¿Has pensado alguna vez en cómo te defines a ti mismo? La manera en que percibes las cosas, en que defines distintos conceptos que en el diccionario pueden tener una determinada definición, pero que no tiene por qué coincidir con la tuya, influye muchísimo en la seguridad que tienes en ti misma, en tu forma de pensar y, por supuesto, en los resultados que obtienes.
Hay ciertos conceptos, como éxito, fracaso, competencia, que tienen una gran influencia en nuestros logros. Simplemente porque uno ve lo que quiere ver. De forma que si tú te consideras incompetente, por ejemplo, encontrarás pruebas irrefutables de ello. Para toda creencia, si crees algo encontraras pruebas de que es verdad, creas lo que creas. Como dice la famosa cita de Henry Ford:
“Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienes razón.”
Quizá no te lo hayas planteado nunca, es normal, pero ¿por qué no hacerlo ahora? Por ejemplo, ¿qué significa para ti “ayudar”? En general, ayudar es hacer algo por otra persona e implica que te sientes bien después, ¿verdad? Y ¿no te ha pasado alguna vez que, en lugar de sentirte bien, acabas estresada y agobiada? O incluso hasta resentida… Y eso que estás ayudando… No será que en tu definición de “ayudar” se te ha olvidado aclarar que no sea a costa de tu bienestar, que sea una acción que hagas cuando realmente te apetezca y con todas las ganas del mundo. Quizá si redefinieras eso no tendrías problemas para decir que no, y cada vez que ayudaras lo harías con genuino deseo, y te sentirías muy bien. Una persona sólo puede dar cuando está llena (y no me refiero a económicamente).
La cuestión es que tu concepto de “competencia” es muy, muy importante y una de las principales causas del éxito. ¿Qué vas a conseguir si te consideras una persona incompetente? No mucho, y no porque de verdad lo seas, sino porque no te molestarás en intentar nada.
Para poder sentirte sentirte segura de ti misma, de tus acciones y decisiones es imprescindible que revises tu definición de ciertos conceptos, y que los redefinas si es necesario. Y no te olvides de lo más importante, ¡el concepto de ti misma! Haz una lista con todas las palabras que tengan un significado relevante para ti: éxito, fracaso, madre, pareja, triunfar, responsabilidad, competencia, ayudar, etc.; y escribe tus propias definiciones para cada una de esas palabras, sin mirar en el diccionario, no estamos hablando de la definición teórica. Ahora piensa, ¿cómo te definen, cómo te limitan? ¿Cómo puedes redefinirlas si es necesario? De hecho, algo que puedes hacer es preguntarte a menudo: ¿Esta definición, este concepto que tengo de X me limita o amplía mis horizontes?
Cuando expandes tus definiciones y las cambias, empiezas a ver las cosas de otra forma, a pensar de otra forma y a actuar de otra forma y, por tanto, a obtener distintos resultados. Te dejo con una última reflexión de Lynn Marie Sager (últimamente estoy leyendo mucho de ella):
“Si a tu vida le falta significado, quizá es porque no te has parado a pensar qué significa “vivir” para ti.”
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