Publicado por: Xavier Roca Torruella
La palabra marca está de moda. La utilizamos todos y con mucha frecuencia. Incluso los más pequeños ya conocen de su existencia y de su significado. El concepto de marca tiene diferentes significados. Según la Real Academia Española puede significar una señal hecha en una persona, animal o cosa para distinguirla de otra. También significa instrumento para medir, o medida cierta y segura del tamaño de una cosa incluso, a nivel deportivo, el mejor resultado técnico homologado. No obstante, existe además otra acepción al concepto marca. Según elOxford Concise Dictionary también se entiende marca como el hecho de dejar una impresión inolvidable en la mente de una persona. Esta acepción transmite una idea importante. Las marcas, no son sólo los logotipos o las imágenes, colores y formas de miles de productos. Son básicamente percepciones que tienen las personas sobre determinados productos, servicios… Las percepciones son totalmente subjetivas; se crean en nuestra mente y definen la imagen que cada uno de nosotros tenemos sobre estos productos.
Con las marcas personales sucede lo mismo. Una marca personal no es el nombre completo de una persona, ni su propia página web, ni su tarjeta de visita o su Curriculum Vitae. Es básicamente, la imagen que tienen sobre él determinadas personas. Como bien dice Jeff Bezos, CEO de Amazon, la marca personal es “aquello que dicen de alguna persona cuando no está delante”. También se basan en percepciones y por ello, también son terriblemente subjetivas.
Estoy seguro que todos hemos tenido diferentes profesores/as, jefes/as, compañeros/as de trabajo, novios/as, amigos/as… También estoy seguro que la mayoría de estas personas las hemos olvidado o casi olvidado. La mayoría de ellos no han dejado marca, no han dejado huella en nuestro recuerdo, en nuestra mente. Seguramente, sólo pocas personas nos han marcado realmente a lo largo de nuestra vida. Nos acordamos de ellas por mucho que pase el tiempo, evocan en nosotros sentimientos positivos, nos apetecería volver a estar con ellos…en definitiva, estas personas nos han dejado marca y por lo tanto podemos decir, que tienen una marca personal potente.
Ahora bien, ¿de qué depende el hecho de dejar marca en otras personas? Pues de muchos factores como la competencia profesional, la capacidad de trabajo, tus conocimientos… Pero, a mi entender, existe un factor que sobresale notablemente del resto. Se trata de las emociones. Las personas que gestionan bien sus emociones y sobretodo saben gestionar e impactar en las emociones de los demás (lo que se conoce como Inteligencia Emocional) suelen dejar una huella mayor en la mente de las personas. Seguramente, si repasamos aquellas personas que nos han marcado encontraremos no al mejor profesor o jefe o compañero, ni al más preparado, ni al más listo, sino al que mejor nos hizo sentir, quien más nos hizo disfrutar de nuestro trabajo, estudio, hobbie… Gestionar e impactar en las emociones de los demás es un requisito fundamental para dejar marca en alguien.
Como suele decirse, las personas con frecuencia olvidamos aquello que nos dicen o aquello que vemos. No obstante, difícilmente olvidamos aquello que nos hicieron sentir, la forma en la que impactaron en nuestras emociones. Y tú, ¿impactas en las emociones de los demás?, es decir, ¿dejas marca?
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