No es fácil extrañarla a ella,
es una memoria
constante que recorre los minutos que
van siendo atrapados
por los segundos,
hasta el punto que el reloj no
suma las horas,
el tiempo parece un sin fin de instantes
que giran en
la misma esfera.
En todos los espacios aparece,
transfigurada por
el sopor del verano en un Enero raro en
Buenos Aires, en el aroma
de la foto de
una rosa blanca, entre las polillas
de la ropa vieja,
es como si siempre hubiera existido y su
manjar fuera
devorar estaciones
que se esconden en cada prenda,
no hay metáfora
que me ayude hoy, es todo tan carnal, de
muy dentro,
como si el mundo
fuera nuevo y tener que señalar
con los dedos
los sentimientos que no tienen nombres,
algo así como la
escritura de un ciego.
No, no es fácil extrañarla sin
tener la menor
idea de como hacerlo, aunque la vea en
cada rincón de
mi oscura espera,
la palabra extrañar no resume
lo que mis
manos lisiadas de amor desesperadas
no entienden
y expresan.
Ruben Mangiagli
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