La marca personal se conjuga en presente fue el título de un post que escribí hace ya un par de años. A diferencia de la terapia que hurga en el pasado para encontrar elementos que ayuden a comprender una situación que bloquea y crea disfunciones o de los adivinos que escrutan el futuro a través de modelos y proyecciones o de la simple inventiva el personal branding se centra en el momento presente para vivirlo en plenitud y usarlo como palanca de construcción del futuro.
Leo en el número de marzo de este año de la Harvard Business Review una entrevista a la Dra. Ellen Langer’s, experta en mindfulness oprocesos de consciencia plena, que vivir el momento presente con consciencia plena es tener activados dentro de nosotros los mecanismos necesarios para saber detectar de manera activa cosas nuevas, es tener los ojos, los oídos y los sentidos preparados y en disposición de captar los mensajes que nos llegan del entorno para analizarlos, procesarlos, integrarlos y gestionarlos. En la práctica esto significa tener una doble visión del día a día por una parte desde la trinchera donde los acontecimientos se suceden uno detrás de otro y por otra desde la colina para enmarcarlos en su contexto global y observarlos con perspectiva para saber como se interrelacionan y gestionar así las respuestas y soluciones más adecuadas. Hacer lo contrario nos focaliza en los problemas individuales, nos lleva a evaluaciones negativas y pesimistas y al final nos incapacita para encontrar soluciones y aparece el monstruo de stress que nos corroe.
Vivir el momento presente con consciencia plena requiere voluntad y apertura de mente y la capacidad de poner en tela de juicio lo que vemos y lo que hemos aprendido, la Dra. Langers nos recuerda que no podemos solucionar los problemas de hoy con soluciones de ayer y esto es uno de los preceptos básicos de la gestión de la marca personal. Quien no esté dispuesto a ser crítico con su vida no será capaz de gestionar su marca personal.
El conocimiento de uno mismo, el saber explicar por qué estamos aquí y que queremos hacer para ser más felices y aportar felicidad a los demás que es ni más ni menos que nuestra propuesta de valor, el dotarnos de las herramientas que nos ayuden a centrarnos en lo que queremos dejando de lado el ruido ambiental que nos contamina y paraliza constituye la base de la huella que vamos a dejar en los demás.
Muchas veces el gran error de los consultores de marca personal consiste en saltarse este paso. Todos hemos tenido la tentación de tratar a un cliente bien posicionado social y profesionalmente o con habilidades potentes y bien consolidadas como si fuera un producto o una marca comercial y no una persona y pasar directamente a gestionar la estrategia y la visibilidad sin profundizar en la persona, su proyecto y en la manera de enfocarlos para vivir con consciencia plena. Gestionar la estrategia y la visibilidad de algo que no se ha ponderado y puesto en tela de juicio acaba generando un artefacto, un artificio y no una marca.
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