¿Qué hace que un emprendedor no tire la toalla a las primeras de cambio? ¿De qué se compone su personalidad para ser optimista ante el futuro, a pesar de la situación económica? Las claves del ADN del emprendedor son ahora estudiadas en un proyecto de investigación.
Uno de los más célebres discursos motivadores para emprendedores fue, sin lugar a dudas, el que pronunció Steve Jobs durante el acto de graduación de la Universidad de Stanford en junio de 2005. En aquella charla, el por aquel entonces presidente de Apple enganchó a su audiencia comentando sus experiencias en el mundo del emprendimiento.
A veces la vida te va a pegar en la cabeza con un ladrillo. Pero no pierdas la fe. [...] Si tú lo deseas, puedes volar, sólo tienes que confiar mucho en ti. [...] La única forma de que se sientan satisfechos es haciendo un gran trabajo, y eso solo es posible si aman que hacen. Si aún no lo han encontrado, sigan buscando, no se detengan.
Las palabras de Steve Jobs no hacen sino recordarnos la importancia de dos piezas clave en el ADN del emprendedor: la confianza y el optimismo. Confiar en tu idea de negocio es clave para saber defenderla ante otros accionistas, inversores o clientes, pero también para explorar nuevas vías de crecimiento de nuestro proyecto emprendedor. Y ser optimistas, qué duda cabe, nos servirá para no tirar la toalla cuando las cosas no vayan tan bien como deberían.
Estas dos características del ADN del emprendedor, que a primera vista podrían parecer de sentido común, han sido ahora estudiadas por investigadores de la Hellenic American University de Grecia. En un artículo publicado en la revista Journal of Innovation and Entrepreneurship, los científicos hablan de la incertidumbre que engloba cualquier contexto económico, más aún en una situación de crisis como la que vivimos.
En psicología se cree que la mayor parte de las personas solemos sobreestimar nuestras posibilidades de éxito. Sin embargo, este dato podría ser aún más relevante en el caso de los emprendedores, ya que según la encuesta realizada en casi 3.000 personas el 81% valoraban sus posibilidades de éxito en un 70%. Este alto porcentaje, unido a una confianza casi ciega en los buenos resultados que auguraba el futuro, hacían del ADN del emprendedor una buena temática de estudio.
Y es que el trabajo de los científicos griegos destacaba características muy sólidas en lapersonalidad de los emprendedores. A pesar de que no debemos caer en el error de generalizar, sí que es cierto que muchos de los que han tenido ideas empresariales se han caracterizado por asumir altos riesgos y por no desanimarse aunque tuvieran resultados no demasiado positivos.
La evidencia empírica por fin se ve respaldada con un trabajo científico. El ADN del emprendedor no debería sino hacer que nos planteáramos las buenas y malas cosas que tenemos en nuestro carácter, para ante todo, ser flexibles ante las circunstancias y seguir trabajando en nuestros proyectos.
Porque como bien decía el propio Jobs, “no podemos conectar los puntos hacia adelante, solo hacia atrás; es decir, debemos entender que el futuro es impredecible”. Seguir caminando yapostar por el éxito son dos de las metas a las que nos guiarán nuestra confianza y optimismo.
Imágenes | Charis Tsevis (Flickr), Dell Inc. (Flickr)
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