Si decides con una bola de cristal, lo más probable es que acabes comiendo vidrio
Las 288 páginas del libro Tropezar con la Felicidad de Daniel Gilbert se pueden resumir en 12 palabras: “somos malos predictores de lo que nos hará felices en el futuro”.Esto es importante, porque si pretendemos emprender en el presente una carrera profesional y/o crear una empresa que contribuyan a nuestra felicidad futura, tenemos que ser capaces de conocer con anticipación que es lo que nos hará felices en nuestro futuro.
La profesión que ejercemos, el trabajo que desempeñamos, la forma y estado de salud del cuerpo que tenemos, la ciudad donde vivimos, el negocio que gestionamos y/o la pareja que tenemos… todo, en nuestra vida presente, refleja decisiones que hemos tomado en el pasado acerca de cómo y cuánto nos preocupábamos por nuestro “futuro”.
No solo Gilbert, también muchos estudios en ciencias sociales, demuestran que aunque todos los humanos nos percibimos muy “idiosincráticos” —seres con rasgos y comportamientos “únicos” muy arraigados en nuestra personalidad individual— somos mucho más parecidos en nuestras preferencias de lo que imaginamos; por este motivo, atender a las experiencias de otras personas que expresan ser felices en el presente por decisiones que adoptaron en su pasado pueden constituir excelentes guías a seguir para alcanzar nuestro mejor rendimiento e incluso nuestra propia felicidad.
Atiende esta idea
Una cuestión para emprender, una carrera profesional o la creación de una empresa, es tratar con la incertidumbre si tendrás éxito o sufrirás un fracaso, pero algo muy diferente es investigar y aprender cómo “Tropezar con la Felicidad”; en lugar de pensar en términos éxito-fracaso, te propongo pensar en términos de sentirte feliz aunque fracases más de una vez y debas invertir mucho tiempo y otros recursos para lograr materializar tu emprendimiento.
En general, el comportamiento humano procura evitar la desagradable sensación de “arrepentimiento”: el sentimiento de culpa por un resultado desafortunado que podríamos haber evitado si hubiéramos actuado de manera diferente.
Esto explica por qué las personas solemos lamentarnos mucho más por no tomar una acción, que arrepentimos por tomar acciones que pudimos tomar en el pasado, o todavía podemos tomar en el presente.
El problema es aprender a discernir si las acciones que podemos tomar nos acercan o nos alejan de nuestro estado ideal de felicidad.
Para poder calcular donde podemos perder por decisiones equivocadas la cuestión clave es ir aprendiendo, de los que ya tienen más experiencias, las fuentes auténticas de nuestra propia felicidad.una acción. Preguntarles a los demás por qué son felices es un método bastante fácil y muy barato.
La experiencia nos va otorgando la madurez intelectual y la estabilidad emocional para ir transformando los malos resultados en buenas capacidades de actuación para el futuro y esto, en gran medida, nos ayuda a ir perfilando la noción de lo que nos provocará más felicidad en nuestro futuro.
Nada bueno ocurre en nuestras vidas por omitir una acción.
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