La oxitocina -conocida comúnmente como la "hormona del amor", debido a su capacidad para promover el apego madre-hijo y la unión romántica de los adultos- también podría hacernos más receptivos a otras personas, tal como ha descubierto en una investigación Valentina Colonnello, de la Fundación de Neuropsicoanálisis, una organización internacional.
Colonnello encontró que la oxitocina puede agudizar la diferenciación del cerebro del yo respecto al otro, una función que se ha demostrado que desempeña un papel crucial en la vinculación social, el éxito en las interacciones sociales y la tolerancia hacia los demás.
También encontraron que la oxitocina ayuda a aumentar nuestra evaluación positiva de la gente. Esto apoya el papel de la oxitocina en el sistema de respuesta empática y la modulación de la cognición social. "El sistema de la oxitocina", explica Colonnello, "depende en gran medida de la capacidad de una persona para apreciar que él mismo y los demás son a la vez diferentes y valiosos."
A los participantes en el estudio se les mostraron vídeos de su propia cara transformándose en una cara desconocida y viceversa, y recibieron instrucciones de presionar un botón tan pronto como sentían que había más rasgos de la segunda cara que de la primera. Los que habían recibido oxitocina antes de la tarea notaban el cambio mucho más rápido, ya fuera en el cambio yo-a-otro, o en el cambio otro-a-yo.
Los participantes tratados con placebo fueron también más propensos a calificar su propio rostro como algo más agradable de mirar que una cara desconocida. Los participantes tratados con oxitocina, por su parte, calificaron tanto su propia cara como las ajenas igualmente agradables.
Más información
EurekAlert!/T21
No hay comentarios:
Publicar un comentario