COMPETIR CON LA MENTE
La mente es la casa de las creencias que promueven los pensamientos que conducen a las acciones que emprendemos.
La mente es lo que desarrolla y dirige la estrategia.
La mente provee una imagen e instruye al cuerpo en los movimientos necesarios para actuar.
La mente es el observador que hace las decisiones acerca de la clase de autodiálogo que utilizamos cuando actuamos.
La mente controla nuestra fisiología.
La mente se hace cargo del control emocional.
La mente es la locomotora que conduce al tren!
Si bien todo lo que ocurre en el futuro es fruto de nuestras acciones del presente según la ley del
karma “¿qué pasa con el karma del pasado y cómo influye en nosotros ahora?.
Si creemos en la reencarnación, ¿significa esto que no tenemos libre albedrío y que todo lo que hicimos
en el pasado nos marca de manera irremediable en el presente?
Deepak Chopra nos contesta negativamente a la segunda pregunta y nos propone tres opciones para
la primera. Es decir, que nos da tres opciones para tratar el karma del pasado y con la tercera
propuesta nos muestra que tenemos libre albedrío, que el karma del pasado nos marca pero se puede
trascender.
Las tres cosas que se pueden hacer con el karma del pasado son las siguientes:
1. Se pueden pagar las deudas del pasado: es lo que hacemos la mayoría, se pagan las deudas
inconscientemente, con mucho sufrimiento ya que vivimos por inercia, repitiendo patrones y no examinando
nuestra vida.
2. Se puede vivir el karma evolutivamente, es decir, podemos sacar una lección de cada experiencia
que nos pasa en la vida, por muy insignificante que parezca. Además de aprender, podemos incluso,
poner nuestra lección al servicio de los demás y con ello estamos evolucionando, estamos positivando
el karma.
Ejemplos de estos tenemos muchos en nuestra sociedad, aunque sean noticia de un día: el cantante
de ópera José Carreras creó una fundación para la leucemia tras su enfermedad; el padre de Mari Luz se
ha propuesto un cambio en la ley penal para evitar casos como el de su hija o más recientemente el
golfista Severiano Ballesteros va a trabajar por las personas, que como él, han sufrido ataques cerebrales.
Esta segunda propuesta, a mi no me parece difícil. La veo accesible. Creo que soy capaz de traer al plano
consciente algunas de mis historias de vida presentes y analizar, tanto para las buenas como para las
menos buenas, la lección a extraer.
Quizás aún no esté en la segunda parte de ponerlas al servicio de los demás (o sí, no sé), pero sé que
eso lo puedo hacer y que tengo tiempo.
3. Otra cosa muy diferente me ocurre con la tercera propuesta, que me resulta más difícil, pero no por
complejidad, sino porque requiere mucha práctica. La tercera manera que se nos propone para
enfrentar el karma es transcendiéndolo. ¿Y cómo se hace eso?
Pues entrando“constantemente en el espacio del la conciencia pura para sentir el yo, el espíritu.
Es como lavar un trapo sucio en una corriente de agua; cada vez que se lava, desaparecen algunas manchas, y si se lava una y otra vez, cada vez queda más limpio. Limpiamos o trascendemos
el karma entrando y saliendo del espacio de la conciencia pura. Esto, claro está, se hace mediante
la práctica de la meditación”.
Así, con todo esto, parece que tenemos que examinar las decisiones que tomamos en cada
momento, trayéndolas a la consciencia.
Al analizarlas, las enfrentaremos a preguntas tales como ¿cuáles son las consecuencias de esta
decisión? ¿Traerá felicidad y realización tanto para mí como para aquellos a quienes afectará?.
Y todo esto contestado desde el corazón para ver si la respuesta nos produce bienestar o malestar
como os contaba en laprimera parte de esta tercera ley.
Aún no tengo bien resuelto el dilema entre ser consciente de todas y cada una de las cosas y no caer
en un análisis demasiado exhaustivo de la cuestión.
Tengo claro que este análisis y observación no deben hacerse desde el juicio y la autocrítica, pero estoy
en la búsqueda de la observación consciente desapegada. Y deseo llegar a ello como hicieron otros…
“La vida que no se examina
no merece la pena ser vivida”
Sócrates
no merece la pena ser vivida”
Sócrates
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