Las dos fuerzas invisibles para tu éxito

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A la hora de hablar de éxito, entendido en este caso como la materialización de nuestras metas, todos buscamos las claves que nos permitan así hacerlo; y habitualmente las buscamos en los conocimientos, las habilidades o las herramientas, pero la experiencia demuestra que todo eso se puede aprender, y que hay cosas que son más determinantes.

En concreto, hay 2 fuerzas invisibles especialmente relevantes que te permiten conseguir lo demás:

I. PASIÓN. Hace que las cosas sucedan. 

Hace algunos días, nuestra amiga Sonia Rodríguez Muriel, Directora Ejecutiva de Klimway, en una entrevista para IMF Business School, decía: «Este mundo no tiene sentido sin pasión». Días antes había dejado yo en twitter las palabras de Donald Trump: «Sin pasión no tienes energía y sin energía no tienes nada. En el mundo no hay nada grande que se logre sin pasión». Y ahora mismo, mientras escribo estas líneas, he recordado dos párrafos recogidos en Aprendiendo de los mejores  (Alienta, 2013, 4ª edición):

— El primero hace referencia a Warren Bennis, autoridad mundial en temas de liderazgo: «Nunca he conocido un gran líder que no fuese apasionado. Cuando digo apasionado no me estoy refiriendo a que tenga que gritar y ser carismático. Muchos líderes son más bien tranquilos, pero cuando les oyes hablar, puedes sentir pasión».

— El segundo hace referencia a Steve Jobs y su clásico discurso de la Universidad de Stanford: «Tu trabajo va a ocupar gran parte de tu vida, y la única forma de estar realmente satisfecho con lo que haces es haciendo un gran trabajo. Y la única forma de hacer un gran trabajo es amando lo que haces. Si aún no lo encuentras, sigue buscando. No te conformes. Como todos los asuntos del corazón, sabrás cuando lo hayas encontrado».

La pasión es una fuerza invisible que se transforma en energía y esa energía materializa lo deseado en realidad. Está demostrado científicamente que la pasión aumenta la creatividad y la inteligencia. Así lo revela la ciencia, pero el sentido común también. En el cerebro se ponen en marcha ciertos mecanismos que nos permiten ambas cosas, y las dos cosas –creatividad e inteligencia– son cuestiones esenciales para avanzar, porque avanzar es, sobre todo, ir encontrando alternativas a los múltiples obstáculos, inconvenientes y problemas que surgen por el camino. Si tienes pasión siempre acabarás hallando lo que necesitas para llegar al puerto añorado.

II. FE. Hace que las cosas sean posibles. 

Creer que algo es posible, moviliza a ir a por ello. Creer que algo no es posible, paraliza. Sin Fe ningún logro es posible. De ello habla precisamente el excelente libro El poder de la mente subconsciente de Joseph Murphy. El mensaje principal de la obra se puede resumir en el siguiente esquema:

Ley de la Vida = Ley del Subconsciente = Ley de la FE 

Porque el Subconsciente son tus Creencias, y tus Creencias son lo que crees, o sea, tu Fe. Tus Creencias son ideas que das por ciertas sin cuestionar. Por eso, te conviertes en lo que crees. Vivimos a la altura (altas o bajas) de nuestras Creencias; por eso, la Fe es precisamente: creer para ver. No es casual esas palabras, y no es casual que haya tantas conferencias repetidas con ese título.

¿Te has parado a pensar cuál es la definición de milagro? Un milagro no es otra cosa que la manifestación visible, tangible, física y palpable de la Fe. Nunca ha ocurrido un milagro sin que nadie tuviese Fe. Si una persona pierde la Fe, nunca se produce eso que llamamos milagro. De hecho cuando uno ya se resigna en algún asunto dice literalmente: «He perdido la Fe».

La Fe es certeza sin evidencia: creer en algo (futuro) sin tener prueba evidente ahora (presente). Y eso significa que la Fe va unida a otra variable: la Confianza. Es decir, hay que ‘confiar’ en que las cosas sucederán. ¿Y sabes de donde procede la palabra Confianza? Etimológicamente del latín, Cum-fidia, esto es:

Confianza = Cum (con) Fidia (Fe)

Curioso, ¿verdad? Con Fe. Confianza significa que eso que uno espera suceda: ‘Tengo confianza’. Sin Confianza, es decir sin Fe, nunca nos pondremos en marcha. Hay que actuar y después confiar. Ahora mismo he recordado la siguiente historia:

«Un hombre va caminando junto a un precipicio cuando, de repente, pierde el equilibrio, resbala y cae. Por suerte, tiene el suficiente aplomo para agarrarse al saliente, y se queda allí colgado, aferrándose desesperadamente con la punta de los dedos al saliente de la roca, mientra su cuerpo cuelga al vacío. Casi sin fuerzas al final grita:

 — ¿Hay alguien ahí arriba que pueda ayudarme?

De pronto, se percibe una voz poderosa como un trueno:

— Soy Dios. Yo puedo ayudarte. Suéltate y confía.

A continuación se oye:

— ¿Hay alguien más ahí arriba que pueda ayudarme?»

Sin Confianza (Con Fe) no puede ocurrir nada ‘mágico’. No es necesario saber hacer algo para ser capaz de hacerlo. Porque cuando uno cree que es capaz (Fe) se convierte en capaz, porque esa Fe hace que la Pasión adquiera los conocimientos, habilidades y herramientas necesarias para verlo materializado aquello que deseamos.