“Ser un turista de masas es, para mí, convertirse en un estadounidense actual: alienado, ignorante, ambicioso de algo que jamás podrá tener, desilusionado de maneras que jamás podrá admitir. Consiste en arruinar la no-arruinada experiencia que uno debería vivir. Es imponerse en lugares que serían, de formas no económicas, mejores y más reales sin uno. Es confrontar una dimensión propia tanto ineludible como dolorosa: el turista es alguien económicamente significante pero existencialmente despreciable, un insecto sobre algo muerto”. -David Foster Wallace
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