La semana pasada te hablé del poder de la simulación mental. Pero los mecanismos de la mente son muchos, son poderosos, y no siempre te ayudan a conseguir tus sueños. ¿Significa esto que
la mente puede funcionar mal? No, sólo significa que algunos procesos de la mente nos ayudan y otros no necesariamente. Pero la buena noticia es que podemos reprogramarlos de forma
conciente para que nos den los resultados que queremos.
Hace un tiempo me pasó algo surrealista. Me paré en un semáforo detrás de un coche que
acababa de pararse. A los pocos segundos y como la calle estaba en pendiente, el coche
comenzó a retroceder ante la distracción de su conductora que estaba buscando algo en su
bolso. La parte trasera impactó con mi parachoques no tan fuerte como para que algo se rompa, pero lo suficiente como para hacer un ruido horrible. La conductora del coche se bajó, miró si a su coche le había pasado algo, y comprobando que no le había pasado nada, me insultó y se volvió a meter en su coche. Al no haber visto que se desplazaba, había interpretado que fui yo la que
impactó con ella.
Muchas veces la información con la que contamos para analizar un hecho es incompleta.
La mente no puede abarcarlo todo ni tener toda la información, por lo tanto constantemente está rellenando las partes que le faltan con interpretaciones en base a patrones que tiene guardados
en la memoria.
El cerebro humano usa estas interpretaciones reaccionando a la ausencia de información. Por ejemplo, nunca contamos con la información de lo que una persona está pensando o sintiendo,
y completamos esa ausencia de información interpretando la que sí tenemos, como sus expresiones, contrastándola con nuestra experiencia para interpretar cómo se siente. Si una persona nos evita, podemos pensar que no le caemos bien. Pero si luego sabemos que esa persona se siente en realidad atraída por nosotros, cambiaremos nuestra interpretación:
Puede que nos evite porque piense que no le corresponderemos, o porque sea casada y quiere evitar caer en la tentación.
Sin embargo el proceso de interpretación puede ser reprogramado. Tú puedes cambiar tus creencias y tus simulaciones mentales de forma conciente para cambiar los resultados que
deseas en tu vida.
No se trata de poner en cuestión el funcionamiento impreciso de tus patrones de interpretación,
ya que siempre dependes de la interpretación porque siempre te mueves con información incompleta. Se trata de cuestionar la “utilidad” de tu interpretación. ¿Qué te sería más útil?
¿Pensar que eres infeliz en tu trabajo porque no eres bueno o pensar que tu trabajo es sólo un camino que no funciona para ti y que debes encontrar el que te haga feliz? La primera
interpretación puede limitar tus posibilidades futuras, mientras que la segunda es mucho más
útil y positiva.
Los patrones que hemos creado en base a nuestra experiencia y de los que la mente se sirve
para interpretar pueden también llamarse “creencias”. Puedes tener la creencia de que no vales,
o de que no puedes cambiar, o de que algo es arriesgado. ¿Pero te sirve esa creencia o patrón? ¿Es precisa? Para cambiarla por otra que te sirva para sentirte bien y para cumplir tus sueños, estos son los pasos que debes seguir:
- Identifica tu creencia limitante
- Ponle un nombre
- Identifica cómo llegaste a construir esa creencia, recreando todos los recuerdos que
- tengas con la mayor cantidad de datos sensoriales posible
- Describe cuáles podrían ser las interpretaciones alternativas sobre esos recuerdos
- (abre tu mente, ¡no todos los ruidos que sientes en tu coche vienen del choque de conductores imprudentes!)
- Internaliza y date cuenta de que tu creencia original es una interpretación, ¡no la realidad!
- Concientemente elije rechazar la creencia original como “falsa”.
- Concientemente elije aceptar tu nueva reinterpretación como “verdadera”.
Si este procedimiento no te funciona porque la raíz de tu creencia está demasiado arraigada
en tu inconciente, te recomiendo que pruebes la hipnosis, que es una autosugestión de
inconciente. Yo descubrí que tenía a veces la creencia irracional de que era responsable de los sentimientos de los demás. En dos sesiones de hipnosis cambié esa creencia por una más útil:
Si bien yo deseo que los demás se sientan bien, ellos son los verdaderos responsables de sus sentimientos. ¡Qué liberación abrazar esta nueva creencia!
Dediqué estos posts sobre la mente porque cuando tú eres el dueño de tu destino, tu mente
es el capitán del barco. No se trata de convertirse en especialista de desarrollo personal, pero es evidente que la mayoría de los emprendedores de éxito (y también los dueños de su tiempo) reflexionan sobre la herramienta más potente que tienen para cumplir sus sueños: ellos mismos. Si no logras comandar el barco de tu propia vida, sin duda tu vida será siempre dirigida por otros. ¿Qué esperas para ponerte al mando y atraer a tu vida lo que deseas?
Hasta la próxima
PD El concepto de interpretación lo extraje también del libro Personal MBA de Josh Kaufman. Si compras los libros que propongo a través de los links aquí debajo, yo recibo una comisión. El precio para ti será el mismo y puedes comprarlos donde quieras, pero si lo haces a través de mis links, MUCHAS GRACIAS!
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