Manifesto Insomne
1
No
escuches a los demás. Ignóralos. El mundo está lleno de gente que dirá
que tu idea no va a funcionar, que no es más que un sueño y que las
empresas que triunfan tienen una receta secreta del éxito y mucho dinero…
así que lo mejor que puedes hacer es seguir trabajando duro para otro,
esperado a que llegue la ocasión, a que llegue tu momento ¿no?
Pues tengo malas noticias. Tu momento no va a llegar. Tu momento ya ha llegado. Si, hay una terrible crisis que está devastando el mundo, poniendo patas arriba el orden establecido y derribando algunas de las empresas más reverenciadas… lo que en realidad son estupendas noticias para ti, que crees que se pueden hacer de otra forma las cosas. Las reglas de antaño ya no sirven, y hoy en día una pequeña y valiente empresa con hambre y voluntad para cambiar el mundo puede hacerlo. La clave no es intentar ser mejor que los demás. La clave es ser diferente.
Tu tienes una idea, algo que desde hace algún tiempo está royendo un rincón de tu mente… ¿Deberías dejarlo todo y lanzarte en pos de tu sueño? Si, sin dudarlo…¿que es lo peor que te puede pasar? Pero ten claro que los sueños no se cumplen porque sí. No va a ser fácil. Los sueños se hacen realidad trabajando duro, pero sobre todo, trabajando inteligentemente, y poniendo toda tu pasión en lo que haces. Trabajar 1.000 horas al mes no sólo no te ayudará a llevar al éxito tu idea, sino que con toda probabilidad acabará contigo por el camino. ¿Tiene sentido morir construyendo tu sueño?.
Ha pasado ya la época donde para triunfar la clave era trabajar más duro y más tiempo que los demás. Esa vía se ha agotado, porque ya no es algo diferente. Lo están haciendo todos. ¿Quiere eso decir que deberías "tomártelo con calma" y dejarte llevar? Ni mucho menos. Quiere decir que el trabajo duro es sólo un ingrediente más, uno de los muchos ladrillos sobre los que debes construir tu empresa. La clave es tener muy claro que debes trabajar en las cosas correctas y pensar antes de actuar.
Por el camino te vas a encontrar a muchas personas negativas, gente de la que debes alejarte. Gente que te dirá que no se puede. Que otros ya lo intentaron y fracasaron. Que tu sueño ya se le ocurrió a otra persona seguramente. Que hoy en día están muy mal las cosas… Y todo eso es cierto. Pero no los escuches. O mejor, escúchalos, interioriza bien cada una de sus palabras, utilízalas como combustible para poner a prueba una y otra vez tu proyecto.. pero no te dejes arrastrar. Donde ellos ven riesgo hay oportunidad. Lo peor que te puede pasar es que te equivoques persiguiendo tu sueño. ¿Cuál es la alternativa? ¿El fracaso? ¿La vida que llevas ahora, tranquila y aburrida? Lo importante del fracaso es que te hace más fuerte. Te enseña a levantarte de cada caída. A ver el lado positivo de lo que has aprendido. A crecer.
En éste nuevo mundo nuevo la clave ya no es la planificación. Quizás lo fuera hace 5, 15 o 50 años, pero ahora no lo es. Es imposible prever en éste nuevo mundo qué pasará dentro de 3 años. De hecho es imposible prever qué pasara la semana que viene.. así que, ¿por qué preocuparse en planificar? No me malinterpretes, no se trata de dejarlo todo al azar, se trata de comprender que planificar no es ya una tarea anual, sino que es algo que sucede en cada minuto y con cada decisión que tomas. No es el mapa, es la brújula. Deja de intentar trazar el rumbo como si lo conocieras perfectamente. Nadie lo sabe. Mejor crea una empresa que sea capaz de cambiar su dirección y pivotar. No una vez. Ni dos. Todos los días. El nuevo plan estratégico se llama “hacer que las cosas sucedan”.
En éste nuevo mundo la clave reside en la ejecución. Una ejecución rápida, flexible, adaptable, y sobre todo, inteligente y frugal. Ese es el termino que modela nuestrofuturo: frugalidad.
No se trata de no usar recursos, ni de ser "barato". Se trata de
diseñar cada tarea con los recursos mínimos absolutamente necesarios,
con la simplicidad en la mente. La perfección, como decía Saint-Exupèri,
sucede cuando ya no hay nada más que quitar… porque en éste mundo lleno
de navajas suizas multiusos, de productos con cientos de funciones que
nadie usa el secreto es la simplicidad. Y la velocidad. No lo olvides.
Habrá muchos que te dirán que la única métrica del éxito es cuanto factura tu empresa. Que o creces o mueres. El tamaño lo es todo, ¿no?. Una buena empresa es una empresa eficiente, ¿no?. En absoluto. La eficiencia es tu principal enemiga. El día que te descubras pensando más en la eficiencia que en el cliente o en el producto, será el principio del fin. Puede que tarde años, pero llegará. No nos podemos permitir el lujo de crear bien engrasadas maquinarias diseñadas para producir eficientemente…
Éste nuevo mundo necesita un poco de caos, un poco de entropía en todas las organizaciones que alimente su flexibilidad y capacidad de adaptación. Una organización estática y eficiente es una organización muerta, donde la creatividad y las ideas diferentes son perseguidas…¿al fin y al cabo, que hay menos eficiente que la innovación?. No, la organización que triunfará en éste nuevo mundo es una organización líquida, en el que las personas y no los cargos la definen, que persigue y condena la burocracia y celebra la diversidad. Una empresa donde lo que importa no es cuanto trabajas, sino lo que consigues. Donde la clave es seguir creando cada día. No es una organización fácil de dirigir… pero nadie dijo que fuera fácil.
Y el centro de éste nuevo mundo es el cliente. La auténtica raison d’être de tu empresa. Un cliente diferente, informado, voluble e inteligente que no se conforma. Que ya no se traga los cuentos. Así que mejor deja de decirle qué le debe gustar, cómo debe usar tu producto y cuales son sus necesidades… y escúchalo. Pero de verdad. Intenta ir más allá. Deja de empeñarte en encajarlo en u segmento, en construir sobre lo que tu crees que quiere, y trabaja con él para hacer realidad lo que realmente quiere. Si, claro. Eso se lleva haciendo desde que el mundo es mundo. Desde que existe el marketing, no? ¿Seguro? Yo creo que no.
Si hay una clave, es que no hay claves. Todo lo que has leído son sólo ideas, pequeñas semillas que pueden crecer en tu cabeza, tuyas y de nadie más. Son los pilares sobre los que crear tu futuro. Así que cuestiona lo que creías. Borra lo que sabes. Olvida tus valiosas lecciones sobre marketing, logística o producción. Si, son necesarias… pero ya las sabes. No pasa nada porque las dejes un rato de lado. Acuérdate de cuando eras un niño, cuando te atrevías a pensar de verdad. Nada te limitaba. Todo era posible. Pues tengo noticias para ti. TODO ES POSIBLE. Lo único necesario es que te lo creas. Puedes. No lo olvides. Y lo mejor, hay más como tu. Muchos. Y nos estamos organizando.
Pues tengo malas noticias. Tu momento no va a llegar. Tu momento ya ha llegado. Si, hay una terrible crisis que está devastando el mundo, poniendo patas arriba el orden establecido y derribando algunas de las empresas más reverenciadas… lo que en realidad son estupendas noticias para ti, que crees que se pueden hacer de otra forma las cosas. Las reglas de antaño ya no sirven, y hoy en día una pequeña y valiente empresa con hambre y voluntad para cambiar el mundo puede hacerlo. La clave no es intentar ser mejor que los demás. La clave es ser diferente.
Tu tienes una idea, algo que desde hace algún tiempo está royendo un rincón de tu mente… ¿Deberías dejarlo todo y lanzarte en pos de tu sueño? Si, sin dudarlo…¿que es lo peor que te puede pasar? Pero ten claro que los sueños no se cumplen porque sí. No va a ser fácil. Los sueños se hacen realidad trabajando duro, pero sobre todo, trabajando inteligentemente, y poniendo toda tu pasión en lo que haces. Trabajar 1.000 horas al mes no sólo no te ayudará a llevar al éxito tu idea, sino que con toda probabilidad acabará contigo por el camino. ¿Tiene sentido morir construyendo tu sueño?.
Ha pasado ya la época donde para triunfar la clave era trabajar más duro y más tiempo que los demás. Esa vía se ha agotado, porque ya no es algo diferente. Lo están haciendo todos. ¿Quiere eso decir que deberías "tomártelo con calma" y dejarte llevar? Ni mucho menos. Quiere decir que el trabajo duro es sólo un ingrediente más, uno de los muchos ladrillos sobre los que debes construir tu empresa. La clave es tener muy claro que debes trabajar en las cosas correctas y pensar antes de actuar.
Por el camino te vas a encontrar a muchas personas negativas, gente de la que debes alejarte. Gente que te dirá que no se puede. Que otros ya lo intentaron y fracasaron. Que tu sueño ya se le ocurrió a otra persona seguramente. Que hoy en día están muy mal las cosas… Y todo eso es cierto. Pero no los escuches. O mejor, escúchalos, interioriza bien cada una de sus palabras, utilízalas como combustible para poner a prueba una y otra vez tu proyecto.. pero no te dejes arrastrar. Donde ellos ven riesgo hay oportunidad. Lo peor que te puede pasar es que te equivoques persiguiendo tu sueño. ¿Cuál es la alternativa? ¿El fracaso? ¿La vida que llevas ahora, tranquila y aburrida? Lo importante del fracaso es que te hace más fuerte. Te enseña a levantarte de cada caída. A ver el lado positivo de lo que has aprendido. A crecer.
En éste nuevo mundo nuevo la clave ya no es la planificación. Quizás lo fuera hace 5, 15 o 50 años, pero ahora no lo es. Es imposible prever en éste nuevo mundo qué pasará dentro de 3 años. De hecho es imposible prever qué pasara la semana que viene.. así que, ¿por qué preocuparse en planificar? No me malinterpretes, no se trata de dejarlo todo al azar, se trata de comprender que planificar no es ya una tarea anual, sino que es algo que sucede en cada minuto y con cada decisión que tomas. No es el mapa, es la brújula. Deja de intentar trazar el rumbo como si lo conocieras perfectamente. Nadie lo sabe. Mejor crea una empresa que sea capaz de cambiar su dirección y pivotar. No una vez. Ni dos. Todos los días. El nuevo plan estratégico se llama “hacer que las cosas sucedan”.
Habrá muchos que te dirán que la única métrica del éxito es cuanto factura tu empresa. Que o creces o mueres. El tamaño lo es todo, ¿no?. Una buena empresa es una empresa eficiente, ¿no?. En absoluto. La eficiencia es tu principal enemiga. El día que te descubras pensando más en la eficiencia que en el cliente o en el producto, será el principio del fin. Puede que tarde años, pero llegará. No nos podemos permitir el lujo de crear bien engrasadas maquinarias diseñadas para producir eficientemente…
Éste nuevo mundo necesita un poco de caos, un poco de entropía en todas las organizaciones que alimente su flexibilidad y capacidad de adaptación. Una organización estática y eficiente es una organización muerta, donde la creatividad y las ideas diferentes son perseguidas…¿al fin y al cabo, que hay menos eficiente que la innovación?. No, la organización que triunfará en éste nuevo mundo es una organización líquida, en el que las personas y no los cargos la definen, que persigue y condena la burocracia y celebra la diversidad. Una empresa donde lo que importa no es cuanto trabajas, sino lo que consigues. Donde la clave es seguir creando cada día. No es una organización fácil de dirigir… pero nadie dijo que fuera fácil.
Y el centro de éste nuevo mundo es el cliente. La auténtica raison d’être de tu empresa. Un cliente diferente, informado, voluble e inteligente que no se conforma. Que ya no se traga los cuentos. Así que mejor deja de decirle qué le debe gustar, cómo debe usar tu producto y cuales son sus necesidades… y escúchalo. Pero de verdad. Intenta ir más allá. Deja de empeñarte en encajarlo en u segmento, en construir sobre lo que tu crees que quiere, y trabaja con él para hacer realidad lo que realmente quiere. Si, claro. Eso se lleva haciendo desde que el mundo es mundo. Desde que existe el marketing, no? ¿Seguro? Yo creo que no.
Si hay una clave, es que no hay claves. Todo lo que has leído son sólo ideas, pequeñas semillas que pueden crecer en tu cabeza, tuyas y de nadie más. Son los pilares sobre los que crear tu futuro. Así que cuestiona lo que creías. Borra lo que sabes. Olvida tus valiosas lecciones sobre marketing, logística o producción. Si, son necesarias… pero ya las sabes. No pasa nada porque las dejes un rato de lado. Acuérdate de cuando eras un niño, cuando te atrevías a pensar de verdad. Nada te limitaba. Todo era posible. Pues tengo noticias para ti. TODO ES POSIBLE. Lo único necesario es que te lo creas. Puedes. No lo olvides. Y lo mejor, hay más como tu. Muchos. Y nos estamos organizando.