Este escritor, poeta y filósofo estadounidense –nació en Boston en 1803 y falleció en Concord en 1882– destacó por haber fijado los principios del trascendentalismo en el s. XIX, básicos para perfilar un “Nuevo Pensamiento”. La filosofía trascendentalista sugiere que no todo está pensado o dado por un Dios, sino que las personas pueden acceder al saber y a las cosas directamente desde la propia naturaleza: la verdad puede ser intuida por el alma humana. Estas ideas se consideraron radicales en su época, pues se creía que toda verdad era divina.
El padre de Ralph murió cuando éste contaba con solo ocho años, y fue su madre quien, con gran esfuerzo, sacó adelante a sus hijos aceptando caridad, y quien consiguió becas para que ingresaran en la prestigiosa Universidad de Harvard. A este esfuerzo, se sumó el dolor por la pérdida con pocos años de diferencia de dos de sus hermanos y de su propia esposa, tocados mortalmente por la tuberculosis cuando apenas tenían veintipocos años.
Tras graduarse en Harvard y estudiar allí teología, se ordenó pastor unitario, pero renunció al sacerdocio tres años después, influido por la muerte de su mujer. Ya en sus años de estudiante universitario había comenzado a escribir su “Diario”, además de recopilar textos que le impresionaban. Seguía con esa labor cuando, por cuestiones de salud, se mudó a Carolina del Sur. Allí conoció al sobrino de Napoleón Bonaparte, Achille Murat, que le estimuló intelectualmente, y tuvo su primer contacto con la esclavitud. Desde entonces, Emerson se proclamó antiesclavista y abolicionista.
De allí, decidió viajar y ofrecer conferencias por Europa. Conoció el idealismo alemán y las ideas de los poetas románticos ingleses, como Coleridge y Wordsworth, y del ensayista Thomas Carlyle. Plasmó todas estas influencias en sus escritos éticos y en su poesía, en los que preconiza que la conciencia individual está por encima de cualquier credo religioso. Al volver a EEUU, se casó de nuevo y tuvo cuatro hijos. En esos años, reunió a Henry Hedge, George Putnman, George Ripley, Margaret Fuller, Elizabeth Hoar y Sarah Ripley en el conocido como Club Trascendental, donde compartían las ideas del trascendentalismo. Otros grandes pensadores, como Nathaniel Hawthorne y Henry David Thoreau, fueron sus discípulos, y poetas y filósofos como Whitman o Nietzsche reconocieron su pensamiento. Apodado “el sabio de Concord”, Emerson publicó obras esenciales, como “Ensayos”, “El sentido de la vida”, “Poemas” y la revista “The Dial”.
Es un autor al que vale la pena conocer y leer. Ensayos breves como “Confía en ti mismo” contienen fragmentos deliciosos.
Paradójicamente, aunque Emerson escribió que detestaba las citas y aforismos, fue pródigo en su creación. Para finalizar esta entrada, deseo compartir algunos de ellos:
“No ha aprendido las lecciones de la vida quien diariamente no ha vencido algún temor.”“Medite al atardecer, mirando las estrellas y acariciando a su perro, es un remedio infalible.”“Nada grande se ha conseguido sin entusiasmo.”“Grabad esto en vuestro corazón: cada día comienza en nosotros un año nuevo, una nueva vida.”“Si sientes que todo perdió su sentido, siempre habrá un ‘te quiero’, siempre habrá un amigo.”“Aunque viajemos por todo el mundo para encontrar la belleza, debemos llevarla con nosotros para poder encontrarla.”“La única manera de hacer un amigo es serlo.”“Abandonar puede tener justificación; abandonarse, no la tiene jamás.”“No vayas adonde el camino te pueda llevar; ve donde no hay camino y deja un sendero.”“Pon tus palabras en acción, y no permitas que tu lengua diga torpezas.”“Ser uno mismo en un mundo que constantemente trata de que no lo seas es el mayor de los logros.”“Haz siempre lo que temas hacer.”“La alegría, cuanto más se gasta, más queda.”
Conocedle, leedle. Emerson os sorprenderá.
Os deseo una feliz semana.
Álex
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