"La seguridad representa nuestro sentido de la valía, nuestra identidad, nuestra base emocional, nuestra autoestima, nuestra fuerza básica personal( o la ausencia de ella )…”. Stephen Covey

http://principiodeuncomienzo.wordpress.com/2014/04/30/no-eres-un-inutil/ 
untitled6.png (259×194)No valgo para nada. No soy útil para nada ni para nadie. Más bien soy un gran inútil. Ya no se qué hacer con mi vida. Bueno si, pero mejor no te lo digo..”. Han sido las últimas frases de un email que acabo de recibir.
 “No valgo para nada…” es algo que todos nos hemos dicho alguna vez en la vida.
Nos metemos nosotros mismos en una rueda que no hace más que girar y girar, impulsada por pensamientos así, “No valgo nada, soy lo peor, siempre me pasa lo mismo, nadie volverá a confiar en mí…”.
Todo momento de crisis y más en los que estamos viviendo, nos llevan a una crisis de utilidad, como acuñó su concepto, mi amigo Jorge Gutiérrez.
Antes de cualquier debacle, nos sentimos útiles, lo más útiles… tenemos trabajo, hacemos felices a las personas que nos rodean. Sentimos que ayudamos al mundo con nuestra aportación, por pequeña que sea.
Pero ahora piensas, que ya nada vale la pena, ni tú mismo.
 Te has quedado en paro, sin pareja o los amigos con los que siempre estabas, ya no lo están porque tienen novias o casados y tienes que hacerte otros amigos, si quieres hacer algo fuera de casa.
“ Soy un inútil..” te dices a ti mismo. Ya nadie te va a pedir que le ayudes haciendo eso que se te da bien a ti. Nadie querrá ser tu amigo, a una edad ya es difícil de hacer amigos. O como está el mercado laboral, a tu edad es difícil contraten a alguien.
También he conocido a gente que llevaba la palabra “inútil” impresa a su carácter desde la niñez. La educación de algunos padres, hace decirles a sus hijos, que son inútiles, que tienen que hacer las cosas como están estipuladas, que la vida es muy dura, que sin esfuerzo no se conseguirá nada en la misma… Una presión que lleva a dos situaciones, a creerse que de verdad eres un “inútil” para todo, ya que no has llegado a conseguir satisfacer las expectativas de tus padres y a “explotar” emocionalmente a veces con consecuencias nefastas.
Ese trabajo no era lo que te hacía sentirte útil, era como te desarrollabas en él, cómo te ibas superando, en el aprendizaje que ibas acumulando y las experiencias que vivías.
Esa pareja no te hacía sentirte útil, era las experiencias, las sorpresas, los momentos que le hacías vivir para hacerla feliz a tu lado.
Tu familia te decía de pequeño que era un inútil. Mentira. Lo que pasaba que no llegabas a las expectativas desmedidas que ellos tenían sobre ti. Pero si te das cuenta, has ido haciendo cosas increíbles, únicas, que jamás pensaba que podrías hacer. Y si, no pienses que no te querían porque no alcanzabas ese listón, ellos te querían, claro que sí, pero a su manera.
Al no alcanzar esos listones de tu familia, al no tener pareja o un puesto de trabajo, ahora piensas que no vales para nada, que no tienen ningún don, que la vida no tiene sentido sin alguna de esas cosas.
¡¡FUERA YA ESOS PENSAMIENTOS!!
Tú vales muchos más de lo que te creías antes y ahora. Ves a la vida de color negro, dices que no tienes ninguna motivación, que no tiene ningún sentido ya nada.
Dudas de ti, de tus capacidades. Tu confianza se ha ido ya hace tiempo con otra persona.
Sin ese trabajo, sin esa persona, sin ese amor que tanto crees que te hace falta, sientes que no hay ningún aliciente para levantarte de la cama. Te gustaría que la vida pasase lo más rápido posible.
¡¡YA ESTA BIEN!! LEVANTATE. VALES MUCHO.
¿Y por qué te digo todo esto aunque no te conozco? Porque yo me he sentido así en algún momento de la vida. ME SENTÍA UN VERDADERO INUTIL.
Dependía del exterior, del qué dirán, de si satisfacía o no las expectativas de los demás. Y cuando no lo conseguí, caí en un gran bache.
Pensaba que mi vida solo dependía del exterior y estaba muy equivocado. Desde la juventud, dependemos más del exterior que del interior y cuando perdemos el lazo que nos hace sentirnos parte de la sociedad, pensamos que somos lo peor. Dependemos más del amor de afuera, que del amor que tenemos dentro de nosotros mismos. Nuestra autoestima, confianza, depende más de alguien, que de nosotros mismos.
inutilPues estas muy equivocado.
Como bien dice Jorge, basamos lo que somos en algo tan frágil como un castillo de naipes. Que con un soplido como el lobo cuando quiere tirar la casa de los 3 cerditos, lo hace con facilidad, quedándose en simple escombros, desaparece todo rápidamente.
BORRA DE TU VOCABULARIO, LA PALABRA INÚTIL, VALES MUCHO.
Ahora que tu personalidad, tu ser, piensas que se ha quedado totalmente desvalido, desnudo, es el momento ideal, para reconstruirte.
¿Cómo empezar? Reafirmándote en tu valía.
Haz una lista de esos pequeños, grandes y medianos éxitos que has ido consiguiendo a lo largo de tu vida.. Hacer el camino de Santiago, construir alguna cosa para tu casa, ir al gimnasio todos los días , dar una conferencia delante de tus compañeros de trabajo o decir a esa persona que tanto te gusta “Me gustas”…
Aunque no creas, has hecho muchas cosas, que han hecho superarte a ti mismo y ponerte una sonrisa en los labios tras superar tus límites.
Los superaste por ti mismo, sin que nadie te dijera nada, sin depender de las direcciones de nadie… Sé que te parecerán proyectos pequeños, sin importancia, que todo el mundo podría haberlo conseguido, pero los hiciste tú sólo, por iniciativa propia.
¿Ya has escrito esos hechos?
Y ahora viene el gran reto, adentrarse en uno mismo. Antes dependías de los demás, pero en esta vida, solo dependes de una persona, DE TI MISMO.
Te sientes desvalido, sientes que no vales nada, Y VALES MUCHO. Conócete, respóndete con sinceridad a esas preguntas que tanto miedo te han dado siempre, como por ejemplo: “ ¿En qué soy bueno? ¿Tiene sentido mi vida? ¿Cuál es el concepto que tengo de felicidad? ¿Soy feliz?..”.
Da miedo, respeto, cague, … como quieras llamarlo, pero al empezar a conocerte de verdad, te darás cuenta, de quien eres, de tus potenciales, de tus valores ( algo que nunca deberías sabotearte ), de ti… y te irás dando cuenta, que VALES MUCHO.
Has conseguido muchas cosas que te has propuesto, más de las que crees. ¿Y ahora vas a tirar la toalla por qué no tienes pareja? ¿Deprimido por qué no tienes trabajo? ¿Tu felicidad depende del exterior o de ti?
Sólo  decides cuanto vales, no puede depende tu valoración de nadie más.
DEPENDE DE TI. A lo mejor ahora es el momento de crear ese sueño que siempre has tenido, a lo mejor ahora por fin de gritar a los 4 vientos, como eres, lo que sientes y quieres en la vida.Solo depende ti conseguir todo lo que deseas, no depende de nadie más. Sólo depende de ti, decirte a ti mismo, te quiero, cuidarte, motivarte, alentarte.
 Tu felicidad, tu satisfacción, el aceptarte a ti mismo, sólo depende de una persona, y se llama, TÚ.
 VALES MUCHO MÁS DE LO QUE TE IMAGINAS. PUEDES CONSEGUIR MUCHO MÁS DE LO QUE ESTÁS HACIENDO AHORA. DEMUESTRATELO A TI MISMO
¿Qué te hace sentirte útil? ¿Es algo interno o externo a ti? ¿Por qué te sientes un inútil? ¿Quién te hace sentir así?

RALPH WALDO EMERSON

http://www.alexrovira.com/reflexiones/blog/articulo/ralph-waldo-emerson 

Este escritor, poeta y filósofo estadounidense –nació en Boston en 1803 y falleció en Concord en 1882– destacó por haber fijado los principios del trascendentalismo en el s. XIX, básicos para perfilar un “Nuevo Pensamiento”. La filosofía trascendentalista sugiere que no todo está pensado o dado por un Dios, sino que las personas pueden acceder al saber y a las cosas directamente desde la propia naturaleza: la verdad puede ser intuida por el alma humana. Estas ideas se consideraron radicales en su época, pues se creía que toda verdad era divina.
El padre de Ralph murió cuando éste contaba con solo ocho años, y fue su madre quien, con gran esfuerzo, sacó adelante a sus hijos aceptando caridad, y quien consiguió becas para que ingresaran en la prestigiosa Universidad de Harvard. A este esfuerzo, se sumó el dolor por la pérdida con pocos años de diferencia de dos de sus hermanos y de su propia esposa, tocados mortalmente por la tuberculosis cuando apenas tenían veintipocos años.
Tras graduarse en Harvard y estudiar allí teología, se ordenó pastor unitario, pero renunció al sacerdocio tres años después, influido por la muerte de su mujer. Ya en sus años de estudiante universitario había comenzado a escribir su “Diario”, además de recopilar textos que le impresionaban. Seguía con esa labor cuando, por cuestiones de salud, se mudó a Carolina del Sur. Allí conoció al sobrino de Napoleón Bonaparte, Achille Murat, que le estimuló intelectualmente, y tuvo su primer contacto con la esclavitud. Desde entonces, Emerson se proclamó antiesclavista y abolicionista.
De allí, decidió viajar y ofrecer conferencias por Europa. Conoció el idealismo alemán y las ideas de los poetas románticos ingleses, como Coleridge y Wordsworth, y del ensayista Thomas Carlyle. Plasmó todas estas influencias en sus escritos éticos y en su poesía, en los que preconiza que la conciencia individual está por encima de cualquier credo religioso. Al volver a EEUU, se casó de nuevo y tuvo cuatro hijos. En esos años, reunió a Henry Hedge, George Putnman, George Ripley, Margaret Fuller, Elizabeth Hoar y Sarah Ripley en el conocido como Club Trascendental, donde compartían las ideas del trascendentalismo.  Otros grandes pensadores, como Nathaniel Hawthorne y Henry David Thoreau, fueron sus discípulos, y poetas y filósofos como Whitman o Nietzsche reconocieron su pensamiento. Apodado “el sabio de Concord”, Emerson publicó obras esenciales, como “Ensayos”, “El sentido de la vida”, “Poemas” y la revista “The Dial”.
Es un autor al que vale la pena conocer y leer. Ensayos breves como “Confía en ti mismo” contienen fragmentos deliciosos.
Paradójicamente, aunque Emerson escribió que detestaba las citas y aforismos, fue pródigo en su creación. Para finalizar esta entrada, deseo compartir algunos de ellos:

“No ha aprendido las lecciones de la vida quien diariamente no ha vencido algún temor.”
“Medite al atardecer, mirando las estrellas y acariciando a su perro, es un remedio infalible.”
“Nada grande se ha conseguido sin entusiasmo.”
“Grabad esto en vuestro corazón: cada día comienza en nosotros un año nuevo, una nueva vida.”
“Si sientes que todo perdió su sentido, siempre habrá un ‘te quiero’, siempre habrá un amigo.”
“Aunque viajemos por todo el mundo para encontrar la belleza, debemos llevarla con nosotros para poder encontrarla.”
“La única manera de hacer un amigo es serlo.”
“Abandonar puede tener justificación; abandonarse, no la tiene jamás.”
“No vayas adonde el camino te pueda llevar; ve donde no hay camino y deja un sendero.”
“Pon tus palabras en acción, y no permitas que tu lengua diga torpezas.”
“Ser uno mismo en un mundo que constantemente trata de que no lo seas es el mayor de los logros.”
“Haz siempre lo que temas hacer.”
“La alegría, cuanto más se gasta, más queda.”

Conocedle, leedle. Emerson os sorprenderá.
Os deseo una feliz semana.

Álex

"Los ganadores buscan soluciones; los perdedores buscan excusas"

http://www.franciscoalcaide.com/2014/04/me-pagan-por-lanzar-no-por-encestar.html 
 A lo largo de una media hora expuse cuál era el origen del libro y las principales conclusiones del mismo, en torno a 4 cuatro grandes ideas que fui desarrollando:

1. No existen los límites: el ser humano puede conseguir lo que se proponga.
2. No existen las personas especiales: toda persona tiene el potencial para conseguir sus metas.
3. Nuestra capacidad de aprender es nuestro activo más valioso.
4. La mejor forma de aprender es aprendiendo de los mejores.

Posteriormente, fue Óscar Yebra quien intervino contando algunas reflexiones fruto de su carrera en el baloncesto profesional en 3 países (España, Francia e Irán) así como en la selección española. Y justo después establecimos un debate-coloquio con él para preguntarle inquietudes y dudas sobre cómo había gestionado su desarrollo personal, donde hubo una activa participación del público.

Hoy me quiero detener en algunas reflexiones que nos dio Óscar Yebra, al que invitamos como representante de los mejores, acompañadas de algunos comentarios: 

1. Me pagan por lanzar, no por acertar. Fue una de las frases más contundente de la tarde, y su filosofía en la cancha de baloncesto. Y añadió: «El fracaso es no intentarlo; fallar es parte del aprendizaje». El mayor riesgo es no arriesgar. Aquí lo hemos repetido muchas veces y así aparece en el libro: Hay gente que nunca se ha equivocado pero toda su vida es un error. Óscar lo explicó bien: «Si fallas, a lo mejor te dan otra oportunidad. Pero si no fallas nunca porque no te has atrevido, nadie sabrá lo bueno que eres». Sin atrevimiento, sin valentía, no se logra nada interesante. El agarrotamiento pasa factura.

2. La excelencia viene determinada por Actitud, Constancia y Talento (en ese orden). Primero, la predisposición para sumar y crecer: hay gente que va dando brincos y hay gente que va arrastrándose por la vida. Cada ocasión (partido, conferencia, clase, reunión...) es una oportunidad de aprender y crecer si se tiene la actitud adecuada. Luego la constancia: sin trabajo duro no se consigue nada. Óscar tiraba entre 400 y 500 tiros todos los días al margen de los entrenamientos oficiales. No es casual que estuviese varios años entre los 3 mejores tiradores desde la línea de 3 puntos. Como apuntó: «Está bien soñar, pero sentado en el sofá de casa no se consigue nada».

3. He tocado fondo muchas veces. Le pregunté cuándo tocó fondo en su carrera, y me contestó que no había sido sólo una vez. Todo el mundo que llega lejos sufre. Hay momentos difíciles: dudas, errores, fracasos, bajones emocionales... El camino está plagado de obstáculos. Óscar relató como cuando era muy joven le vino un gran éxito, el seleccionador le llamó para participar en el Eurobasket. Sin embargo, pocos días antes de la concentración se rompió un dedo corriendo y al final se quedó fuera. Fue un golpe emocional fuerte. Pero salió adelante. ¿Cómo lo consiguió? Así lo dijo: «Las cosas se gestionan porque no hay otro remedio». Eso sí con el apoyo de su familia quien le dijo: «Si te han dado esta oportunidad ahora porque lo has demostrado, te darán otra».

4. El pasado como mochila no como ancla que nos impida avanzar. Como se dice en la película El Rey León (1994): «Sí, el pasado fue doler, pero tal como yo lo veo, o puedes huir de él o aprender de él» (ver escena en el siguiente link). Hay que reconciliarse con el pasado, aprender de lo ocurrido, pasar página y mirar hacia delante. Otra cosa es flagelarse y alimentar emociones de frustración, nostalgia y rencor. No puedes cambiar el pasado, pero sí arruinar el presente rumiándolo. Como dice la frase de bienvenida de la web de Óscar: «Mis circunstancias actuales no determinan hacia dónde voy, sólo dónde comienzo».

5. El éxito es la pasión llevada a cabo. Volvió esa palabra mágica: Pasión. De ello ya hablamos hace poco en el post Las dos fuerzas invisibles para tu éxito. El propio jugador dijo: «Yo siempre he sido exitoso, porque siempre he dado lo máximo cada día». Hay que disfrutar de lo que uno hace. Se puede mezclar pasión y disfrute, trabajo y placer. Eso fue lo que descubrió y así lo relata Mihaly Csikszentmihalyi en su libro Fluir (Flow): Una psicología de la felicidad: «Descubrimos que los momentos de mayor felicidad de las personas no se producían en ratos de ocio, sino en aquellos momentos donde talentos y reto se fusionan, donde arquero, flecha y diana son uno sólo».

6. Los deportistas nos jubilamos dos veces. Una cuando acaba la carrera deportiva (nos dedicamos a ello desde los 8 a los 35 años) y otra la común de todo el mundo. Con lo cual toca reinventarse. Óscar apunto: «He estado dos años en el paro, y sé lo que es». La vida exige ser resiliente, mentalmente fuerte, porque las cosas no siempre marchan como uno había previsto ni con la celeridad que uno quiere. El trabajo más duro es no rendirse. Seguir adelante a pesar de todo, pase lo que pase. Lo peor en esta vida es resignarse, dejarse arrastrar por las circunstancias como un barco a la deriva. Aunque uno no vea resultados, hay que seguir pedaleando.

7. Hay que mezclar sentido de urgencia con paciencia. Es importante saber que el tiempo corre y, por tanto, que la pereza y el amodorramiento pasan factura. Pero todo ello sabiendo que las cosas no se logran de un día para otro. Y Óscar contó el ejemplo de cómo hacía poco había ido a Madrid con su hijo y pareja para ir al museo arqueológico, pero que fueron pronto, aún sabiendo que tendrían que esperar una hora de cola, porque hacerlo 15 minutos más tarde ya supondría mucho más tiempo de espera. Si uno no tiene sentido de urgencia, es fácil acomodarse.

Fue un acto muy agradable, donde muchos buenos amigos valencianos tuvieron la generosidad de asistir y apoyar el acto tanto de manera 1.0 como 2.0 por Redes Sociales. Entre ellos: Carmen Soler Pagán (@carsolpag), María Alejandra Ramírez (@malejandrarc), Miguel Ángel Díaz (@mdiazhability) —que al día siguiente presentaba el suyo Golf Directivo—, Gerardo Romero (@gerardocoach), Roberto Trivinyo (@robertotrivinyo), Inés Torremocha (@torremocha10), Marisol Franco (@marisolfrancopr), Alberto Martínez (@albertomartz17), Fani Grande (@fanigrande)...

Mil gracias a todos los que acudisteis al evento porque la sala estaba llena. Fue un placer desvirtualizaros a muchos que nos seguimos por las Redes Sociales. Y muy especialmente a Fernando Gastaldo y Óscar Yebra, que tuvieron la amabilidad de acompañarme y participar en el acto.

Puedes ver algunas fotos del evento en el siguiente link.

Fernando Gastaldo (izquierda), Francisco Alcaide (centro) y Óscar Yebra (derecha), en la presentación en Valencia

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* Ya está en marcha la 4ª edición de Aprendiendo de los mejores (Alienta, 2013). Si todavía no conoces la web puedes echar un vistazo en: http://www.aprendiendodelosmejores.es. Encontrarás entrevistas, reseñas, reportajes y más de 40 testimonios sobre el libro de conocidos directivos, empresarios, consultores, coaches y deportistas, además de algunas otras novedades.
                                                            

¿Es la conciencia un estado de la materia?

http://pijamasurf.com/2014/04/es-la-conciencia-un-estado-de-la-materia/ 

SEGÚN UN PROFESOR DEL MIT, LA CONCIENCIA PODRÍA SER UN ESTADO DE LA MATERIA EN UN ESCENARIO DE VARIABLES CUÁNTICAS: EL PERCEPTRONIUM.

POR: JAVIER BARROS DEL VILLAR -  

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La conciencia es ese pulso omnipresente en el observador, y por lo tanto se vuelve casi imposible, al menos en un plano racional, de definir. Hasta cierto punto a través de ella, utilizándola, es que podemos percatarnos de que existe, y esta dinámica ‘ourobórica’ parece suficientemente paradójica para generar un corto circuito en la narrativa que construye nuestra razón. Pero en todo caso, seguiremos intentando descifrar, desde este plano, su naturaleza y estructura, misión en la que un investigador del MIT acaba de dar un paso interesante. 
Recientemente, Max Tegmark postuló un modelo para concebir la conciencia, en el cual básicamente se le asigna la condición de un estado más de la materia. Concebir la conciencia como una sustancia con determinados comportamientos –aún si el menú es infinito–, parece ayudar a acercarnos al entendimiento de su núcleo, o al menos eso parece considerar Tegmark en su investigación Conciousness as a State of Matter. A este estado de ‘materia consiente’ le da el nombre de ‘perceptronium’, y advierte que puede diferenciarse de los otros formatos utilizando cinco principios matemáticos de sonido –cuyas particularidades, por cierto, son casi impenetrables para las mentes comunes, como la mía y probablemente la tuya, así que no iremos más allá en este sentido.
El cosmólogo sueco-estadounidense del MIT retoma una premisa planteada por Giulio Tononi, profesor de la Universidad de Wisconsin-Madison, quien en su teoría de información integrada (IIT) advierte que la conciencia se origina a partir de un sistema que puede almacenar y recobrar, de manera eficiente, enormes cantidades de información. Y aquí es precisamente en donde Tegmark desdobla su ’perceptronium’, el cual describe como: “La sustancia más general que experimenta subjetivamente la auto-percepción”. En pocas palabras, lleva un paso más allá la noción de Tononi, agregando que la conciencia es un ente indivisible y unificado. Y luego procede a describirla en términos de mecánica cuántica. Finalmente, Tegmark se cuestiona sobre por qué los seres humanos tendemos a percibir la realidad en términos de sistemas clásicos, fragmentados, de acuerdo a los preceptos culturales que hemos heredado, y no como una mezcla caótica, propia de un gigantesco sistema cuántico interconectado.
Recordemos que desde que Descartes puso el tema en la mesa, la ciencia occidental se ha auto-impuesto la misión de entender y explicar qué es la conciencia, sin que hasta ahora haya terminado de lograrlo. En un texto anterior, ¿Qué es la conciencia y por qué esta pregunta tal vez sea imposible de responder?, nos remitíamos a esa máxima taoísta que reza: “El tao que puede nombrarse, no es el eterno Tao…“, y concluíamos que “Tal vez la conciencia es solo eso que nos permite darnos cuenta que la conciencia no puede definirse (pero tampoco negarse) –algo como el universo auto-percibiéndose, y celebrándolo con cada uno de nosotros.”   
Hoy, a pesar de que el acercamiento de Tegmark resulta interesante, la posibilidad de que la conciencia sea un elusivo estado de la materia que se rige no por las leyes de la física tradicional, pero si por leyes que se encuentran en sintonía con una estructura cuántica de la realidad, honestamente no podríamos concluir algo distinto a lo citado en el párrafo anterior. Y es que quizá la conciencia tratando de entenderse a sí misma es la columna vertebral se esa gran broma cósmica a la que algunos atribuyen el origen y final de todo lo que hoy conocemos: un simpático e incansable loop. 
Twitter del autor: @ParadoxeParadis

EL LOBO ESTEPARIO - Hermann Hesse


La admiración que despertó la literatura de Hermann Hesse entre los jóvenes rebeldes y descontentos de los años sesenta y setenta se transformó con el tiempo en un lastre. La crítica se mostró implacable con su obra cuando las protestas se apagaron y el neoliberalismo comenzó a extenderse por el mundo, impulsando una contrarrevolución concebida para liquidar los 
cambios sociales y políticos desencadenados por los movimientos contraculturales, libertarios y pacifistas. Hermann Hesse sufrió el mismo ajuste de cuentas que la generación beat, el mayo francés y el socialismo revolucionario, que había agitado la bandera roja en París, Roma y Bonn, invocando la utopía de una sociedad sin propiedad privada ni clases sociales. A pesar de los juicios adversos, la literatura de Hesse, lejos de ser mediocre o deleznable, ocupa un lugar indiscutible entre los clásicos, reflejando los conflictos del individuo para construir y preservar su identidad, sin sucumbir al dogmatismo religioso o político y sin desembocar en un nihilismo impregnado de tendencias autodestructivas.
El lobo estepario se publicó en 1928. Algunos consideran que es la novela más perfecta de Hesse, pero yo entiendo que El juego de los abalorios (1943) es un texto más ambicioso y maduro que prolonga el ejercicio de reflexión desplegado por Thomas Mann en La montaña mágica (1924), donde se examina el devenir de la cultura europea desde la caída del Antiguo Régimen. Ambas obras plantean la necesidad de trascender el conflicto entre la Ilustración y el Romanticismo. La Razón puede convertirse en un ídolo tan dañino como cualquier tótem o fetiche sagrado. La ciencia puede matar al espíritu, mientras finge que propaga la luz y el saber. No es menos indeseable la exaltación de lo irracional y lo místico, que propicia la barbarie totalitaria, con unas masas enajenadas por la retórica de la Sangre y el Suelo. Thomas Mann y Hesse apuestan por un humanismo que emplee argumentos racionales para desmontar el fanatismo, sin excluir la apertura hacia lo espiritual y trascendente. El lobo estepario surgió a consecuencia de una crisis emocional y psicológica de Hermann Hesse, que sufrió un cuadro depresivo tras separarse de Ruth Wenger, su segunda esposa. Durante esa época, Hesse experimentaba serias dificultades para relacionarse con sus semejantes y buscaba el aislamiento para mitigar su inseguridad y el dolor que le producía el contacto con el mundo exterior. El lobo estepario recrea ese estado, que incluyó fantasías suicidas y una agresiva misantropía. La novela se interpretó como el diario de una rebeldía que ensalza al individuo frente a la masa, gregaria y estúpida. Muchos lectores se identificaron con la figura del “lobo estepario”, un disidente existencial que defiende ferozmente su independencia y su derecho a ser diferente, sin comprender el verdadero sentido de la obra. Hesse no concibe la soledad de Harry Haller, el protagonista de la novela, como un desafío o un gesto de libertad, sino como un fracaso. Su incapacidad para amar y ser amado le reduce a un ascetismo improductivo, donde el yo repudia cualquier lazo comunitario o responsabilidad sobre los otros.
El lobo estepario comienza con las observaciones del sobrino de la mujer que alquila una habitación a Harry Haller. Haller, de unos cincuenta años, exhibe “una desesperanza callada” y un talante reflexivo sin apariencia de vanidad, ambición o narcisismo. Posee “la mirada del lobo estepario” que se conduele de la fatuidad del género humano, afanado en naderías e indiferente ante las grandes creaciones del espíritu. Es evidente que Harrry Haller es Hermann Hesse, sometido a insoportables tensiones morales e intelectuales: “Haller era un genio del sufrimiento. En el sentido de muchos aforismos de Nietzsche, se había forjado dentro de sí una capacidad de sufrimiento ilimitada, genial, terrible”. Esa dureza interior convive con un profundo odio hacia sí mismo que le impide amar al prójimo. Haller es un hombre desarraigado, que interpreta su dolor como una herramienta al servicio del conocimiento. Su angustia existencial le convierte en el testigo privilegiado de una profunda crisis histórica. No se trata de un simple cambio de época, sino de la colisión entre dos paradigmas culturales, que sólo aceptarán la destrucción de su antagonista. Hesse no menciona la muerte de Dios ni habla del Estado totalitario, pero es evidente que se refiere a la crisis religiosa y política de la Europa de entreguerras, donde se gestan los genocidios de la segunda mitad del siglo XX. Sin disimular su fascinación, el autor de la nota introductoria presenta las “Anotaciones de Harry Haller. Sólo para locos”, un manuscrito inédito donde “el lobo estepario” relata su itinerario espiritual. Haller no oculta su desprecio hacia “todo lo mediocre, normal y corriente”. Nada le parece más ofensivo que el “optimismo del burgués”, confortablemente acomodado en “el templo del orden”. En esa concepción del mundo, no hay espacio para la búsqueda de Dios o del sentido de las cosas. Aunque reconoce que el jazz –“rudo, alegre y salvaje”- le atrae, opina que sólo un necio o un insensato podrían compararlo con Bach o Mozart, verdaderas cimas del espíritu humano. Haller teme que esa música vulgar e infantil sólo sea el preludio de un tiempo de estupidez y banalidad. Durante un paseo, Haller se topa con un hombre que lleva un cartel donde se lee: “Velada anarquista. Teatro mágico. Entrada no para cualquiera”. Se acerca al desconocido y acepta el folleto que le ofrece con aparente desinterés. Haller se retira a su habitación y comienza a leerlo. El folleto se titula “Tractac del Lobo Estepario. No para cualquiera” y habla sobre el propio Harry, donde el lobo y el hombre se debaten en un “odio constante y mortal”, preguntándose si el ser humano es “un tremendo error, un ensayo salvaje y horriblemente desafortunado de la naturaleza” o “un hijo de los dioses destinado a la inmortalidad”. El “lobo estepario” presume de su soledad y su independencia, pero su rebeldía es inofensiva. Harry no es un revolucionario, sino un diletante, que desprecia el estilo de vida burgués, sin advertir que su existencia es tan sencilla y conformista como la de un tendero aficionado a la ópera. No es un santo ni un libertino. No pertenece a la estirpe de esos artistas que “logran lo absoluto y sucumben de manera admirable”. Harry sólo es un hombre y el hombre no es algo acabado, sino “un ensayo y una transición; no es otra cosa sino un puente estrecho y peligroso entre la naturaleza y el espíritu”. Ese carácter inacabado, de proyecto sin terminar, explica que el ser humano albergue infinidad de identidades. La personalidad es un mito, una absurda reducción de la pluralidad de fuerzas que conviven en el interior de un individuo. “El hombre es una cebolla de cien telas, un tejido compuesto por muchos hilos”. El “lobo estepario” también es “zorro, dragón, tigre, mono y ave del paraíso”. Harry presume que la verdadera sabiduría no consiste en volver a ser niño (la alusión a Nietzsche es evidente), sino en “acoger al mundo entero en un alma dolorosamente ensanchada”. Ese y no otro es el camino “hacia la inocencia, hacia lo increado, hacia Dios”. Sin embargo, en esa filosofía trágica no hay un ápice de alegría. Acoger el mundo no debe implicar dolor, sino gozo, dicha, plenitud y Haller no experimenta nada de eso.
Después de leer el “Tractac del Lobo Estepario”, Harry entiende que su vida es una impostura y que el “lobo estepario” debe morir. Pablo, un saxofonista alegre y desinhibido, Armanda, una mujer que ama sin celos ni exclusividad, y María, que carece de sentimientos de culpa o pecado, le enseñarán a vivir de otro modo. La risa y el baile reemplazarán a los largos encierros entre partituras de Bach, poemas de Novalis y novelas de Dostoievski. Armanda le enseñará a bailar. El baile no es algo pueril, sino un ejercicio de amor a la vida. Harry ha cultivado excesivamente el espíritu y ha descuidado la inmediatez de los sentidos, la ligereza de sentir sin elaborar juicios reflexivos. Pablo le descubrirá la belleza del jazz, una música que constituye la apoteosis de la libertad, pues no está sujeta a una partitura, sino a intuiciones e inspiradas improvisaciones. El saxofón es más libre que la batuta y no anhela la eternidad. El instante colma todas sus expectativas. Armanda y María le mostrarán que el sexo no es algo solemne, que implica lealtad y compromiso, sino un juego hermoso y sencillo, un jardín donde es posible ser bestia y niño, sin perder la inocencia ni sufrir el acoso de un moralismo enemistado con el placer. Armanda y María también le revelarán que las pequeñas cosas (un bolso, una pitillera, una sortija) no son objetos desdeñables, sino la discreta manifestación de la poesía de lo minúsculo. La poesía de lo minúsculo no es un canto a la riqueza material, pues –según Armanda- “el tiempo y el mundo, el dinero y el poder, pertenecen a los mediocres y superficiales, y a los otros, a los verdaderos hombres, no les pertenece nada. Nada más que la muerte”. Inquieto, Haller replica: “¿Fuera de eso, nada en absoluto?” Armanda responde: “Sí, la eternidad”, pero la eternidad no es algo heroico, sino un presente interminable que recoge cualquier gesto de generosidad, belleza o audacia.

El aprendizaje y la redención de Harry Haller culminan en el “Teatro Mágico”, un espacio simbólico y metafórico donde Armanda se transmuta en Armando y cuestiona los roles sexuales, insinuando que el deseo, libre del lastre de la moral, cambia de objeto continuamente, transitando por todas las formas de placer. En el “Teatro Mágico”, Harry descubre “la embriaguez de la comunidad en una fiesta, el secreto de la pérdida de la personalidad entre la multitud, de la unión mística de la alegría”. Puede decirse que –gracias al viaje físico, carnal y espiritual realizado con sus jóvenes e inesperados maestros- el “lobo estepario” ha muerto. “Yo ya no era yo –afirma Harry, lleno de júbilo-; mi personalidad se había disuelto en el torrente de la fiesta como la sal en el agua”. Los otros ya no son extraños: “su sonrisa era la mía, sus aspiraciones mis aspiraciones, mis deseos los suyos”. Es evidente que El lobo estepario se interpretó mal. Harry Haller no es un héroe, sino un pobre diablo que se ha parapetado detrás de Mozart y Goethe para disimular su incapacidad de convivir con los otros, experimentando sentimientos de placer y comunidad. Armanda, María y Pablo le proporcionarán la educación sentimental que le permitirá abrirse a los otros y liberarse de sus inhibiciones. En esta novela, Hesse se aleja indistintamente del budismo y el cristianismo. El budismo identifica la dicha con la extinción del deseo y el cristianismo redunda en la oposición platónica entre cuerpo y alma como realidades opuestas. Ambas tradiciones menosprecian la materia y exaltan el espíritu, si bien se separan en su concepción del más allá. Hesse se aproxima a la filosofía de Nietzsche, al gran sí a la vida de Zaratustra, pero sin aceptar la inversión de valores, la nueva moral de amos y esclavos que justifica la esclavitud y la guerra. Hesse escribió: “Nunca he vivido sin religión, y no podría vivir sin ella un solo día, pero he podido pasar toda la vida sin ninguna iglesia”. Su religiosidad no implica la execración del instinto o la penitencia corporal, sino un humanismo abierto, tolerante y sensual. Antibelicista, místico y con un amor hacia la naturaleza de connotación panteísta, Hesse concibió El lobo estepario como el relato de una crisis personal. Su experiencia de la depresión le mostró que soledad es un estado enfermizo, donde el yo se escinde del otro, exacerbando su subjetividad. Ese estado sólo conduce a una deshumanización radical, pues lo verdaderamente humano es fundirse con el otro y difuminarse en el nosotros. Hesse no elogia el gregarismo, sino el amor y la fraternidad. “La felicidad es amor, no otra cosa. El que sabe amar es feliz”. La enseñanza última de El lobo estepario es de una sencillez evangélica. No debe sorprendernos. Los clásicos desconfían de la retórica y, a finales de los años 30, el nazismo ya era una amenaza real, que explotaba lo dramático y grandilocuente. Al igual que otros intelectuales, Hesse intuía que el totalitarismo provocaría una nueva guerra, con un enorme caudal de sufrimiento. “No reniego del patriotismo, pero primeramente soy un ser humano, y cuando ambas cosas son incompatibles, siempre le doy la razón al ser humano”. A diferencia de Heidegger, Hesse no se dejó seducir por el ideal comunitario del nacionalismo alemán. Conoció el exilio y la prohibición de sus obras. Su editor fue detenido por la Gestapo y sus libros desaparecieron de las bibliotecas.
Al igual que su buen amigo Thomas Mann, deseó la derrota de su propio país, pero cuando obtuvo el Premio Nobel en 1946 manifestó que no deseaba el ocaso de las diferencias nacionales, pues eso llevaría a “una humanidad intelectualmente uniforme”. La paz y la reconciliación le parecían inconcebibles sin la diversidad: “¡Es fantástico que existan muchas razas, muchas lenguas y una infinidad de actitudes y perspectivas!”. Los “poderes oscuros” que amenazan a la civilización sólo podrán ser vencidos con amor, tolerancia y apertura hacia la diferencia. La figura del lobo estepario sólo es una etapa de la conciencia humana. La plenitud del ser humano se halla en la risa, el baile, el juego.
Hesse nos fijó una hermosa meta, pero aún estamos muy lejos de esa explosión de alegría, donde el excesivo apego a nuestro yo será desplazado por el anhelo de fraternidad. Sin embargo, ese horizonte utópico no es una quimera, sino un futuro cierto e ineluctable, pues “el amor –afirma Hesse con sincera convicción- es más fuerte que la violencia”. Si perdemos esa esperanza, la humanidad se inmolará en el odio y la guerra, borrando cualquier huella de su paso por la Tierra.

“El Niño Atento” 1 parte.

http://enbuscadeantares.com/2014/04/30/el-nino-atento-1-parte/ 

Ayer por noche en el Centro de Congresos de Querétaro se llevó a cabo la conferencia “El niño atento” impartida por Susan Kaiser. Con un auditorio plagado de padres de familia y de educadores, de algunos directivos escolares y otros pocos especialistas en la salud mental, durante dos horas la autora del libro “The Mindful Child” expuso su metodología para desarrollar la atención plena (mindfulness) y el balance emocional en niños y adolescentes.
Al inicio Kaiser Greenland describió a la atención plena como una herramienta de investigación, pero también como un microscopio o telescopio que nos permite observar con claridad todas nuestras emociones, sentimientos y pensamientos. Mindfulness es entonces ver la vida a través de la Atención, el Balance y la Compasión. Y precisamente estás tres palabras forman un nuevo ABC que deberíamos estar enseñando a los pequeños y los no tan pequeños, según la conferencista.
Lo más importante es entonces darle herramientas a los niños para que puedan darse cuenta de dónde está su atención, de cuál es la calidad de la misma y para que analicen instrospectivamente si lo que dicen y hacen en su vida cotidiana va en concordancia con su propio sistema de valores o no (no se busca imponer nada).
Evidentemente lo que se pretende es que la atención plena se transforme en una forma de vida y para lo siguiente Susan Kaiser diseñó un modelo de 8 ocho esferas interdependientes  y en donde la única que se encuentra al centro es la concentración (Focus). Cabe señalar que cada uno de esos módulos se ajusta a tres pilares éticos en lo que se basa el programa: restringir (palabras o acciones contraproducentes), cultivar cualidades y conductas positivas y altruismo.
SusanKaiser
En la metodología la concentración está al centro porque de esta parte todo. De hecho, hubo un momento en donde la conferencista preguntó que quién de los asistentes venía con la idea de llevarse alguna herramienta para procurar y enseñar la autorregulación emocional a los niños; varios levantamos la mano y entonces dijo que una de las preguntas que por lo general le hacen va precisamente en este sentido y que ella siempre responde que la regulación emocional debe comenzar desde de la atención plena.  
Es difícil regular nuestras emociones sin atención plena” Susan Kaiser
Es por eso que las tres primeras esferas que explica son Parar, Concentrarse y Elegir y están relacionadas con restringir conductas o reacciones contraproducentes. En otras palabras, lo que se busca es que el niño o adolecente se de cuenta de que está por hacer algo de lo que se puede llegar a arrepentir, que conscientemente haga una pausa y entonces elija cómo proceder.  
Ahora, es obvio que cuando estamos enojados, por ejemplo, por más que paremos e intentemos restringir una palabra o una acción dañina, nuestra mente no se rinde tan fácilmente y continua estimulando nuestra molestia (agitando la mente). Es ahí donde esta educadora habló de un concepto por demás interesante: mover nuestra atención y utilizar una Ancla para fijarla ahora en un objeto que nos permita calmarnos poco a poco.
Movemos nuestra atención de esos pensamientos que nos perturban y la dirigimos a las sensaciones del cuerpo: la respiración, los movimientos corporales o incluso un sonido” Susan Kaiser
Para ilustrar lo anterior a los pequeños, la autora de “The Mindful Child” utiliza una pecera a manera de metáfora de la mente. Al principio y cuando el agua está tranquila, es perfectamente posible ver a través de esta. Pero entonces, Susan vierte arena o bicarbonato de sodio en el agua (lo que representa nuestras emociones, sentimientos y pensamientos) y como resultado ya no es posible ver a través de la misma; la mente se ha perturbado, se ha agitado y entonces nuestra perspectiva se nubla. Para recuperarla, la única opción es que la arena se asiente o que el bicarbonato deje de agitar el agua y vaya al fondo de la pecera.
Y en nuestra persona, ¿qué es lo que nos permite tranquilizar a la mente?
Bueno, como ya mencioné, el llevar nuestra atención a un Ancla.
Adicionalmente, otras dos interesantes reflexiones que Kaiser hizo sobre esta metáfora, es que por más que la arena y el bicarbonato se asienten, estos se quedarán ahí; al igual que nuestros pensamientos. Por lo que mindfulness no es eliminar nuestros problemas, sino que es una estrategia de autorregulación. Y por otro lado, también comentó que ciertas ocasiones también le gusta echarle diamantina o arena de color a la pecera para ilustrar como incluso cuando nuestros pensamientos son positivos y hermosas, pueden llegar a nublar nuestra percepción.
Continuará…

El humor en el trabajo :

http://www.planemprendedor.com/el-humor-en-el-trabajo/ 
 Hablar de humor en las organizaciones es algo raro hasta sin sentido, puesto que se nos ha acostumbrado a que al trabajo solo se va a cumplir con un horario laboral, a cumplir con cierto lineamiento y a desarrollar actividades específicas de nuestros puestos.
La confianza puede ser construida si se suele usar de una manera eficaz el humor, ya que constantemente, ese semblante positivo que vamos mostrando de manera autentica revela el tipo de persona que somos, esto ocasiona que no siempre se debe mostrar la imagen de una persona profesional serio .Las personas que suelen ser auténticas y agradables tienden a ganarse de una manera rápida la confianza de los trabajadores, de sus compañeros de trabajo y hasta de sus clientes.

1. INTRODUCCIÓN

Cuando nosotros escuchamos el término de humor en el trabajo, las primeras imágenes que invaden nuestra mente son de un grupo de compañeros de trabajo riendo y gastándose bromas, pero es un concepto que está un tanto alejado a lo que hace referencia el término. Cuando se habla de este tema se quiere llegar a que el humor es la manera en la que superamos nuestros problemas, nuestra condición de estar frente a ellos, a la actitud que adoptamos. Nos enfocaremos como esta se puede transmitir y los efectos que pueden tener en una jornada de trabajo
“El humor posee una ventaja en sí mismo para que las personas aborden con eficiencia su trabajo” (Management, 2013) sin lugar a duda que una persona con un buen humor tiene ventaja hacia las demás, pues se muestran más dinámicos y pueden realizar sus tareas con más facilidad.

2. ANTECEDENTES

“…En la mayoría de los casos, el humor no hiere, sino todo lo contrario” (Agencias., 2009) se cree que el humor y sus efectos son el seno de una organización. En estudios realizados se pudieron dar cuenta que le tener humor no afectaba a tu capacidad de liderazgo. El comportamiento es la base fundamental de esto, pues el cómo nos comportemos nos refleja el sentido de humor de cada individuo.

3. DESARROLLO

Todas las mañanas nos enfrentamos a diversas circunstancias que obstaculizan la llegada a nuestros respectivos centros de labor, ya sea trabajando o como es en nuestro caso como estudiantes a nuestro recinto de estudio. Desde el transporte, pasando por el tráfico culminando por un mal trato previo al arribo, llegar tarde y lidiar con la negativa a la entrada del salón por maestros sarcásticos o incomprensibles, acto seguido se olvida la tarea, el maestro evidencia la falta y además nos sanciona, compañeros fastidiosos que se burlan de esa situación, ¡en fin! Pareciera que nuestra mañana ha sido un verdadero desastre. Esta situación es definitoria de ahora y lo que resta del día será pésimo y no se tendrá el mismo rendimiento en las labores a efectuar.
¿Es realmente cierto? Todos hemos tenido malas mañanas. Pero, ¿influye tanto el estado de ánimo sobre el resto del día y sobre todo su rendimiento en el trabajo? Después de todo, a algunas personas les gusta el estrés; para otras, tal vez empezar a trabajar les ayude a librarse de ese mal humor con el que comenzaron el día.
“De acuerdo con mi experiencia y la experiencia de muchos otros, la gente no es capaz de separar y compartimentar las diferentes partes de sus vidas. Existe cierto efecto derrame entre los múltiples papeles que la gente adopta” (Rothbard, 2006)
Y ese comportamiento es evidenciado en muchas oficinas de trabajo, siguiendo con el contexto académico, por ejemplo, un profesor que es conocido por su singular humor, dinámica para con la clase y un agradable orador, tuvo una difícil mañana y acto seguido se enfrenta a un grupo de alumnos, este ya sea o no, de una manera inconsciente tratará de una forma distinta a su clase, tal vez, la lección que imparta puede que se torne apática, no habrá actividades y el profesor estará malhumorado y sin paciencia para sus oyentes, entonces si se desquita con alguno de sus alumnos en particular por cualquier situación; este al irse el profesor se malhumorará y adopte la misma postura que su profesor para con los demás maestros que se presenten en el transcurso de la mañana, entonces,¿ existió un efecto derrame? Por supuesto, a causa de un profesor que no supo separar sus asuntos y diferenciado que un asunto no puede contaminar el resto, ha afectado una clase entera o un alumno en particular y por consiguiente este alumno imitará la actitud con la que se le trato y es posible que este lo siga transmitiendo con sus demás maestros o compañeros de clase. Pero, ¿y si el profesor hubiera llegado como siempre a su clase? El efecto sería el contrario. Entonces, ¿podemos concluir que tanto una actitud positiva como negativa pueden afectar nuestra productividad? Pues solo hace falta hacernos una autoevaluación, el humor con el que empezamos nuestro día se verá reflejado en el resultado de nuestro trabajo indiscutiblemente.
El humor de la misma forma ayuda y beneficia a la comunicación y la resolución de conflictos así como puede influenciar en las toma de decisiones, y es que te ayuda a poder tener otra visión de los problemas, pues te la muestra de una forma mas simple y ayuda a buscar solucione óptimas. El tener un buen nos ayuda a poder tener una creatividad excepcional que nos sirve cuando nos encontramos en tiempos difíciles e inoportunos.
En definitiva el humor de una persona influye en la otra y por ende en la atmosfera de trabajo, se hizo un estudio con un equipo de personal, para ser más explícitos con un grupo de telefonistas, área de atención a clientes. Estas 29 trabajadoras tienen alrededor de 64 llamadas que atender, cuando el estado de ánimo de los representantes era bueno y el cliente también estaba de buen humor, el humor de los representantes seguía siendo bueno, pero cuando el caso era contrario, no solía empeorar cuando el cliente también estaba de mal humor. Esto sugiere que el mal humor de los clientes tiene un menor efecto o que los representantes se insensibilizan ante esas situaciones.
Esto nos da una idea, tenemos que ser inteligentes emocionalmente y no dejar que el entorno nos afecte o en su defecto no permitir que se extienda a nuestro sitio de labor. Es por eso que el humor que tengamos en el trabajo es determinante para sobrellevar el resto de nuestro día.

4. CONCLUSIÓN

Pese a que el humor no perturba la calidad ni la cantidad sino la atmosfera y condiciones de trabajo, dependiendo del humor con el que se desenvuelve uno la mente se relaja, se pone más creativa y puede llegar más rápido a las soluciones que andaba buscando.
“Creo que lo interesante de estos descubrimientos es que el buen humor con el que vas al trabajo tiene un efecto tremendamente poderoso”, dice Rothbard.
Pero ahora la cuestión radica en que si las grandes organizaciones y las no tan grandes, realizan actividades, jornadas de integración, acciones motivacionales etc. en pro de cambiar la sintonía previa con la que llegaba el colaborador a su centro de trabajo, todo esto provocará que el socio embone con el lugar y se proponga empezar el día de trabajo con la actitud deseada y correcta. ¡Así que manos a la obra futuros empresarios! Conocen como armonizar y ajustar la condición con la que quieren que marche su negocio o su grupo de socios colaboradores.

BIBLIOGRAFÍA

Edie Alberto Puc Canche - Estudiante de administración y gestión de PyMES en la Universidad Politécnica, laboro en el área administrativa de una preparatoria publica desempeñando el puesto de auxiliar en finanzas.