuos del grupo, pudiendo esbozar una imagen futura conjunta.
Pensando nuevamente en Einstein, sería muy bueno que siempre tengamos presente aquella expresión que decía que “la mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un sirviente fiel. Hemos creado una
sociedad que honra al sirviente y ha olvidado el regalo”. Aprendamos a utilizar el regalo!.
* ingeniero agrónomo, especializado
en temas de emprendedurismo,graduado del MBA de la Universidad ORT.
Se ha desempeñado como docente
de actitud emprendedora y
comportamiento organizacional
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