El enfoque de las Ciencias Cognitivas: La Organización como Sistema de Significado. El Problema.
La Psicología Cognitiva, rama trascendental de las Ciencias Cognitivas, trata temas centrales para nuestro interés principal en los procesos decisionales del planeamiento en el marco de los recursos cognitivos limitados (y, por supuesto, subjetivos) con los que opera la arquitectura mental del humano.
Estos son, entre otros, Memoria, Percepción, Resolución de Problemas, Toma de Decisiones, Esquemas, Mapas Cognitivos, Modelos Mentales como representaciones simplificadas de la realidad, Estructuras de conocimiento individuales y compartidas, Construcción Social de la Realidad, Comunidades de “Creyentes”, Patrones Interpretativos, Teoría de la Mente (tiene que ver con lo que construye el actor A en su arquitectura mental con respecto a lo que imagina con respecto a la arquitectura mental del actor B. Aplica en la competencia, aplica en el ajedrez, aplica en el liderazgo, aplica en ser padre o madre, aplica en el amor y aplica en la guerra).
El problema es que el humano no “recibe” en su arquitectura mental “información” de la “realidad exterior” que “procesa objetivamente”, sino que
1. Los individuos disponen una capacidad limitada para procesar la complejidad de estímulos del mundo exterior.
2. Consciente o no-conscientemente, el humano tiende a reducir esa complejidad para poder procesarla, creando representaciones, por supuesto subjetivas (“conocer” no es otra cosa que una función subjetiva).
3. Esto desemboca en una comprensión sobre-simplificada de la realidad que queda codificada en la arquitectura mental.
4. Estas representaciones mentales operan como filtros, como mapas mentales, como “guiones” (scripts) que quedan instalados en la memoria como sistemas de creencias.
5. Cuanto más éxito tenga ese decididor aplicando esos mapas mentales, más tenderá a consolidarlos hasta transformarlos en paradigmas inmutables para seguir interpretando la “realidad” y para seguir tomando decisiones planificando en el nivel de la estrategia, de la operación y de la táctica. Cuando este paradigma ya no sirve, pero está tan instalado en la mente que ya no se discute, las decisiones erradas provocarán “el fracaso del éxito”. Creer que con los mapas mentales con los que triunfamos ayer seguiremos triunfando mañana y para siempre. Cuando el decisor puede desafiarlos y modificarlos, ha logrado el nivel 3 de aprendizaje: “aprender a desaprender” o, mejor, “aprender a olvidar”.
Sesgos y su efecto en el proceso decisorio
(Adaptado de C.R.Schwenk, “The Cognitive Perspective on Strategic Decision Making”, Journal of Management Studies, 1988:4).
El siguiente es un listado de algunas de las distorsiones cognitivas que impactan en la aplicación “purista” del proceso racional formal.
1. Disponibilidad. Distorsión con respecto a la creencia de que un evento puede ser fácilmente recordado.
2. Percepción Selectiva. Las expectativas previas pueden sesgar las observaciones de las variables relevantes para la estrategia.
3. Ilusión de Correlación. Provoca caer en la creencia de que variables no relacionadas tienen correlación entre sí.
4. Conservadorismo. Fracaso en revisar en profundidad los pronósticos en base a información nueva.
5. Ley de los Pequeños Números. Sobreestimación de que pequeñas muestras representan al total.
6. Sesgo de Regresión. Fracaso en aceptar la regresión a la media.
7. Wishful Thinking. Asignación de una probabilidad demasiado alta de la ocurrencia del resultado deseado.
8. Ilusión del Control. Sobreestimación de la capacidad de control de los resultados.
9. Reconstrucción Lógica. Creencia de que es lógica la reconstrucción de eventos que no pueden ser recordados con precisión.
10. Sesgo Retrospectivo. Sobreestimación de la probabilidad de eventos pasados.
11. Escalada del Compromiso. Compromiso de más y más recursos con la esperanza de que la situación mejore.
La Psicología Cognitiva, rama trascendental de las Ciencias Cognitivas, trata temas centrales para nuestro interés principal en los procesos decisionales del planeamiento en el marco de los recursos cognitivos limitados (y, por supuesto, subjetivos) con los que opera la arquitectura mental del humano.
Estos son, entre otros, Memoria, Percepción, Resolución de Problemas, Toma de Decisiones, Esquemas, Mapas Cognitivos, Modelos Mentales como representaciones simplificadas de la realidad, Estructuras de conocimiento individuales y compartidas, Construcción Social de la Realidad, Comunidades de “Creyentes”, Patrones Interpretativos, Teoría de la Mente (tiene que ver con lo que construye el actor A en su arquitectura mental con respecto a lo que imagina con respecto a la arquitectura mental del actor B. Aplica en la competencia, aplica en el ajedrez, aplica en el liderazgo, aplica en ser padre o madre, aplica en el amor y aplica en la guerra).
El problema es que el humano no “recibe” en su arquitectura mental “información” de la “realidad exterior” que “procesa objetivamente”, sino que
1. Los individuos disponen una capacidad limitada para procesar la complejidad de estímulos del mundo exterior.
2. Consciente o no-conscientemente, el humano tiende a reducir esa complejidad para poder procesarla, creando representaciones, por supuesto subjetivas (“conocer” no es otra cosa que una función subjetiva).
3. Esto desemboca en una comprensión sobre-simplificada de la realidad que queda codificada en la arquitectura mental.
4. Estas representaciones mentales operan como filtros, como mapas mentales, como “guiones” (scripts) que quedan instalados en la memoria como sistemas de creencias.
5. Cuanto más éxito tenga ese decididor aplicando esos mapas mentales, más tenderá a consolidarlos hasta transformarlos en paradigmas inmutables para seguir interpretando la “realidad” y para seguir tomando decisiones planificando en el nivel de la estrategia, de la operación y de la táctica. Cuando este paradigma ya no sirve, pero está tan instalado en la mente que ya no se discute, las decisiones erradas provocarán “el fracaso del éxito”. Creer que con los mapas mentales con los que triunfamos ayer seguiremos triunfando mañana y para siempre. Cuando el decisor puede desafiarlos y modificarlos, ha logrado el nivel 3 de aprendizaje: “aprender a desaprender” o, mejor, “aprender a olvidar”.
Sesgos y su efecto en el proceso decisorio
(Adaptado de C.R.Schwenk, “The Cognitive Perspective on Strategic Decision Making”, Journal of Management Studies, 1988:4).
El siguiente es un listado de algunas de las distorsiones cognitivas que impactan en la aplicación “purista” del proceso racional formal.
1. Disponibilidad. Distorsión con respecto a la creencia de que un evento puede ser fácilmente recordado.
2. Percepción Selectiva. Las expectativas previas pueden sesgar las observaciones de las variables relevantes para la estrategia.
3. Ilusión de Correlación. Provoca caer en la creencia de que variables no relacionadas tienen correlación entre sí.
4. Conservadorismo. Fracaso en revisar en profundidad los pronósticos en base a información nueva.
5. Ley de los Pequeños Números. Sobreestimación de que pequeñas muestras representan al total.
6. Sesgo de Regresión. Fracaso en aceptar la regresión a la media.
7. Wishful Thinking. Asignación de una probabilidad demasiado alta de la ocurrencia del resultado deseado.
8. Ilusión del Control. Sobreestimación de la capacidad de control de los resultados.
9. Reconstrucción Lógica. Creencia de que es lógica la reconstrucción de eventos que no pueden ser recordados con precisión.
10. Sesgo Retrospectivo. Sobreestimación de la probabilidad de eventos pasados.
11. Escalada del Compromiso. Compromiso de más y más recursos con la esperanza de que la situación mejore.
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