Hacía tiempo que no me sentía así. Pensaba que ya lo tenía olvidado unos momentos que viví hace años. Pero me he dado cuento que no es así.
Entraba en el metro. Hora punta. La gente se agolpaba ya en la entrada. Golpes y más golpes. Pero aún así, sentía algo raro. Conseguí entrar en el vago, me senté. Pero esa sensación no se me iba. A pesar que tenía ante mí un viaje largo por delante, sentía que estaba en el vagón solo, absolutamente solo. Y eso que el vagón estaba lleno.
Me sentía solo aunque estaba totalmente rodeado de personas. Pero aunque hubiera estado rodeado de amigos, de familiares, me hubiera sentido igual.
¿QUÉ ME ESTABA PASANDO?
TODOS NOS HEMOS SENTIDO ALGUNA VEZ ASÍ, pero admitirlo es lo más difícil.
Vivimos rodeados de personas. En el trabajo, con los amigos, reuniones familiares, en el gimnasio, pero ¿Por qué cuando estamos solos en casa, lo primero que hacemos es poner la televisión o la radio? ¿Por qué no podemos estar solos en casa ni un día y buscamos insistentemente con quien quedar por no estar en casa? NOS DA MIEDO LA SOLEDAD, ESTAR EN SILENCIO.
¿POR QUÉ? Porque no queremos escuchar a nuestra conciencia, a nuestro corazón. Nuestro corazón siempre nos dicta el camino que tenemos que tomar en cada momento, pero por el miedo, por el qué dirán, le quitamos la “voz”.
Nos dejamos llevar por la inercia que la sociedad impone. Trabajo, metas impuestas por los demás, familia, consejos, recomendaciones…. Nos metemos de lleno en la vorágine de la sociedad, y nos olvidamos de nosotros mismos.
Cuando estamos solos, sabemos que no estamos actuando en ese “tema” de una manera coherente, porque nuestra conciencia nos lo dice. Pero le bajamos el volumen al instante. No queremos oír la verdad.
Sabemos que si queremos poner “solución” a ese tema que la conciencia nos dice, quizá nos tendremos que mostrar a los demás de forma diferente a lo que hemos hecho hasta entonces. Será mostrarte de corazón ante los demás, y eso da miedo, por lo que podría pasar.
Ponemos la televisión, la radio cuando llegamos a casa, por no escuchar lo que nuestro corazón nos esta gritando desde hace tiempo, pero en otras ocasiones, quitamos los espejemos de la casa, porque no nos reconocemos cuando nos miramos ante ellos.
Pensamos que podremos seguir viviendo, que ya se pasará el tema que nos “pre-ocupa“. Que lo que hemos estado haciendo hasta ahora es vivir, pero en el fondo sabemos que no es así. Vivir de verdad, de corazón, no es tratar unos temas y otros ocultarlos.
El silencio que estaba viviendo en esos momentos, a pesar de la multitud que tenía a mi alrededor, me estaba mostrando que había algo que no había solucionado en mí. El silencio te muestra , como te encuentras en esos momentos, si estas a gusto contigo o no.
En soledad, escuchándote a ti mismo , te das cuenta que la conciencia, tu intuición, o como quieras llamarlo , te dice que tienes que solucionar ese tema del miedo que tienes, ese desamor con tu pareja , o el cambio de trabajo que sabes que quieres pero que te da miedo dar el paso.
A mi me estaba diciendo que había que ponerle fin a una situación personal que llevo tiempo arrastrando.
Desde aquí, quiero quitarle el matiz que le damos a ese sentimiento de “soledad”.
Ese sentimiento, me ha hecho darme cuenta que mi vida no era la que estaba viviendo en esos momentos, hace años. Que mi pasión, mi felicidad no estaba en lo que realizaba en esos momentos o que amigos que llevaban muchos años a mi lado, no me aportaban nada, más bien me oprimían. Duele aceptarlo pero ahora doy gracias por haberlo vivido.
Esta vez me ha recordado que algo que sentía que estaba olvidado o más bien, superado, no es así y hay que ponerle solución.
Tenemos que agradecer el silencio cuando este entre nosotros, debemos dar gracias a esas cosas que nos dice nuestro corazón cuando sube el volumen, porque lo hace por nuestro bien. Quiere que llenemos ese vacío que tenemos dentro de nosotros.
No estoy diciendo, que el sentimiento de soledad, de silencio, sea algo bonito y agradable, lo pasé mal. Se pasa mal. Pero si algo duele, es que vale la pena.
Sentía el corazón oprimido, quería gritar pero no podía, tenía angustia y deseaba que el viaje se terminara lo antes posible. Pero ese sufrimiento me ha ayudado a ver el lado positivo, tras calmarme, que había algo que solucionar. Era todo por mi bien.
Otros se vuelven adictos a sufrir, haciendo el “asunto” más gordo con el paso del tiempo. ¿Por qué no mejor cogerlo por los cuernos y solucionarlo?
Yo te invito a que te encuentres contigo mismo. Fuera, en los demás, en acaparar bienes, en el alcohol, no vas a encontrar eso que buscas, eso que sientes que te falta. Eso está dentro de ti. La soledad no ha estado de moda nunca y ahora con las redes sociales, aún menos. Quien está solo de alguna manera, se le tachan de “raro”.
Habrá gente que le guste estar solo, como otros que no, toda opción es totalmente respetable. Pero yo te hablo del silencio, de la soledad contigo mismo.
¿Qué hacer cuando ese silencio te dice que hay algo que solucionar en tu vida?
1.- Aceptar. Duele y mucho saber, sentir que algo en tu vida no va bien. Pero si de verdad quieres poner orden en tu vida, es el paso esencial y primero que hay que tomar.
2.- Comprométete contigo mismo. Cueste lo que cueste, tienes que vivir de corazón, desde el corazón, cosa que tu corazón te está diciendo que no lo estás haciendo. Vivir de corazón es la misión que tenemos todos en la vida, es la de mostrarnos tal cual somos y sentimos.
3.- Da 1 paso. Que sea pequeño, son los más importantes y lo que proporcionan más gasolina para seguir constantemente en el camino
4.- Si te has comprometido contigo mismo y quieres solucionarlo, TE TIENE QUE DAR IGUAL LO QUE OPINEN LOS DEMÁS. ¿Quieres ser feliz por lo que te “recomienden” los demás” o por ti mismo? Tienes que escucharte a ti, a ninguna otra opinión más.
5.- CONSTANTE. Será duro, dolerá. Pero como bien se dice, si duele es porque vale la pena.
El silencio te ayudará a encontrarte de nuevo contigo mismo y eso que lo que voy a hacer. Seguir adelante, pero con una parada para reparar el “bastón” que usa mi corazón.
¿Tienes miedo al silencio? ¿Por qué? ¿Hace cuánto no escuchas a tu corazón de verdad? ¿Por qué si sabes que no estás actuando bien en un tema, lo sigues haciendo? ¿Tu vida se enfoca desde el corazón o desde el qué dirán?.
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