A
menudo escucho a gente que recomiendan a un emprendedor que persevere
en su idea, que no escuche las críticas de los demás y que se esfuerce
en su visión original ignorando al entorno… lo que me parece extremadamente peligroso. La capacidad de creer en uno mismo y en la idea es clave, pero ¿en que punto se convierte en ciega obsesión?
Lo peor de todo es que esos consejos se prestan con la mejor de las intenciones y desde la propia experiencia, habitualmente sazonados con un relato en el que la persona, tras enfrentarse a muchas dificultades y creer en su idea sin importar nada más ha conseguido triunfar… pero ¿son algo extrapolable?
El problema en mi opinión parte de pensar que la lección aprendida es generalizable, y que su historia es la consecuencia habitual de luchar por lo que uno cree… y no un cisne negro, algo que es extremadamente improbable. Siempre he creído que no tiene mucho sentido aprender de las historias de éxito, ya que de ellas principalmente podemos aprender el conjunto de aspectos concretos que a una persona le funcionaron en su momento, y que por tanto son poco “reproducibles”
Yo creo más bien en las lecciones extraídas del fracaso, que suelen ser más fácilmente extrapolables y que nos enseñan mucho más que el éxito. Como dijo Thomas A.Edison:
¿Esto quiere decir que debemos darnos por vencido a la primera de cambio? En absoluto. Lo que debemos hacer es abrazar la resiliencia, esa capacidad innata para sobreponerse a errores, fracasos y seguir luchando por nuestro proyecto… pero siendo flexibles, aprendiendo de cada error y escuchando a todo el mundo.
La clave para mi de la frase anterior es la definición de “escuchar”: es muy habitual que, enamorados de nuestra idea pequemos de lujuria y descartemos de un plumazo por igual vacías advertencias y valiosísimos consejos. Creo que deberíamos abrazar y cultivar esa mentalidad de eterno aprendiz (shoshin) y valorar cada opinión como si fuera la primera vez que la escucháramos, saboreando sus matices y aspectos únicos, dado que:
Lo más difícil es saber balancear esa resiliencia y capacidad de soportar el desánimo con unas gotas de sana inconsciencia y de pasión por el propio proyecto (no por la idea, que no vale nada), permaneciendo siempre dispuesto a aprender, a hacer evolucionar nuestra idea en función de los cambios del entorno, de las circunstancias y de la desagradecida realidad.
Yo todavía no he encontrado el punto intermedio, y no tengo muy claro que sea posible encontrarlo permanentemente, ya que al igual que la vida, nuestro proyecto irá evolucionando… pero creo que debemos estar atentos a que ningún lado de la balanza pese en exceso.
¿QUE OPINAS? ¿AISLARNOS DE LAS OPINIONES DEL MUNDO O HACER CASO A TODAS? ¿DÓNDE ESTÁ EL EQUILIBRIO?
Lo peor de todo es que esos consejos se prestan con la mejor de las intenciones y desde la propia experiencia, habitualmente sazonados con un relato en el que la persona, tras enfrentarse a muchas dificultades y creer en su idea sin importar nada más ha conseguido triunfar… pero ¿son algo extrapolable?
El problema en mi opinión parte de pensar que la lección aprendida es generalizable, y que su historia es la consecuencia habitual de luchar por lo que uno cree… y no un cisne negro, algo que es extremadamente improbable. Siempre he creído que no tiene mucho sentido aprender de las historias de éxito, ya que de ellas principalmente podemos aprender el conjunto de aspectos concretos que a una persona le funcionaron en su momento, y que por tanto son poco “reproducibles”
Yo creo más bien en las lecciones extraídas del fracaso, que suelen ser más fácilmente extrapolables y que nos enseñan mucho más que el éxito. Como dijo Thomas A.Edison:
No he fracasado. He encontrado 10.000 formas de cómo no hacer una bombillaEntiendo el espíritu de lo que se desea conseguir, animando al emprendedor a luchar por su idea, a no dejar que los cenizos te desanimen matando antes de nacer tu proyecto, a no permitir que la sociedad te diga qué puedes hacer y qué no… pero el mensaje es peligroso, ya que sin transmitir correctamente sus matices puede entenderse como una exhortación a la inconsciencia y al aislamiento. Si, a Steve Jobs y a Henry Ford les funcionó, pero no todo el mundo es como ellos.
¿Esto quiere decir que debemos darnos por vencido a la primera de cambio? En absoluto. Lo que debemos hacer es abrazar la resiliencia, esa capacidad innata para sobreponerse a errores, fracasos y seguir luchando por nuestro proyecto… pero siendo flexibles, aprendiendo de cada error y escuchando a todo el mundo.
La clave para mi de la frase anterior es la definición de “escuchar”: es muy habitual que, enamorados de nuestra idea pequemos de lujuria y descartemos de un plumazo por igual vacías advertencias y valiosísimos consejos. Creo que deberíamos abrazar y cultivar esa mentalidad de eterno aprendiz (shoshin) y valorar cada opinión como si fuera la primera vez que la escucháramos, saboreando sus matices y aspectos únicos, dado que:
En la mente del aprendiz hay muchas posibilidades… en la del experto, muy pocasComo se suele decir, quien te da su opinión te hace un regalo, así que lo mejor es escucharla, interiorizar el mensaje, y dar las gracias… porque cada vez que recibes feedback y lo confrontas con tu idea, adaptándola, estás haciendo tu proyecto más fuerte y evitando un desagradable error del futuro.
Lo más difícil es saber balancear esa resiliencia y capacidad de soportar el desánimo con unas gotas de sana inconsciencia y de pasión por el propio proyecto (no por la idea, que no vale nada), permaneciendo siempre dispuesto a aprender, a hacer evolucionar nuestra idea en función de los cambios del entorno, de las circunstancias y de la desagradecida realidad.
Yo todavía no he encontrado el punto intermedio, y no tengo muy claro que sea posible encontrarlo permanentemente, ya que al igual que la vida, nuestro proyecto irá evolucionando… pero creo que debemos estar atentos a que ningún lado de la balanza pese en exceso.
¿QUE OPINAS? ¿AISLARNOS DE LAS OPINIONES DEL MUNDO O HACER CASO A TODAS? ¿DÓNDE ESTÁ EL EQUILIBRIO?
Hola! Pues me resultó muy iteresante el poost! Justamente estoy tratando el tema del fracaso de los emprendedores en mi blog. No es fácil hacer oidos sordos a los comentarios de los demas, pero debemos saber ver de afura nuestro proyecto y encontrarle sus errores y flaquezas para mejorarlo! un saludo y me gusta mucho el bog
ResponderEliminaradrian