El éxito y el fracaso son dos conceptos muy discutidos. En ocasiones la línea que separa estos términos, aparentemente tan dispares, es muy delgada y parece complicado diferenciar entre uno y otro. Habitualmente se ha relacionado el éxito con talento, dinero y poder. Pero, ¿es realmente eso?
Tener determinadas aptitudes puede servir para que alguien sea más proclive al éxito. Al igual que gozar de cierto nivel económico y social. Pero al tratarse de un tema tan relativo, al final, influye mucho más el comportamiento y la actitud que tenga cada uno.
Saber gestionar las emociones, mantener la calma y tener inteligencia emocional son factores que inciden poderosamente en el éxito. Este es el argumento que defiende el cofundador de Talentsmart (empresa dedicada a ofrecer servicios para mejorar la inteligencia emocional), Travis Bradberry,en su perfil de LinkedIn. Para Bradberry, estos son los diez pensamientos que comparten las personas exitosas.
No permiten que se limite su alegría
La felicidad debe residir en uno mismo. Compararse con los demás y obtener felicidad o placer con ello es contraproducente, ya que es una medida relativa que depende del éxito de otro más que del propio.
La satisfacción y autoestima reside en uno mismo, independientemente de lo que haga u opine el resto en un determinado momento. Nunca serás tan malo o tan bueno como a veces de harán creer.
No olvidan
La inteligencia emocional está relacionada con el rápido perdón, pero no con el olvido. Perdonar significa dejar a un lado algo pasado y seguir adelante, lo que no significa que en ocasiones vayas a dar otra oportunidad. Hay personas que no la merecen y es necesario saber protegerse a uno mismo.
No morirán en la lucha
Cuando hay conflictos, conviene ser inteligente, mantener el control y las emociones porque si no se terminará por perder los nervios y cavar su propia tumba.
Es importante saber elegir qué batallas merecen ser disputadas y dejar a un lado las que no. Entrar en conflictos cada vez que algo no nos guste no es sano, se acabará saliendo mal parado y se perderá la capacidad para detectar el momento en el que sí que es necesario defender su posición.
No priorizan la perfección
Ser perfecto no es posible… y tampoco tendría por qué ser bueno. Marcarse tal objetivo es una locura y solo generará insatisfacción, sensación de fracaso y el debate interno de cómo debería haberse actuado ante una determinada situación, en vez de disfrutar de cada pequeño éxito logrado.
No viven en el pasado
Cada amanecer marca el comienzo de un nuevo día. Estar anclado en hechos pasados solo conseguirá erosionar la autoestima. Una persona inteligente debe saber que todo el mundo falla, pero la gente exitosa es capaz de levantarse tras la caída.
Obsesionarse con los fracasos terminará por quitar las ganas de afrontar nuevos desafíos y acaba por convertir ese pasado en un presente negativo que impide mirar hacia adelante.
No habitan en los problemas
El centro de atención determina el estado emocional de cada uno. Cuando uno focaliza su mira en problemas, solo generará negatividad. En cambio, centrarse en nuevas oportunidades será mucho más provechoso. Incluso cuando aparezcan momentos conflictivos, ya que el éxito solo llegará si se buscan soluciones.
No se rodean de gente negativa
Un mal entorno genera un clima negativo. En cambio, uno positivo creará un efecto totalmente contrario. Por mucho que a veces nos cueste creer, el resto de personas nos influyen enormemente. Detectar a esas personas que ‘irradian’ negatividad, marcarles unos límites o, si es necesario, alejarse de ellas es una perfecta forma de dirigirse hacia el éxito.
No son rencorosas
Acumular pensamientos negativos y guardar rencor respecto a un agravio no tiene ningún efecto positivo en nuestra salud. Una reacción tal tiene sentido cuando existe una amenaza inminente, pero cuando esta ya ha pasado no debe recrearse en ella.
Resentimiento y estrés van de la mano y ninguno de las dos es positivo para nosotros, por lo que una persona con inteligencia emocional jamás caería en ese error.
No dicen sí, salvo que realmente quieran
A veces es realmente complicado decir que no, pero es necesario afrontar esta dificultad para no acabar desnortado. Existen momentos en los que es necesario decir esta palabra y negarse. Una persona con éxito sabe lo que quiere y, por tanto, es capaz de decir no a aquello que rechaza y decir que sí a lo que desea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario