lunes, 26 de marzo de 2012

Lo que no se mide no se puede mejorar

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Un examen de PISA mide la relación entre disciplina y conocimiento. Japón, China, Corea, EEUU y Europa occidental muestran una correlación positiva pero Kazakhstan, Rusia, Perú y Colombia no. México, Perú, Chile y Brasil, en América Latina , mejoraron  en los últimos años. El que más progresó fue México y el que menos lo hizo fue Brasil. Argentina no tuvo variaciones. La disciplina en el aula argentina es la peor en el ranking mundial.
También detectó, el examen PISA 2009, una expansión de la desigualdad y  la pobreza. La mayor inversión en educación no se tradujo en igualdad de oportunidades. En ciencias, matemáticas y comprensión de textos, Argentina se situó en el puesto 58 entre 65 países.
Autoconocimiento. El estudiante medio desconoce cuán productivo es para estudiar. Se compara con sus pares y adopta los parámetros de normalidad de su grupo. Prefiere ser normal que ser mejor. Productividad en el estudio es el coeficiente entre el tiempo empleado y el esfuerzo realizado con los resultados obtenidos. Sin productividad ni  pensamiento estratégico falla al planear. Y el que falla al planear planea fracasar.
Hay tests para medir la comprensión en la lectura, en la escucha, la capacidad de observación. Investigaciones sobre técnicas de estudio, concentración, memoria, facilidad de palabra oral y escrita, creatividad, resolución de problemas y orientación vocacional.
No es bueno leer rápido si lo que entra por un oído se escapa por el otro, ni distraerse a cada rato. Estudiar usando la fuerza bruta provoca cansancio y rendimientos decrecientes.
Se puede mejorar lo que se puede medir. Pregúntele a un estudiante si conoce su nivel de velocidad y comprensión en la lectura. Le contestará que no.  Esta es la fórmula:
PLM= (palabras leídas por minuto) = palabras leídas sobre tiempo empleado.  Un lector muy lento lee entre 20 y 50 palabras por minuto. Los mejores lectores superan las 500 palabras y los aventajan también en comprensión.
No saber administrar el tiempo impide llegar preparado al día del examen. No presentarse a rendir se decide días antes de la fecha, lo que revela una clara pérdida de tiempo.
Los griegos afirmaron la importancia del autoconocimiento de las fortalezas y debilidades, de las oportunidades para mejorar y las amenazas de mantener el status quo. El pensador estratégico sabe dónde está hoy, dónde quiere estar mañana y qué hará para conseguirlo.
Benchmarking. Así como el pez es el último en advertir que el agua existe, porque es su medio natural, el estudiante no advierte sus fallas. Una forma de mejorar es compararse con  modelos de excelencia. El benchmarking es confrontar con las mejores prácticas:
¿Qué puedo mejorar? ¿Quién será mi modelo? ¿Qué diferencias nos separan?  ¿Cómo cerrar la brecha? Elegir bien el blanco es crucial, luego hay que seleccionar la ruta
Cuanto más lo decepciona su desempeño, más rebaja su autoestima. El envidioso no tiene un deseo genuino de mejorar, quiere ver al otro destruido. Admitir la superioridad de alguien permite tomarlo como modelo. La admiración es una fuerza psicológica potente.
PNL, Programación neurolingüística. La admiración se hace emulación  y deseo de igualar al modelo.  La PNL enseña a ver cómo organizamos el mundo en nuestra mente. Usa la comunicación para crecer, conocer mejor a los demás y conocerse a sí mismo.
Casi todo se aprende por imitación. Aprender es modificar la memoria incorporando lo nuevo y adquirir así la capacidad para enfrentar los desafíos que presenta la vida.
El drama no es copiar sino imitar malos ejemplos, no saber usar el conocimiento ni modificarlo, o tener un radar para captar lo que quieren los demás en vez de hallar la brújula del autoconocimiento para alumbrar el propio camino.
La PNL permite copiar a los ganadores y la destrucción creativa mejorar eliminando los defectos. Lo más importante es pasar de la imitación a la  innovación y a la invención. Es la diferencia entre creatividad bohemia e innovación aplicada. Los japoneses, después de la 2da guerra mundial, copiaron los productos que fabricaba EEUU, los mejoraban, bajaban su costo y luego se los exportaban. Así se convirtieron  en la 2da potencia mundial.
Cambiar de método. Einstein definió la locura como querer mejorar pero seguir haciendo lo mismo. La diferencia entre los cerebros de alto y bajo rendimiento no está en el hardware, que es similar,  sino en el software que  lo hace funcionar.
En la década del cerebro -1990-2000- las neurociencias pudieron observan al cerebro mientras piensa. Sus avances no fueron aprovechados por la educación.
Si resucitara un maestro del siglo xix podría dar sus clases sin problemas. El niño aprende naturalmente, antes de ingresar a la escuela, allí se le enseña artificialmente.
Se empieza a morir cuando se deja de aprender, vivimos aprendiendo. No basta con saber, hay que saber hacer. Resulta difícil desaprender malos hábitos, de tanto repetirlos se automatizan las conexiones neuronales. Se aprende menos viendo o escuchando que haciendo y corrigiendo errores. Con la capacidad de hacer no se nace, se hace. El hacedor ejecuta lo que otro no puede o no quiere. Las claves son el entusiasmo y la voluntad.
Inteligencia múltiples.  Si alguien comprueba su bajo rendimiento suele visitar al médico, pero eso no se soluciona con pastillas. Si va al psicólogo advertirá que el psicoanálisis requiere mucho tiempo. La mejor alternativa es aprender cómo funciona su cerebro y saber utilizarlo. Hay que descubrir al genio interior que nos habita, como descubrió la la teoría de las inteligencias múltiples. Cuando la vocación emerge se debe desarrollar la energía, integrándola con inteligencias complementarias: emocional, creativa, estratégica y social. Poder inteligente es querer con eficacia.
Séneca decía que no hay vientos favorables para el que no sabe a dónde quiere llegar. Sin neuróbica  -entrenamiento  mental- el hombre es la cenicienta de las neurociencias. Ciencia sin conciencia en ceniciencia. El mejor laboratorio mental debería ser el aula.
La materia prima esencial. Noruega tiene el fondo soberano más grande del mundo. Convierte la materia prima de sus recursos naturales en materia gris. El populismo dice repartir la riqueza pero es una fábrica de pobres.  La educación es la industria pesada de un país, ya que fabrica los ciudadanos del futuro.
No es la gente el problema, los ciudadanos de países populistas triunfan en el mundo. No es el tamaño del país. Japón importa todo, no tiene recursos naturales y su pequeño territorio es una fábrica flotante. Suiza no tiene cacao y produce el mejor chocolate, los mejores relojes y es la caja fuerte del mundo. No es la historia. Países antiguos como Egipto eternizan la pobreza y otros de 150 años como Australia  son ricos. Es la educación. Finlandia hace 10 años dijo: somos pobres, debemos educar e igualar oportunidades. Hoy tiene el 3% de pobreza infantil, corrupción cero y lidera en educación. Es la ideología. China progresó cuando la cambió: no importa el color del gato sino que cace ratones.
La maldición populista es la maldición de los recursos naturales. La materia prima clave de un país es la materia gris, la que sólo se hace valiosa con una buena educación. Mirar sólo a corto plazo puede matar al largo plazo. Como el futuro no existe, debemos inventarlo.
Para medir aquello que quiere mejorar, visite www.ilvem.com
Dr. Horacio Krell. Director de Ilvem. Dicta conferencias gratuitas sobre cómo optimizar la inteligencia. Su mail de contacto es horaciokrell@ilvem.com

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