Las sociedades occidentales tienen una necesidad clara de crear un nuevo foco que ilumine, potencie y ponga bajo estudio la formación del pensamiento crítico y creativo, es decir, una educación y una enseñanza reorientada hacia ese pensamiento que lleva a alcanzar un conocimiento crítico por lo verdaderamente desconocido, el logro por lo auténticamente nuevo. Y esto debería comenzar en las escuelas, que es donde todavía no se enseña. Francisco Mora
.
Nuestro cerebro tiene la habilidad para identificar patrones y la curiosidad mostrada por lo novedoso facilita el aprendizaje que está basado, en parte, en su capacidad para ser creativo. El conocimiento puede ser adquirido a través de este pensamiento creativo que nos permite resolver problemas de forma impredecible y que complementa al pensamiento crítico o analítico que utiliza una metodología científica rigurosa y lineal. En el siguiente artículo analizamos este multicomponente complejo que constituye la creatividad, nada sencillo de valorar, y sus repercusiones pedagógicas en la resolución de problemas que no se restringen a una materia en particular (tradicionalmente se ha asociado lo creativo a lo artístico o científico) y que son fundamentales en un aprendizaje para la vida.
Estrategias en la resolución de problemas
Existen dos estrategias generales que nos permiten resolver problemas de forma diferente: una analítica que conlleva una evaluación sistemática de las diferentes etapas en las que se puede desglosar el problema y otra más creativa que conlleva un proceso conocido comoinsight (el “¡Eureka!”) que nos permite resolver el problema de forma repentina sin ser conscientes del proceso y que nos provoca gran satisfacción (Kounios, 2008). Entender los mecanismos neurales que conlleva el insight tiene importantes implicaciones educativas debido a la relación directa que tiene este fenómeno cognitivo con el aprendizaje, la creatividad y las estrategias en la resolución de problemas.
El cerebro creativo
En estos procesos de insight, las resonancias magnéticas funcionales han revelado, principalmente, una mayor actividad en el giro temporal superior anterior del hemisferio derecho (ver imagen; Jung-Beeman, 2004), en consonancia con la idea de que el sustrato delinsight reside en la asociación de ideas lejanas existentes en lugar de nuevas asociaciones. Con cierta antelación, los electroencefalogramas han permitido predecirlo analizando las ondas cerebrales de tipo alfa, que sabemos que están asociadas a un estado de relajación cerebral (Sandküker y Bhattacharya, 2008). Esa es la razón por la que muchas ideas nos aparecen realizando actividades diferentes o después de un sueño reparador.
Otras regiones cerebrales también se activan como la región dorsolateral de la corteza prefrontal (interviene la memoria de trabajo en una fase de preparación inicial del cerebro), el giro frontal inferior izquierdo (conceptos semánticos asociados a una fase de búsqueda en la que el cerebro analiza posibles respuestas), la amígdala (sensación emocional del insight) o el giro hipocampal (la memoria permite relacionar ideas).
Enseñanza del pensamiento creativo
Para desarrollar la creatividad es imprescindible que nos convenzamos de que cada alumno es diferente y que hemos de suministrarles el tiempo necesario para pensar y crear su propio espacio personal. Pudimos comprobar las creencias previas de 18 alumnos del bachillerato de ciencias sobre algunas cuestiones falsas referidas a la creatividad. Les planteamos los 10 mitos siguientes (Gámez, 1998):
- Para ser creativo, hay que ser totalmente original.
- Los artistas y los científicos son las únicas personas creativas.
- Se necesita un alto coeficiente intelectual para ser creativo.
- La creatividad significa producir algo tangible.
- La originalidad es innata.
- La creatividad es fácil.
- La creatividad es sólo para los jóvenes.
- La creatividad es “buena”.
- Las personas creativas son neuróticas y/o locas.
- Los genios creativos son expertos en todos los temas.
Los resultados obtenidos se muestran en la gráfica siguiente:
Analizando los resultados anteriores, sorprende el bajo porcentaje de aciertos correspondiente a la cuestión 8, pero uno decide qué uso desea dar a su creatividad y no siempre puede ser éticamente adecuado. Respecto a las cuestiones 1 y 5, ambas referidas a la originalidad, se sabe que este concepto no es sinónimo de creatividad y que puede aprenderse debido a que requiere continuos análisis y modificaciones.
Remarcamos, a continuación, determinados aspectos imprescindibles para fomentar la creatividad:
- La práctica continua permite mejorar. La creatividad no es innata y hay que pensar en ella como una competencia que puede ser enseñada pero que requiere tiempo. Los docentes deberíamos premiar a los alumnos que son capaces de pensar y resolver problemas de forma diferente reconociendo sus esfuerzos (Clifford, 2013).
- No somos creativos en todas las áreas y la teoría de las inteligencias múltiples constituye un soporte importante en este sentido. El aula creativa ha de fomentar el pensamiento divergente a través de las fortalezas características de cada alumno.
- No existen dogmas, la creatividad es impredecible. Pero es importante que estimulemos la curiosidad de los alumnos para facilitar su aprendizaje a través de estímulos emocionales positivos (la eficacia del pensamiento positivo a través de la autoestima) y que aceptemos con naturalidad el error. Fomentemos y permitamos a los alumnos que hagan preguntas sobre las cuestiones analizadas.
- La originalidad ayuda a ser creativo pero no es imprescindible. A parte de la originalidad, hay otros criterios que nos permiten evaluar la creatividad como comentamos en el apartado siguiente. Además, muchos actos originales carecen de eficacia y utilidad, cualidades imprescindibles para hablar de un verdadero acto creativo.
- Se puede aplicar en cualquier situación. La creatividad forma parte del proceso de aprendizaje y hemos de crear ambientes en el aula que la reconozcan y que contribuyan a la colaboración. Desde una perspectiva educativa y social nos interesa una creatividad general que nos permita vivir inteligentemente (Marina, 2013).
Las operaciones cognitivas requeridas para ser creativos pueden enseñarse. Ante esta tarea, los docentes hemos de promover la discusión entre compañeros y la aplicación de un pensamiento asociativo (ligado al insight) que permita reinterpretar el problema planteado integrando elementos diferentes y generando el mayor número posible de ideas. Frente a la resolución de un problema que ofrece dificultades, los alumnos han de recordar que pueden haber diferentes formas de interpretar el problema y que han de generar muchas ideas sobre las posibles soluciones antes de evaluar cuál es la más apropiada. Aunque se abandone durante un tiempo el análisis del problema, si el alumno está motivado existen unos mecanismos cerebrales inconscientes que permiten seguir trabajando en el problema que pueden ofrecer una respuesta novedosa de forma repentina (De Haan, 2009; De Haan, 2011)
La creatividad en el aula: un caso práctico
El test de Torrance es un test de pensamiento creativo que constituye un método de referencia para medir la creatividad. Consiste en una prueba verbal en la que se pide a los participantes que enumeren usos inusuales para objetos comunes y otra figurativa en la que se les pide que incorporen formas simples o abstractas en dibujos más complejos (Thorne, 2008). Los criterios utilizados para el proceso de evaluación de las respuestas y que nos pueden servir de referencia para estimular los procesos creativos son los siguientes:
- Fluidez: se tienen muchas ideas.
- Flexibilidad: se piensan diferentes formas de proceder.
- Originalidad: se piensan aspectos únicos.
- Elaboración: se piensan complementos a la idea que se ha tenido.
A continuación indicamos cinco ejemplos representativos que pueden constituir una actividad para entrenar el pensamiento creativo:
1. Piensa en una tarea rutinaria que realices normalmente y plantea una forma alternativa de realizarla.
2. Une los cinco puntos de la figura mediante ocho líneas rectas sin levantar el lápiz del papel. Intenta ofrecer distintas soluciones.
3. Indica una cosa que sea imposible y luego explica cómo harías para hacerla posible.
4. Da diferentes usos a una pelota de golf.
5. ¿Cómo titularías este cuadro? (Se propuso a alumnos de ciencias que no lo conocían. A pesar de todo algunos se acercaron mucho al título real.)
Después de su realización, es interesante una puesta en común que permita a los alumnos analizar y discutir diferentes soluciones aportadas.
Conclusiones finales
Es una realidad contrastada que muchos de nuestros alumnos más creativos se aburren o fracasan en la escuela. Desde la perspectiva de la neuroeducación, son especialmente relevantes los descubrimientos sobre plasticidad cerebral, sobre la importancia de los factores emocionales en el aprendizaje y los que hacen referencia a la importancia del juego en el mismo (Guillén, 2012) . Todos somos diferentes y útiles y cada alumno necesita desafíos adaptados a su propia evolución académica que no se vean condicionados por sus creencias previas. Es cierto que la creatividad también requiere la adquisición de una serie de hábitos que mejoren la eficiencia cerebral pero sin la motivación intrínseca adecuada el alumno no podrá desarrollar los proyectos oportunos. Aquí aparece la figura del profesor, el instrumento didáctico más potente, que para fomentar la creatividad ha de ser creativo y entusiasta, ha de generar en el aula un clima emocional adecuado en el que se premien los comportamientos creativos útiles fruto del esfuerzo (sin olvidar la capacidad analítica y crítica también imprescindibles) y ha de crear un ambiente colaborativo fundamentado en buenas relaciones humanas. Kaye Thorne lo resume muy bien: “Debemos dedicar tiempo creativo a los niños, a escucharles y responder a sus preguntas. Animarles a ser curiosos, a hacer cosas juntos, creer en sus ambiciones e infundirles una actitud optimista. Interesarse en ellos es ayudarles a sentirse bien consigo mismos. Ofréceles un feedback positivo. A mucha gente se le ha extraído la creatividad a fuerza de malas respuestas.” (Thorne, 2008)
Jesús C. Guillén
Bibliografía:
1. Clifford, Miriam (2013): “30 formas de promover la creatividad en el aula”.
http://www.innovationexcellence.com/blog/2013/01/30/30-formas-de-promover-la-creatividad-en-el-aula/
2. De Haan, R. L. (2009): “Teaching creativity and inventive problem solving in science”. Life Sciences Education, 8.
3. De Haan, R. L. (2011): “Teaching creative science thinking”. Science, 334.
4. Jung-Beeman et al. (2004): “Neural activity when people solve verbal problems with insight”. Plos Biology, 2.
5. Gámez, George (1998). Todos somos creativos. Urano.
6. Guillén, Jesús C. (2012): Neuroeducación: estrategias basadas en el funcionamiento del cerebro
7. Kounios J. et al (2008): “The origins of insight in resting-state brain activity”. Neuropsychologia, 46.
8. Marina, José Antonio (2013). El aprendizaje de la creatividad. Ariel.
9. Mora, Francisco (2013). Neuroeducación: sólo se puede aprender aquello que se ama. Alianza Editorial.
10. Palma B. y Cosmelli D. (2008): “Aportes de la psicología y las neurociencias al concepto de “insight”: la necesidad de un marco integrativo de estudio y desarrollo”, Revista Chilena de Neuropsicología, 3.
11. Punset, Eduardo (2011). Viaje al optimismo. Destino.
12. Sandküker S. y Bhattacharya J. (2008): “Deconstructing insight: EEG correlates of insightful problem solving”. PLoS ONE 3.
13. Scott G. et al. (2004): “The effectiveness of creative training: a quantitative review”. Creativity Research Journal, 16.
14. Thorne, Kaye (2008). Motivación y creatividad en clase. Graó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario