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Si alguien consigue enmarcar a un niño en su mundo interior y hace clic en la cámara, lo que obtendrá seguramente sea la imagen de un verdadero médico, o de un cazador, o de un tendero, o de un soldado. Habrá conseguido inmortalizar sus sueños.
Precisamente en eso consistió el trabajo Sofie Knijff, una fotógrafa belga que ha trabajado desde 2009 en su nueva colección ‘Translations’ (hasta el 14 de diciembre expuesta en el M.I.A Gallery de Seattle. EE.UU). Durante los últimos cuatro años ha visitado países como Sudáfrica, India, Mali, Brasil, Estados Unidos, Islandia o Groenlandia retratando niños que quisieran pasar un rato interpretando sus sueños con ropas y pinturas que ellos mismo elegían. La pregunta era básica: “¿Tú qué quieres ser cuando crezcas? Knijff se encargaba de proveerles de un fondo neutro -e igual en todos los casos- y después tan solo debía apuntar con su objetivo al personaje adulto en el que se convertían los menores.
“Mi intención era hacer una serie con niños de todo el mundo, que viven en ambientes muy diferentes, siempre con el mismo telón de fondo para aislarlos de su entorno y que se centraran en su mundo interior”, explica la autora. Los pequeños debían ser de entre ocho y diez años “porque esa es una época en la que aún viven en su mundo de fantasía pero son lo suficientemente mayores para entender el proyecto y crear sus propios personajes”. “Era importante para mí que no sintieran que yo les imponía una idea o un sueño, tenían que ser ellos los que se expresasen”.
El germen del proyecto surgió de una tarde con su primo Maarten. Ese día el chico se puso un casco de soldado y ella empezó a fotografiarle. “Se ponía muy serio. Sus retratos mostraban más que un simple niño jugando a disfrazarse. Maarten se había convertido en un soldado”. Por eso quiso comprobar en qué se querían transformar los otros niños del mundo.
Knijff, que antes de fotógrafa fue actriz, ya sabía hasta que punto una persona puede convertirse realmente en el personaje que interpreta. La cuestión ahora era saber entrelazar sus dos oficios. “Se podría decir que mi trabajo está lleno de aspectos del teatro”, explica, “he estado fuertemente influenciada por las nociones de juego y fantasía que se desarrolla en este arte, que también influyó en mi percepción de la realidad. ¿A qué personas se aferra cada uno cuando le dan la oportunidad de ser otro? ¿Cuál es su verdadero rostro? ¿Cuáles son las máscaras que llevan en su vida diaria? ¿Cuánta es la influencia de su entorno y las circunstancias de las que procede?
En ocasiones, la evidencia de que esas fotos atrapaban sus deseos es flagrante. “Por ejemplo, en Mali [uno de los países con mayor tasa de mortalidad infantil del mundo], la mayoría de los niños tuareg del desierto con los que trabajé quieren ser médicos, para salvar vidas. En Kulusuk (Groenlandia), quieren ser cazadores, o empleados del aeropuerto, o tenderos locales. Son dos ambientes opuestos, pero ambos son muy aislados. En ambos los niños viven en pequeñas comunidades donde las personas se aferran a las viejas tradiciones y a la supervivencia. Ambos sueñan con cosas muy diferentes a las que soñamos en nuestra cultura occidental, en la que nos aferramos a nuestro estilo de vida individualista y nuestros sueños personales”.
Con la ayuda de ONGs y escuelas locales, la fotógrafa conocía a los menores y trataba de hacer que se sintieran cómodos para expresarse con libertad. “Frente a la cámara no quería que jugasen a ser un personaje, quería que lo fueran. Ellos mismos escogían sus trajes y sus pinturas. Yo montaba un pequeño studio en cada lugar para aislarsles de su entorno, y ellos, soñaban”.
El producto final de cada una de las sesiones es una primera imagen de ese entorno del que separaba al niño, e instantáneas de unos menores ataviados en improvisados uniformes profesionales de los que parecen legítimos poseedores.
- Sofie, ¿por qué se llama ‘Translations’ (traducciones) esta colección?
- Porque el resultado final, los retratos de los niños, nos muestra una traducción o interpretación de esos sueños .
- ¿Cuál ha sido tu intención con este trabajo?
- Yo siempre trato de crear imágenes imaginarias, oníricas, que sirven para plantear preguntas en lugar de dar respuestas. Trato de sacar una realidad diferente que puede no ser visible, pero que se sentía o se intuía. De esta manera surge un mundo en el que la ficción y lo real se comunican y se hacen difíciles de distinguir.
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