El mundo siempre fue un muestrario de los errores humanos. Cuanto más en armonía vivas con sus leyes, mejor te irá. Tómate un tiempo para examinarte, descubrir tus contradicciones y admitir y corregir tus errores. Pregúntate si lo que falla es la voluntad del creador o la tuya propia.
Con el desarrollo del sistema nervioso se atenuó el rigor con que la herencia nos condiciona. Se desarrollaron el aprendizaje y la memoria. Hay una parte cerrada hereditaria y una parte abierta que mejora la capacidad de responder. El programa genético impone estructuras, funciones y atributos pero permite crear potencialidades, reglas y marcos. La importancia creciente de la puerta abierta es lo que le da una orientación a la evolución.
El organismo puede varias las respuestas y eso aumenta la libertad para elegirlas. El libre albedrío sufre restricciones: debe existir un medio que lo propicie, privado de afectos maternos y alimentos el niño ni siquiera podría hablar. Hay límites para la información que puede recibir y recordar.
Los sistemas de señales favorecen la creación de integraciones de orden superior al organismo. Esa capacidad se incrementó y el cerebro creó un filtro entre el organismo y el medio. La prolongación de la vida fetal, la bipedestación, la liberación de las manos, y la aptitud lingüística le dieron más autonomía, creando sistemas de comunicación, regulación y memoria que funcionan a un nivel superior al del organismo.
Los sentidos son las ventanas por las que incorporamos el mundo. Lo real está ahí pero lo que importa es la percepción. Si entra basura, basura sale. Percibir en piloto automático evita ser invadido por los estímulos, pero impide el ingreso de lo nuevo. Con la bipedestación, la mano reemplazó a la boca, el cerebro se desarrolló, nacieron el alfabeto y el pensamiento y se perdió el olfato. Los conceptos abstraen lo general, con ellos se filtra y se interpreta. Como son filtros falibles, “lo vi con mis propios ojos” puede ser una trampa hecha con cristales deformadores.
Con la escritura la comunicación pudo liberarse del aquí y del ahora y la memoria colectiva pudo acumularse en una memoria colectiva. Eso lo llevó a Newton a afirmar: “No soy un genio, estoy parado sobre las espaldas de gigantes”. Hoy con las técnicas electrónicas se puede conservar la imagen y el sonido y transmitirlos al instante a cualquier parte del mundo sin la restricción espaciotemporal.
La transmisión de la cultura entre generaciones es como un segundo sistema genético superpuesto al de la herencia. La necesidad de reproducirse está en el corazón de los dos sistemas. La Universidad ejerce el papel de la estirpe que hace germinar y las ideas invaden el cerebro como los virus a las células. Siguiendo a la selección natural se seleccionan y multiplican según las ventajas que confieren al grupo que las incorpora.
El hombre posee el programa genético más abierto y flexible. Pero hay un límite que el programa genético impone a la plasticidad del espíritu humano. Con el conocimiento el hombre es el único producto de la evolución que puede controlar la suya propia. Favorecer lo que le interesa y eliminar lo que le molesta. Nada le impide aplicar sobre sí mismo los procedimientos de selección que aplica sobre los caballos de carrera, las ratas de laboratorio o las vacas lecheras. Deberá descubrir todavía qué factores influyen en la originalidad, la belleza, la resistencia física, entre otros.
Lo que evoluciona no es la materia sino la organización emergente, capaz de integrarse con otras en nuevas unidades que crean y que luego las las dominan. En el mundo inanimado pude predecirse con precisión. En los seres vivos las desviaciones producidas por la selección natural impiden predecir lo que pasará. Hoy el mundo es el mensaje, el código y la información. ¿Qué pasará mañana? Es un verdadero misterio
La ciencia y la religión. Dios, creó al hombre a su imagen y semejanza y le transfirió su poder creador: Creced y multiplicaos y dominad lo que hay en la Tierra fueron sus mandatos. Dejó el mundo inconcluso para que colabore en la creación y la complete, hasta el “fin de los tiempos”.
Bill Gates a los 19 años acudió a la destrucción creativa. Vendió a IBM el sistema operativo D.O.S que había comprad adaptándolo para que hicier funcionar los ordenadores personales. Sin tener un producto innovador mejoró el diseño del sistema. El éxito depende muchas veces de combinar una idea creativa, curiosidad por aprender y habilidad para actuar. Cuando Dios creó al mundo dejó partes incompletas: en lugar de proveer el pan, la naturaleza da trigo, en vez de ladrillos la tierra brinda la arcilla, y nosotros tenemos que construir el pan y los ladrillos.
Dios bendice al hombre y lo pone en “el Edén”, para que lo trabaje. La profesión también significó la forma de re-ligarnos con el Creador. El trabajo es la forma de colaborar con la creación y es el modo de santificarse haciendo bien las tareas ordinarias. El primer mandato es crecer, aumentar la población y llegar a todo el mundo. El otro es dominarlo y hacerlo cada vez mejor. Aunque logremos muchas metas, siempre querremos nuevos desafíos y tendremos que trabajar. A través de los siglos perdimos el sentido de lo que hacemos, del origen y destino de la vida, pero hay momentos en que nos re-ligamos (re-ligión es volver a ligarnos con el origen) y recuperar el sentido.
El trabajo bien hecho, individual o colectivo, agrega valor a lo que se aplica. Un señor se va de viaje y distribuye a tres administradores sus talentos. Un talento de oro pesado= 58 kilos. Al volver les pide rendición de cuentas. El primero con 5 obtuvo otros 5. El señor lo felicita y le dice que pase a gozar con él en su morada. El segundo con 2 obtiene 2 y el señor lo felicita y lo hace pasar. El tercero no obtiene resultados pues los enterró por miedo a perderlos. El señor lo desaprueba y lo manda a afuera y le indica que al menos lo hubiera colocado a interés. Es fundamental producir resultados, obtener mayor valor que el original con el trabajo. Para eso estamos dotados de “talentos”.
Podemos concluir que la ciencia y la economía no están reñidas con la religión. La Biblia contiene enseñanzas que deben ser entendidas con la clave de “transformar el mundo”, “desarrollarlo”. Cada vez que innovamos o descubrimos, estamos contribuyendo a completar la Creación.
Sin alimento se detiene al cerebro. El doctor Albino desarrolla una cruzada contra la mala alimentación. Integró el núcleo de especialistas que en el Vaticano desarrollaron el ciclo Pan y Cerebro, que aplica la tecnología para mejorar la alimentación, la nutrición y el desarrollo neurocognitivo. Piensa que pueden guiar a los políticos para aportar soluciones a millones de niños privados de alimentos y educación. Se refiere a genética vegetal, a desarrollo del cerebro, seguridad alimentaria y a la educación que pueden converger hacia soluciones integradas. La idea del Papa es que todos los chicos tengan la misma posibilidad y construir a través de la educación una sociedad inclusiva, que permita el encuentro y la cooperación.
Sin cerebro no se puede hacer nada. Para tener educación hay que tener cerebro. El 80% del cerebro se forma en el primer año de vida. Crece un centímetro por mes. El crecimiento gigantesco lo hace en el primer año de vida. La formación del sistema nervioso central está determinada en los primeros 2 años de vida. Si durante este lapso el niño no recibe la alimentación y estimulación necesarias, se detendrá el crecimiento cerebral y el mismo no se desarrollará normalmente, afectando su coeficiente intelectual y capacidad de aprendizaje; corriendo el riesgo de convertirse en un débil mental. Con alimento y estímulo adecuado el individuo tendrá rapidez mental, capacidad de relacionarse y de asociarse.
La leche materna es fundamental. Dios cubre las necesidades con éste invento. La leche materna protege: le da la cuota de humanidad al hombre. La leche materna es barata, está a mano, siempre disponible y no hace falta talar bosques para hacer energía, es decir, resulta ecológica.
El chico alimentado a pecho tiene menos trastornos alérgicos y un coeficiente intelectual de 10 puntos más. Y la mujer que amamanta sufre menos alteraciones en su organismo, menos posibilidades de tener cáncer de mama, por ejemplo. En los Estados Unidos se hizo un estudio a los hombres que fueron a la guerra de Vietnam pero que no habían matado por ser incapaces de hacerlo. Un rasgo distintivo es que habían sido amamantados.
Hay madres que no pueden dar de mamar porque los bebés son intolerantes a la leche materna, o porque están enfermas o tienen infecciones. En estos casos una mamadera dada con amor, con atención, con cariño y caricias genera los mismos efectos positivos de la leche materna.
El chico alimentado a pecho tiene menos trastornos alérgicos y un coeficiente intelectual de 10 puntos más. Y la mujer que amamanta sufre menos alteraciones en su organismo, menos posibilidades de tener cáncer de mama, por ejemplo. En los Estados Unidos se hizo un estudio a los hombres que fueron a la guerra de Vietnam pero que no habían matado por ser incapaces de hacerlo. Un rasgo distintivo es que habían sido amamantados.
Hay madres que no pueden dar de mamar porque los bebés son intolerantes a la leche materna, o porque están enfermas o tienen infecciones. En estos casos una mamadera dada con amor, con atención, con cariño y caricias genera los mismos efectos positivos de la leche materna.
La principal riqueza de una Nación y del mundo, es el capital humano. Alimentarlo bien y darle seguridad, es enseñarle a vivir con valores. Así la virtud se encarna. Estimular la fe, la caridad, la moral, ser positivos. Debemos ocuparnos de los chicos con buenas lecturas, las crisis pasan, ellos se van criando, es preciso hacerlos fuertes, seguros. Es fundamental terminar con la guerra del hombre contra el hombre, y luchar contra el hambre.
Los circuitos de recompensa. Son mecanismos de placer que involucran regiones cerebrales comunicadas por mensajeros químicos o “neurotransmisores”. La dopamina está involucrada en la motivación, el placer, la memoria y el movimiento. El placer se produce a través de la liberación de la dopamina en el “centro de placer del cerebro”. La acción de una droga adictiva influye en ese sistema.
En 1950 James Olds y Peter Milner, hicieron implantes de electrodos en el cerebro de las ratas y descubrieron que las drogas adictivas pueden liberar hasta diez veces y de forma más rápida más dopamina que las recompensas naturales. La dopamina no sólo contribuye a la experiencia del placer, sino que desempeña un papel en el aprendizaje y la memoria, elementos clave en la transición de consumir algo a convertirse en adicto. La investigadora Nora Volkow, en EEUU, utilizó una técnica de neuroimágenes para etiquetar los receptores de dopamina en el cerebro y descubrió que el funcionamiento normal del sistema dopaminérgico cerebral parece estar afectado en el abuso crónico de drogas. Sin embargo, este estudio planteó preguntas fundamentales: ¿Son estos cambios en los receptores de un drogadicto las consecuencias del abuso o viceversa?
Los estudios de gemelos muestran que alrededor del 50% de la susceptibilidad a la adicción es hereditaria. Pero el comportamiento juega cuando se trata de reforzar un hábito. Al tomar decisiones como desear comer un chocolate pero no hacerlo para evitar sus efectos. A veces no se puede, pero son más las veces que se puede. En el comportamiento compulsivo fallan los frenos del cerebro que deben ejercer el control cognitivo.
La adicción se aprende y se almacena como memoria en el cerebro por lo que la recuperación es lenta. Incluso después de que una persona renuncia, la exposición al sitio de la droga, caminar por una calle donde la compraron o tropezar con personas que siguen consumiendo les trae un tremendo impulso a querer consumir de nuevo. Existen una serie de tratamientos que lograron eficacia, por lo general al combinar estrategias de autoayuda, de psicoterapia y de rehabilitación. Para algunos tipos de adicciones, ciertos medicamentos también pueden ayudar.
En “El jugador” se refleja la adicción de Dostoievski por la ruleta. Su protagonista dice: “Si pudiera dominarme durante una hora, sería capaz de cambiar mi destino”. Esta frase permite definir la adicción, una forma peligrosa de búsqueda de placer. En una carta de 1867, Dostoievski le cuenta a su esposa que el dinero lo perdió en el casino: “Al principio perdí muy poco, pero cuando comencé a perder, sentía deseos de desquite y cuando perdí aún más, ya fue forzoso seguir jugando para recuperar aunque sólo fuera lo necesario para mi partida, pero también eso lo perdí.” “De hoy en adelante voy a trabajar y voy a demostrar de qué soy capaz.” El mismo desaliento y el mismo propósito de enmienda de todos los que no pueden dominarse y, de este modo, cambiar el destino. Así y todo, pudo cumplir con eso de escribir y demostrar de todo lo que era capaz
El gen es la unidad biológica creadora de rutas codificadas. La unidad cultural que soporta las creencias es el meme, un término que surge de gen y memoria. Los memes se propagan por imitación y se presentan en múltiples aspectos, hasta las empresas copian a las exitosas. Genes y memes se ocupan de reproducirse, pero pueden ser virtuosos o virósicos e ingresar a las células, a las neuronas o al disco rígido de la PC para destruirlos.
Un meme que llega a la mente, influye más cuando no se poseen filtros eficaces. Los memes crecen según la atención que se les brinda. El más poderoso es el de supervivencia. También hay otros formados por la educación. Quien sólo aplica memes hará lo que siempre hizo y no lo que quiere hacer: es un prisionero. Quien cuestiona por qué defiende una idea, evitará los memes indigestos. Para no quedar atrapado, hay que aprender a crear memes propios. Fabricar memes es intermediar entre la naturaleza y la cultura, para completar la página en blanco que es la mente al nacer y convertirse así en el constructor del propio destino. Desde que el mundo es mundo se replica un programa genético que nos constituye por herencia. La buena noticia es que lo podemos mejorar. El futuro del mundo no existe, por eso debemos inventarlo.
Dr. Horacio Krell. CEO de Ilvem. Entidad dedicada a la educación del cerebro. Mail de contacto: horaciokrell@ilvem.com
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