jueves, 1 de mayo de 2014

El efecto Piketty

http://www.matosas.com/competir_con_la_mente/2014/05/el-efecto-piketty.html

El economista francés Thomas Piketty ha logrado algo insólito: colocar entre los más vendidos un libro titulado El capital en el siglo XXI, un 'tocho' de casi 700 páginas traducido al inglés sobre retorno de capital, crecimiento y desigualdad.
Es el libro del año del que todo el mundo habla a ambos lados del Atlántico, como lo fue antes 'Por qué fracasan los países', de Acemoglu y Robinson.
Muy resumida, la idea de Piketty es que el retorno del capital (r) es mayor que la tasa de crecimiento (g), lo que crea divergencias y puede acabar devolviéndonos a un "capitalismo patrimonial" dominado por dinastías. Que la desigualdad es un problema y seguirá siéndolo después de la crisis, y que por ello hay que poner un impuesto significativo al patrimonio o la riqueza.
Dean Baker, que sabe tan bien como Piketty que una legislación en esa línea es muy complicada,ofrece otras alternativas para las políticas públicas en el siglo XXI.
Una respuesta crítica a Piketty es la que sostiene que en realidad los ricos de hoy no son los mismos que hace dos décadas. Así que hay ricos, pero también cambios o movilidad en la cúpula.
Quoctrung Bui se hacía una interesante pregunta estos días: ¿quién tiene padres mas ricos, los médicos o los artistas?. ¿Quizás los que trabajan en finanzas? Y saca unos gráficos interesantescon profesiones y trabajos e ingresos en comparación con el de los padres. Con algunas sorpresas.

Pero, ¿hasta dónde se puede estirar la idea?.

Scott Reyburn la usa para analizar el mercado del arte, señalando que en 2013 las subastas de obras de arte contemporáneo se dispararon hasta los 4.900 milones de euros, más del triple que en 2009.
analiza los patrones de compra a lo largo de la historia, desde el millón y medio de dólares que pagó hace un siglo exacto el zar Nicolás II por un Leonardo da Vinci (quizás la obra más cara de la historia si se tiene en cuenta la inflación) a los 142 que pagó un magnate de casinos por un Bacon el pasado noviembre
La evolución histórica es interesante. El éxito de Piketty es tan grande, que directores se pelean para realizar un documental sobre su tesis y hasta un compositor ¡quiere hacer una ópera!
La lucha contra la pobreza y la desigualdad es muy compleja. Bill Easterly, que va contra el sistemadenuncia que la ayuda al desarrollo sirve de poco, lo sabe bien.
En este fenómeno hay muchas paradojas. Una, como destaca Michael Clemens, es la relación entre la renta per cápita de un país y las ganas de emigrar de sus ciudadanos. ¿Por qué? Pues porque la pobreza es una de las primeras barreras para emigrar. Cambiar de país (y más de continente) supone un enorme esfuerzo material y económico, y muchas veces requiere capital y redes de contacto, por lo que los que están más abajo de la pirámide lo tienen más complicado. Por eso, también, si se aumentase de golpe la ayuda al desarrollo con la intención de frenar la inmigración, el primer efecto sería el contrario.
Otra paradoja es nuestra relación con la tecnología. Pensábamos que ayudaría a acabar con la pobreza, o con la desigualdad, pero, por desgracia, aunque sirva para cosas como tener lentillas con visión nocturna. , no está nada claro que vaya a ser así.
De hecho, el problema es más filosófico y más grande. Pensamos que la tecnología, que Internet, no ayudará a arreglar cualquier problema. Que puede salvar el mundo. Y como denuncia brillantemente Evgeny Morozov en su último libro, en absoluto es o será así

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