Jesús C. Guillén
Deja un comentario Ayer se cumplieron cincuenta años del famoso discurso del “I have a dream” de Martin Luther King en la “Marcha de Washington”. Nuestro sueño es el de una educación mejor.
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Los resultados obtenidos por alumnos afroamericanos en la realización de un determinado test estandarizado en los Estados Unidos eran sistemáticamente peores que los de sus compañeros americanos blancos. Un mes después de la elección de Barack Obama como presidente americano, se repitieron las pruebas y los resultados obtenidos por ambos grupos se equipararon. En el siguiente artículo se analizan las importantes repercusiones educativas de este estudio que desmonta el neuromito de que existen diferencias cerebrales debido a cuestiones raciales y que está relacionado con uno de los factores críticos del aprendizaje: la motivación.
La prueba
En un estudio reciente (Marx, Jin Ko & Friedman, 2009) se realizaron durante tres meses y en cuatro fechas concretas (ver figura) unas pruebas verbales a 472 participantes americanos (84 negros y 388 blancos). Los resultados de las pruebas, que se valoraron entre 0 y 20 puntos, fueron los siguientes:
Como observamos en el gráfico anterior, la línea continua inferior corresponde a los participantes afroamericanos. La primera prueba se realizó antes de que Obama fuera nombrado por el partido demócrata como aspirante a la presidencia y muestra una clara diferencia en los resultados promedio (12,14 para los blancos, 8,79 para los negros). La cuarta prueba se realizó después de la elección presidencial y observamos en el gráfico rendimientos muy parecidos con diferencias estadísticamente poco significativas (11,19 para los blancos y 9,83 para los negros). La justificación dada por los investigadores de los resultados obtenidos resalta que el modelo referente e inspirador que representa la figura de Obama ayudó a los participantes afroamericanos a superar ansiedades relacionadas con estereotipos raciales que tradicionalmente les ha perjudicado en la realización de este tipo de pruebas.
Desterrando neuromitos
Los neuromitos son interpretaciones erróneas de descubrimientos científicos relacionados con el cerebro, básicamente, por una mala comunicación entre la neurociencia y la educación. Uno de ellos es el relacionado con las diferencias cerebrales debido a la raza y que ha sido especialmente dañino para los alumnos que creían que no podían ser tan inteligentes que otros compañeros suyos por cuestiones raciales. Pues bien, no ha habido ninguna investigación que haya demostrado que existan diferencias físicas en el cerebro debido a la raza que sean las causantes de una mayor o menor inteligencia (Tokuhama, 2010). Independientemente de las objeciones que se puedan hacer al estudio presentado sobre el “efecto Obama”, lo que constata es la importancia de las cuestiones psicológicas en la realización de los tradicionales exámenes relacionadas con las propias creencias. Y no olvidemos que, desde la perspectiva biológica, la existencia de razas es muy discutible debido a que las diferencias genéticas entre cada una de ellas son mínimas (como han demostrado las investigaciones sobre la secuenciación del genoma humano), por lo que parece más un constructo cultural.
Importancia de la motivación
Resulta esencial que aprendamos a generar en nuestro cerebro pensamientos positivos y optimistas que nos predispongan a creer en nosotros mismos y nos motiven para emprender los proyectos necesarios. Porque la motivación, uno de los factores críticos del aprendizaje, es precisamente eso, la fuerza que nos mueve a realizar actividades. Y para realizar todo esto necesitamos ese habla o diálogo interno que nos permita rebatir aquellos pensamientos pesimistas y distorsionados.
La interacción con los adultos es la que desarrolla en los niños su autoconcepto (Thorne, 2007), que resulta imprescindible para no rendir por debajo de sus posibilidades reales, algo que vemos tan a menudo en el entorno escolar. El alumno con confianza y seguro de sí mismo aceptará los retos planteados y asumirá con naturalidad que el error forma parte del proceso de aprendizaje. La forma de motivación más duradera reside en la potenciación de la autoestima académica (Vaello, 2011).
¿Cómo ser Obama para tus alumnos?
El aprendizaje por imitación resulta una de las formas esenciales para adentrarnos en el mundo que nos envuelve desde el nacimiento. En el aula, el profesor resulta un modelo imprescindible para el alumno en el proceso de adquisición de toda una serie de competencias que le permitan desenvolverse en la vida cotidiana, siendo más importante el cómo se hace que el qué se dice. A continuación, damos algunos consejos imprescindibles para que el profesor sea una fuente de inspiración para sus alumnos:
- Cree en sus posibilidades.
- Conecta con sus deseos y creencias previas.
- Genera un clima emocional positivo.
- Haz que se sientan respetados, aceptados y seguros.
- Transmite entusiasmo por la materia y por la vida.
- Sé variado e imaginativo, no monótono.
- Reconoce el esfuerzo.
- Elogia el progreso.
- Valora la diversidad.
- Facilita el aprendizaje adaptando las tareas.
- Relativiza los resultados. Se ha de disfrutar el proceso.
- Acepta el error y rectifica con naturalidad.
- Colabora y fomenta la participación.
- Escucha más y habla menos.
- Y sobre todo, ama a tus alumnos.
No es un sueño, sino una realidad accesible y cercana. Colabora por una educación para un mundo mejor.
Jesús C. Guillén
Bibliografía:
1. Marx, D., Jin Ko, S., Friedman, R. (2009): “The “Obama Effect”: How a salient role model reduces race-based performance differences”. Journal of Experimental Social Psychology 45.
2. Thorne, Kaye, Motivación y creatividad en clase, Graó, 2007.
3. Tokuhama-Espinosa, Tracey, Mind, Brain, and Education Science, W. W. Norton & Co., 2011.
4. Vaello, Joan, Cómo dar clase a los que no quieren, Graó, 2011.
Para saber más:
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