"Si dejas que la vida pase sin querer, no pasa lo que quieres"
Lang Lang, pianista universal; uno de cada dos humanos le oyó tocar en los Juegos de Pekín
Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet"Si dejas que la vida pase sin querer, no pasa lo que quieres"
07/05/2012 - Tengo casi 30 años que pasan cada vez más deprisa, porque aún crezco con mi trabajo y todo me parece nuevo. La revolución cultural frustró la carrera musical de mis padres, que se volcaron en la mía. Presido la Fundación Montblanc. El exceso de televisión mata la voluntad
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La ley de los Beatles (Ericsson, 2006) constata que la excelencia en una disciplina requiere 10.000 horas de práctica (y mejor antes de cumplir los 20, como los de Liverpool). A los 10, Lang Lang ya había practicado más. Otra explicación de su genio es que nuestra sociedad de masas sólo es capaz de reconocer a el número uno en cualquier campo. Y, si el futbolista es Messi (perdón, CR), el pianista hoy es Lang Lang, porque es excepcional, pero, además, sabe usar el marketing para convertirse en el pianista planetario: el uno. Y, en esta era de la reproducción ilimitada de el uno, ¿por qué molestarse en escuchar al dos? (Pero Joaquín Achúcarro es insuperable interpretando a Albéniz).
La ley de los Beatles (Ericsson, 2006) constata que la excelencia en una disciplina requiere 10.000 horas de práctica (y mejor antes de cumplir los 20, como los de Liverpool). A los 10, Lang Lang ya había practicado más. Otra explicación de su genio es que nuestra sociedad de masas sólo es capaz de reconocer a el número uno en cualquier campo. Y, si el futbolista es Messi (perdón, CR), el pianista hoy es Lang Lang, porque es excepcional, pero, además, sabe usar el marketing para convertirse en el pianista planetario: el uno. Y, en esta era de la reproducción ilimitada de el uno, ¿por qué molestarse en escuchar al dos? (Pero Joaquín Achúcarro es insuperable interpretando a Albéniz).
Acaba de despertarse: ¿qué quiere escuchar?
Yo tengo dos modos de despertar: hay días en que me voy reactivando poco a poco...
Póngale música a esos momentos.
Mahler. La Primera de Mahler.
¿Por qué?
Porque Mahler construye espacios en tu cerebro, donde su música crea un lugar nuevo y sublime cada vez que la escuchas...
Magnífico.
... Y estás allí admirado de tanto esplendor, sintiendo ese espacio y, de repente, el espacio también es tiempo. Nuevo tiempo... ¡El futuro! Está allí. esperando... Esperándote...
¿Y para sus otros despertares?
Abro los ojos y salto de la cama, como un atleta tras un récord olímpico. Y, entonces, ya no necesito escuchar nada.
Se pone a trabajar... ¿Qué pieza elige hoy para estirar los dedos?
Hoy, Chopin: los Études. Optimismo y exigencia para empezar.
Bien, supongamos que ya lleva horas de trabajo intenso: ¿con qué se relaja?
Salgo a pasear, sol y aire libre, aunque, si llueve, también es estupendo. Y tal vez me lleve los auriculares para escuchar hip-hop. Suelo ponerme Jay-Z. O nada.
¿Prefiere pasear solo?
También es relajante charlar.
¿Con quién? ¿Con su novia?
Mejor con mi madre. Hablar de todo y de nada: comentar dónde iremos de vacaciones cuando acabemos los conciertos programados; o decidir qué plantaremos en nuestro jardín. Me gusta su charla, porque la música también es hablar entre generaciones.
¿Qué se dicen entre generaciones?
Las partituras pueden ser siempre las mismas, pero la emoción es diferente cada vez que la interpretas. El pop, en cambio, cree que la emoción está en la novedad y, por eso, a veces se repite.
Nada más viejo que las novedades.
En cambio, la música clásica busca la emoción en el viejo repertorio; si lo interpretas bien, siempre dice algo nuevo.
¿Cómo se llega a interpretar así?
Con voluntad suficiente para vencer a la naturaleza desde niño. Tienes que vencerte.
¿En qué sentido?
Cuando necesitas más madurez para sacrificarte por el futuro es cuando menos maduro eres. A los cuatro o cinco años,cuando debes empezar a tocar, eres un niño que vive sólo en el presente y a quien le cuesta centrarse y una hora le parece una eternidad.
Un niño es un ser siempre a punto de aburrirse.
¿Cómo convence a ese niño de que sólo si repite escalas durante horas y horas, días y años llegará a obtener y compartir de adulto el inmenso placer de la música?
¿...?
No se le puede convencer... ¡Hay que estar convencido por él! Necesita a alguien que vea el sentido de su esfuerzo. Alguien que ponga el sentido de su vida en dárselo.
Usted ha contado que ese fue su padre.
Mis padres músicos fueron ese alguien. Como otros miles de padres chinos, pusieron en mí todo su esfuerzo y sacrificio para que yo fuera lo que ellos no habían podido ser.
¿Por qué?
La revolución cultural destrozó sus vidas. Fue una masacre de los sueños de toda una generación. Durante diez años, nadie en mi país podía estudiar, progresar, destacar. Querer ser artista significaba la cárcel, el ostracismo, los juicios populares...
Otra de las aberraciones del siglo XX.
En 1979, China volvió a abrirse, y con la política del hijo único, los padres pusieron sus esperanzas frustradas en el sueño de su hijo. Yo fui uno de esos niños obsesionados con el número uno, porque mi padre también lo estaba.
El segundo en China es un perdedor.Esa obsesión para mí a ratos era una tortura y otros, un juego maravilloso. Pero no olvide que la cultura china, durante cinco mil años, incentivó el trabajo y el esfuerzo. La revolución cultural iba contra nuestra propia cultura: por eso fracasó.
Ha explicado ya lo mucho que le debe a otra obra de arte: Tom y Jerry.Los adoro. Cuando yo tenía sólo 21 meses, Tom y Jerry interpretando la Rapsodia húngara ya me hacían tocar más deprisa...
Usted llegó a romper los pedales en un berrinche infantil.Estaba enfadado por mi actuación en un concurso. Y todavía no sabía que no puedes hacer nada sin emociones, pero tampoco, si te dejas llevar por las emociones: interpretar es ser consciente de ese equilibrio.
¿Usted cree que cualquier niño puede llegar a ser excepcional?Todo ser humano está llamado a ser único. Muchos hemos logrado algo porque alguien creyó en nosotros antes que en él mismo. Y ese es el gran peligro hoy...
¿Cuál?Estamos dejando que los niños crean que las cosas suceden; no les enseñamos que deben hacer que sucedan. Por eso, hoy la mayoría no decide su propio destino. Tienen que aprender que si dejas que la vida te pase sin querer, no te pasará lo que quieres.
¿Cree que no educamos su voluntad?Dejamos que malgasten horas y horas ante pantallas de un ordenador o de la televisión sin tomar decisiones. Y eso no es vivir tu vida; así vives la vida de otros. Lo máximo que logras viendo tanta tele es ser una cifra en los índices de audiencia.
Yo tengo dos modos de despertar: hay días en que me voy reactivando poco a poco...
Póngale música a esos momentos.
Mahler. La Primera de Mahler.
¿Por qué?
Porque Mahler construye espacios en tu cerebro, donde su música crea un lugar nuevo y sublime cada vez que la escuchas...
Magnífico.
... Y estás allí admirado de tanto esplendor, sintiendo ese espacio y, de repente, el espacio también es tiempo. Nuevo tiempo... ¡El futuro! Está allí. esperando... Esperándote...
¿Y para sus otros despertares?
Abro los ojos y salto de la cama, como un atleta tras un récord olímpico. Y, entonces, ya no necesito escuchar nada.
Se pone a trabajar... ¿Qué pieza elige hoy para estirar los dedos?
Hoy, Chopin: los Études. Optimismo y exigencia para empezar.
Bien, supongamos que ya lleva horas de trabajo intenso: ¿con qué se relaja?
Salgo a pasear, sol y aire libre, aunque, si llueve, también es estupendo. Y tal vez me lleve los auriculares para escuchar hip-hop. Suelo ponerme Jay-Z. O nada.
¿Prefiere pasear solo?
También es relajante charlar.
¿Con quién? ¿Con su novia?
Mejor con mi madre. Hablar de todo y de nada: comentar dónde iremos de vacaciones cuando acabemos los conciertos programados; o decidir qué plantaremos en nuestro jardín. Me gusta su charla, porque la música también es hablar entre generaciones.
¿Qué se dicen entre generaciones?
Las partituras pueden ser siempre las mismas, pero la emoción es diferente cada vez que la interpretas. El pop, en cambio, cree que la emoción está en la novedad y, por eso, a veces se repite.
Nada más viejo que las novedades.
En cambio, la música clásica busca la emoción en el viejo repertorio; si lo interpretas bien, siempre dice algo nuevo.
¿Cómo se llega a interpretar así?
Con voluntad suficiente para vencer a la naturaleza desde niño. Tienes que vencerte.
¿En qué sentido?
Cuando necesitas más madurez para sacrificarte por el futuro es cuando menos maduro eres. A los cuatro o cinco años,cuando debes empezar a tocar, eres un niño que vive sólo en el presente y a quien le cuesta centrarse y una hora le parece una eternidad.
Un niño es un ser siempre a punto de aburrirse.
¿Cómo convence a ese niño de que sólo si repite escalas durante horas y horas, días y años llegará a obtener y compartir de adulto el inmenso placer de la música?
¿...?
No se le puede convencer... ¡Hay que estar convencido por él! Necesita a alguien que vea el sentido de su esfuerzo. Alguien que ponga el sentido de su vida en dárselo.
Usted ha contado que ese fue su padre.
Mis padres músicos fueron ese alguien. Como otros miles de padres chinos, pusieron en mí todo su esfuerzo y sacrificio para que yo fuera lo que ellos no habían podido ser.
¿Por qué?
La revolución cultural destrozó sus vidas. Fue una masacre de los sueños de toda una generación. Durante diez años, nadie en mi país podía estudiar, progresar, destacar. Querer ser artista significaba la cárcel, el ostracismo, los juicios populares...
Otra de las aberraciones del siglo XX.
En 1979, China volvió a abrirse, y con la política del hijo único, los padres pusieron sus esperanzas frustradas en el sueño de su hijo. Yo fui uno de esos niños obsesionados con el número uno, porque mi padre también lo estaba.
El segundo en China es un perdedor.Esa obsesión para mí a ratos era una tortura y otros, un juego maravilloso. Pero no olvide que la cultura china, durante cinco mil años, incentivó el trabajo y el esfuerzo. La revolución cultural iba contra nuestra propia cultura: por eso fracasó.
Ha explicado ya lo mucho que le debe a otra obra de arte: Tom y Jerry.Los adoro. Cuando yo tenía sólo 21 meses, Tom y Jerry interpretando la Rapsodia húngara ya me hacían tocar más deprisa...
Usted llegó a romper los pedales en un berrinche infantil.Estaba enfadado por mi actuación en un concurso. Y todavía no sabía que no puedes hacer nada sin emociones, pero tampoco, si te dejas llevar por las emociones: interpretar es ser consciente de ese equilibrio.
¿Usted cree que cualquier niño puede llegar a ser excepcional?Todo ser humano está llamado a ser único. Muchos hemos logrado algo porque alguien creyó en nosotros antes que en él mismo. Y ese es el gran peligro hoy...
¿Cuál?Estamos dejando que los niños crean que las cosas suceden; no les enseñamos que deben hacer que sucedan. Por eso, hoy la mayoría no decide su propio destino. Tienen que aprender que si dejas que la vida te pase sin querer, no te pasará lo que quieres.
¿Cree que no educamos su voluntad?Dejamos que malgasten horas y horas ante pantallas de un ordenador o de la televisión sin tomar decisiones. Y eso no es vivir tu vida; así vives la vida de otros. Lo máximo que logras viendo tanta tele es ser una cifra en los índices de audiencia.
30 comentarios
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El "secreto" de la felicidad consiste en realizar una actividad motu propio con los demás o para los demás. No me cabe ninguna duda que Lang Lang es feliz, feliz de poder emocionar a millones de personas que escuchan sus interpretaciones. En cambio, la mayoría de madres y padres occidentales están obsesionados con hacer ellos cosas para sus hijos, en darles regalos, en vez de darles una actividad en la que puedan hacer cosas para los demás o con los demás. Esos progenitores convierten a su prole en meros receptores pasivos de su actividad, lo que les impide ser felices hagan lo que hagan.
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Qué tragedia ser el número uno. Una vez que hemos tragado nuestra creencia, hemos desarrollado instintivamente un especial apego a ser el número uno, sin lo que estamos convencidos de no poder ser felices. Luego vinieron los consabidos esfuerzos por llegar a ser el No. uno, aferrarnos a ello una vez conseguido y eliminar toda posibilidad de caer. Todo ello nos llevó, finalmente, a una servil dependencia emocional de esto, hasta el punto de concederle el poder de hacernos estremecer al llegar ahí, de angustiarnos ante la posibilidad de vernos privado de ello y de entristecernos en caso de llegar a caer efectivamente. Detengámonos un momento, para ver el tamaño de nuestras ataduras que nos hemos impuesto para nunca ser felices. La felicidad es incausada y para asumirse no reconoce ninguna condición. Cualquier condición: la mata.
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así logra ser único: "...es excepcional, pero, además, sabe usar el marketing para convertirse en el pianista planetario: el uno"
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Es habitual sobrevalorar y abusar del término “genio”. Una buena definición en el sentido que se da en el artículo es la persona con una capacidad mental extraordinaria para crear o inventar algo nuevo y admirable, sobre todo lo que aporta excelencia y contribuye a cambiar el mundo a mejor. En este caso, por dominar tan bien el piano, yo diría que es superdotado, no genio. Para mí, genios son Mahler, Bach, Einstein, Steve Jobs… (y tantos otros, muchos de ellos anónimos para la historia), pero no lo son Messi, Pavarotti, Guardiola, Ferran Adria…, estos son superdotados, que no es moco de pavo… Educar niños para que dediquen más de 10000 horas en hacerse superdotados o genios (la genialidad es inmensurable e imprevisible) de alguna disciplina es malgastar su tiempo y crear seres potencialmente frustrados e infelices.
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Estoy de acuerdo con Lang cuando se refiere al exceso de actividades pasivas en la infancia, también del resto de la población. Pero su profesión no le hace mejor persona ni ser superior a nadie. Igual que él disfruta escuchando a sus compositores favoritos (yo no digo malgastando horas y horas), tan respetable es que una mayoria de la gente disfrute ante la TV y el ordenador, son otros medios que desarrollan positivamente la mente igual que la música
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Me ha gustado toda la entrevista. Sobre todo, la frase de que cuando estás horas y horas delante del ordenador o de la tele, no vives tu vida, sino la de otros.
2 respuestas
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La clave está en la calidad de lo que vemos o leemos. Si nos despierta reflexiones interesantes y nos hace crecer como seres humanos, o nos inspira para mejorar nuestra vida, siempre es positivo. Hay que ser más exigente con uno mismo.
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Casi totalmente de acuerdo, pero siempre depende de qué mires en la tele. Ahora, tambien falta decir que leer una novela tambien es estar viviendo la vida de otro. Esto no quiere decir que sea bueno o malo, hay tiempo para todo y no se debe abusar de nada.
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Es inmensamente inmadura esta obsesión por idolatrar al número uno. Todo nos viene por haber dejado que la meta en la vida sea la competencia. Y es entonces cuando nos perdemos lo mejor: el camino. Esta perversión nos llegó del país más perverso: los EEUU. Hay que descubrir nuestras mayores pasiones para luego hacer que nuestra vida gire entorno a ellas. Lo mejor que podemos hacer por un niño es ayudarle a descubrirlas por ellos mismos, jugando, expresándose libremente, y respetando las diferencias con los padres, que pueden ser muchas. Todos podemos cambiar nuestra vida para enfocarla a esas pasiones abandonadas, lo que nos hace únicos a cualqiera. Si silenciamos nuestra esencia, siempre seremos infelices, sin la estupidez de compararse, ni de aspirar a ningún podio. La auténtica victoria es sobre nosotros mismos, mejorándonos a diario y compartiendo nuestros éxitos personales. Sin esfuerzo y trabajo la vida no merece ser vivida, pero el objetivo es el momento mismo, ahora, ya.
3 respuestas
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@ J. Puerta: Todos tenemos facetas en las que de forma natural disfrutamos cuando se expresan libremente, y eso es lo que llamo esencia. Si fluyen con libertad, son nuestro medio natural de expresión, nos da sensaciñon total de libertad, y eso es lo más cercano a ser feliz. Si ese fluir es limitado o cohibido, nos provoca frustración , dolor, y simplemente sobrevivimos. Somos felices fluyendo, sin necesidad de compararnos con nadie, ni de aspirar a ningún reconocimiento, aunque el ideal es vivir de nuestras capacidades innatas. Somos únicos, no necesitamos ser comparados, sobre todo en algo tan personal como el arte. Espero que ayude. Saludos y gracias.
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Interesante opinión, pero hay un párrafo que no entiendo como lo explica, y es el siguiente: "Si silenciamos nuestra esencia, siempre seremos infelices, sin la estupidez de compararse, ni de aspirar a ningún podio". Podría aclararlo?
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Solamente felicitarlo,por este extraordinario comentario
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Es cierto que es universal. Pero el dato de que lo escuchó la mitad de la población de la Tierra, es cuando menos, una exageración, por no decir otra cosa. Con cifras, la ceremonia la vieron 4 millones en España, de 40 millones, si extrapolamos, si contamos el 3er mundo que no tiene tele, es como muy dificil. Quizás quiso decir el 50% de la gente que veía la tv en ese momento (share) me gustaría que rectificaran, aunque sea en la versión digital o al dia siguiente.
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Fantástico, ha realizado el sueño de sus padres. Y con creces. Y hablando de todo: cuales son sus propios sueños?
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"Lo máximo que logras viendo tanta tele es ser una cifra en los índices de audiencia". Brilliant! Lo maximo al escribir un comentario es ser que otro que tiene poco trabajo lo lea.
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