domingo, 28 de septiembre de 2014

“Se ama con el cerebro, no con el corazón”

http://facundomanes.com/2014/09/27/se-ama-con-el-cerebro-no-con-el-corazon/ 
Por Natalia Ospina Vélez
Así lo explica este neurólogo y neurocientífico argentino, quien estudia el cerebro. Curiosidades.
Amor Corazón-Cerebro
Un diálogo entre las neurociencias y los diferentes dominios de la sociedad es la propuesta de este neurólogo y neurocientífico. Su importancia en la medicina va más allá de haber sido el especialista que dirigió el equipo de médicos que diagnosticó y trató a la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner en 2013.
Manes es reconocido, entre otras cosas, por identificar las áreas prefrontales relacionadas con el proceso de toma de decisiones. Su área de investigación es la neurobiología de los procesos mentales, los mecanismos involucrados en la memoria autobiográfica y la consolidación de la memoria a largo plazo.
Decir “te amo con todo mi corazón” suena muy romántico, pero ¿por qué es más sincero decir “te amo con todo mi cerebro”?
“Se puede estudiar el amor desde distintas disciplinas: el arte, la filosofía, la religión. Y también constituye un interesante desafío para la neurobiología. Sobre la base de la investigación en la neurociencia social, podemos intentar definir el amor como un estado mental subjetivo que consiste en una combinación de emociones, de motivaciones y funciones cognitivas complejas.
Hoy sabemos que el amor más que un sentimiento surgido de nuestro corazón es un proceso mental sofisticado. Suena romántico decir que se ama con el corazón, pero no es cierto. El cerebro es el que dicta toda nuestra actividad mental. El corazón es, más que el origen de nuestras emociones, la víctima de estas”.
En cuestiones de inteligencia, ¿uno nace o se hace?
“Si entendemos la inteligencia como el conjunto de recursos con los que cuenta un individuo para adaptarse al medio, una persona puede ser tremendamente inteligente sin la necesidad de contar con un bagaje demasiado grande de conocimientos adquiridos a través de la educación formal o el entrenamiento. Si una persona no recibe suficiente estimulación intelectual, las vías o los circuitos neuronales que tienen que eliminarse, no se eliminan, y las vías o circuitos neuronales que tienen que quedar, no quedan. Para sintetizar la respuesta, inteligente se es pero sobre todo se hace”.
¿De verdad solo usamos el 10 por ciento del cerebro?
“Falso. De ser así, al remover el 90 por ciento del cerebro no deberíamos observar cambios. Lo que sí es cierto es que la plasticidad de las conexiones nerviosas seguramente tiene un gran potencial que aún no sabemos o no podemos aprovechar”.
Ejercitamos el cuerpo para estar en forma y gastar energía, ¿con el cerebro podemos quemar calorías? 
“Parece haber un acuerdo en la literatura científica hasta hoy que indica que el cerebro es responsable de aproximadamente el 20 por ciento de las calorías que gasta nuestro cuerpo en un día. Por lo tanto, si una persona consume 2.500 calorías, unas 500 serán utilizadas para suplir los procesos del tejido nervioso”.
Y a él, ¿cómo lo ponemos en forma?
“Leer de manera crítica resulta un estímulo y un desafío permanente para nuestra mente y se trata, entonces, de una manera de estimular nuestro cerebro. Lo fundamental y definitorio para mantener una mente en forma es buscar actividades novedosas y desafiantes.
A veces uno se siente cómodo con ciertas rutinas y le quita al cerebro el desafío de hacer frente a nuevos aprendizajes. Es importante mantener la mente activa, lo cual se logra conservando una amplia gama de intereses, pasatiempos y hobbies, buscar actividades que resulten estimulantes para nuestro cerebro. De esta manera, mantener un alto grado de desafío cognitivo, aceptar los cambios que se nos presentan y estar abiertos a nuevos aprendizajes nos ayudará a ampliar el rango de nuestras experiencias, logrando mayor estimulación del cerebro y reduciendo el grado de dificultades y el nivel de deterioro cognitivo.
Asimismo, una dieta saludable, aplacar el estrés, practicar actividad física, controlar los factores de riesgo vascular y tener una vida social activa han sido identificados como factores de protección en la mediana edad que pueden ayudar también a mantener la reserva cognitiva en la vida adulta”.
Pero entonces, ¿el cerebro se gasta? ¿Envejece?
“Existen ciertas patologías en las cuales, sea por genética o por cambios espontáneos, el cerebro comienza a degenerarse por muerte progresiva de neuronas. Al depender de la región del cerebro en la cual predomina dicha degeneración, el individuo puede presentar diferentes alteraciones en la conducta, en la parte motora o sensorial y en la forma en que procesa la información proveniente del mundo que lo rodea”.

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