* por Horacio Krell
El cerebro es el gran centralizador de la vida pero Dios no entregó su llave de acceso ni el manual del usuario. Descubrirlos, o inventarlos, es la gran aventura del hombre.
Perdidos los valores de igualdad y fraternidad, unos pocos son cada vez más ricos mientras la mayoría lucha sólo por sobrevivir. ¿Será casual que los sistemas educativos sean regresivos o se busca que permanezcan sumergidos?. Dicho plan se vuelve contra sus autores porque su lógica extrema lleva a la destrucción del sistema.
En el cerebro conviven nuestros antepasados. Los instintos provienen del reptil. Si ellos predominan en una persona, ésta podrá actuar a sangre fría y matar sin remordimientos. Las emociones proceden del pasado mamífero: los animales de sangre caliente que procrean por parto y que sienten afecto por sus crías. La falta de una educación emocional permite que surjan ataques de emoción violenta o negativa. La última capa del cerebro, la del lenguaje y la del razonamiento, es capaz de elaborar un plan para arrojar una bomba sobre una población indefensa. Es síntesis: en nuestro interior conviven inarmónicamente instintos, emociones y pensamientos.
Fallas de ingreso. Para nos ser invadidos por múltiples estímulos, observamos en "piloto automático". Leemos tan despacio que el 90% de la mente inactiva provoca la distracción. No tener una estrategia impide ejercitar una visión creativa: pasaron miles de años antes de que Newton viera caer la manzana con un sentido innovador. Un buen perceptor es como una antena bien orientada: si no lo estuviera, sólo ingresaría ruido. Cuando "basura entra, basura sale".
Fallas de proceso. La memoria no puede atender más que 6 ó 7 temas simultáneos. Este defecto instala la mentalidad de bombero. Se privilegia lo urgente frente a lo importante. La memoria episódica, no sistémica, impide organizar la memoria de largo plazo.
Fallas expresivas. Cierta inhibición llamada miedo oratorio produce parálisis y pérdidas en la capacidad de recuperar la información. En la era del marketing personal a las personas se las juzga por lo que demuestran más que por lo que saben o son.
Fallas en la aplicación del saber. En cuanto al pensamiento, muchas veces se lo define en forma incorrecta: "estuve pensando en vos" o "yo pienso así", son frases que aluden a la memoria o a las creencias. Confundirlas con el pensamiento, impide considerarlo como el instrumento de la solución de problemas.
¿Cuáles son los remedios para las fallas del cerebro?. Es necesario aprender a transformar los defectos en virtudes. Para lograrlo, hay que realizar una gimnasia mental. Por ejemplo: imagine que se agacha, toma una pesa y la levanta 10 veces, como si realmente lo estuviera haciendo. Este ejercicio, activará indirectamente el área de movimiento. Este método es utilizado por los grandes deportistas y también por los publicistas que buscan unir el cerebro con una marca determinada.
Para cada defecto, existe una virtud de sentido contrario:
- A la lectura lenta, se le opone la lectura veloz comprensiva.
- A la observación deficiente, la mirada creativa.
- A la distracción y pérdida consecuente del tiempo, el control mental y la concentración.
- Al todo, la construcción de mapas conceptuales que seleccionen la información.
- Al olvido, la memoria.
- Al miedo a hablar en público, la oratoria.
- A la falacia, el razonamiento.
- Al estereotipo, la creatividad.
La clave es aprender a inhalar información y exhalar conocimiento. ¿Cuál es el gran problema mundial?: la educación, porque sufre una falla sistémica al no lograr un adecuado desarrollo del capital humano que es el factor básico de una sociedad. Con sectores que no tienen la posibilidad de insertarse socialmente, no hay economía que resista.
La solución pasa por la expansión de la creatividad y su generalización para millones en lugar de reservarla para los cada vez más ricos y poderosos. El sentido común - el menos común de los sentidos - sugiere que a esos pocos no les podrá seguir yendo bien si a la mayoría le va mal. Entonces, es cuestión de cambiar el rumbo y las prioridades.
* Dr. Horacio Krell, Director de ILVEM. Consultas ahoraciokrell@ilvem.com.ar.
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