Un 31 de julio en 1930, Uruguay le ganó a Argentina la final del primer Mundial de fútbol y se quedó con el título.
La celeste se impuso 4 a 2, Dorado, Cea, Iriarte y Castro hicieron los goles uruguayos.
Jules Rimet le entregó la copa al capitán oriental, José Nasazzi. Cabe destacar que el Mariscal no tenía suplente durante el torneo, su jerarquía y personalidad hacían con que fuera indispensable dentro de la cancha.
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